Roronoa Zoro era una persona promedio, trabajaba de pediatra, y maestro de esgrima. Sus padres habian fallecido hace no mucho, el vivia solo en un departamento, y tenia una moto, la soledad lo hizo un tipo fuerte, desconfiado y a veces torpe.

Un viernes, habia ido a un bar, estaba bebiendo mucho. Un tipo medio enano y regordete le habló.

- No deberias tomar tanto idiota.

- Metete en tus asuntos -respondió Zoro.

- No me hables con ese tono mezquino.

- ¿Porque no?

- Porque si no te mato.

- ¿Es eso una amenaza? ¿Te has visto al espejo?

- Lamentaras hablarme asi, ¡Disculpate ahora mismo y quiza te perdone!

- No tengo por que hacerlo gilipollas.

Zoro pago al cantinero, ya se iba, pero cuando salia por la puerta trasera (porque el estacionamiento estaba alli, junto con su moto) sintio como habia alguien detras.

- ¿Porque me has seguido enano?

Se volteo y se dio cuenta de que el tipo le apuntaba con un arma.

- ¡Mierda! ¡Baja eso idiota!

- Jodete, ¡te lo mereces por insultarme!

Se le acababan las posibilidades, el enano le apuntaba con su arma. Rapidamente salto hasta un auto que estaba cerca, el tipo le disparo, pero fallo. Zoro rodeo el auto, y sorprendio al tipo por detras, hicieron un forcejeo para poder quitarle el arma a ese loco. Pero el tipo, al intentar dispararle, no se dio cuenta de que el cañon le apuntaba, y cayo herido por el balazo.

- Mierda tio, ¿ahora que hago? Debo llamar a alguien.

Rapidamente saco su celular y llamó a emergencias.

- Aló, hay un herido de bala aqui, necesito ayuda.

- ¿Por donde?

- La taberna del...-mira el letrero- Cantor malparido.

- Señor ¿esto es una broma?

- No, asi se llama el lugar, venid rápido.

- Vale, enviamos una ambulancia ya.

Una vez la ambulancia llegó, se pusieron a revisar al hombre, y lo llevaron dentro. Uno de los hombres se le acercó y le dijo.

- ¿Conoces a este hombre?

- Nada.

- ¿Sabes como recibió el tiro?

- Se disparô solo.

- El no pudo haberse disparado. Lo identificamos, y es una persona rica y de buena familia.

- Es que...El me intentó matar, y yo al defenderme le cause un disparo a el.

- Tendre que pedirle que nos acompañe.

Zoro sabia que si se resitia, ellos llamarian a un policial.

- Vale.

Una vez en el hospital, Zoro vio como al enano se lo llevaban con un gran cuidado, como si de una joya se tratase.- Estoy en problemas. -pensó.

Un doctor se le acercó.

- Usted trajó al señor Bill.

- No se quien es el.

- Enano y gordo.

- Si.

- Tiene que acompañarnos a la comisaría, tenemos que decir lo sucedido.

- Esta bien.

Llegando a la comisaria, Zoro le conto al oficial lo sucedido tal y como pasó. Sin embargo el enano no sobrevivió, la familia decidio demandar por homicidio.

- Pero si yo no lo cause, ¡se disparó solo!

- Lo lamento chico, pero la familia ricachona te demanda, estas perdido. -dijo el oficial.

Zoro fue llevado hasta el tribunal, a pesar de la evidencia de su testimonio, tuvo mala suerte ya que, no tenia como contactar a un abogado, ademas de que gracias al dinero de la familia, estos tuvieron a los mejores abogados.

Zoro fue sentenciado a 30 años, por homicidio culposo, la familia le consiguio esa condena gracias al corrupto sistema. Y no podria reducir la pena.

Una semana despues, lo trasladaban a una prision a las afueras de la ciudad, un prision tan horrible que nunca habia salido en un reportaje ni nada. Lo estaban trasladando a Impel Down. En el auto, el estaba esposado. El oficial que lo llevaba, se aburria, asi que empezó una conversación.

- ¿Cuantas veces dijiste: Yo no lo hice?

- Varias.

- ¿No vas a intentarlo de nuevo? muchos reos siempre lo dicen en el camino.

- No.

- Por que ya has dicho suficiente en el estrado.

-...

- Yo si te creo.

- ¿Eh?

- Yo si te creo, esa familia mierdosa te cagó la vida, y tu al ser pobre y estupido, fuiste jodido.

- Nunca pedi tu opinión.

- Mas respeto, soy un oficial y soy el que conduce.

- La última vez que me dijeron mas respeto, el tipo acabó disparandose en un forcejeo.

- Sabes, eres un idiota, uno intenta entablar una conversación amistosa, y tu la jodes, ojalá te pudras en Impel Down.

- Limitate a conducir.

- Tu no me ordenas.

El hombre detuvo el vehículo.

- Bajate.

- ¿Que? Llevame a la prision y deja de decir estupideces.

- Bajate del auto.

El oficial le apuntó con una pistola.

- Mierda otra vez.

Zoro se bajó del auto.

- ¡Yo tengo el poder de matarte aqui mismo si quiero! ¡Entendiste!

- Claro que no, solo presumes tu arma.

- Callate, deberia matarte aqui y ahora.

- Si lo haces, iras a la prisión.

- ...Mierda, lo sabes.

- Vuelve al auto y conduce, gatillo flojo.

El oficial le disparo en la pierna.

- ¡Joder! ¡¿Cuál es tu puto problema?!

Saco una llave y lo liberó de las esposas.

- Te jodes, intentaste escapar y te logré disparar.

El oficial subio a su vehículo, y se fue, dejando al prisionero atras.

- Lo unico que queda es ir a la prision. -se dijo a si mismo.

Zoro miró como se alejaba el vehículo, pero no mucho, ya que habia alguien en el camino, el oficial se bajo y el hombre en la pista, empezó a morder su cuello, tumbando al oficial y aun mordiendo.

- ¡Que carajo hace ese hombre!

Zoro observo mejor al hombre, estaba podrido, maltratado y putrefacto. Mas parecia cadaver andante que una persona. Alejando mas la vista, notó que habian varias personas con el mismo aspecto que el hombre. Y se estaban comiendo al oficial. Sin pensarlo dos veces, echo a correr con la pierna herida.

- Al menos ya tengo una excusa por haberme fugado. -pensó.

Corrio todo lo que pudo, pero solo habian sido un par de kilometros, le faltaba mucho para poder llegar, y se habria tomado un buen tiempo. Desde la ciudad, pudo ver como varias patrullas iban hacía la prision. Zoro esperó al último para pedir un aventon. El oficial que conducia le llevó a la ciudad. Justo entrando el oficial le dejo y continuó su camino original.

- Bueno, tengo que pedir ayuda, pero a quien, nunca he estado aquí, y ademas...no veo gente.

En eso, recordó su uniforme de reo.

- Mierda, el oficial se habrá dado cuenta, y me ha dejado en un pueblo fantasma.

Zoro andó por las calles, sin hacer ruido, penso que el ruido podria atraer a esos tipos putrefactos.

Cada vez que pasaba por una casa intentaba abrirla, prro todas estaban cerradas, encontró una casa grande, de dos pisos. Esta si estaba medio abierta.

- Perdon, voy a entrar, si hay alguien no me dispare, no soy una de esas cosas.

Al entrar vio como toda la casa estaba en un desorden total, habia un televisor quemandose en un lado, un estante tirado en el piso, y unos cuadros rotos cerca, ademas de que todos los muebles estaban terriblemente sucios. Por el cansancio, se echó en un sofa, durmiendose casi al instante.

No sabia a que hora despertó ni cuanto habia dormido, pero si sabe que lo habia despertado, un llanto. No sabia de donde provenia, solo que erq dentro de la casa, empezó a ver cada mueble. No halló nada, subio al segundo piso y en una habitacion, noto unosmlibros para colorear, y que el llanto venia de un armario alli.

Con temor, abrió el armario, viendo a una pequeña niña llorando, era una pequeña, de unos 9 años, vio a su lado una bolsa de frituras y unancascara de plátano.

- ¿Quien eres? -le preguntó la niña.

- Zoro, ¿y tu?

- Soy Maria. ¿Has visto a mis padres? Salieron hace un rato, me dijeron que me esconda aqui.

- No los he visto.

- ¿Tienes comida?

- Te iba a preguntar lo mismo...creo que vi unas frutas abajo ¿vienes?

- Si.

Zoro entendió rapidamente que los padres estarian muertos, pero no sabia como decirle a la niña. Ademas ¿ahora quien la cuidaria? El podia dejarla ahi, pero descartó esa opción. La niña no sobreviviría si se quedaba sola.

Una vez llegaron a la cocina, vio una manzana y un vaso de agua.

- Manzana -dijo feliz la niña.

Zoro se tomó el vaso de agua. Maria vio su pierna.

- Tu pierna...¿estas bien?

- Si.

- Hmm...no te creo.

- Esta bien que sepas reconocer una mentira.

- Ven, por aqui habia un botiquin.

La niña le mostro unq pequeña caja roja, de la que saco algodon y alcohol.

- Sientate, te ayudaré -ofreció la niña.

- Gracias.

La niña le limpió la herida y le pasó alcohol.

- ¿Como has sabido hacer eso?

- Mi mamá me enseñó.

-...Sabes, creo que deberias venir conmigo, no se si tus padres van a volver.

- Yo ya se que estan muertos.

- ...

- Cuando me di cuenta empeze a llorar, luego viniste y abriste el armario.

- Sabes hace cuanto que se fueron.

- Si, paso dia y medio, mira -le enseño un reloj que tenia en su brazo.

- Vaya...ven conmigo Maria, te protegeré.

- ¿De esos tipos malos qie comen gente?

- Si.

- Esta bien, pero ¿adonde vamos?

- Hay que descansar un rato y salir a buscar ayuda.

- Ok.

Al cabo de media hora, salieron en busca de ayuda.