No soy dueño de pokémon ni de ninguno de sus personajes, este fic solo tiene fines de entretenimiento.
Estaba tan cerca de hacerse con el título de campeón, después de vencer al último miembro del alto mando de la región de Alola pensó que lo había logrado, sin embargo no conto que para alzarse con el título tendría que enfrentar a un último oponente, su sorpresa se hizo presente al mirar de quien se trataba, quien era el último obstáculo era nada más ni menos que el profesor de la región, quien le dio la bienvenida a la escuela pokémon, quien lo guio y ayudo en su recorrido y aventuras por las islas, la persona que le brindo un lugar donde alojarse mientras vivía en aquel paraíso tropical.
Aquel fuerte lazo de maestro y pupilo que crearon durante su tiempo juntos no evitaba que se regalaran una sonrisa desafiante, era el momento de demostrar todo lo que había aprendido, todo el entrenamiento riguroso por el que paso para llegar tan lejos, quería demostrar que no era solo otro chico más que se lanzó a la aventura pokémon y que apenas se lo podría considerar como alguien por encima del promedio, incluso habiendo llegado a segundo lugar en su última liga estaba cansado de perder, por eso acepto ir a la escuela, acepto el reto del recorrido insular y finalmente acepto enfrentarse a ese oponente.
-Esa hora Ash- dijo en un lado de un campo de batalla el conocido profesor de la región de Alola.
-Espero que des todo lo que tengas porque no me contendré- respondió el nombrado azabache.
-Comiencen- se escuchó la voz del árbitro.
Así dio inicio al combate más grande de la región, o al menos así lo describieron los originarios del lugar.
Dado que era una región lejana, el combate era transmitido solo por pago por evento, al apenas estar en desarrollo y no contar con una aprobación de la liga pokémon que reconociera al campeón y alto mando del lugar no tuvo mucha audiencia, pues quienes desconocían de que se trataba creían que solo era un combate corriente por lo que no le daban tanta importancia, de hecho si el mismo azabache no hubiera avisado al profesor Oak de aquel decisivo enfrentamiento quizás en su pueblo tampoco hubieran contratado el canal para verlo.
Ahí estaban, Gary, el profesor y Delia, Tracey no se encontraba porque había salido de vacaciones hace poco, los que miraban estaban muy contentos y satisfechos con el desempeño del chico con Z´s en las mejillas, ambos Oak veían maravillados a aquellos pokémon de la distante región, Delia en cambio miraba fijamente al muchacho.
Gran nostalgia la llenaba viendo a aquel muchacho que ya tenía 16 años de edad –Sí que has crecido mucho, te pereces a él pero tienes tu propio estilo, uno realmente único- pensó con una sonrisa melancólica.
El profesor Oak pudo notar esto, iba a decir algo pero recordó que Gary estaba presente, ya después hablaría con ella a solas.
En Alola el combate ya estaba llegando a su clímax, a los dos les quedaba un pokémon, por el lado de Ash quedaba un agotado pikachu que logro vencer a un formidable Incineroar, por otro lado estaba un Lycanroc completamente sano y lleno de energía, el muchacho miro un poco preocupado la situación, se sentía atrapado entre la espada y la pared, su mente estaba aturdida, ¿que debía hacer? Era la pregunta que se decía así mismo.
-No me he divertido de esta manera en mucho tiempo.- admitió el profesor Kukui cerrando los ojos pero abriéndolos casi enseguida. –pero todo tiene un final, y este final me pertenece, Lycanroc prepara tu más poderoso ataque de roca afilada.-
Ash ahora estaba en un aprieto, sabía que si pikachu recibía aquel ataque era el fin. Su percepción de la realidad empezó a ser en cámara lenta. –¿Acaso este es el final? ¿Esto es todo lo que puedo hacer?-
En pueblo paleta Delia miraba preocupada al televisor. La castaña cerró los ojos y empezó a pensar en el muchacho. –Sé que tú puedes Ash, sé que lo lograras, creo en ti- Repetía varias veces en su mente.
Todo indicaba que Ash perdería el combate, antes de que el pokémon roca lanzara su ataque la imagen de Delia apareció en la mente del chico. -creo en ti- escucho decir a aquella imagen, ilusión o sea lo que fuera.
Ketchum sonrío con calma, esto no pasó desapercibido por su rival que estaba atento a cualquier acción del adolecente y su pokémon. –Es cierto, no me daré por vencido, claro que no… es todo o nada, ¡Pikachu, es hora de usarlo, sé que no lo hemos dominado pero no tenemos alternativa, lo lograremos a como dé lugar!- El pokémon entendió claramente a lo que se refería su entrenador, sabía que era arriesgado, a pesar de eso estaban tan cerca del triunfo que no permitiría dejarlo ir como si nada.
El roedor eléctrico se situó a pocos metros de Ash, un gran brillo de la pulsera del entrenador se hizo presente en el campo de batalla y estadio en el que estaban, Kukui se alarmo al descubrir de qué se trataba ese peculiar resplandor.
-Nunca dejas de sorprenderme… sin embargo quiero vencerte, nosotros también iremos con todo, Lycanroc es hora- Kakui mostro una brazalete similar al de Satoshi pero con un cristal de otro color que al igual que el otro empezó a brillar con igual intensidad. Un aura colorida envolvió tanto a los entrenadores como a sus respectivos pokémon.
-¡Este es todo nuestro poder actual!- Ash empezó a hacer unas posturas extrañas al igual que Pikachu, se movían en perfecta sincronía. El cielo empezó a oscurecerse.
El profesor trago sonoramente, nunca vio aquellas posturas así que desconocía lo que vendría, aun así el con su pokémon hicieron sus propia coreografía. La mente de aquel científico se llenó con los momentos vividos con aquel chico de ojos marrones. –Has crecido mucho, me alegra haberte conocido y guiado en todos estos años, Ash pase lo que pase siempre serás alguien especial para mí, como si fueras un hermano- murmuraba el personaje de gorra, bata y torso descubierto. -Lycanroc acaba este duelo, ¡Aplastamiento gigalítico!- grito a todo pulmón terminando con su postura. Una gran roca que parecía un pequeño meteorito logro formar y arrojar con gran fuerza aquel pokémon.
-¡Ahora pikachu! Movimiento Z final ¡Un millón de voltios!- vocifero con gran intensidad el azabache acabando su secuencia de posturas. Pikachu fue envuelto en un aura de varios colores, varios rayos del cielo caían hacia él, pero en vez de lastimarlo se combinaban con aquella aura, metros antes de que el ataque letal de roca golpeara al pequeño pokémon este lanzo un gigantesco trueno azul, la roca apenas podía contener tal poder, todos miraban atónitos aquella escena.
Un tenue brillo que se acrecentó en un instante cegó a todos los espectadores, después una gran explosión se escuchó, la fuerza de esta hizo sacudir la tierra. Después de unos minutos la luz fue disminuyendo su alcance hasta desaparecer por completo.
El campo de batalla estaba completamente demolido, varias grietas llegaban hasta los graderíos, Pikachu, Lycanroc, Ash y Kukui se miraban con una sonrisa, nadie del público podía creer lo que habían visto sus ojos.
-Increíble- dijo de manera apenas audible el científico mientras miraba con un semblante lleno de alegría a su oponente y su pokémon. Después el y su pokémon se desplomaron en el suelo.
Él arbitro pensó por unos segundos que estaba en un sueño, se había mantenido estático, pero como un profesional debía hacer su trabajo- -e…el ganador y nuevo campeón insular es ¡ASH KETCHUM!-
Cientos de elogios, aplausos y palabras de felicitación se escuchaban en el estadio.
Ash y pikachu apenas podían sonreír, aquel ataque desgastaba tanto a pokémon como entrenador. El azabache se acercó a su pequeño amigo. –Lo hicimos, de verdad lo hicimos- dijo cargando al pokémon eléctrico.
En el laboratorio tanto Gary como el profesor seguían estupefactos. Delia derramaba algunas lágrimas de alegría. –sabía que podrías Ash-
Fin del primer capítulo, espero les guste, esto solo fue el prólogo, si tienen preguntas o dudas déjenlas y encantado las responderé, también déjenme su opinión, gracias y hasta pronto.
