Harry Potter no me pertenece, es de J.K Rowling, yo creo que es obvio.
la imagen es de upthehillart, en devianart.
Mientras miraba la espalda encorvada y la mata de pelos desastrosos de esa persona, un suspiro se escapo de su boca. Dios mío, pensó, ¿había hecho tantas cosas horribles para que este fuera su castigo? ¿Un deseo interminable por la única persona que realmente nunca podría tener?
Todos los días eran un jodido martirio, después de la guerra, el héroe del Mundo Mágico parecía ser el único tema todo el tiempo a donde quiera que fuera. Estaba harto, por eso comía solo… por eso y porque no tenía a nadie quien quisiera hacerle compañía.
Resignado con el rumbo que estaban tomando sus pensamientos, abandono la tarea de tratar de comer algo, dejo caer el tenedor y este cayo directo en el plato, produciendo un ruido que se alzo un poco por encima de las platicas de los compañeros de su mesa.
Creyendo que nadie se había percatado, se levanto con la intención de dirigirse a su cama, pero antes le echo una mirada a la mesa de Gryffindor y vaya sorpresa se llevo al encontrarse de frente con unos ojos verdes brillantes que lo miraban con expresión extraña.
Draco se descompuso, en todo el sentido de la palabra, no pudo mantener su compostura y se convirtió en una masa tambaleante que solo pudo devolver la mirada al gran Harry Potter.
Harry, por otro lado, estaba observando a Draco con curiosidad. El rubio tenía la cara roja y parecía perturbado, mucho más flaco que antes, noto ahora que lo miraba. Era cierto que la guerra lo había cambiado pero vamos, ¿a quién no?
Antes de que Harry pudiera abrir la boca para preguntarle qué demonios le pasaba, Draco salió corriendo del Gran Comedor.
He vuelto y con la idea en curso de esta historia melancólica, llena de esperanzas rotas pero con un final feliz, como me gusta.
Madrugada del viernes 29 de septiembre del 2017
