Escondida entre los matorrales de la gran mansión a la que había entrado de forma clandestina Hermione Granger esperaba el momento oportuno para poder salir de su escondite sin ser descubierta. Había pasado las últimas dos horas agazapada en aquel pequeño e incomodo cobertizo que apenas la cubría de la persistente lluvia que en esos momentos parecía querer inundar toda la ciudad.
Había ido a parar allí luego de una larga caminata, desde que dejara aquel horrible lugar en el que había estado recluida contra su voluntad por un año completo. No quería recordarlo, pero al cerrar los ojos le era imposible que las imágenes de todo lo que había sufrido no acudieran a su cabeza. Un año que pretendía dejar en el olvido para siempre una vez que lograra salir de aquel cobertizo. Se iría lejos de Londres, donde su tío nunca pudiera encontrarla. El malvado tío Severus había logrado recluirla en aquel psiquiátrico aludiendo que estaba loca y una vez que lo consiguió pudo por fin disponer de la herencia que la madre de Hermione había dejado para ella. Maldito Severus, susurró tiritando de frío, había sacado las garras un mes después de que Jane Granger muriera, a cargo de una Hermione de 11 años como su tutor legal había hecho su voluntad hasta que Hermione tubo plena conciencia de todo lo que su tío hacia con su herencia y cuando tuvo la edad suficiente para reclamar sus derechos su tío con sus influencias había logrado internarla en San Bartolomé aludiendo que su sobrina tenía serios trastornos mentales causados por la perdida de sus padres a tan corta edad.
- Por favor, que deje de llover - murmuró mirando hacia el cielo oscuro del cobertizo, luego dirigió su vista a la imponente mansión que en ese momento tenía varías ventanas iluminadas, lo que dejaba claro que los dueños de casa aún no se retiraban a dormir - Porque demonios demoran tanto en irse a la cama? ya es casi media noche. La gente decente está dormida a estas horas de la noche.
Volvió a mirar hacia las rejas de metal que estaban a unos metros de ella, si no fuera por las luces de la casa que iluminaban casi todo el jardín podría salir sin ser vista, pero era imposible. Tendría que permanecer allí escondida mientras las luces no se apagaran.
Severus Spane se paseaba por su estudio con el entrecejo fruncido y los labios apretados, había recibido una llamada del psiquiatrico donde hasta hace pocas horas su sobrina había estado encerrada, a su alcance. Pero la niña tonta había escapado a quien sabe donde, dejándolo en la incertidumbre y el recelo de que la mocosa pudiera reclamar sus derechos sobre la jugosa herencia que su madre le había dejado. No lo iba a permitir, además Hermione tendría que demostrar que no estaba loca, cosa que resultaría difícil con las pruebas que tenía en su contra, el testimonio falso de los testigos que había comprado para el juicio era más que suficiente para que cualquier juez la enviara de vuelta al manicomio del que había escapado. No dejaría que su sobrina reclamara un solo peso, primero muerto antes de que Hermione Granger lograra recuperar lo que por derecho le correspondía.
El sonido de la puerta cuando tocaron lo sacó abruptamente de sus pensamientos y sofocando una maldición dio la orden para que entraran. Una mujer alta y de porte elegante apareció en el marco, con una sonrisa arrogante en los labios.
- Ya me he enterado - dijo la mujer a Severus, este se limitó a mirarla de reojo - Hermione se escapó del manicomio en el que la recluiste. Espero que tengas un plan de contingencia Severus... no estoy dispuesta a perder todo lo que hemos logrado -
- Calmate Bellatrix - dijo Severus sonriendo con la misma arrogancia que ella - la encontraré antes de que pueda hacer algo en contra nuestra y esta vez me encargaré de que no vuelva a escaparse -
- Eso espero - dijo Bellatrix mirando fijamente a su marido - Como ya te he dicho, no voy a permitir que esa mocosa me quite lo que tengo -
Severus vio como su esposa salía del estudio y se sentó enfrente de su escritorio diciendose que las advertencias de Bella eran innecesarias. Encontraría a Hermione y una vez que lo hiciera le haría entender que luchar contra Severus Snape era algo ilógico y muy muy peligroso.
Las luces se apagaron por fin y Hermione respiró aliviada, la lluvia había dejado de ser un problema y los terrenos aunque fangosos en ese momento estaban completamente cubiertos por pura oscuridad. Era su oportunidad de escapar y no iba a desaprovecharla. Se ajustó el abrigo raído que llevaba puesto y se dispuso a irse de aquel sitio. Estaba a tan solo unos pasos cuando una de las luces del jardín se encendió de nuevo, el corazón le dio un vuelco y se dispuso a correr con todas sus fuerzas hacia las puertas de metal, pero antes de que pudiera hacerlo una voz profunda la paralizó por completo.
- ¿Quién eres y que estás haciendo aquí? - preguntó la voz de un hombre a sus espaldas. Hermione se mordió el labio inferior y se dio la vuelta para quedar frente a la persona que la había pillado. Un hombre alto, de pelo negro y unos impresionantes ojos verdes la miraba con el entrecejo fruncido
Notas de la autora:
Les ha gustado..?? espero que sí. Sé que me demoré en subir una nueva historia, pero la inspiración simplemente no llegaba. Ahora que me he leído varias novelas (soy una adicta a los libros) tengo varias ideas en la cabeza y trataré de ir uniendo los hilos para que se convierta en una sola historia llena de amor, traición, drama, humor y todo lo que una buena historia debe tener.
Espero que les haya gustado este prologo... prometo que el segundo capitulo, que será en primero en realidad será más largo. Sobra decir que la pareja central es HHr.
Cuento con su paciencia ya que los capítulos los iré subiendo a medida que tenga tiempo... que no es mucho por estos días. Pero no la dejaré a la mitad. Prometo que no se quedaran solo con uno o dos capítulos sino que con la historia completa.
Nos vemos... un besito grande a todos y dejen rewies...
