Noche de terror!!!....de hogueras y marshmallows

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Primera parte :

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Ron resopló por cuarta vez y volvió a acomodar el gran fardo que llevaba sobre el hombro. Se maldijo a sí mismo por estúpido y por hacerse el hombre ofreciéndose a llevarlo todo.

- ¿Queda mucho para llegar? – preguntó con un ligero tono de desesperación

- No debería, por lo que me dijo Harry debería verse en cuanto subamos la colina – le respondió Hermione que iba algo adelantada recogiendo flores, que crecían junto al camino de tierra, mientras caminaba junto a Ginny – es un sitio precioso , ¿verdad?

Llevaban casi 10 minutos siguiendo ese camino, que cada vez se hacía mas y mas empinado. Ron solo rezaba porque al menos fuera el correcto. Cuando dejaron el autobús que les llevo a la comarca, la única indicación que había al principio del camino era un cartelito medio doblado con el número.

- Si..., precioso y en el culo del mundo – agregó malhumorado

- ¡Ron! No hables así o se lo diré a mamá. Si te oye el profesor Lupin usando ese lenguaje creerá q somos unos maleducados.

- No creo que se asuste precisamente de mi forma de hablar. Le he escuchado a Sirius cosas peores el año pasado y el vivir con él lo habrá acostumbrado.

- Pero que exagerado eres Ron, ni que estuvieran viviendo juntos desde hace años. Sirius solo lleva allí desde Junio. Y el padrino de Harry tampoco dice tantos tacos como estás empezando a decir tú últimamente.

'Bah,....mujeres', pensó Ron resignado e ignorando responder a la reprimenda de Hermione 'siempre tienen que llevar la razón'

- ¿Seguro que Harry está ya allí esperándonos, no? – preguntó Ginny, al menos por tercera vez en el día, mientras recogía mas margaritas.

- Si, al menos cuando me llamo por teléfono me dijo que ya estaba aquí – le respondió su amiga de pelo castaño.

- ¿Pero seguro que no te dijo nada mas?, ¿solo que me avisarás y que trajéramos bolsos de dormir? – se decidió a preguntar Ron rompiendo su indignado silencio de antes.

- Sacos, se dice sacos de dormir señor Weasley.

- Lo que sea, me da igual como se llamen, solo se que pesan un montón. ¿Pero te dijo solo eso sin darte mas explicaciones o que?

- Como ya te dije antes, y como te volveré a decir si no me interrumpes mas... – respondió la joven

Ron gruñó, desde que Minerva le insinuará a final de curso a Hermione que quizás la nombrarán prefecta usaba ese tonillo demasiado a menudo, y le crispaba los nervios.

- ... al parecer Harry llamaba desde un teléfono público que hay en la carretera que dejamos antes. No me pudo decir mas porque se le acababan las monedas. Ya sabes que apenas suele tener dinero muggle, sus tíos nunca fueron muy generosos precisamente.

- Ya, ya lo se, lo que no se es porque uso un aparato muggle para llamarte a ti y no mandó a Hedwig para avisarnos a nosotros. En una carta se podía haber explicado mejor

- ¿Y como quieres que lo sepa?. No lo se todo, ¿sabes? Ya nos lo dirá él, pregúntaselo cuando lo veamos.

- Si es que llegamos alguna vez....

Casi como respondiéndole se escuchó los gritos de Ginny - que se había adelantado dejándolos solos cuando empezaron a discutir - avisando de que ya se veía la casa de Remus Lupin. Y efectivamente, al llegar a la altura, Ron y Hermione pudieron ver que tras una pequeña bajada se levantaba una pequeña casita de dos pisos de tejas verde oscuro. Una gran hiedra trepadora ocupaba casi toda la fachada y suponían que al menos parte de otro de los costado de la casa. Unas ventanas, con cristales de colores, eran los únicos huecos entre tanta frondosidad.

Justo detrás de la casa comenzaba el linde de un bosquecillo de fresnos. Bosquecillo que se volvía cerrado en apenas unas decenas de metros. Pero lo primero que vieron fue a dos personas sobre el tejado de la casa. Dos hombres en la treintena, de cabello oscuro uno y castaño veteado de canas el otro.

Los tres jóvenes gritaron y los saludaron al verlos. Estos les respondieron algo al percatarse de su presencia, pero que no pudieron escuchar a esa distancia. El hombre de pelo negro, Sirius Black, avisó a alguien que estaba en la parte de atrás de la casa. En apenas unos segundos Harry apareció por la puerta principal, y corrió hacia ellos saludándolos con alegría.

Las chicas soltaron unos grititos de júbilo y también se lanzaron colina abajo corriendo hacia su amigo. Ron intento hacer lo mismo, pero los bártulos que acarreaba le obligó a llevar una velocidad menor o correr el riesgo de sufrir una caída muy poco digna. Cuando por fin llegó a la altura de la casa Hermione y Ginny ya se habían lanzado a abrazar a Harry colgándose de él.

- ¡Haaaarry! –gritaron las dos de alegría

- ¡Hermione al fin llegasteis!!. ¡Ginny! ¡tu también has venido!

Su amigo en vez de quejarse parecía disfrutar del reencuentro tanto como ellas, y hasta logró hacerlas girar aprovechando la inercia de la carrera. Harry había crecido y era mucho mas fuerte si podía con las dos sin caerse, pensó Ron. Aunque seguía siendo mas bajito que él y seguro que no hubiera podido llevar tanto peso tanto tiempo como había tenido que hacer, pensó también en un silencioso arranque de orgullo.

Dejo todos los bultos junto a la casa mientras que al fin las chicas se despegaban de Harry y este se acercaba a saludarlo con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿No pretenderás abrazarme y llevarme en volandas a mi también no? – le dijo el pelirrojo con sarcasmo.

- Claro que no idiota, tu no eres tan guapo – le respondió sin perder el buen humor su amigo

- ¡Eeeeeh! – se quejo haciéndose el ofendido a la vez que le saludó dándole la mano a un Harry que no sonreía mas porque era físicamente imposible – Pues que sepas que mi madre siempre me dice que fui un bebé guapísimo.

- Pero luego te estropeaste al crecer – le interrumpió su hermana entre risas.

- Umm, graciosilla, mi madre también me dijo que trajera a Ginny con nosotros. ¿no te importa verdad?.

- ¡No! Claro que no. Así nos divertiremos mas. Sirius me riño después por no habérseme ocurrido cuando llamé a Hermione. Me alegro de que esté aquí.

- ¿Y nos puedes explicar ya que pasa y porque hemos venido?. Apenas me diste detalles y Ron no ha parado de darme la paliza durante todo el viaje – preguntó Hermione que ya había recobrado la compostura y hasta arreglado el vestido después de tanta emoción.

- Lo mejor es que paséis dentro y os explico mejor. Ron ven conmigo y te digo donde dejar todo eso. Chicas, si queréis esperadnos en la cocina y serviros algo de beber.

Tras lo cual entró en la casa con ellos detrás. Les enseñó la puerta que llevaba a la cocina y se llevo a Ron hasta el otro lado de la casa, mientras este protestaba diciendo que si podía con su hermana y Hermione bien podía echarle una mano con los bultos. Harry hizo oídos sordos.

En la parte de atrás de la casa había lo que hacía años habría sido un sofisticado y amplio jardín de rosas. Harry le explicó que había sido de la madre de Lupin y en su día había sido muy hermoso. En la actualidad solo quedaban algunos macizos con flores, mezclados con plantas silvestres, y un bonito estanque artificial. Del resto apenas quedaban las estructuras y ramaje reseco. Indicó a Ron una parte mas despejada junto al estanque donde dejar las cosas y se reunieron con las chicas. Estas les esperaban en la cocina con unos vasos de limonada fresca preparados.

- Lo primero de todo Harry, ¿qué haces aquí en lugar de la casa de tus tíos? – le preguntó Hermione cuando se sentaron en la mesa de la cocina con ellas.

- Es verdad, ¿los has matado o algo y estas aquí huyendo de la justicia? – añadió Ron

- No no, nada tan dramático como eso. La casa se infestó de cucarachas y la están fumigando. Mis tíos y Dudley se han tenido que alojar con la tía Marge, y supuestamente no tiene sitio para mi. Pero creo que es porque ella me tiene pánico por lo que paso hace dos veranos – dijo Harry sin asomo alguno de remordimiento – Escribí a Dumbledore y a Sirius. Mi padrino lo convenció para que pasara estos días aquí con ellos, y al final el director dio su consentimiento.

- Genial, ojalá tardaran una semana entera o mas en fumigaros la casa – afirmó Ron – Oye, ¿y por qué no mandaste a Hedwig a la madriguera?

- Eso es porque la pobre está muy ocupada. Sirius me la pidió prestada, tienen muchos mensajes que mandar por ... bueno, ya sabéis que tienen cosas q hacer. Creo que están reorganizando el viejo grupo del que hablo Dumbledore.

- Oh – fue toda la respuesta de su amigo. Un incómodo silencio al recordar el final de la prueba de los tres magos les invadió a todos.

- Y dime Harry – se atrevió finalmente a hablar Hermione - ¿Qué se supone que vamos a hacer?. ¿Para que los sacos? Bueno me lo imagino pero...

- Porque nos vamos de campamento Hermione – el joven de ojos verdes intentó no ponerse triste y olvidar ciertas cosas, al menos durante unos días – Mi padrino se enteró de que nunca estuve en ninguno y dijo que eso no podía ser. Le insistió a Lupin para que los días que esté con ellos hagamos como si estuviéramos en un campamento. Van a montar unas tiendas en el jardín y todo. Por eso les pedí invitaros, no quería disfrutarlo sin vosotros.

- Si, y además.... ¿qué clase de vacaciones pueden ser solo con un ex–profesor y tu tutor?. Es como ir de viaje con tus padres, un rollazo. – añadió su amigo

- Ron, no digas eso – le criticó a su hermano Ginny

- ¿Qué?, es verdad uno no se divierte tanto. Lo ideal sería irnos solos por ahí, sin vigilancia de

adultos. Así podríamos hacer lo que queramos – dijo sonriendo con picardía

- Ah ¿siii? – preguntó Hermione levantando una ceja con suspicacia - ¿y que se supone

que es lo que queramos señor Weasley?

- Eso señor Weasley, ¿qué es lo que pretende usted hacer sin vigilancia paterna?. ¿Tenemos que preocuparnos y atarle corto?

La voz de Remus Lupin les cogió a todos de sorpresa. Habría entrado en la cocina sigiloso como un gato,... como un lobo en su caso. Ron se levantó rojo de vergüenza y apenas pudo tartamudear un par de excusas inconexas.

- Ah vamos Moony, no hables como si tuvieras cien años. El chico es joven, todos sabemos que es lo que quiere hacer, ¿verdad? – dijo Sirius Black entrando también en la cocina y guiñando un ojo a un Ron que se puso aún mas colorado si era posible.

Ginny y Harry se rieron muy a gusto a su costa mientras el pelirrojo no sabía donde meterse. Hermione parecía extrañamente seria y esperaba escuchar la contestación de Ron. Pero el chico fue salvado por la intervención de Lupin que riñó a su antiguo compañero de colegio.

- Y tu no hables como si tuvieras veinte años menos. Te avisó que si piensas intentar estos días revivir tus años de adolescente conmigo no cuentes, y si te pones insoportable te expulsó del "campamento". Que para eso esta es mi casa.

- Aguafiestas.... – se quejó pero sonriendo Sirius. – ¿Ahora me dirás que me corte el pelo mami?

- No te vendría mal un recorte ahora que lo dices, te sobran al menos diez años para ir como un melenudo. ¿Quieres entrar en los Rolling Stone o que?

El cuarteto de amigos permanecían ahora callados bebiendo su limonada y mirando a uno y otro como si fuera un partido de tenis. Al sentirse tan observados los dos adultos finalmente dejaron de discutir y con un par de excusas de que tenían cosas que hacer se despidieron.

- Harry, cuando terminéis aquí id al jardín y empezad a montar las tiendas de campaña. Ya os las hemos puesto allí – le avisó su padrino antes de salir.

- Algo me dice que vamos a pasar unos días geniales – sentenció Hermione

- Cierto, me alegro de que hayáis podido venir todos. Cuando llamé a tu casa tuve miedo de que tu y tus padres estuvierais de viaje en Europa o algo así.

- Si, a mi también me extrañó cuando se presento en la madriguera. Creía que iba a pasar el verano en Krumnilandia – dijo Ron con cierto retintín que hizo fruncir el ceño a la chica y a su hermana levantar los ojos al techo en señal de fastidio.

- Por-fa-vor Ron, no empieces otra vez con la cantinela. En casa ya nos tienes hartos del temita de tanto quejarte – protestó su hermana

- ¿De veras? – ahora era Hermione la del retintín y Ron la que miraba furioso a Ginny – Pues no, no he ido aún a visitar a Krum – dijo remarcando el aun - ¿Quién sabe? El verano es muy largo.

- Eso es cierto, pero lo primero es lo primero, ahora estamos aquí y de campamento – intervino Harry intentando zanjar el tema al ver la cara de basilisco que ponía su amigo - ¿Sabéis que Sirius lleva dos días tragándose películas muggles sobre campamentos de verano?

- ¿Qué? – preguntaron los otros al unísono

- Si, se ha tomado muy a pecho el montarme un campamento perfecto. Dice que se estaba documentando. Según Lupin incluso nos ha preparado actividades o algo. No se que será, nunca he ido a un campamento.

- Nosotros menos, no es algo que se acostumbre entre las familia de magos – dijo Ron



- Yo si – confesó Hermione – Pero hace ya mucho tiempo. Era apenas una cría y no recuerdo casi nada. Solo que había una niña insoportable que me tiraba de las trenzas.

- ¿Llevabas trenzas? – preguntó Ron entre risitas

- Bueno si, pero ya hace mucho que no las usó – respondió algo cortada

- Ooooh , Hermione, ¿me dejarás que te haga algunas?. ¡De las chiquititas!, y ponerte algunas de las flores que recogimos en el pelo. Seguro que te quedan geniales.

- No Ginny no creo que..., bueno, si por que no – una idea malévola surgió en su mente – Y mejor ahora mismo, antes de que las flores se estropeen, aquí los hombres mientras tanto se ocuparán ellos solitos de montar las tiendas , ¿verdad?

- Eeeh, que yo no me he metido contigo, véngate solo de Ron. – se quejó Harry

- Lo siento señor Potter, culpa suya por tener según que amistades. Vamos Ginny.

Dicho lo cual ambas salieron de la cocina no sin antes que Hermione le sacará la lengua al pelirrojo.

- Mujeres...., no son mas estúpidas porque no entrenan – rezongó Ron

- Y tu que te lo ganas. ¿Tienes que estar siempre buscándole las cosquillas a Hermione?

- Es que no lo puedo evitar, antes de q me de cuenta, zas!, me sale una puya. Debe ser culpa de la forma en que me mira.

- Si ....claro – se levantó de la mesa Harry sin querer insistir en el tema – Venga, montemos esas tiendas mientras aún hay luz.