*Ocasión*
Otra vez, otra vez me llamo para alguna de sus idioteces, ¿qué es lo que se piensa?, y aún más ¿por qué se me tenía que colgar el idiota de mi hermano?, ¿por qué tengo que pasar por Alemania a dejarlo?, aún así ¿para qué me habrá hablado?, todo ha estado muy calmado con los demás, Suiza debe seguir molesto por culpa de Italia, es un idiota, molestar a alguien como él siendo tan cobarde, ya habiéndole dejado con Alemania, me puedo encaminar a visitar a España, ah…, suspire, era tan molesto el simple hecho de imaginar para que me quería ver, de seguro me quiere hacer escuchar una de sus odiosas canciones, posé mi mano sobre mi rostro, suspiré ligeramente, esto no era bueno.
Ya después de algunas horas de viajar, llegue a la casa del español, ¿pero qué demonios hacia bailando como gitano?, aun así se me acercaba, lo empujé, su simple presencia me era molesta, él cayo de espaldas y me miro con su cara inocente, sus ojos verdes me miraban fijo, eso era algo que no podía soportar, mire a otro lado y volteé, mas él era un tanto terco, tomó mis mejillas al levantarse y me beso los labios, me separe ya molesto y le golpee la mejilla, su labio sangro después de eso, pero de verdad que había sido molesto, me regresé a Italia, podía escuchar sus gritos, para después escuchar disparos, eh… mire a todos lados, me pase por el territorio de Suiza, tal vez Liechtenstein estaba cerca y mi estúpido hermano le había molestado, no me iba a molestar en ayudarle, ese era su problema.
Al llegar a casa, me recosté en mi cama, al parecer ese idiota de Italia aun no llegaba, debía preocuparme? No. Tal vez se había regresado con Alemania, ya que él le defendería, al menos le impediría a Suiza seguir persiguiéndole, estaba a punto de dormirme, escuché que tocaban la puerta, me levanté para ver quién era, cuando abrí la puerta era España, cayó en mis brazos, tenía un impacto de bala, lo cargué y lo recosté en mi cama, no podía dejarle morir, le traté sus heridas, estaba muy cansado, no había dormido, me recosté en la orilla de la cama, cuando desperté, sentí como alguien se movía lentamente sobre mí, era él, se había penetrado con mi miembro, ¿qué pensaba?, sus heridas podían abrirse y empeorar, aun así el se movía arriba y abajo, en un vaivén, besé mis labios, y pasamos la noche así, al día siguiente el idiota de Italia llegó, no podía mostrar nada, así que corrí al español de mi casa, mas aun así el me sonrió, era clásico de él, nunca se enojaría conmigo, y menos después de aquello que paso.
