¡Hola! Hace tiempo que tenía ganas de escribir esta historia. Tengan en cuenta que habrá un poco de lenguaje inapropiado, algunas escenas sugestivas y, más adelante, lemon. El resto lo descubrirán ustedes. Así que sin más preámbulos los dejo con la historia. ¡Espero que les guste!

Nota: La franquicia Pokemon, ni ninguno de sus personajes me pertenece.

Cap 1 - Comienzo un Poco Movido

Ahí estaba. En su habitación, con las luces apagadas, impaciente, sin poder dormir, un muchacho de 16 años que mañana iniciaría su viaje como entrenador pokemon. Sí, esa gran aventura que tantos quieren tener y esperan con ansias. Tenía ese mismo sueño que el de tantos jóvenes de la región de Kalos: Llegar a la Liga Kalos y coronarse campeón. Pero el camino no era para nada fácil y eso Ken lo tenía muy claro.

- ¡No puede ser! No pude pegar un ojo en toda la noche y pronto ya amanecerá – murmuraba el joven por lo bajo. Miró el reloj, marcaba las 4:02 AM.

En la mente de Ken divagaban varias cosas, aún no sabía con certeza el tipo de pokemon que elegiría, sentía que cuando los tuviese enfrente tomaría la mejor decisión. Todavía se mantenía el miedo de si era correcto emprender este largo viaje, pues escucho que conlleva una gran responsabilidad tener un pokemon, cuidar de él y además sería su primer viaje, por eso fue que tardo en decidirse. Escasas veces había salido de su pequeño pueblo y aún menos solo. Siendo que otros empiezan su viaje a más temprana edad, para él era relativamente tarde el comienzo de su aventura. Era todo un reto para Ken.

Entre tanto divague por fin pudo dormir aunque sea unas horas…

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¡RING! ¡RING! ¡RING!

- ¡Llego el día! – dijo un muy motivado Ken.

Salto de la cama, hizo todo a la velocidad de la luz, reviso que no le faltara nada en su mochila y se dispuso a salir.

- Ten cuidado cariño y llámame cuando llegues a Ciudad Lumiose.

- Sí mamá, lo más probable es que llegue entrada la tarde, así que no te preocupes.

- Toma esto y cuídate mucho. – Le entrego un mapa digital muy práctico que contenía información muy precisa acerca de toda la región Kalos y le dió un abrazo que casi le quita el aire.

- ¡E-esta bien mamá no te pongas sentimental de vuelta! ¡Me tengo que ir!

- Tu padre estaría muy orgulloso de ti hijo.

- Sí, lo sé. No lo defraudaré. – dijo el chico con cierto aire de tristeza.

Y con estas palabras emprendió su viaje Ken, dejando atrás su pueblo y ya recorriendo la ruta que lo llevaba hacia Ciudad Lumiose, donde iría al laboratorio del profesor Sycamore a recibir su pokemon inicial.

Avistó varios pokemon, Pidgey más que nada, nada nuevo para él. Ken quería descubrir otros pokemon que no fueran los que siempre veía en su pueblo. A medida que iba avanzando, pensaba que esto de caminar tanto no era lo suyo y que debía haber traído su vieja bici o que quizás debiera haber tomado una ruta que no sea tan accidentada. Entre tanto pensamiento, al costado de la ruta, pudo divisar unas personas que parecía que se disponían a tener una batalla pokemon. Ken tenía una idea vaga de cómo eran las batallas, porque a veces hacían pequeños torneos en su pueblo y él podía observarlas.

Decidió quedarse a curiosear.

- ¡Zigzagoon, yo te elijo! – dijo enérgico uno de ellos.

- ¡Froakie, adelante! – dijo el otro.

- Bien, esto será rápido, ¡Zigzagoon embiste!

- Froakie usa doble equipo.

- ¿Zig-zagoon…? – dijo el Zigzagoon, al ver que fallo su embestida.

- Bien Froakie, ahora: ¡Pulso de agua!

-Rápido Zigzagoon usa ataque de arena sobre los espejismos y luego golpe cabeza – dijo el otro entrenador.

El Zigzagoon hizo un rápido movimiento pero fue impactado por el ataque igualmente.

- Ahora Froakie ¡Haz tu mejor ataque rápido! – el Froakie ejecuto el ataque asombrosamente veloz y dio de lleno en el Zigzagoon.

- Vamos Zigzagoon no te rindas ¡Ataque rápido!

- ¡Froakie remátalo!

La rana uso un potente ataque de burbujas que acertó al Zigzagoon, que cayó sin más energías.

- Bien creo que la victoria es nuestra – dijo el entrenador del Froakie.

- *Vaya, los Froakie son muy fuertes e increíblemente veloces* Pensaba Ken. *Creo que ya tengo mi decisión*

. . . . . . . . . . . .

Luego de una larga caminata y de toparse con unos cuantos más enfrentamientos, Ken llego por fin a la gigantesca Ciudad Lumiose, en la que era muy fácil perderse, pero él contaba con su mapa digital, por lo que encontró rápidamente el tan ansiado laboratorio. Llamó a la puerta.

Abrió una de las asistentes del profesor Sycamore e hizo pasar a Ken a la sala principal.

- Pasa Ken, te estábamos esperando. El profesor está ocupado, en un momento te dará a elegir a tu pokemon. Mientras espera aquí.

- No hay problema. – dijo Ken mientras se sentaba.

Ken observaba con detenimiento esas extrañas maquinas con las que trabajaban en el laboratorio. No podía esperar más, quería elegir su pokemon, lo mataba la ansiedad.

¡Ringgg! – sonó el timbre.

- ¡Yo voy! – dijo una de las asistentes.

- *¡Finalmente, el maldito profesor! ¡No aguanto más, ya quiero elegir!* - se decía a si mismo Ken.

Abrieron la puerta y pasó un chico, un poco más bajo de estatura que Ken, de pelo rubio y enrulado.

- *¡Vaya! ¿Ese es el profesor Sycamore?*

- ¡Que emoción, ya quiero mi pokemon! – dijo el chico rubio gritando mientras entraba.

- Pasa y siéntate por ahí, el profesor está ocupado pero ya los atenderá.

- ¡Hola! ¡Me llamo Danniel! ¿También estas aquí para que te den tu pokemon inicial? – dijo el rubio con cara sonriente dirigiendo la mirada a Ken.

- Así es… - respondió con cara malhumorada - *¿Para qué más voy a estar estúpido?* - Pensaba el chico de pelo negro.

- ¡Oye! ¿Ya tienes decidido que pokemon elegirás?

- Mmmh sí, creo que será Froakie ¿Y tú?

- ¡Yo elegiré a Chespin! ¡Es genial! – decía el chico que irradiaba felicidad

- Hola, hola, perdón por hacerlos esperar tanto. – decía una voz mientras ingresaba a la sala.

- ¡Profesor Sycamore, por fin! – Gritaron los dos jóvenes.

- Profesor ¿Cómo le fue con su investigación? – dijo una de sus asistentes.

- Bien Mary, he descubierto cosas realmente interesantes. Escuchen chicos he estado examinando la megapiedra de mi Garchomp que recientemente adquirí ¡Por eso es que me tarde tanto! – dijo rascándose la cabeza. - Pero bueno, veo que están ansiosos, ya no los hare esperar más. – decía mientras sacaba tres pokebolas de un bolso.

El profesor lanzó las tres pokebolas y aparecieron frente a ellos los tres dichosos pokemon.

- Me dijeron que tu llegaste primero joven Ken, así que tu serás el primero en elegir.

- ¡Gracias Profesor!

- Bien, este es Froakie, el pokemon rana burbuja. Como podrás haber notado, es de tipo agua y siempre son muy nobles a sus entrenadores.

- *Genial* - pensaba Ken

- Este es Chespin, el pokemon erizo, de tipo planta. A veces suele ser un poco problemático pero son muy fuertes y resistentes en batalla.

- ¡Es muy simpático! – agregó Ken.

- Y por último, Fenne…

Antes de que Sycamore termine la frase hubo un sonido de vidrios rotos, por los que entraron una especie de bombas de humo que empezaron a nublar la vista de todos los que se encontraban dentro del laboratorio.

- ¡Que esta pasando! ¡Chicos no se separen! – dijo la asistente Mary. Todos empezaron a toser.

Tan pronto como el humo se dispersó, aparecieron frente a ellos tres sujetos vestidos totalmente de negro con guantes y gorras que llevaban un símbolo extraño de color dorado. Solo dejaban al descubierto su cara.

- Buenas profesor, estamos aquí por la megapiedra. Así que no nos haga esperar más o tendremos que sacársela por la fuerza – dijo el más alto de los sujetos.

- ¿De qué carajos están hablando? Yo no tengo ninguna megapiedra, solo estoy entregando a estos chicos su primer poke…

Antes de que termine la palabra, el sujeto le propino un golpe directo a la cara de Sycamore, que cayó inconsciente al suelo.

- ¡Profesor! ¡Malditos bastardos, nosotros no tenemos nada! – dijo la asistente mientras iba en ayuda de su compañero caído.

- Les dijimos que nos hagan caso por las buenas. Ahora van a entregarnos esa megapiedra, o las cosas se van a poner feas. – dijo esto último soltando una carcajada.

Los dos chicos observaban la escena con miedo, sin saber qué hacer.

- Bueno, si eso es lo que quieren. ¡Froakie usa pulso de agua! – dijo la asistente Mary.

- ¡Froak! ¡Froakie! – lanzó un poderoso ataque que dio en los tipos.

- ¡Estúpidos! ¡No saben con quien se meten! ¡Mightyena, enséñales! – el sujeto lanzó una pokebola desde el piso. – ¡Usa bola sombra!

- ¡Might!

La poderosa bola sombra dio tanto en los tres pequeños pokemon como en los dos chicos.

- ¡A-ahh! – se resintió Ken.

Los pokemon del profesor Sycamore quedaron debilitados ante el ataque del poderoso Mightyena.

- Buen trabajo Mightyena, regresa. – entonces dirigió la mirada a la mujer. - Ahora tú nos dirás donde se encuentra la megapiedra. – dijo el ladrón agarrando de la bata a la asistente Mary. – ¿O quieres que te llevemos a ti en vez de la piedra? – dijo el desagradable sujeto mientras se acercaba a la cara de la chica.

- ¡D-déjala en paz! – llegó a decir Ken mientras se levantaba del piso luego del impacto de la bola sombra.

- ¡Jajaja! ¿Tú me detendrás niño? ¡JAJAJAJAJA! – los tres sujetos comenzaron a reír.

- *¡Es ahora!* - pensó Ken mientras se acercaba. Cerró su puño y reunió todas sus fuerzas.

- ¡Jajaj… - el puño del adolescente impacto en la nariz del ladrón y el tipo fue a parar al piso, ante la mirada atónita de los compañeros de este.

El tipo, ya no tan sonriente, con una mano en la nariz, la cual le empezó a sangrar, ordenó a sus dos compañeros que se encarguen de Ken.

- ¡Enséñenle a ese maldito mocoso! – los tipos se acercaron al pelinegro y le comenzaron a propinar una golpiza.

Las asistentes de Sycamore y Danniel observaban la escena, temblando, sin poder hacer nada. Entonces de entre los tres pokemon inicial del profesor, había uno que se encontraba aún consciente y contemplaba la escena furiosa.

- ¡FENNE-KIN! – Aulló la pequeña pokemon tipo fuego y lanzó un gran ataque de brasas con violencia, más parecido a un lanzallamas, por sobre los sujetos que golpeaban a Ken.

El ataque sorprendió a los ladrones y estos empezaron a sacudir desesperados su cuerpo en llamas. Mientras el tipo que se encontraba todavía con la nariz lastimada en el piso, antes de que pudiera sacar a su Mightyena otra vez, fue golpeado por una embestida de Fennekin, que lo lanzó contra una de las maquinas del laboratorio.

El profesor Sycamore, que había despertado de su estado de inconsciencia, observo esta última escena sorprendido y sacó una pokebola del bolsillo de su bata.

- ¡Ve Garchomp!

- ¡Profesor Sycamore, despertó! – dijeron las asistentes al unísono.

-Acabemos con esto. Garchomp ¡Furia Dragón sobre esos infelices! – el Garchomp obedeció y propinó el ataque a los tipos, que quedaron mal heridos.- Rápido llama a la oficial Jenny – le ordenó a una de sus asistentes.

- ¡E-este no es el fin Sycamore! Volveremos… - dijo uno de ellos y arrojo otra de esas bombas de humo que volvieron a inundar la sala en confusión. Para cuando se dispersó el humo ya se habían ido. El laboratorio era un desastre.

Ken estaba en el piso con los ojos morados por los golpes y muy adolorido.

- M-muchas G-gra...cias Fenne… - alcanzó a decir Ken tratando de reincorporarse. Pero cayó adolorido al suelo otra vez.

- ¡O-ouch! Me duele mucho la cara.

- ¡Fenne! – exclamó la pequeña preocupada, se abalanzó a la cara de Ken y empezó a darle lamiditas.

- Vaya. Al parecer le agradas demasiado a Fennekin. – dijo Sycamore ayudando al joven a levantarse.

- ¡Sí! ¡Nos salvó a todos! Sino que sería de mí, si esos tipos seguían dándome. – dijo el joven ya de pie.

- ¡Kin…!

- Bueno, creo que estamos en un serio problema, al parecer esos tipos regresaran en busca de la megapiedra. No tengo idea de quienes son, pero parecen peligrosos. La piedra no está segura conmigo, ni siquiera con mi Garchomp, quien sabe cuántos vendrán la próxima vez y para que la quieren. – decía mientras se sacaba el polvo de su bata. – Así que he tomado una decisión. Ken tú la tienes que llevar contigo.

- ¿QUEEE? ¿YOO?

- Sé que eres aún un entrenador inexperto y que apenas iniciaras tu viaje, pero eres valiente y te veo potencial, el tan solo hecho de haber querido salvar a Mary de esos tipos me lo hizo ver.

- Bueno, gracias, supongo… Pero yo no puedo ¿Y si esos ladrones me descubren y luego me secuestran y me torturan? Y…

- ¡Vamos Ken confió en ti! Ellos no sospecharan, por lo contrario, vendrán a mí y yo tendré que lidiar con ellos. Así que tú puedes ir tranquilo en tu viaje.

- Pero yo solo no creo poder llevar tan grande responsabilidad, capaz si alguien…. – dijo el chico cuando sintió una mano en su hombro por detrás.

- Yo te acompañare. – le dijo Danniel.

- ¡Ustedes pueden hacer su viaje juntos! ¡Después de todo, se tendrán el uno para el otro para ayudarse! ¿Qué dicen? – dijo Sycamore

A pesar de que la primera impresión de ese chico rubio le había parecido muy tonta a Ken, le gustó la idea de poder viajar con otra persona. Después de todo él nunca había logrado hacer un amigo en su pueblo natal.

- ¡Mucho gusto, me llamo Danniel! – le extendió la mano el rubio.

- ¡El gusto es mío, me llamo Ken! – y se estrecharon la mano.

- ¡Excelente! ¡Confió en ustedes chicos! Llámenme cuando lleguen al próximo centro pokemon que yo les iré dando noticias sobre lo sucedido hasta entonces.

- ¡Genial! Yo tengo un Pokenav, registrémonos profesor. – dijo Danniel

Se registraron en sus Pokenav y se disponían a emprender su viaje, pero se estaban olvidando de algo muy importante…

- ¡Casi lo olvido! Les tengo que entregar sus pokemon inicial, jejeje – dijo el profesor rascando su cabeza. – Bueno Ken, tengo que ser sincero, esta Fennekin me había causado muchos problemas y es demasiado rebelde, jamás me obedeció desde que nació y ha sido un tormento criarla, pero… al parecer le agradaste a simple vista Ken, no puedo creer que justo esta pequeña haya sido la que reacciono en contra de esos ladrones para salvarte, era de la que menos lo esperaba…

- Ya no diga más profesor, yo ya he escogido mi pokemon y será ¡Fennekin! – dijo Ken enérgico.

- ¡Fenne! – aulló la pequeña zorra y dió un salto hacia los brazos de Ken, que cayó al piso.

- ¡Vaya…! Pensé que elegirías a Froakie – dijo Danniel.

- Froakie… - dijo la rana cabizbaja.

- ¡Cambié de opinión! E-espera m-me haces cosquillas jajaja – dijo Ken ante las lamiditas de su ahora primer pokemon. – Nunca había tenido la oportunidad de ver un Fennekin. Además de valiente ¡También es la más linda de los tres! - Un rubor salió de la pequeña zorra.

- ¡Fenne! – Siguió lamiendo la cara a su nuevo entrenador.

- Bien, esta es la pokebola de Fennekin y está es tu Pokedex. – le alcanzó Sycamore. – También ten estas pokebolas vacías.

-¡Muchas gracias profesor! – le dijo mientras se paraba nuevamente.

- ¡Bueno yo elijo a Chespin! – gritó el rubio.

- ¡Ches! ¡Chespin! – dijo el erizo alegre.

- Aquí tus pokebolas y tu nueva Pokedex.

- ¡Gracias!

- Bueno chicos, tengan cuidado. Esos tipos de recién parecen ser de una organización muy malvada, en busca de objetos potenciadores de los pokemon como la megapiedra que traigo yo. He oído hablar de organizaciones iguales que operan en otras regiones, pero no estoy muy seguro de cual sean sus objetivos, así que vayan con cuidado.

- ¡Lo tendremos! - dijeron

- ¿Para donde nos dirigiremos ahora? – preguntó Ken.

- Yo creo que deberíamos ir hacia Ciudad Santalune ¡Ahí es donde se encuentra nuestro primer gimnasio! Además por lo que he estudiado es el mejor reto para los novatos. – respondió Danniel entusiasta.

- Vaya, tú al parecer tienes más idea que yo jaja. Vamos a Santalune entonces.

- Suerte con su viaje y recuerden llamarme una vez llegados a la ciudad. – dijo Sycamore

- ¡De acuerdo profesor! – respondió Ken. – ¡Ya nos vamos!

- ¡Chespin regresa! – la luz roja alcanzo al pequeño erizo.

- ¡Fennekin, tú también! – pero cuando Ken pronuncio esto la pequeña esquivo a su entrenador.

- ¡Oh! Casi lo olvido. A esta peculiar Fennekin no le gusta que la metan demasiado tiempo en su pokebola. Tendrás que lidiar con eso Ken.

- Ohh… ¡No es ningún problema! Puedes venir afuera con nosotros pequeña, no voy a forzarte a hacer algo que no quieres. – dijo el pelinegro comprendiendo a su pokemon. Los ojos de su Fennekin enseguida brillaron y saltó al hombro de su entrenador.

- ¡Fen! – a la pequeña le gustaba el trato de su entrenador.

- ¡Bueno, sí que eres comprensivo, ya veo porque te eligió! – dijo Sycamore mientras se dirigían a la salida. - Los mantendré al tanto sobre las noticias que ocurran.

- ¡Adiós! – dijeron los dos jóvenes juntos mientras salían. El viaje había comenzado y su primera parada era ciudad Santalune.

Desde la puerta el profesor y sus asistentes observaban como se alejaban los dos novatos.

- No sé porque, pero siento una conexión muy especial entre esos dos. – dijo el profe.

- ¿Entre Ken y Danniel? – dijo su asistente Mary por detrás.

- No. Entre Ken y Fennekin

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Bueno díganme que les pareció y en que puedo mejorar. ¡Alguna que otra critica nunca viene mal!

No soy un escritor experto... Así que espero poder mejorar mi lenguaje para no hacer tan monótona la historia. Espero sus Reviews, Follows, Favs y todo eso que me alentará a seguir!

En estos días estaré subiendo el capitulo 2!

Saludos y gracias por leer!