Remember Me
PRÓLOGO
Lunes 27 de agosto de 2012
El día amaneció soleado en Nueva York, no había nubes en el cielo y a pesar de que estaba por llegar el otoño era un día de pleno verano.
Rachel por su parte había estado pendiente toda la semana para que llegue ese día.
El tan esperado día en el que empezaría en el instituto con las clases de abogacía.
Quinn por otro lado terminaba de colocarse la musculosa para salir a todo ritmo para la casa de Alison. Sus pasos eran rápidos. Tenía prisa.
La hora corría y se debía apurar, no pretendía llegar tarde el primer día. Llego a pasos acelerados y toco timbre rápidamente. Una muchachita la atendió.
Q: ¡Por fin! Apúrate que vamos a llegar tarde –hablaba agitada, había llegado prácticamente corriendo a la casa de Ali.
A: ¡Quinn! Pasa –abrió la puerta y dejó que la otra chica ingrese a su casa – No entiendo cuál es el apuro. Estamos bien con el tiempo.
Q: No estamos tan bien. Teníamos que llegar a las nueve y son las ocho y todavía no estas ni cambiada. Tenemos media hora de viaje. ¿Qué esperas para cambiarte y apurarte un poco? ¡Vamos a llegar tarde! –exclamo un poco alterada.
A: Primero, Hola. Segundo, me tengo que cambiar la remera y ya estoy lista. No entiendo porque te alteras tanto.
Q: No me altero. Nada más quiero llegar bien, a horario. Brittany y Santana ya estaban yendo para allá.
A: Bueno, ya casi estoy. –fueron las últimas palabras que se escucharon de la pequeña rubia. Ya se encontraba en el baño terminando de cambiarse.
Rachel caminaba portando una valija en su mano junto con su amiga Jessica.
Rachel era pequeña, morocha y con unos ojos que aunque no eran claros llamaban mucho la atención. Jessica era morocha, pero no tan baja como Rachel, ella si tenía ojos claros, más particularmente ojos celestes.
Las dos jóvenes se conocían desde la primaria, habían cursado toda la primaria y secundaria juntas. Y ahora ambas iban a seguir la universidad también juntas, aunque no iban a estudiar lo mismo.
El instituto aportaba una gran cantidad de carreras a seguir, todas distintas. Desde medicina, ingeniería, abogacía, administración de empresas y un par más. El lugar había sido inaugurado hace unos meses, era el único que ofrecía la gran variedad de carreras a elegir. Habían puesto una condición para todos los estudiantes que querían estudiar allí. Era obligatorio que se quedaran a dormir en el establecimiento durante dos meses para lograr una buena convivencia y para que los estudiantes se comenzaran a conocer.
R: Me da la sensación de que llegamos muy temprano. –Rachel se dirigía a Jessica, quien no le estaba prestando nada de atención – ¡Me parece que llegamos muy temprano! –Levantó la voz haciendo que su amiga saliese de la nube en la que estaba.
J: Perdón, no estaba escuchando. ¿Qué dijiste?
R: Que exageramos un poquito con el horario. ¿Qué vamos a hacer una hora antes?
J: Podemos recorrer un poco. Y además podemos pedir las llaves para dejar las valijas. –Señaló las valijas.
R: Tenes razón. Por suerte son dos meses. ¡Sino creo que me hubiera traído el ropero entero! –ambas rieron, el tono que había usado Rachel había causado eso.
Quinn miraba por el espejo retrovisor y estacionaba en un espacio en el que segundos antes se había retirado un auto que había dejado a dos chicas en el instituto. Apagó el reproductor de música y se dispuso a bajar. Alison la miraba y no decía nada. Ya debajo del auto se dignó a hablar.
A: ¡Viste! ¡Llegamos media hora antes al final! –Criticó Alison.
Q: Media hora no. Veinte minutos.
A: ¿Ahora te vas a poner a discutir por diez minutos? – dijo levantando la ceja.
Q: No. Solo te corregía.
A: ¿Me podes decir que te pasa?
Q: Nada.
A: Dale… te conozco Quinn. No hablaste en casi todo el camino.
Q: Estoy nerviosa, ¿está bien? Todo pasó tan rápido… y ahora siento la obligación de llevar la empresa de mi padre y no sé cómo hacerlo.
A: No estés nerviosa, y no te presiones. Yo creo que vos y Santana van a poder manejarla muy bien. De eso no dudo.
Q: Gracias. Te amo. –espetó acariciándole la mejilla, para luego acercarse tiernamente y depositarle un beso en los labios.
A: Me encanta besarte amor, pero tenemos que bajar las valijas –apartó a Quinn y caminó hacia el baúl del auto, dispuesta a comenzar a bajar las valijas de ambas.
Q: ¿Hace falta bajarlas? –Protestó Quinn, ya que quería seguir besando a la muchacha – Dejame que yo las bajo. –dijo con una sonrisa al ver el intento fallido de Alison para bajarlas– Vos llama a las chicas y decile donde estamos. Así entramos juntas.
A: Está bien. ¿Vas a poder sola?
Q: ¡Me extraña! Soy Quinn Fabray. Puedo con todo. –la pequeña la miro con una sonrisa para luego retirarse para llamar a Santana.
Rachel caminaba a buscar las llaves de las habitaciones. Una mujer grandota que estaba detrás de la ventanilla la atendía. La señora le preguntó su nombre y el de la amiga, y acto seguido le entregó las llaves que pertenecían a dichos nombres.
La morocha se sorprendió al ver que le entregaba dos llaves distintas, eso suponía que no iba a estar en la misma habitación que su amiga y una tristeza la invadió. Aunque lo veía venir, tenían que tener mucha suerte para que les tocara juntas.
R: Parece que no nos toca juntas en las habitaciones. –dijo tristemente mirando a su amiga.
J: Bueno, pero por suerte estamos en frente. –buscó el lado bueno de la situación.
R: Sí, pero no es lo mismo. ¿Y si me toca con una ladrona, una amargada o una demente total? –hacía énfasis con cada palabra que decía, provocando la risa de Jessica. - ¿De qué te reís? ¿No te das cuenta que es grave?
J: Siempre tan dramática… -Jessica seguía riendo y Rachel la miraba seria. – Mira el lado bueno… vas a conocer personas nuevas, a lo mejor un chico guapo que termina siendo tu novio.
R: Ojalá. Igual acá vengo a estudiar, a recibirme de abogada. No a buscar novios de instituto.
J: Como vos digas… – hizo una pausa – Tengo que ir a entregar estos papeles –enseñó unos papeles que debía entregarle a la señora que minutos antes le había entregado las llaves a Rachel – ¿Vos podes irme a comprar algo para comer y para tomar? No desayune y me va a empezar a pasar factura. Sabes que me descompone no hacerlo. Además que vos comas algo también te haría bien.
R: Bueno, pero te acompaño a llevar los papeles y después voy.
J: Dale.
Quinn estaba apoyada en el Volkswagen Golf Cabrio de color gris. Ya había bajado las valijas y estaba esperando a Alison. Sonrió al verla llegar, la jovencita se detenía enfrente de ella y le informaba que las chicas ya estaban dejando las valijas.
Quinn nunca dejó de sonreír, estaba enamorada de Alison.
Nunca había estado con ninguna chica, pero cuando llego esa rubia había roto todos sus esquemas. La hizo enloquecer al punto de que terminara completamente enamorada de ella.
Rodeó a Ali con sus brazos y le dejó un beso en su cuello. La jovencita sonrió.
Se habían conocido gracias a Santana. Alison estaba de novia en ese momento con un chico de nombre Spencer.
Habían empezado siendo amigas, pero desde el día que se habían conocido algo había pasado entre ellas.
Quinn también tenía novio, pero lo dejo a las dos semanas de haber conocido a Alison. Se dio cuenta que no lo amaba y que la relación no iba para más.
Había empezado a sentir confusiones con respecto a Alison. Algo que nunca había sentido antes, pensó que tal vez era algo del momento. Pero cuando fueron pasando los días y no podía sacársela de la cabeza se dio cuenta de que le pasaba algo verdadero con la jovencita.
Cuando Alison se peleó con Spencer, Quinn estaba todo el día con ella. Haciéndole compañía y para que no se sintiera sola. Pero algo la descolocó a Quinn, Alison le confesó que aunque a Spencer lo quería mucho, había otra persona.
Quinn nunca se imaginó que iba a ser ella, pero eso dio a entender la jovencita cuando la besó por primera vez, con solo 16 años.
Ese día el mundo cambió para Quinn, terminó aceptando que la que le gustaba era una chica. Al tiempo se pusieron de novias y mantenían una muy buena relación.
Los padres de ambas lo aceptaron bastante bien, algo que sorprendió a las dos.
Ya llevaban tres años juntas, tres años de aventuras, peleas, dramas, locuras, pero sobre todo de estar enamoradas.
Alison era más chica que Quinn. La muchachita tenía 19 años, pronto cumpliría los 20, mientras que Quinn ya tenía 25.
Q: Genial. Yo ya las deje también. En realidad lleve las tuyas. Las mías las llevo después.
A: ¿Y nos tocó juntas en las habitaciones?
Q: No. Pero igual eso no va a ser un impedimento para vernos todas las noches. –se le acercó provocativamente.
A: Nada es un impedimento para vos. –afirmó mirándola a los ojos y dándole un beso rápido en los labios – Las chicas me dijeron que las esperara acá. ¿Podes ir a comprar algo? Me estoy empezando a sentir un poquito mal.
Q: Sí. Esperame acá.
Jessica terminaba de entregar los papeles mientras que Rachel dejaba rápidamente sus valijas en la habitación indicada.
R: Bueno, lo de los papeles ya está. Así que voy a ir a comprar. ¿Me esperas en la sala?
J: Sí, le dije a Sam que estaría ahí. Así que... te espero en ese lugar.
R: Hace mucho que no veo a Sam. Es bueno reencontrarnos.
J: Yo también perdí un poco el contacto con él. Espero que ahora volvamos a ser inseparables como éramos antes. No lo veo tan seguido ya.
R: Sí, yo tampoco. Dijo que venía con un amigo igual.
J: Sí, se llama Blaine. Es lindo. Él me lo presentó una de las últimas veces que lo vi. Conociéndote, te va a gustar…
R: ¿Vos decís? Tengo que conocerlo para opinar con respecto a eso.
J: Si no lo queres… yo no tengo problema en aceptarlo.
R: Sos una idiota. –Sonrió – ¿Un café y unas medialunas están bien?
J: Perfecto.
Alison seguía esperando apoyada en el auto cuando vio a lo lejos la silueta de Santana que apenas la vio le avisó a Brittany y fueron al encuentro.
S: ¡Alison! –Saludo la latina-
B: ¿Y Quinn? –Preguntó rápidamente Brittany al no verla.
A: No está. Se fue a comprar algo para desayunar. Me estaba empezando a sentir un poco mal.
S: ¿Ya les dieron las llaves de las habitaciones? –Preguntó curiosa Santana-
A: Sí, pero lamentablemente nos tocó separadas.
B: Uhh… ¡Que mal! Por suerte con Santy estamos en la misma. –Espetó abrazando a la latina que se encontraba de su lado izquierdo.
A: Tienen suerte. A mí me tocó con una completa desconocida… – Se quejaba y miraba el suelo.
S: Hey, a lo mejor te toca con alguien buena onda. Está bueno socializar.
A: Sí, pero es mejor si te toca con tu novia. –hizo énfasis en la última palabra.
S: ¡Bueno che! Mira el lado bueno. Por lo menos no las voy a escuchar a los gritos cuando están teniendo sexo… –espetó abriendo los ojos.
B: ¡Santana! –Se quejó Brittany-
S: ¿Qué? –le contestó a su amiga para luego volver a mirar a Ali – Lo único bueno de que me haya tocado con Britt es que la conozco, es mi amiga y además me va a poder dejar la habitación sola si quiero usarla con un chico.
B: ¿Para eso me queres? ¡Qué interesada!
S: ¡Vos habrás pensado lo mismo!
B: ¡Mentira! Bueno… tal vez… – terminó confesando con una sonrisa.
A: Son unas pervertidas. Parece que es en lo único que piensan
S: Como si vos no… -dijo irónicamente.
Quinn ya estaba siendo atendida en el buffet del instituto.
Q: Sí, dame dos de esos cafés y aquellas medialunas. ¿Cuánto sería todo? Perfecto. Gracias…
Quinn salía de hacer su compra cuando chocó con una muchacha de estatura media, provocando que uno de los vasos de café se vuelque sobre su remera.
Q: ¿Qué haces? ¿Sos tarada o qué?
R: Pe… Perdón, no te vi. –murmuró la morocha.
Q: Ya me di cuenta. Y la próxima vez fíjate donde caminas.
R: Discúlpame. Dejame que te ayude… -respondió tratando de limpiar la mancha de café que había ocasionado. La rubia rápidamente la apartó-
Q: Gracias. Pero me las puedo arreglar sola. Creo que ya hiciste demasiado. ¿No? –Habló rápidamente para luego apartarse del lugar.
Este es el fanfic del trailer Remember Me que lo pueden ver en youtube. Este lo voy a actualizar una vez a la semana porque estoy escribiendo el otro también que ya lo tengo más adelantado y voy a poder adelantar un poco este. Como verán no es nada que ver a Glee, acá no hay Brittana pero si se va a centrar en Faberry.
DESCARGO DE RESPONSABILIDADES: Los personajes no pertenecen. Todo es ficticio.
