Los personajes de Seikon no qwaser no me pertenecen, pero ah como agradezco su existencia; me ha encantado esta serie, espero sea de su agrado.
Todo transcurre tras la supuesta muerte de Teresa, y una guerra a punto de desatarse.
El reflejo acuoso de la luna vibro por la lluvia, las manos níveas y sucias cubrieron el ultimo surco en la tierra húmeda, clavó la cruz metálica y se persigno. En aquella tumba no había un cuerpo, solo el rosario de madera que la María, Teresa acostumbraba llevar colgada en su cuello. La daba por muerta tras su exhaustiva búsqueda, de ella solo habían quedado sus prendas ensangrentadas en el campo de batalla. Cayó de rodillas, temblando de impotencia, sintió el calor de un cuerpo abrazándolo pero a él no le importo, porque empezaba a creer que su existencia solo atraía desgracia y muerte. La lluvia se convirtió en simple rocío, la silueta femenina bostezo, busco con la mirada a su acompañante y observó cómo se quedaba dormida apoyada en la fría piedra. Él seguía inmóvil y empapado, abrazando la cruz que hacia unas horas había convertido el agujero en una tumba, camino hacia él, lo alzó y abrazo con todo el amor que una mujer puede transmitir a un corazón herido.
Mafuyu Oribe, sintió el frio que la mañana otoñal podía otorgarle, bajo esa fino suéter su piel se había puesto de gallina. Con paso lento y cansado las tres sombras se perdieron en el bosque.
Mafuyu… enserio ¿crees que… Teresa haya muerto? – murmuró con notable cansancio, sus ojos verdes brillaron con el nacimiento de otra lágrima, la pelirroja sintió una fuerte opresión en su pecho, algo dentro de ella se removió con impaciencia.
No lo se Alexander-san… - se torno rígida al escucharse a si misma, si algo tenía claro desde pequeña era que una herida en el corazón jamás sanaba y era mejor escudarlo. El qwaser la vio salir del cuarto con total indiferencia, sin comprender la razón.
Duerme un poco y… cuando despiertes te prometo un buen plato de borscht – en esos ojos no existía atisbo de alegría lo que deseaba aparentar. Cerró la puerta tras de si, sintiéndose desfallecer, con la creciente decepción de saber que sus sentimientos jamás serían correspondidos.
Mafuyu-chan, al menos ¿haz intentando decirle tus sentimientos? – indagó Tomo con curiosidad, la susodicha negó cabizbaja.
Tomo-chan, tu sabes que él no me ve más que como una chica ordinaria de carácter enfadoso… además está de luto y no tengo intención de hacerlo sentir peor tratando de darme una excusa para no corresponderme.
Ah, yo pienso que tu le agradas, solo que no sabe expresarse muy bien y…
Tomo… en serio ya no quiero saber nada de esto – dicho esto se acurruco junto a su osito de felpa, la peli azul la vio con ternura, el carácter de su hermana se suavizaba cuando podía estrechar a esa vieja criatura inanimada.
Descansa, Mafuyu-chan – consiguió murmurar con tono consolador, le besó la frente y oró para que el dolor cediera y todo volviera a la normalidad, rezó para dar con Teresa y lo hizo para si misma rogando a Dios perdón para sus pecados. Yamanobe Tomo hacía mal ocultándole la verdad a su hermana, la misma que estaba a punto de desatar la guerra entre qwasers y humanos.
