N/A: Ojala les guste este Fics de ... ¿Tres capítulos? tal vez haga más, pero solo quería dar mi versión de como seria Inuyasha de papá.
Para las/os que leen El Heredero de Tessaiga, véanlo como AU de ese Fics.
Capítulo 1: El nacimiento del nuevo miembro.
Podía oir los jadeos, los gritos de dolor de parte de su compañera, el olor a sangre y sudor. El olor a sus lagrimas y el que Miroku y Shippo estuvieran con él no servia de mucho. Estaba ansioso y preocupado, Aome llevaba mucho tiempo en la cabaña de Kaede... ella había entrado en parto a medio día y ahora la gran luna llena adornaba el cielo nocturno. Las luciernagas jugaban alrededor de la cabaña donde Aome estaba trayendo a su hijo al mundo. A su primer cachorro. Inuyasha estaba muy ansioso por ver a su cachorro ¿Sera niño o una niña? ¿Tendra apariencia humana o tendra sus orejas caninas? Todas estas preguntas lo estaban matando... cuando de pronto, escucho lo que más deseaba oir en esos momentos: Un llanto.
Su cachorro lloraba.
—¡Wow!, tu hijo si que vino con energias — exclamo Miroku al oir el llanto energetico del recien nacido— ¿Porque no vas a ver, mi amigo? —le pregunto el monje, poniendo su mano en el hombro del hanyou para darle apoyo.
Inuyasha vacilo, un tic en su oreja izquierda hizo reir a Shippo. El hanyou se levanto de donde estaba y se encamino hacia la cabaña ¿Porque ahora le parecia que la estupida cabaña de Miroku quedaba a millas? Antes de llegar pudo ver a Sango salir con una suave sonrisa, las mellisas de la taijiya, Mika y Maka, salieron con el niño DaiSuke en brazos. Al llegar al lado de Inuyasha lo felicitaron por ser padre y se retiraron de alli.
El hanyou ya estando en la puerta de la cabaña tuvo miedo ¿Y si su hijo no lo queria? ¿Y si algo salia mal? Con miedo corrio la cortina de mimbre, pudo ver a Kaede limpiar unos paños con sangre. La sangre de Aome, se sintio culpable por eso pero sabia que debia ser asi. Giro su cabeza, viendo a su compañera recostada en el futon con un bultito blanco entre sus manos.
—Ven Inuyasha... —le llamo Aome— Aqui hay alguien que quiere conocerte... —dijo en un bosteso, estaba cansada y con mucho sueño.
Inuyasha se acerco a ella despasio y se dejo caer a su lado. Aome movio suavemente la cobija y pudo ver el rotro palido y arrugado de su cachorro.
— Es un niño y mira... —dijo ella mientras corria más la cobija dejando ver asi unos pequeños triangulitos sobre la cabeza del niño— Tiene tus orejitas ¿No es lindo? —dijo ella emocionada, Inuyasha sabía que Aome queria que el cachorro tuviera sus orejas pero... No queria que los demás niños lo maltratasen como a él— Cargalo... —le dijo ella.
—Yo-yo... pe-pero no se co-como —tartamudeaba él, pero sin previo aviso Aome puso al bebé en brazos de Inuyasha— ...Oh... —dijo al sentir el pequeño peso del cachorro.
Inuyasha miro a su hijo, se parecia a él. Tenia pequeños mechones plateados sobre su cabezita y sus orejas de perro eran de color gris. Sus ojitos los tenia cerrado. El bebé bostezo largamente y movio su manito tomando un dedo de Inuyasha, este se asusto por eso, el cachorro pudo haberse lastimado con sus garras. Asi que con cuidado se lo devolvio a su compañera.
—¿No es lindo, Inu? —le pregunto dormida Aome, pero como pudo saco un pecho y alimento al hambriento recien nacido— Se ve que tiene hambre, ¡Oh dios! Ojala no tenga tu apetito porque sino no alcanzara los barriles de arroz que tu traes con Miroku, deberan multiplicar lo pedido jeje —dijo ella divertida e Inuyasha sonrio de medio lado con ternura.
—Es precioso Aome, es nuestro cachorro —decia mientras acariciaba la mejilla de su hijo— Te prometo que no les faltara nada Aome... Los protegere a ambos, no importa que deba dar mi vida por eso... —le dice con ternura mientras besa a su mujer— ¿Como le pondras? —le pregunto Inuyasha en un susurro, pues el cachorro se habia quedado dormido.
—Tenia pensado llamarlo, Inuko —le dijo Aome volviendo a bostesar. Inuyasha le da un suave beso en la frente y susurra.
—Gracias, Aome... Por darme una familia... —dijo con amor.
/Un Tiempo después/
Inuyasha e Inuko se encontraban a las afuera de la cabaña donde Aome descansaba. Ya era medio día y la miko parecía que no quería despertar aun y el hanyou estaba muy nervioso, su cachorro no dejaba de observarlo con sus brillantes ojos dorados, como los de él. Le miraba las orejas, el cabello, sus garras, a Colmillo de Acero. Tenia toda la atención de Inuko puesto en él y eso lo ponía muy incomodo. De repente InuKo suelta un puchero y sus ojos dorados se vuelven brillosos.
—¡Ay no!, por favor no llores ... —le suplico su padre, el pequeño estomago de InuKo sonó dándole a entender que el bebé tenia hambre— Oh, si... Yo también estoy hambriento cachorro... —Inuyasha miro al celeste cielo pensativo— ¿Que puedo darte de comer? —pensó y lo único que se le vino a la mente fue una fruta.
Tomando delicadamente a Inuko entre sus fuertes brazos y se encamino hasta los cultivos de los aldeanos. Cada vez que se encontraba con un aldeano, este no dejaba de ver a InuKo y decir lo bello que el cachorro era. Esto ponía feliz a Inuyasha, pues los aldeanos habían resivido muy bien a InuKo y no lo habían rechazado por ser hanyou. Cuando Inuyasha llego a un frondoso árbol vio la manzana perfecta, apretó contra si a Inuko y dio un gran salto pero...
—Buhuaajua... —lloro Inuko . Él salto que había dado su padre lo había asustado, escondió su rostro en el pecho de Inuyasha apretando el haori ente sus manitas. Inuyasha de inmediato regreso a tierra y miro a Inuko culpable y temeroso.
—Perdoname Inuko... yo-yo... —Inuko vio ahora a su padre confuso, él parecía querer llorar y no sabía porque. No le gusto ver a su padre así, así que poso su pequeña manito en el rostro de Inuyasha y balbuceo algo intangible. Pero esto no ayudo a Inuyasha, pues él ahora se sentía muy mal por haber asustado así a su pequeño— Mejor vayamos con Sango, seguro ella sabrá que hacer... —dijo y se encamino otra vez a la aldea.
Inuko miro a su alrededor. Todo era tan raro, como le gustaría estar con su mamá. No era que papá estuviera haciendo las cosas mal, solo era que su padre le tenia mucho cuidado. Como si el se rompiera con el simple soplo del viento. Cuando llego a la aldea y vio a DaiSuke siendo alimentado por su tía Sango con un biberón, estiro sus bracitos pidiendo un poco.
—Asi que al perrito ya le dio hambre ¿No? —dijo Miroku acercándose a Inuyasha y al pequeño cachorro.
—Si, Inuko tiene hambre pero no quiero despertar a Aome... Ella se mostraba muy agotada—le respondió Inuyasha a Miroku, el hanyou se mostraba muy preocupado.
—Yo no lo decia por InuKo, lo decía por ti Inuyasha —se burlo Miroku e Inuyasha lo golpeo por ser tan estúpido en su comentario.
—Oye, InuKo ... —dijo Sango interrumpiendo a su marido y al hanyou— ¿Quieres un poco? —le pregunto y le lanzo a Inuyasha el biberón con leche.
Inuyasha se quedo en shock al tener el biberón en sus manos, ¿Y ahora que hacia? Levanto su mirada buscando a sus amigos para que lo ayudaran, pero se encontró con que ellos se habían marchado. Trago con dificultad, se sentó a la sombra de un árbol y miro a su hijo nervioso, mientras que este esperaba impaciente a que su padre lo alimentase. Con todo (todo) el cuidado del mundo, Inuyasha alimento a InuKo. El hanyou vio conmovió a su cachorro, aun no podía creerselo.
Había pasado un año desde que Aome volvió para quedarse con él. Todo era tan irreal, nunca se hubiese imaginado así. Casado con una hermosa miko venida del futuro, y lo más irreal, siendo padre de un precioso cachorro.
InuKo termino de beberlo todo e Inuyasha golpeo suavemente la espalda del cachorro, como se lo había visto hacer Aome, e InuKo eructo. El bebé bostezo largamente y miro a Inuyasha.
—¿Que? ... —le pregunto a su hijo— Ni creas que voy a cantarte para que te duermas, mocoso —le dijo molesto Inuyasha y mesio a su hijo hasta que este quedo dormido del todo.
N/A: ¿Osuwaris? ¿Tomatazos? ¿Golpes a la entrepierna?
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