Roses in December by ckofshadows

Nota de la autora: Cathedral Carver es una diosa rockera en velar por esta historia en mi lugar.

No es AU. Por favor denle una oportunidad, porque realmente me gusta. Podría ser un one-shot, o podrían venir más. Aún no lo decido.

Nota de la traductora: Claro que decidió hacer la historia más larga que un one-shot ;)


Dentro de los últimos meses, he estado en la misión de encontrar la cafetería perfecta. Ni siquiera sé lo que estoy buscando, realmente, pero soy optimista a que lo sabré cuando la vea. He estado en cada Starbucks en las 50 millas de Westerville, y a pesar de que los cortos de moca son intrigantes -particularmente en esta temporada- son un tanto comerciales para mi gusto. Así que, he estado en los lugares más pequeños últimamente.

Pero "The Daily Grind" tiende a tostar sus cafés, y "Cuppa Joe's" usa vasos de poliestireno, y "Brew-Ha-Ha" tiene sillas incómodas. Nada es totalmente correcto, y todos los días, tacho una cafetería de la lista maestra.

Es una fría mañana de Diciembre cuando llegué a un lugar llamado "Lima Bean". No luce muy llamativo desde afuera, pero mi experiencia como un Anderson me ha enseñado algo, y es que las apariencias engañan. Aparqué a un lado en el estacionamiento, y me apresuré a la tienda, abotonando mi abrigo contra el viento frío.

El lugar está casi vacío. Es cálido, huele como a café en grano y capuchino; me quedé quieto en la puerta cuando me golpeó.

Esta era.

Esta era la cafetería perfecta.

Había una sensación real, una realización palpable, que no tendré que seguir buscando. Que la estuve buscando por siempre. Me acerqué a la caja, tratado de percatarme qué es lo que hacia este lugar tan diferente. La camarera me miró expectante.

-Medium drip, por favor.- le dije. No llevaba dinero, así que deslicé mi tarjeta de crédito e ingresé mi clave antes de moverme al final del mesón. Luego, una fresca taza de café estaba presionada contra mi mano, garabateado con un "Blaine". Ella debió haber visto mi nombre en mi tarjeta, supongo. Después de añadir crema y endulzante a mi café, me volteé y escanié la habitación, buscando un buen asiento.

Hay un montón de mesas vacías cerca de la ventana - lo que significa buena luz para leer- pero mis ojos están centrados en una mesa pequeña en el centro, donde está sentado un chico de mi edad, mirándome. Un atractivo chico de mi edad. Esta definitivamente mirándome -no sólo mirándome- y hay algo acerca de él que me atrae hasta acercarme.

Caminé, sonriéndole con más confianza de la que sentía.

-Hola.

Sus ojos son amplios. Son un azul profundo donde no me puedo centrar, pero me gustaría.

-Hola.- replicó, su voz alta y luminosa.

-Mi nombre es Blaine.

Su sonrisa cayó un poco. No lo culpo, es un nombre tonto.

-Soy Kurt.

-Kurt. ¿Puedo unirme?

-Um... Seguro.- Me deslicé en el asiento frente a él, dejando el estuche de mi laptop bajo la mesa.

Soy educado en casa, lo que para algunos niños significa estar sentándose en la mesa de la cocina recibiendo lecciones de álgebra por sus mamás, pero para mi significa asignaciones mensuales y búsquedas de papeles que completo en mi tiempo libre. En Septiembre, comencé a llevar mi computador a diferentes cafeterías todos los días. Era una forma de escapar del silencio opresivo de mi casa, y tener acceso a una reserva de café y biscotti gratis nunca duelen tampoco.

Esta es la primera vez que siquiera pensé en compañía, creo. Quizás es el trayecto de la búsqueda de la cafetería perfecta que me tenía de nervios.

-¿Vienes aquí a menudo?.- Kurt preguntó, una delicada ceja alzándose. Es tan lindo que duele con sólo mirarlo.

Sonreí en respuesta, tomando una probada de café.

-Primera vez.- dije luego de saborear, luego tocando la punta de mi café.- No será la última, creo. Este café es realmente bueno.

Él asintió, tomando un trago de su propio café. Nos sentamos en silencio, sin mirarnos el uno al otro y sin mirar demasiado lejos, tampoco.- Así que.- dice finalmente.- ¿Qué te trae a Lima?

-¿Qué te hace asumir que no soy de Lima?.-le frené. Él solo me miró inescrutablemente, y finalmente tuve que reír.- Okay, me tienes, no soy de Lima. Vivo en Westerville. ¿Qué me alejó?

-Sexto sentido.- dijo secamente.- Y no respondiste mi pregunta.

-Me gusta hacer mi tarea en las cafeterías.

-¿Estas en secundaria?

-Sí, soy senior(*).

Él miró hacia el reloj de la pared.

-Son más diez, en un martes por la mañana. ¿Por qué no estás en clases?

-Soy educado en casa.

Esto parece descolocarlo.

-Oh, no me había dado cuenta.

-No somos desadaptados sociales, lo juro.

-Pensé que estabas en Dalton o algo.

-No, pero no estas tan fuera de base. Fui a Dalton por un par de años.- admití.

-Huh.- soltó buscando su café otra vez, percatándome que sus manos temblaban. ¿Estaba nervioso?

-¿Qué hay de ti?.- pregunté, ladeando mi cabeza.- ¿No deberías estar en clases?

-Nop. Me gradué el año pasado.

-Así que, tienes mi edad entonces.- viendo que se detuvo, agregué.- Debí de haberme graduado en primavera como tú, pero tuve que estar unos cuantos meses fuera de la escuela. Terminando por perder mucho tiempo para hacer todo. Así que, repetí mi año de senior.

-Ah.

Esperé por las inevitables preguntas, pero para mi sorpresa, no vino ninguna. Nos volvimos a sentar en silencio. Miré alrededor de la cafetería, tratando de darme cuenta nuevamente qué es lo que la hacía tan perfecta, pero mi mente me mantenía volviendo a mi nuevo amigo. Mi nuevo amigo con un adorable rostro, y expresión inescrutable, y un elevado peinado. Me pregunté como se sentiría entre mis dedos mientras nos besamos, en contra de su Navigator, manos tanteando, acercándose hasta el comienzo de-

-Lamento interrumpir.- miré hacia la camarera de pie a nuestro lado, meciéndose hacia delante en las puntas de sus pies.- Tenemos un nuevo lote de galletas acabado de salir del horno, y quería traerles un poco a ambos.- dijo mostrándonos un plato rebosante de galletas, y mi boca comenzó inmediatamente a aguarse.

Kurt casi estaba deslumbrado.

-Gracias, Bethany.

-De nada, Kurt.- dijo, sonriendo ampliamente. Comencé a sacar mi billetera, pero ella la alejó.- No seas tonto, Blaine. Va por cuenta de la casa.

Le agradecí cortésmente, añadiendo.- Eres muy buena con los nombres.

Sus ojos revolotearon hasta Kurt, y su sonrisa decayó.- Sí. Bueno, debería volver al trabajo. Disfruten.

Desapareció de nuevo, y empujé el plato hasta Kurt, incentivándolo a que tomara una. Lo hizo, su rostro aún tenso por las palabras de Bethany. Tomé una también y, no me sorprende, es una de las mejores galletas que he probado. Saqué la tapa de mi vaso de café y unté la galleta de poco en poco, masticando el final de ésta. Cuando alcé la vista, Kurt me esta mirando, sus ojos terriblemente tristes.

-¿Qué?

-Nada.

Podría decir, que esta mirando al comienzo de mi cabello; levanté mis dedos hasta ese punto, sintiéndome apenas conciente de lo sucedido.- Es una cicatriz.- Le aclaré, y asintió en respuesta.- No duele.- me apresuré a decirle.

-Eso es bueno.

El silencio se estrecha hasta parecer millas entre nosotros, finalmente hablé.

-Sucedió hace unos meses en mi año de senior.- le conté.- Dejé Dalton para transferirme a una escuela pública, y adivino que habían unos homofóbicos allí, con tendencias violentas. Yo soy… quiero decir… Soy gay.- No lucía perturbado ni sorprendido por la información, así que continué.- Aparentemente un grupo de ellos me arrinconaron y me golpearon bastante.

-¿Aparentemente?

-No recuerdo nada.- tracé un dedo a lo largo de la oscura cicatriz, desde el comienzo de mi cabello hasta mi cuero cabelludo.- El trauma en la cabeza fue lo peor; uno de ellos cargaba una palanca. Estuve en coma por un largo tiempo.

Tragó.

-¿Y saliste de todo eso?

-Fue bastante duro. Tuve algo llamado amnesia retrógrada. Perdí a lo menos un año de mis recuerdos.

Esto no parece espantarlo, lo que es agradable. La mayoría de la gente se asusta cuando les digo.

-¿Y nada de eso volvió?

-No, aún no.

Suspiró.- ¿No hay otros efectos secundarios de esa noche?

-Yo… ¿Cómo sabes que pasó en la noche?

-Solo lo deduje. Esa clase de ataques tienden a ocurrir en la noche.

-Oh. Bien, no, la amnesia fue todo. A veces tengo migrañas, pero no muy a menudo últimamente. Y…- me interrumpí, avergonzado. Kurt solo me miraba expectante.- Tengo visiones, a veces.

-Visiones.- repitió.

-Son como alucinaciones, creo.- admití, esperando que no pensara que estoy loco.- Como el otro día, mis padres y yo fuimos a comprar a Gap, y tuve este bizarro sueño despierto de que estaba siguiendo a un empleado de Gap alrededor de la tienda, dándole una serenata con una inapropiada canción sexual. Bailando a su alrededor y saltando sobre mesas y cosas.- reí torpemente.- ¿Extraño, cierto?. Nadie puede hacer eso.

-No lo sé, puede ser que fuera un gerente junior.- dijo inexpresivo.- De todas formas, ¿Cómo sabes que no es un recuerdo?

No pude saber si es que se estaba burlando de mi.

-¿Realmente crees que fui al trabajo de alguien e impuse un show?

-Es posible.

-Nah. Como dije, ocurre a veces. Las visiones, me refiero. Mi papá dijo que mi cerebro trata de llenarme de recuerdos sin sentido.- al mencionar a mi padre, Kurt se tensó visiblemente. Quizás él tiene una mala relación con su padre. Traté de imaginarme como luciría –Alto y delgado como él, quizás, grandes ojos- pero seguía viniendo a mi la imagen de un hombre calvo usando overoles y gorras de béisbol. Estuve a punto de decirle, pero podría accidentalmente ofenderlo.- ¿Así que vas a la universidad?.- pregunté.

-¿Yo?. No.- dijo empujando una gran parte de una galleta dentro de su boca, y tuve la impresión de que era porque no quería hablar de la universidad. Mientras tragaba, frotó un lado de su cuello inconscientemente. Mis ojos siguieron el camino de sus dedos bajo una delgada cadena de un collar, y –oh.

-Oh, Dios. Lo siento.

-No lo sientas, iré a la universidad en algún momento.

-No.- interrumpí.- Lamento hablar de mi ataque.- señalé a su cuello, donde sus dedos estaban trazando una cicatriz. Ahora que lo veo, hay otras, también. Otra cerca de su ojo derecho, y una a lo largo de su clavícula.- Tampoco tuviste un buen tiempo, ¿Cierto?.

Él solo me miró, afligido. Sus ojos lentamente llenándose de lágrimas, así que miré a mi café educadamente hasta que pudiera recomponerse. Cuando volví a mirar, sus lágrimas se habían derramado, y negaba con su cabeza una y otra vez.- No puedo hacer esto.- susurró.

-¿Hacer qué? ¿Dejar Ohio?. Lo sé, es duro, pero no estarás aquí por siempre. Estoy planeando irme por mi cuenta a la primera oportunidad. Solo debes tener coraje-

Hay un chillido agudo mientras mueve su silla hacia atrás, hasta estar de pie, poniéndose su chaqueta.- Tengo que irme.

-¿Fue algo que dije?.- Dios, espero que no. Hay algo acerca de Kurt que me hace querer acurrucarme a su lado y perderme en él. Solo estar así todo el día, mirando "The Sound of Music" y cantar en una armonía de dos voces y – mierda. Por la mirada en el rostro de Kurt, sé que estoy teniendo otra de mis visiones.

-¿Qué viste?.- preguntó.

Lo miré, quedando sin habla.

-Por favor no te vayas.

Limpió sus mejillas surcadas de lágrimas con la parte posterior de su manga, mirando por encima a la camarera que nos esta observando.

-Tengo que.

-¿Por qué?. Solo quédate un poco más. Prometo no decir nada estúpido esta vez.

-No eres tú, es... quiero decir, tu papá...

-¿Mi papá?

Miró lejos por un momento, y cuando volvió la vista, era una expresión penetrante, hizo que mi aliento se atorara en mi garganta.- Necesito irme. Pero… vendré mañana. Mañana en la mañana. Cerca de las diez, si es que tú-

-Estaré esperando.

No estoy seguro si es alivio o inquietud lo que pasa por sus ojos cuando asintió, luego se volteó y se fue. Me senté solo por un minuto, tratando de interpretar lo que pasó.

Bethany aún me esta mirando. Así que me paré, colgando el estuche de mi laptop sobre mi hombro, tomando mi café y galletas. Hay un asiento cerca de la ventana que es un poco más privado.

Cuando me senté en mi nuevo lugar, Bethany volvió a su trabajo, conversando con un nuevo cliente.

Volteé la mirada hacia la ventana, y fue cuando lo vi. Kurt estaba sentado en el asiento del conductor en la Navigator estacionada, a no más de treinta pies. Su frente descansado contra el manubrio, su cara cubierta con sus manos. No estoy seguro, pero juzgando por el movimiento de sus hombros, luce como si estuviera sollozando.

Intranquilo, tomé un sorbo de mi tibio café. Luego de un par de minutos, se incorporó, encendió el motor, y salió del estacionamiento. Saqué mi laptop, dispuesto a trabajar en mi ensayo del Sagrado Imperio Romano, cuando de pronto me golpeó.

¿Cómo sabía que manejaba una Navigator?


Senior (*): Es un término usado en Estados Unidos, para referirse a un estudiante que esta en su cuarto año de estudio.


Les recuerdo que este fic no me pertenece, es propiedad de ckofshadows, que amablemente me dejó traducirlo. Si entran a su cuenta en fanfiction, se encontrarán con algunos Fan Arts y trailers de este fic. Espero que lo disfruten tanto como yo :)

~Carolice.