Olu, amores :3 aquí Kagu 7u7
Aquí lo que será mi primer fic largo. Bueno, no sé si será largo, pero al menos más de un capítulo va a tener XD Me inspiré en las imágenes que Loli SAMURAI-san ha hecho del hijo de Okita y Kagura, la mayoría seguro las han visto y me darán la razón en que ese beibi castaño de ojos azules es tan lindo que es imposible no amarlo sagfadshagdfas y bueno, por eso me dio jajaja. Decidí llamarlo Souji y no Soichiro como he visto que es más conocido, porque a mí me gusta más alv, además le hace honor a Okita Souji, que es la figura histórica en que está basado Sougo.
Aviso que puede que las actualizaciones sean un poco lentas porque como ya dije antes, ando corta de tiempo este verano, y, además, ya dije que entre Gintoki y yo no se sabe quién es más vago XD. Pero intentaré actualizar lo más rápido que pueda. Sin más, aquí está la primera entrega, agradecería sus opiniones para saber si les gusta. Como siempre, gracias a todas las personas que leen y comentan mis fics, me animan mucho a escribir más. Los kelo mucho.
Aclaraciones:
OoC porque yolo!!! Agsfadhgasfdjahgsd!!! Trataré de que sea lo más leve posible.
Semi-AU
Sougo- 31 años
Kagura- 27 años
Souji- 6 años
Las edades de los demás personajes también varían, obvio, al igual que la ships y los hijos de cada cual. Pero solo aclaro la de ellos que son los protagonistas y que se sepa que Kagura tuvo a Souji en edad de dar a luz, no sea que me vaya a llevar la ONU. Aunque igual me va a llevar por los lemon que vendrán sdsgdfasdgjhgdkasj 7u7
Los personajes que utilizo, menos Souji y los demás niños, en caso de que hallan más, que son de mi total manipulación, no son de mi propiedad (si fueran míos ya estuvieran casados y con hijos realmente) y Gintama tampoco, son de Hideaki Sorachi-sensei.
Agradecimientos a Loli SAMURAI por darle a Souji la kawai apariencia que tiene e inspiración a mí.
Sin más, la historia.
Souji, el pequeño samurái.
Cápitulo 1
Por KawaiiKagu
- ¡Mami, mami! — el pequeño de ojos de cielo corría a toda velocidad que le permitían sus diminutos pies la distancia desde su cuarto a la cocina, cargando su espadilla de madera y haciendo bailar el mechoncito de pelo castaño que sobresalía a forma de antenilla desde su cráneo- ¿Eso que sonó fue la puerta? ¿Llegó papi? — se detuvo en la puerta de la cocina, buscando a todas partes con su mirada buscando la presencia de su progenitor. En vano, solo vio a su madre. Descubrir que no había llegado aún lo hizo inflar las mejillas y resoplar- ¡Hum!
- ¡Ah! Sou-chan…- Kagura se encontraba, como todos los días, haciendo su mejor esfuerzo en la cocina, aunque más en vano que la búsqueda de su hijo, definitivamente, el arte culinario no era lo de la bermellón- El bastardo de tu padre aún no llega aru — la mujer giró su cabeza y le sonrió al pequeñín de la forma más dulce en que una madre puede sonreírle a su hijo.
Desde que Souji, fruto del amor de Sougo y Kagura, tuvo uso de razón el objetivo de sus infantiles días era vencer a su padre y humillarlo probando que era más fuerte que él. Definitivamente, no había duda de que la pelirroja era su madre. Aunque a pesar del comportamiento hostil, el niño admiraba mucho a su padre, lo quería mucho, también a su madre. Souji no era como cualquier otro niño que se habría traumado al ver a sus padres pelear día y noche. Con los padres que tenía, las peleas diarias y nocturnas eran algo normal. El niño había aprendido de esa forma lo fuertes que eran las personas que le habían dado vida, incluso a veces se sentaba en el sofá a hacer apuestas sobre si ganaría papi o mami.
Pero, volviendo al punto, Souji estaba enojado. Incluso había preparado su espada de madera para partírsela en la cabeza a su padre y él aun no llegaba, seguro le tenía miedo. Desinfló sus mejillas y se dirigió corriendo a su madre, colgándose de su cintura con los pies y gateando por su espalda como si escalara una montaña rocosa hasta posicionarse tras ella agarrándose con sus dos manitas por detrás del cuello de Kagura, haciéndola tambalearse un poco.
-Neee, mami…- le habló al oído con su voz infantil- ¿Papi va a tardar mucho? ¿Por qué aún no viene? Neee…- el niño se empezó a impacientar y a tirar de su mamá muy dulcemente, provocando una tierna sonrisa en Kagura que seguía sin apartar su vista de la olla de curry que intentaba cocinar.
- Él…la verdad tienes razón…está tarde…- la bermellón hablaba con su hijo, pero era más como si hablara con ella misma- Seguro está ocupado.
-Pero, mami, tu siempre dices que papi es un vago que lo que menos hace es trabajar… - Souji comenzó a jugar con los cabellos de su madre, haciendo moñitos y tirando un poco de este, con cara de alguien que está haciendo un trabajo muy serio.
- Bueno, eso es verdad…- Kagura soltó una leve carcajada que se borró instantáneamente cuando su hijo volvió a abrir la boca.
- Seguro que está con otra mujer…- el pequeño sonrío con malicia al sentir como los hombros de su madre temblaban y el cuchillo con que ella cortaba los cebollines era estampado fuertemente contra la meseta.
- Que se atreva aru…- a veces Kagura se preguntaba de donde su hijo sacaba esas ideas con los siete años que tenía.
Souji era como la mezcla del sádico y la china. Dos en uno. Tanto física como mentalmente.
En apariencia, era pequeño. Su cabello era castaño como el de su padre y su estilo de peinado era similar, un poco más alborotado que el de Sougo. Sus ojos eran azules y grandes como los de su madre, recordaban al cielo. Vestía un kimono como el que usaba su padre cuando no estaba de servicio, de tonalidades verde opaco, más claro en la parte de arriba y más oscuro para abajo, en la parte del pantalón.
Su personalidad, pues bueno…era un diablillo digno de ser hijo de sus padres. Su parte sádica adoraba molestar a su mamá y su parte china, joder todo el día a su papá. Sus padres lo amaban, hasta podían usarlo como arma el uno contra el otro.
- ¡Hum! Ya está, Sou-chan- dijo la bermellón relamiendo la cuchara embarrada de curry del que estaba dentro de la olla- ¿Tienes hambre, ¿no? - lo cargó, lo llevó a la mesa y lo bajó de sus brazos para hacerlo sentarse en una silla.
- ¿Vamos a comer ya? - la expresión del niño no había sido alegre.
-Ara, ¿no tienes hambre aru?
- Si…pero…- al pequeño le resultaba difícil decir lo que quería y removía su cabeza a todos lados con sus mejillas levemente sonrojadas, se veía bien tierno. Claro, para Kagura no era nada difícil saber lo que pasaba por la mente de su hijo.
- ¿Quieres esperar a tu papi aru? - dijo riendo entre dientes, supo que había dado en el clavo cuando vio al niño sonrojarse más aún y negar fuertemente con la cabecita.
- ¡Claro que no! - se dirigió a la bermellón mientras ella ponía la mesa- N-n-no… ¿No serás tú quien lo quiere esperar, hu? - dijo acusante- Dios, mami, no puedes vivir sin él…jajaja- su risa era nerviosa, parecida a la que Gintoki hacía cuando mentía, hasta lo de tsundere lo tenía.
Kagura reía y reía, poniendo un plato con comida frente al niño.
-Tienes razón ¿sabes? ...Supongo que en verdad no podría vivir sin el aru…-una tierna sonrisa asomó en su rostro. Kagura era una mujer muy bonita, su cabello suelto la hacía resaltar mucho.
Souji amaba mirarla. Era como una muñeca.
Ya, estaban madre e hijo listos para comer. El pequeño castaño apenas había levantado la cuchara del plato cuando ambos escucharon la puerta de entrada abrirse.
- ¡Papi! - el niño no siempre podía ocultar su alegría como le gustaría, le gustaba actuar maduro y era obstinado, de tal palo, tal astilla- ¡Ven aquí! ¡Hoy es el día en que te voy a vencer! - saltó de su silla y corrió como un rayo por entre los pies d Kagura, recogiendo su espada de madera de paso y dirigiéndose a donde su padre, la bermellón lo siguió.
Souji llegó en una carrera a la sala, donde vio a su papá sentado frente a la puerta quitándose las botas y el abrigo de su uniforme policial, levantó su espada y fue corriendo hacia su padre, con la idea de dejarlo K.O de un solo tablazo. Kagura, recostada a la puerta del pasillo miraba la escena con ternura.
- ¡AGHHHHH! ¡MUERE! - con este grito de guerra el pequeño guerrero saltó sobre su objetivo, dejando caer su espadilla hacia el frente, justo sobre la cabeza de Sougo.
Para desgracia de su hijo, Okita esquivó con gracia el golpe mientras terminaba de quitarse las botas, haciendo que Souji cayera al suelo y rodara hasta chocar con la puerta.
Sougo miró con su expresión vacía como su niño rodaba por el suelo maldiciéndolo por no dejarse tocar del ataque y pataleando, escuchó a su mujer reír a sus espaldas. Se levantó del quicio donde estaba sentado y con paso lento se dirigió a donde yacía Souji pateando el suelo con los ojos aguados, lo agarró por la parte de atrás de la solapa del kimono como un perro carga a sus crías recién nacidas y lo volteó para verlo a la cara.
-Buenas noches, Souji, yo también te extrañé hoy…
Con una mirada seria y llena de sollozos, tanto por el dolor de la caída como por el orgullo roto, el niño le contestó:
-Buenas noches…
Sougo lo dejó en el suelo y arqueó una ceja.
- ¿Solo buenas noches…?
Souji rectificó:
-Buenas noches, viejo.
Automáticamente, un aura roja asesina se formó alrededor de Sougo.
- ¿Cómo mierdas me acabas de llamar, mocoso?
- ¡Te acabo de llamar viejo! - le gritó Souji a su padre mientras le sacaba la lengua y echaba a correr mientras era perseguido por este, se escondió tras su madre, quien reía a carcajadas.
Si, Souji solo llamaba a Sougo papi cuando él no lo escuchaba. ¡Vaya niño más orgulloso tenían ahí! Ah, pero a Kagura sí que le decía mami, le encantaban los mimos de la bermellón, justo como a su padre.
Kagura, antes de que Sougo pudiera poner sus manos de nuevo sobre el niño, que aún le sacaba la lengua al padre escondido tras de ella, abrazó a su esposo con cariño y le besó la mejilla.
-Bienvenido, bastardo.
- ¡Oh! China, estás bien cariñosa hoy… -Okita rodeó a la bermellón por la espalda con sus manos y la atrajo hacia él, acercándose a sus labios- ¿Pasó algo?
- Eso debería preguntar yo…- Kagura lo besó suavemente- ¿Por qué llegas ahora? Es tarde…
- Ahora te cuento, primero…- otro beso, un poco más duradero, hizo a Souji hacer y una graciosa cara de asco soltando un wakala que hizo parar a sus padres antes de que empezaran a casi violarse ahí mismo y reírse de las ocurrencias del niño- Primero… ¿ya comiste? Te acompaño.
El castaño de ojos rojizos pasó por al lado de su mujer, acariciando la cabeza de su hijo dirigiéndose a la cocina. Al niño le sorprendía sobremanera que sus padres no hubieran peleado todavía esa noche por algo, su papá seguro estaba cansado ese día, se le notaba. Hoy podría dormir sin los extraños ruidos misteriosos que salían desde el cuarto de sus papas luego de las peleas, miró con complicidad a su madre y ambos siguieron a Sougo.
Como todas las noches, Sougo se sentó a la mesa en la silla en la que Souji decía querer sentarse. Y, como siempre, luego de un pequeño berrinche, en lugar de sentarse en otra silla, el pequeño terminaba sentado, con las mejillas infladas y sonrojadas, en las piernas de su padre mientras este lo alimentaba y lo veía comer tranquilo con una sonrisa en su rostro infantil.
-Sádico ¿quieres tomar un baño aru? Te ves cansado- Kagura lo había notado desde que lo había visto llegar, pero cada vez se lo notaba más, sentada en la silla frente a él, lo veía alimentar a su hijo sin probar bocado- ¿No vas a comer? - eran contadas las veces en que su esposo llegaba así del cuartel, seguro algo serio pasaba.
- ¿Eh? - Sougo parecía distraído, se talló la nariz con los dedos antes de hablar- La verdad no tengo hambre, ya me bañé en el cuartel, no te preocupes por eso- bostezó- Solo déjame acabar con esto- miró hacia Souji que comía sobre sus piernas- y me iré a la cama.
- ¡Hum! Te pasas el día vagueando y ni siquiera eres capaz de comerte lo que tu esposa te hace con cariño para cuando llegues aru…eres un inútil-Kagura se sentía decepcionada, se había esforzado cocinando precisamente esa noche.
- Cállate, china machorra, seguro le pusiste a este curry el mejor matarratas que encontraste- señaló el plato donde ella le había servido.
- ¡Hu! Para la próxima puedes estar seguro que lo haré aru
Souji sonrío en las piernas de su papá, había empezado la primera ronda. Aunque no duró mucho.
-En serio, china, hoy no estoy de ánimos…
Kagura se empezaba a preocupar.
-Chihuahua de mierda, ¿Pasó algo grave?
Okita comenzó a acariciar suavemente la cabeza del niño sobre él.
-Luego te digo, monstruo traga-traga- miró a Souji, luego a Kagura, señal de que no lo diría frente al niño.
Kagura entendió. Definitivamente algo pasaba. La cena transcurrió normalmente luego de eso. Souji le contó a Sougo, uno por uno, los planes que había ideado para vencerlo y que muy pronto pondría en marcha. Niño tonto, guerra avisada no mata soldados, y menos uno como lo era Okita Sougo, quien solo podía escuchar y reír ante las ocurrencias de su hijo. Kagura hacía lo mismo, aunque le había dado ideas tontas para ayudar al niño, aún era ella, cualquier cosa que pudiera hacer para joder al chihuahua, la haría.
Después de cenar, era Sougo quien usualmente llevaba a Souji a su habitación y lo ponía en la cama, pero ese día no fue así. La bermellón lo cargó y lo llevó a su cama, porque su padre había ido a dormir en cuanto se levantó de la mesa con paso suave y lento. Kagura lo acostó en la cama, lo arropó con la manta y le besó la frente.
-Hasta mañana- le sonrió y se dispuso a salir del cuarto, pero Souji la retuvo sosteniendo su mano- ¿Qué pasa?
-Etto…yo…bueno…- soltó su mano y se cubrió la cara con la manta para que su mamá no lo viera sonrojado de nuevo…- Dile a pap…al viejo inútil que buenas noches…
Kagura sonrió con ternura, asintió y salió de la habitación del niño. Ahora le tocaba lidiar con el otro niño que tenía en casa. Bueno, a veces Sougo actuaba como uno. Como hoy, que ni atrás ni alante decía que le pasaba que estaba tan cansado. Antes de ir a su habitación, Kagura se cambió a su ropa de dormir en el baño para luego seguir su camino. Al entrar a su cuarto vio que Sougo estaba acostado en la cama con un pie colgando fuera de esta y las manos sobre el pecho, tenía los ojos cerrados, se concentraba en sentir como la brisa nocturna movía su flequillo sobre su frente. La bermellón se sentó en la cama junto a él y le acarició el cabello:
- ¿Y bien?
- Solo surgió otra organización en el bajo mundo, Akashi se hacen llamar, creo que es el nombre del jefe o algo, esta vez es realmente grande, y el gobierno la apoya desde las sombras, nos hemos pasado investigando todo el día, pero no podemos actuar si tiene respaldo gubernamental quedaríamos fuera de liga, el Shinsengumi…-habló sin rodeos, como si hubiera pensado mucho sobre qué decir.
- Ya veo…pero hay muchas de esas ¿no? ¿Qué diferencia hace una más aru?
- Actúan como animales, solo matan y roban durante el día por alguna razón, pero eso es peligroso, te los puedes encontrar donde sea, lo habíamos mantenido en secreto para no crear pánico, pero ya han desaparecido tres chicas jóvenes y dos niños…por esta zona…
-Sougo…
-Incluso tú o Souji podrían estar en peligro en algún momento…- apretó los puños.
-Sougo- dijo ella un poco más firme.
Okita la miró a los ojos.
-No soy una doncella que necesite protección…y no dejaré que a Souji le pase nada aru, así que, podrías preocuparte menos, ¿por favor? - puso su frente sobre la de su esposo- Mira, te has exigido tanto que estás afiebrado aru…no hagas eso.
-¿Qué dices? Es mi deber protegerte, china cochina, no puedo hacer lo que me pides. Danna y el calvo de tu padre me matarían- sonrió un poco.
-Aun así…
De repente la puerta de la habitación se abrió de golpe, haciendo un estruendo. Sougo y Kagura separaron sus frentes y miraron sorprendidos a la entrada de su habitación y vieron que Souji estaba parado allí con un rostro bien emocionado.
-¡¡¡Vamos a vencerlos, viejo!!!
-Souji ¿qué haces ahí? - Kagura lo interrogó, pero fue ignorada.
Souji corrió a través de la habitación y se subió en la cama con sus padres, encima del abdomen de Sougo y lo encaró con una sonrisa amplia.
-¡¡¡Vamos a acabar con ellos!!!
- Souji ¿Qué dices? - Sougo estaba tan sorprendido como Kagura.
-Son tipos malos que quieren herir a mami ¿verdad? Llévame contigo a patearles el trasero. ¿Lo harás no? Con el tío Kondo y Toshi-chan…
- Si, lo haremos. Pero tú no hay manera de que vayas.
- ¿¡He?! ¿Qué estás diciendo, viejo? ¿Por qué no puedo ir?
- ¡Eres un niño!
- ¡Tú ya vencías gente mala cuando eras niño! Tío Kondo lo dijo y abuelito Gin dijo que mamá también… ¿¡Por qué no puedo?!
Kagura solo observaba boquiabierta la discusión que tenía lugar ante sus ojos. ¿Cómo no se percataron de que estaban siendo escuchados? Sougo continuaba evadiendo los argumentos del niño.
-Por esto es que no quería decirlo frente a ti. ¡Deja de ser imprudente!
-No lo soy
-Lo eres. Tienes edad para entender lo que digo así que actúa acorde a eso. Te digo que no vas y es no.
-¡¡¡Pero, viejo…!!!
-¡¡¡Deja de llamarme así!!!- Okita tomó la pequeña mano de Souji, se desabrochó la camisa y llevó la manita que sostenía sobre una amplia cicatriz que recorría su pecho, el niño intentó retirar la mano por el asombro, pero Sougo lo detuvo.
Kagura no tenía palabras, recordaba esa cicatriz a la perfección, también fue obra del bajo mundo, Sougo se la había ganado protegiéndola a ella, en ese tiempo, pensó que lo perdería. Hubiera preferido no recordar eso. Okita continúo:
-Esas personas son capaces de esto, Souji. Han logrado herirme mil veces y yo soy MUCHO más fuerte que un niño como tu ¡Podrías morir ¿Crees que permitiré eso?
El niño meditó por un momento. Su padre, la persona que tanto admiraba y que era su meta, había estado a punto de morir en una ocasión a causa de la mafia ya, y eso podría repetirse. Pensar eso no hizo más que agrandar su rabia. Y entonces, ahí estaba Sougo diciéndole niño y débil una y mil veces. Estaba harto de oírlo. A pesar de su corta edad, se sintió menospreciado, ni más ni menos que por su ídolo, que además se ponía en peligro día a día para protegerlo. ¿Acaso era solo una carga? Eso lo remediaría. Si su padre no lo iba a ayudar, lo haría solo. Empujó lejos su mano del agarre de Okita y se salió por la ventana de un salto. Kagura Y Sougo saltaron de la cama prácticamente, pero antes de que pudieran decir nada Souji se adelantó:
-Solo quédate ahí y observa, viejo. ¡Voy a ser fuerte! ¡Mucho más que tú! Me voy con Tío Kondo y voy a entrenar tanto que no vas a poder ni hacerme cosquillas- su voz se empezaba a sentir llorosa y las lágrimas comenzaban a azotar sus ojos- Y vas a ver… ¡No voy a dejar que les pase nada ni a mami ni a ti de nuevo! - Entre lágrimas se volteó y salió corriendo con camino al Shinsengumi, que, para suerte solo quedaba a dos cuadras de la casa Okita.
Kagura intentó salir a detenerlo, pero fue retenida por la mano de Sougo en su antebrazo.
- ¡Déjame ir, sádico! Tú mismo dijiste que es peligroso que…
- ¡Espera! El Shinsengumi queda cerca, si lo sigues podría ir a otro lugar con tal de que no le hables de mí, lo conoces. Voy a llamar a Kondo-san…-sacó su celular del bolsillo y empezó a marcar.
Kagura solo lo miraba, a veces agradecía los momentos de insensibilidad del sádico de mierda.
Ambos se empezaron a desesperar cuando vieron que Kondo no respondía. Luego de 5 minutos ya era Sougo quien iba a por su chaqueta para perseguir al niño, cuando de pronto, recibió llamada de su Comandante, respondió a la velocidad de un rayo, ante la mirada asustada de Kagura:
-Kondo-san…
- ¡Sougo! ¿Por qué está Souji-chan aquí tan tarde y llorando? Solo me paga mocos sin decirme qué le pasa.
Sougo suspiró aliviado al saber que el niño estaba bien. Aun así, estaba enojado con el aún.
-Es una larga historia, Kondo-san. Mañana le voy a contar. Por ahora, hágalo dormir, necesita calmarse.
- ¿Seguro que ustedes están bien, Sougo?
-Que sí, mañana te digo. Buenas Noches.
-Ok…-Kondo colgó primero.
Sougo colgó y suspiró con alivio.
- ¿Y Sou-chan? - Kagura seguía preocupada.
Sougo le pasó la mano tras la cintura para calmarla y la dirigió hacia el cuarto de ambos.
-Está con Kondo-san y los chicos, cálmate. Mira el lado bueno, he sudado tanto que ya no tengo fiebre.
-Idiota…dijo que no volvería hasta ser más fuerte que tú… suena como si ya se hubiera ido para siempre de casa aru... - Kagura hizo una expresión infantil que Sougo hacía mucho que no veía. La bermellón estaba preocupada.
-Mañana tengo trabajo de todas formas, ya te diré como va, no te preocupes, ya volverá y si está con ellos estará bien, yo estaré allá cada día vigilando. No seas tonta, china, si quieres puedes incluso ir con él, solo espera a mañana, ¿ok?
Kagura miró a su esposo, él le dedicó una sonrisa sincera que la tranquilizó.
-Está bien, vamos a dormir.
-Pero a dormir, china. Ni se te ocurra violarme solo porque tu hijo no está, estoy cansado- le dijo él a modo de burla mientras le sonreía con malicia.
-También es tu hijo, tú idiota.
Sentenció Kagura golpeando a su esposo en la cabeza con la mano abierta, mientras subía las escaleras con la mano de él alrededor de sus caderas.
Notas Finales:
Ok, si les digo que son las 3:32 am ¿me lo creen? Me emocioné y acabo de terminar el capítulo 1 a esta hora, hoy duermo como una marmota XD. Recuerden háganme saber cómo fue y si les gustó, sus opiniones me son de gran importancia. Sé que en esta primera entrega se me pasó la dosis de azúcar y drama, pero luego espero meter más así comedia y cosas suaves al estilo Gintama, a ver cómo le hago. Voy a ver cuándo tengo listo el capítulo 2 para subirlo lo más pronto posible, si mi vagancia me lo permite, claro está no prometo nada. El largo de los capítulos será como yo tenga el día, lo que sí puedo decir que ninguno más corto que este, más largo a lo mejor.
Bai bai, que solo tengo tres horas para dormir XD
Los jamo y nos estamos leyendo ;3
