Capítulo 1.

El beso de la graduación había ilusionado a Kotoko más de lo normal, era obvio que ese simple gesto no la convertiría en novia de Irie kun, pero al menos, cabía la posibilidad que él sintiera algo por ella.

O eso pensaba.

Mientras los días pasaban, se daba cuenta que nada había cambiado entre ellos, y a pesar de preguntarse constantemente por qué la había besado de aquella forma cuando ella le anunció que dejaría de quererlo, llegó a la conclusión que a él no le agradaba la idea de que ella lo olvidara. Aunque de todas formas, él continuaba siendo frío y déspota, ignorándola como si nada hubiese pasado. Tal vez Naoki sentía un poco de pena al admitir sus sentimientos, ¿o no?

Las vacaciones habían llegado a su fin, trayendo consigo el inicio de las clases en su primer semestre de universidad. Estaba realmente emocionada por entrar en esa etapa donde ella podría descubrir lo que en verdad le gustaba y dedicarse a ello toda su vida. Añadiendo que Naoki estudiaría de nuevo en el mismo lugar.

Kotoko se reencontró con sus amigas, ellas se hallaban realmente emocionadas por aquel primer día y, como era costumbre, acompañaron a Kotoko a investigar un poco a los alrededores del edificio donde estudiaba Irie kun. Era casi una costumbre seguirlo a todos lados y a ellas les parecía igual atractivo ver que tan genial era el edificio de ingeniería.

Al poco tiempo de estar esperando sentadas en unas bancas aledañas al edificio, vieron salir a una chica muy bella, delgada, alta de cabello castaño. Su porte era elegante y parecía esperar a alguien con las manos al frente sosteniendo su bolso. Casi al instante salió Naoki, ataviado con un traje a la medida y un maletín en una de sus manos, parecía tener algo de prisa por salir de ahí, al verlo la chica, lo siguió alcanzando su paso rápido, tratando de hablar con él sobre algo. Naoki miró a la chica y respondió lo que sea que estuvieran dialogando; a pesar de tal vez conocerse ese día, las tres chicas que aguardaban podían observar que se veían bien juntos.

Enfrascados en su conversación, caminaban hacia la dirección donde las tres chicas estaban sentadas observándolos. Jinko y Satomi se miraron la una a la otra y, en un acuerdo sin palabras, empujaron a Kotoko para levantarla, ella casi se cae de bruces frente al par que se detuvo abruptamente al verla aparecer en su camino.

Naoki rodó los ojos ante la acción tan infantil por parte de ellas, era realmente molesto seguir aguantando esas niñerías. ¿Acaso no estaban ya en la universidad como para comportarse como adultos? Eran realmente una molestia.

—Qué quieres Kotoko — preguntó frío

—Quería ver cómo eran los alrededores de tu edificio — mintió descaradamente Kotoko — son muy… blancos…

La chica que estaba a lado de Naoki, ladeó su rostro en señal de desaprobación, preguntándose como una chica tan ordinaria y ridícula se atrevía a seguir a su futuro novio.

—¿Es tu novia? — cuestionó curiosa la pelinegra.

–Para nada

Dijo Naoki pasando de largo, ignorando por completo a Kotoko quien se quedó boquiabierta ante aquella respuesta que había dado él. ¿El beso no importaba?

La chica que lo acompañaba la miró de pies a cabeza, estudiando su físico y rostro aniñado. Con una mano colocó su cabello hacia atrás, dándole un aire de superioridad. Le ofreció una falsa sonrisa y continuó su camino, alcanzando nuevamente a Naoki.

Kotoko estaba realmente sorprendida, si para él no era nada ¿por qué la había besado entonces? Estaba consiente que un simple beso no significaba que ellos estuvieran en unas relación, sin embargo ella guardaba la esperanza que algo, aunque sea mínimamente cambiara. Pero por mucho que lo deseara, al parecer, toda esperanza solo era producto de su imaginación, dejándole de nuevo, el corazón roto y el ánimo por los suelos.

Al llegar a casa, Kotoko decidió entrar a su recámara y tranquilizar su mente, debía ser fuerte y valiente para encarar a Naoki. Necesitaba respuestas y, aunque no le gustara lo que probablemente escucharía, era algo que sinceramente quería saber.

Bajó hacia la cocina para tomar un poco de agua, dejó que el líquido le refrescara la garganta, despejando un poco su atormentada mente. Al subir de nuevo por las escaleras, se topó de frente al dueño de sus preocupaciones y dolencias.

–¡Ah Irie kun, me asustaste! – dijo Kotoko haciéndose a un lado para que él pasara.

Naoki solo la miró de manera inexpresiva, pasando a su lado, experimentando un tipo de sensación molesta al mirar sus ojos tristes.

–Por cierto, ¿Quién era esa chica que se fue contigo cuando nos encontramos? – preguntó curiosa, haciendo que Naoki detuviera su paso para volverse y mirarla.

–Ah Matsumoto Yuko, estudia conmigo ingeniería – dijo Naoki recargándose en la pared de las escaleras con las manos en los bolsillos.

–Ah, ya veo – dijo Kotoko cabizabaja – hasta puedes recordar su nombre… — mencionó con un tono bajo, algo triste, esperando que él no escuchara.

–Para mí no es problema recordar nombres, o es que acaso… – Naoki se inclinó hacia ella, atrapándola entre sus brazos y el barandal de la escalera – ¿Estás celosa?

Kotoko sintió estremecerse, sentirlo tan cerca, oler su aroma, sentir su calor era algo embriagante. Claro que estaba celosa pero necesitaba más saber por qué la había besado que escuchar alguna de sus burlas.

–No… No estoy celosa Irie Kun, solo que…

–Ah ya se a lo que te refieres – él se inclinó aun más para quedar frente a ella.

Naoki pudo ver su rostro sonrosado, la inocencia en sus ojos, sobretodo nerviosismo por su cercanía. Su olor comenzaba a volverlo loco, haciendo que su corazón latiera rápido. Estaba totalmente achispado por el aroma a jazmines que desprendía su cuerpo. Tenía que poner distancia entre ellos. Así que para poder disimular perfectamente su conflicto, pensó que burlarse era la mejor opción para encubrir lo que sentía.

–Nosotros ya nos besamos – Le dijo Naoki a ella simulando una voz sensual – ¿O ya se te olvidó? Ah… ya sé, ¿quieres que te refresque la memoria?

Se acercó lentamente hacia ella, dando a entender que la besaría. Ante esta acción Kotoko cerró sus ojos fuertemente, esperando volver a sentir sus labios sobre los de ella pero, lo que recibió no fue un gesto tierno sino una risa burlona de su parte. Eso le enfureció, primero negaba que fuera su novia y ahora con descaro se mofaba de ella de nuevo. Kotoko se dejó guiar por sus impulsos, y decidió detenerlo y preguntarle al fin lo que había estado rondando por su cabeza.

–No estoy celosa Irie kun, pero si tanto quieres recordar que nos besamos ¿por qué negaste frente a Matsumoto san que tú y yo teníamos una relación? – Naoki vio como ella fruncía el ceño – Si no sientes nada por mí ¿Por qué me besaste?

Naoki se sorprendió ante su interrogante, pero la ignoró pasando de largo, volviendo a caminar hacia su cuarto, sintiendo a Kotoko pisándole los talones. Sabía que no se rendiría hasta tener una respuesta, eso lo comprendía bien, así que volteó a verla y para disimular su sorpresa, le contestó lo primero que se le ocurrió.

–Tenía curiosidad a cómo reaccionabas – comenzó a reírse de manera burlona – Y me has demostrado que puedes hacerte historias muy ridículas. ¿Y siguen en pie tus intenciones de olvidarme?

Naoki estaba por abrir la puerta de su cuarto cuando escuchó a Kotoko hablar decidida:

–Acaban de renacer en estos momentos, no te preocupes Irie kun, sé cuándo detenerme. – Naoki volteó a verla indiferente – Que tengas linda noche.

Naoki vio como le sonreía con cordialidad, algo se movió dentro de él, a sus ojos, era inverosímil que eso llegara a suceder.

–¿Ah sí?, en ese caso comunícaselo a mi madre, si ella te cree entonces yo lo haré.

–Yo… yo te olvidaré, te lo prometo.

Naoki rodó los ojos, suspiró y la miró fijamente. La forma en que lo veía Kotoko lo pusieron a la defensiva, tenía esa decisión en su mirar que lo inquietó.

–Si estás tan segura que lo harás, ¿por qué me lo dices a mí? – Comenzó a reírse sarcásticamente – comienzas muy bien Kotoko.

–En este momento le diré a tu madre.

–Haz lo que quieras…

Kotoko volvió a bajar las escaleras en busca de su madre, él solo sonrió con superioridad, como si eso fuera posible. Aunque ella hablara con su mamá, ella probablemente la convencería de lo contrario, le borraría esa idea de olvidarlo, de todas maneras, para él mejor. Sin embargo, tan pronto como entró a su recámara, salió. Con el pretexto de ir por un vaso de agua, se acercó silenciosamente hacia donde se encontraban las mujeres de la casa hablando.

–Kotoko chan, debes darle una oportunidad más a mi onii chan, no te rindas con él, te aseguro que si ideamos algún plan podemos hacer que él acepte sus sentimientos por ti – Naoki sonrió para sí mismo sabía que esto pasaría, así que estaba satisfecho por el resultado de lo que sea que su mamá lograra.

Mientras tanto, Kotoko estaba pensando en lo que le decía obasama, y aunque quería seguir tras Naoki, sabía que había llegado el momento darle vuelta a la hoja. Se merecía seguir con su vida y conocer a un chico que si la quisiera. Estaba totalmente decidida a dejar a su amor de secundaria y concentrarse en ella, por primera vez pensar en su propio bienestar.

–No obasama, sé cuándo detenerme y no quiero seguir detrás de su hijo. – Naoki detuvo su caminar al escucharla, sintiendo algo pesado dentro de su estómago, escuchó como su madre emitir un suspiro de consternación.

–Hija, estoy segura que si hacemos algo…

–No puedo obligar a alguien que me quiera – a Kotoko le dio un pesar muy grande al ver a la mujer que tenía enfrente consternada y dolida por su decisión, pero debía entender que no podía hacer nada más, si su hijo no la quería, solo estaba forzando a situaciones que varias veces la habían puesto en apuros, así que continuó – usted siempre será una madre para mí, no quiero que mi decisión la haga sentir triste, creo que es sano y es lo necesario para todos.

Naoki se sentía desorientado, estaba completamente seguro que su madre le convencería de no alejarse de él pero al final, se había equivocado. Tenía que buscar alguna forma de que ella no lo dejara, no entendía por qué sentía que debía hacer eso pero, exigía su atención solo para él.

Tendría que idear un plan para que se quedara y besarla ya lo había hecho. Fue a su recámara para intentar dormir, pero sentir a Kotoko lejos, le quitaba el sueño.


HOLAAAAA.

Les traigo una historia que escribí durante las vacaciones. Como regalo de navidad, se las dejaré completa para que la disfruten. (aparte como disculpa por no haber actualizado mis demás historias).

Gracias a todos de antemano por leerla y bueno, saben que pueden comentar y decirle lo que opinan, me encanta leerles y responderles.

Saludos y besos.

Melina Tolentino