Chat Noir iba rápidamente al encuentro con su Lady para patrullar la ciudad juntos, quien valientemente saltaba tejados por tejados. Y en el instante que la vio, se acercó, decidido en el interior en actuar en un cobarde gatito. Por ella y por lo que podía conseguir en ser así.
—¿Que estás haciendo?
Toda expresión del rostro de Ladybug se había ido, cuando el gatito la apretó fuertemente en sus brazos. Al momento de su llegada.
—Tengo tanto miedo a las alturas.
El bichito se quedó un rato congelado sin saber si había oído bien. Sin embargo, el abrazo asfixiante le hizo dejar de pensar para reaccionar, empujándolo lo suficiente para que se despegue de ella.
—Tu actitud ya no está invertida —espetó, sabiendo más o menos lo que le pasaba.
—¿No lo está? Entonces porque es que tengo miedo de que te vayas de mi lado —regalándole una sonrisa para luego tratar de volverla a abrazar y nuevamente posar sus manos en su espalda.
Ladybug se enterneció por un segundo, antes de que afirmara que Chat Noir era un aprovechador y por eso, actuó en consecuencia.
—Ups, lo siento soy tan torpe —jugando con las mismas cartas, usando demasiada fuerza en el empuje como para lanzarlo del tejado.
Él estaba actuando como un cobarde gatito ¿Por qué ella no podía como una torpe mariquita?
Pero, el gritó y el ruido que hizo al chocar contra el suelo. Le provocó que con miedo se asomara del tejado para ver a su compañero, estampado contra el suelo.
—Los ga-gatos caen de pie ¿Cierto? — añadió, nerviosamente esperando que le conteste— Estas b-bien ¿Verdad?
—Estoy bien —repuso al rato, levantando el pulgar, pero sin levantar el menton del suelo— Torpe, aun me gustas.
—Pero estas mejor ¿No? Ya estas abajo —dijo con burla -refiriéndose al supuesto miedo a las alturas- yéndose el terror que sintió al principio, al pensar que lo había lastimado demasiado.
—Por supuesto, My Lady... —mintió valerosamente— Nunca estuve mejor.
Al menos no tenía nada roto... Auch (pero dolía)
