Disclaimer: Todo aquello que podáis reconocer pertenece a Stephenie Meyer. la trama y demás es de mi propiedad.
Sonreír entre lágrimas
Oscuridad…solo eso a mí alrededor. No veo nada que no sea que no sea esa profunda oscuridad que me traga y me invade sin dejarme apenas respirar.
Noto arder mi piel con fuerza, consumirse con dolorosa lentitud…quiero llorar pero en mis ojos ya no hay lágrimas…quiero gritar pero mi voz muere en mi garganta …desearía poder moverme pero mi cuerpo está rígido.
Esto debe ser el final…pero no veo la luz al final de la tunel…solo existe negrura y dolor…fuego ardiendo en mi piel.
-Bella
Puedo oír mi nombre… es solo un murmullo pero resuena con claridad en mi cabeza.
-¡Bella!
Ahí está de nuevo, esta vez suena con más claridad. La oscuridad empieza a desvanecerse. El dolor se calma…
-Bella ¿puedes oírme?
Esa voz…me resulta tan conocida.
Abro los ojos lentamente y pestañeo varias veces acostumbrándome a la luz. Me encuentro sobre una cama, en una habitación de paredes de un tono verde claro similar a las de los hospitales. De pronto me siento extrañamente relajada.
-Bella ¿estás bien¿Cómo te encuentras?
Giro la cabeza, muy despacio, hacia el lugar desde donde proviene la voz. Junto a mi veo a una chica de cortos cabellos color negro que me mira con preocupación.
-¿A…Alice?-logré pronunciar y me sorprende lo ronca que suena mi voz.
Alice: Si Bella, soy yo-murmuró cogiendo mi mano y envolviéndola entre las suyas.
Bella: Alice ¿Qué…qué ha pasado¿Cuánto tiempo llevo aquí¿Cómo…
Alice: Tranquila Bella, todo a su debido tiempo. Ahora tienes que descansar-me interrumpió mientras en su cara se dibujaba una sonrisa llena de tranquilidad.
Bella: No quiero descansar, no puedo dormir-aseguré y emitió una risita ahogada.
Alice: Eso ya lo sé Bella. No creo que puedas dormir nunca más. Pero debes descansar.
Bella¿Cómo que… ¿Te refieres a… ¿Yo me he…
De pronto empezaron a venir recuerdos a mi cabeza. Me incorporé colocando mis manos a ambos lados de mi cabeza y cerré los ojos con fuerza. Demasiada información llegaba de golpe…demasiados sentimientos se confundían en mi corazón.
Alice¿Estás bien?-preguntó y note la preocupación en su tono de voz.
Tras un rato abrí los ojos de nuevo y me miré las manos. Tenía la piel tan blanca como la nieve. Más blanca que de costumbre, y eso ya es decir porque soy albina.
Me quedé hipnotizada mirándome las manos durante un buen rato. Las movía con cuidado, abriendo y cerrando las palmas. Estudiando las sensaciones como si fuese la primera vez en mi vida que realizaba ese movimiento tan simple.
Bella: Alice… ¿Qué ha pasado?-pregunté levantando la cabeza y clavando mi mirada en sus ojos, ahora claros.
Alice: Te he dicho que necesitas descansar y…
Bella: No Alice, lo que necesito es recordar. Saber qué ha pasado-aseguré dotando a mi mirada y a mi voz de un tono de dureza poco característico en mi.
Confusa, la morena bajó la cabeza y fijó su mirada en la punta de sus zapatos. Supe enseguida que estaba debatiéndose entre contarme lo que había ocurrido o callar. Finalmente se decantó por hablar y volvió a mirarme.
Alice: Sabes lo que te ha pasado ¿verdad?
Asentí con la cabeza reparando en esa mezcla de curiosidad y miedo que sentía en lo más profundo de mi corazón. Llevaba tiempo deseando que esto ocurriera, pero ahora que había ocurrido tenía miedo.
Bella: Me he convertido en uno de vosotros…-tragué saliva y respiré hondo- Ahora soy un vampiro-aun así, me sonó extraño el decirlo.
Alice sonrió, pero su sonrisa estaba vacía, no había felicidad en ella…solo miedo.
Alice: Así es. Por mi culpa ahora eres una de nosotros.
Bella: Sabes que es lo que deseaba…
Alice: Si, pero no sé si es lo que debía hacer.
Bella: Si me arrepiento no te lo reprocharé-murmuré encogiéndome de hombros.
Alice: Fue muy duro hacerlo ¿sabes? Te has pasado tres días con fiebres altísimas. Estabas inconsciente y, mientras la ponzoña se extendía por tu cuerpo no hacías más que retorcerte y moverte por culpa del dolor.
Bella: Según me dijiste eso es lo que tenía que pasar.
Alice: Si, pero… tuve miedo… y me odié a mi misma por ser la culpable…
Bella: No eres la culpable Alice-la interrumpí- Yo decidí. Tú solo me ayudaste.
Alice: A ver como le explicas eso a Edward…me matará cuando se entere.
De pronto sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas. Edward…la causa de todo lo que me estaba pasando…
Recordé su belleza asombrosa, su voz…cada momento que habíamos pasado juntos. El roce de su piel fría sobre la mía haciendo que me estremeciera. Y el momento en el que, sintiéndose culpable de mis deseos de ser como él, y sintiéndose culpable también por exponerme a peligros que no era capaz de imaginar, desapareció sin dejar rastro.
Bella: Aun no sabéis nada de él… ¿no?-pregunté sin darle importancia al hecho de que mi voz temblara.
Alice: Carlise conoce perfectamente cada uno de sus movimientos, pero no quiere decirnos nada…por ti.
Carlise era el padre adoptivo tanto de Edward, como de Alice, como del resto de los hermanos Cullen.
Bella¿Carlise sabe lo que hemos hecho?-pregunté extrañada de que un médico como Carlise lo hubiese permitido, de haberlo sabido.
Alice: No-sentenció negando con la cabeza- La única que lo sabe, además de nosotras, es Esme.
Esme era la mujer de Carlise, y la madre adoptiva de los Cullen. Y, desde que me conoció, también actuó como una madre para mí.
Bella¿Y los demás? Emmet, Rosalie, Jasper ¿ninguno sabe nada?
Alice: Ninguno. Jasper ha estado un poco pesado y sospecha algo pero…de momento no sabe nada- me aseguró esbozando una sonrisa.
En ese momento fue cuando sentí el cansancio apoderarse de mí y volví a tumbarme sobre el colchón.
Bella: Lo sabías… ¿verdad?-pregunté observando el techo y Alice me miró extrañada- Sabías que esto ocurriría y se lo dijiste a Edward. Lo llevo sospechando mucho tiempo.
Pude ver la sonrisa de culpabilidad en el rostro de Alice confirmando mis sospechas.
Alice: Si, lo vi cuando te conocí…-confesó- Y he de admitir que a Edward no le gusto nada la noticia.
Alice poseía una curiosa habilidad. Podía ver el futuro con claridad.
Aunque de los Cullen no era la única que poseía un don especial. Edward era capaz de leer la mente de los demás, solamente había una mente que no podía leer, la mía.
Y Jasper poseía la habilidad de cambiar el humor de la gente a su antojo.
Tras esto me quedé en silencio. Pensaba en la posibilidad de que Alice hubiera visto algo relacionado con Edward, al igual que había visto como me convertía, quizá alguna visión hubiese sido la causa de que se animara a ayudarme.
La miré y estuve a punto de preguntárselo cuando de pronto la puerta se abrió y entró Esme.
Los ojos de la mujer se iluminaron al verme despierta por fin. Y tras cerrar la puerta con mucho cuidado, procurando no hacer ruido, se acercó a mí y me acarició la cara de forma maternal.
Esme: Bella…gracias a Dios que por fin estás bien-murmuró y sonreí.
Bella: Bueno…lo de estar bien es cuestión de opiniones…
Esme¿Qué te ocurre?
Bella: Me siento rara-admití avergonzada y mis dos acompañantes se rieron.
Esme: Es normal que te sientas rara cariño. Estás rara-puntualizó.
Alice: Tú tranquila Bella, mientras no tengas hambre todo irá bien.
De golpe reparé en el pequeño detalle de mis mareos cada vez que olía sangre y teniendo en cuenta que ahora era un vampiro… el hecho de que te maree lo que supuestamente tiene que alimentarte…Solo me quedaba esperar y rezar para que mis nauseas hubiesen desaparecido.
Esme: Bien chicas. Creo que ha llegado el momento de decirle a Carlise lo que hemos hecho. En algún momento Bella tendrá que salir de aquí y enfrentarse al mundo que ella ha elegido.
Alice¿No crees que sería preferible esperar un poco? Aunque sea ir preparando el terreno…-opinó mirándonos a Esme y a mí alternativamente.
Bella: No creo que Carlise se lo tome tan mal si se lo explicamos…
Alice: No lo decía por Carlise precisamente, sino por Edward. ¿Tienes idea de cómo se va a poner cuando se entere?
Bella: Yo no, pero deduzco que tú si sabes cómo se va a poner.
Esme¿Has visto algo Alice?-preguntó intrigada y Alice negó con la cabeza.
Alice: Nada con claridad. Aun no lo sabe y por tanto no puedo ver como reaccionará. Pero no creo que se lo tome bien- en ese momento habló como una hermana y no como una vidente.
Me llevo ambas manos a la cara y me froto los ojos intentando poner en orden mis pensamientos. Por un lado quiero que Edward se entere de lo que hemos hecho, de esta forma podremos estar juntos sin que tenga que preocuparse porque mi vida corra peligro, pero por otro lado…temo su reacción…temo por Alice y por Esme que se han arriesgado para ayudarme.
Esme¿Qué piensas hacer con Charlie?-me preguntó Esme sacándome de mis pensamientos.
Bella¡Dios mío Charlie!-exclamé incorporándome de golpe- Charlie…él…no sabe nada. Lo único que sabe es que iba a pasar unos días con Alice pero…
Alice: Qué bonito… Papi ya he vuelto, lo he pasado genial con Alice estos días. Por cierto, cambia el menú que ahora me alimento de sangre. ¡Bella!- por su mirada deduje que tenía que haber hablado con Charlie antes.
Esme¿Quieres que hable yo con él?
Bella: No, gracias Esme pero ya habéis hecho demasiado por mi. Creo que ya es hora de que me enfrente yo sola a la situación-dije decidida intentando idear un plan para explicarle todo esto a Charlie. Como había dicho Alice el llegar a casa y saludar "Hola papá soy yo Bella, por cierto, soy un vampiro" No tenía pinta de funcionar demasiado bien.
En cuanto a cómo me iba a enfrentar al que, si nada había cambiado, era mi novio…en fin, ya no tengo necesidad de dormir, supongo que en las ocho horas que solía dedicarle antes a esta tarea podía utilizarlas planeando una estrategia para explicarle lo que había pasado sin que tuviese deseos de cortarme en pedacitos y quemarme después. Y si no conseguía idear un plan en condiciones siempre me quedaba la técnica de esquivarle durante toda la eternidad, literalmente hablando.
Esme: Está bien Bella. Pero ahora será mejor que descanses, tu cuerpo aun tiene que acostumbrarse a tu nuevo aspecto-murmuró con una sonrisa cómplice en los labios.
Bella: No sé si podré descansar demasiado…- admití
Alice: Bueno, siempre podemos jugar al trivial o echar una partidita a las cartas.
Esme: No te lo recomiendo. Jugar con Alice, Jasper o Edward a algo que requiera de la inteligencia más que de la habilidad física es apostar a caballo perdedor.
Alice: No es cierto, sabes que no utilizo las visiones cuando juego a las cartas…
Esme: Yo solo sé que sois los tres unos tramposos.
Alice¡¿Y Carlise?! Con él no se puede jugar al trivial, las preguntas de historia se las sabe todas- argumentó la morena en su defensa.
Esme: Normal, la mitad de las cosas por las que se pregunta las ha vivido.
Bella: Es lo que tiene vivir 362 años… -murmuré de pronto inmiscuyéndome en la pequeña pelea familiar que mantenían mis dos acompañantes.
Esme: Claro, Carlise no hace trampas, solo sabe. Tú utilizas tus visiones para saber las respuestas y Edward las lee.
Bella¿Y Jasper?-pregunté de pronto
Alice: Jasper es un tramposo jugando a las cartas
Bella: Comprendo…
Esme: Por esa razón Emmet y Rosalie solo juegan con ellos al béisbol. Así ellos también pueden hacer trampas-comentó sonriendo dulcemente.
Alice: Bueno Bella, te dejamos sola para que puedas pensar sobre todo lo que te espera
Esme: Que no es poco…
Sonreí asintiendo con la cabeza mientras veía como las dos salían por la puerta dejándome sola y perdida entre mis pensamientos.
Bueno, este es mi primer fic sobre este maravilloso y adictivo libro. Espero que os guste y ya iré escribiendo la continuación.
Besos
