—Zack... —llamó— ¿Está bien si te pido algo?
—Si... ¿Puedes pedirme algo? —Dijo— ¡Solo escúpelo ya!
—Okay —expresó— ¿Puedes mostrarme tus cicatrices?
Zack la observó extrañado.
—¿Que podrías ganar al verlas?
—Nada en particular —contestó sinceramente— Yo solo estoy curiosa acerca de ti, eso es todo.
—Debajo de las vendas solo hay feas y asquerosas cicatrices —espetó— No hay nada lindo que ver.
—No estoy esperando algo lindo.
Zack suspiró, después de un momento de vacilación. En eso comenzó a sacar las vendas que cubrían su cara, dejando a la vista su piel maltrecha, llena de cicatrices causados por las quemaduras.
—¿Te gustaron? —preguntó sarcásticamente. Eran grotescas y lo mejor, en otros lugares de su cuerpo... tenía más.
—Sí.
—¿Que mierda? —cuestionó pasmado— ¡No son lindas!
—No dije que lo sean.
—¿Huuuh? —artículo en incomprensión.
—Es decir... —explicándose— Me gustan... solo porque las cicatrices son parte de ti.
El susodicho, sintió como sus mejillas se calentaban.
—Zack...
—¿Que es ahora? —empezando a sentir incomodo ante esa mirada penetrante.
—Yo puedo...
—Deja de pedir permiso ¡Y hazlo! —gritó impacientemente sin saber lo que pedía.
Sorprendiéndose mucho, cuando sintió como la suave y delicada mano de Ray tocaba su mejilla, acunándola; tocando en el proceso las cicatrices, sintiéndolas ásperas al tacto.
—Me alegro de que ya no duelan.
Ella sonrió.
—¿No me estas jodiendo? ¿Realmente te gustan?
—Yeah.
—¿De verdad? —sonriendo como un niño pequeño. Ray, lo volvió a afirmar mientras sonreía, ocasionando que la cara de Zack enrojezca peor que antes.
Poniéndose a cada segundo peor, ante el roce que le propiciaba Rachel al sentir -ahora- sus dos manos en cada mejilla y mucho más al saber que no tenía las vendas para cubrir su rubor. ¡Maldición!
