Disclaimer: evidentemente los personajes no me pertenecen, así que patatín patatán….
Post OotP, julio. La Madriguera.
Este fic contiene comentarios, etc… no apropiados para menores de 17 años.
Ummmm…. Y no se me ocurre qué más. Sólo que es mi primer fic. Si lo disfrutas, enhorabuena, y si no… pues a olvidarlo!!
.una falda de tela vaporosa.
Es una tarde de julio, de esas en las que da pereza hasta respirar. Los rayos caen verticalmente, rebotando en el césped del patio trasero, y las pocas flores que allí crecen en potes de barro, que la señora Wisley se encarga de adecentar día tras día, se achicharran bajo un sol espectacular, cruel, y poco frecuente en esta parte del mundo. No obstante Glenda Chittock había afirmado en su programa de radio WWN1, que éste iba a ser uno de los veranos más calurosos en años. Las cuatro y media, y el reloj sigue con su paso lento y lento, tic tic tac tac, y Hermione es consciente de ello. Observa desde la ventana de la cocina el vuelo de un abejorro que intenta, a pesar de la rejilla antimosquitos, colarse en la madriguera. El insecto, por cabezonería o por al amor al arte, se envalentona, embiste y trastabillea, dibujando círculos en el aire, petardeando por el porche con su característico zumbido…. Y ya van 30º y subiendo. Hermione no puede más. Está tan apabullada por el calor… y eso que sólo lleva una simple faldilla de tela fresca, blanca, vaporosa, un poco por encima de las rodillas, y un suéter de tirantes… unas gotas de sudor perlan la parte superior de su labio, y en un acto inconsciente, se sube el pelo enmarañado, aún húmedo, y con una goma del pelo se hace una enhiesta cola de caballo. ¡Si al menos en la madriguera hubiera aire acondicionado!... y una sonrisa se dibuja cuando recuerda la tarde en que estuvo intentando explicarle lo que era…..
Se acerca un poco más a la ventana. Fuera el mundo continúa. Todos los demás están ocupados. Ron está con Bill, en el cobertizo, intentando arreglar el ford Anglia del Sr. Wisley, que quedó destrozado hace ya bastante. A la señora Wisley le da pavor que el Sr. Wisley lo coja de nuevo, y por eso siempre está allá, en el cobertizo, cubierto de polvo, medio olvidado… y justo esta semana, al cabezota y testarudo se le ha metido entre ceja y ceja que quiere arreglarlo. Que quiere sacarse la licencia mágica, y así poder utilizarlo en caso de urgencia… "Hermione, hay que estar preparados, por si acaso"…ummmm, ya te daré yo por si acaso. La señora Wisley se ha subido a su habitación, hace calor, y últimamente está demasiado nerviosa, demasiado ocupada con sus quehaceres, la orden…. Está bien que duerma un poco. Además, esos momentos de paz y de tranquilidad en los que el pequeño torbellino está fuera de combate se agradecen mucho…. No es que no la quiera, muy al contrario. Hermione la aprecia tanto como a su propia madre, pero es que es un saco de gritos andante, que le revoluciona a uno desde que entra en la habitación, y a veces a Hermione, acostumbrada a la soledad de ser hija única, ésto la supera.
Con un gran suspiro, se gira, y coge los vasos de té frío que estaban encima de la mesa, y abandona la cocina.
-toma Ginny, está frío- le alcanza el vaso a la muchacha, que está tirada en el suelo, aprovechando el fresquito de las baldosas, y leyendo el nuevo anuario de la liga nacional de Quidditch. De vez en cuando Hermione oye una risita, acompañada del crujir de una página…. Y es que Ginny se parece tanto a Ron, allí tumbada boca abajo, con los pies en alto…. No, no puede negar que es una Wisley. Pero se alegra de que por lo menos esté entretenida. Últimamente ha estado muy triste, pensando en qué debe de estar haciendo, allá todo sólo. Debe ser duro estar así, sin saber nada. Sólo esperando. Sin poder hablar con nadie, no poder salir de casa, no poder llevar una vida normal, y siempre hacer lo que te mandan. Sobretodo cuando ya nos sentimos adultos, y los demás nos siguen tratando como críos. Y Hermione, frunce el ceño, entre preocupada y obstinada, porque sabe que aunque casi estén a punto de alcanzar su mayoría de edad, cuestión de meses, para el resto, no serán más que unos críos, valientes, inteligentes, y leales, pero sólo eso. Unos críos. Y mientras se tumba en el sofá que está frente a la chimenea, ese sofá viejo y desgastado, lleno de parches remendados por la señora Wisley, coge su libro de 'Historia de la magia', de Adalbert Waffling , notando como poco a poco la modorra se apodera de ella. Ahora estaba leyendo cómo Ignatia Wildsmith (1227 – 1320) inventó el polvo flú, y en el momento siguiente Hermione ya no responde de sí misma, y el sueño se le ha apoderado…..
El calor entra suave, lento, y de improviso, como una mano lenta que la va meciendo entre aquís y allís, entre poquitos a pocos, y ella se siente transportada y segura en ese sofá que huele a casa, a hogar, que huele a Wisley. Que huele a él….
-Es imposible arreglarlo- Bill entra decidido en la cocina. A grandes pasos deja el trapo lleno de grasa sobre la mesa y se sirve un poco de té de la jarra que aún está fría.
-¿quieres un poco?- le pregunta a un Ron desaliñado y derrotado- creo que me voy a dar una ducha, apesto a sudor-
Y Bill da por zanjada la conversación. Así como es él. Práctico hasta para dar los buenos días o decir me marcho.
Y Ron se queda pensativo…. "Aún no me he dado por vencido. Tengo todo el tiempo del mundo. Aún quedan días para poder intentarlo. Me tomo el té y me pongo a ello". Ron se sienta en la silla de madera q tiene próxima a él, desvencijada como todas las demás, que ahora casi queda diminuta ante su tamaño, y en la que la pintura blanca se ha medio desconchado. Coge el vaso helado y lo mira atentamente. "Por Alguf el Horroroso2, menudo calor hace…. pero esto está tan rico…. Y se está genial aquí, cuando entra la pequeña brisa y le da a uno justo ahí, detrás de la cabeza"…. y el silencio de la cocina y la calma de la casa, lo trasportan a otro momento, a recuerdos que tiene medio olvidados, y que de vez en cuando salen así, cabrones, y te pegan fuerte en la entrada del estómago….. y se acuerda de cuando estuvo a punto de perderlo todo. Y de su cara… no quiere dejar de ver nunca su cara. Desde hace un tiempo se viene sintiendo extraño. Taciturno, medio huraño. A veces no sabe qué le pasa, y otras lo sabe demasiado. Y lo peor es que no quiere que cambie nada, aunque necesita que cambie algo. "Es la mierda de crecer, tío, te conviertes en un ser hiperhormonado…. En fin, a la porra"….
y se levanta tranquilo, y se dirige al salón, donde está Ginny, trasteando con su anuario… se muerde la lengua porque lo que le apetece es quitárselo y mandarla fuera… Últimamente no se llevan nada bien. Ella está irritable, nerviosa, y él está….bueno, él mejor no contarlo. Las peleas se suceden sin descanso, y su madre ya les ha dicho que este año no hay regalos de cumpleaños, a menos que cambien su actitud para lo que queda de verano.
Ron se sienta en el sillón orejero de su padre, dando la espalda a Ginny, que está fuera de esa pequeña ele que los dos sofás forman en la atiborrada sala. Y es justo en el momento en que se sienta, en ese preciso momento, en el que oye un pequeño gemido, y un crujir de tela suave, quedo, a su lado. Y gira un milímetro su cuello, y justo, allí, tumbada, una visión que lo deja extasiado.
…..Hermione está en un gran campo, verde, pintado de retazos impresionistas, de color rojo, dorado, malva, cuyo aroma inundan cada uno de los átomos que respira. Y ella se da cuenta de que respira luz, y que respira tranquilidad, y que allí donde está todo es lento, todo transcurre despacio. A lo lejos, una cabeza pelirroja sobresale entre los matorrales…. "ya te he pillado!" Y corre hacia él, y lo atrapa, y se tira a sus brazos, y él la coge y la voltea, y se besan y todo es tan…..
Hermione duerme, y Ron la mira, extasiado. Parece tan frágil, tan delicada….y su piel, extremadamente suave. Es tan distinta a la suya propia. Hermione tiene las piernas medio flexionadas, un pequeño cuatro en medio del cuero parcheado. Algunos mechones se han salido del recogido, rizados, y le caen así, sobre el cuello, ese cuello, tan largo. Y Ron no puede menos que pensar que le encantaría olerlo, y poner sus labios justo ahí, donde se junta la base del cuello con la espalda. O no, mejor le encantaría pasar sus dedos por el hueco de la clavícula, que tiene formas caprichosas, presionadas contra esa piel tan blanca, de melocotón almibarado….¿sabrá dulce o salado?... y Ron se percata de que tiene la boca entreabierta, y de que su respiración poco a poco se va agitando, y que su pecho, ese pecho que está aprisionado por esos pocos centímetros de tela, sube y baja. Baja y sube. Y Ron acompasa su latido al de ella, como si nada más que su palpitar fuera lo que impulsa al mundo en esta larga carrera. Y de forma inconsciente. Él se pasa la lengua por los labios… "por Morgana3 la tremenda, qué calor"….un tirante se ha deslizado, poco a poco, y Ron puede ver, expectante, un poco de carne, aún más rosada, más suave, y el nacimiento de un trozo de piel tantas veces deseado… es cuando se da cuenta anonadado, que Hermione no lleva esos cachivaches, "¿cómo rayos se llaman?", que llevan las mujeres para sujetarse… bueno para éso. Y un sudor frío le recorre la base de la espina dorsal, y su respiración se agita más, porque la de ella también se ha agitado… Hermione mueve una pierna, hacia arriba, y la tela, vaporosa, forma nubes en el aire, y dibuja recorridos inexplicables para los ojos de él… y dos centímetros más arriba, mucho más arriba de la rodilla, aprecia una carne firme, dorada, censurada por el resto de una tela que a Ron le parece un martirio. Y se queda observando como una mano de ella, sin prisa pero sin pausa, se dirige, inexorable, a ubicarse entre sus piernas…. Y Ron no puede más. Ya no estamos a 30º. A Ron le ha dado un ataque en pleno sofá, y cual tetera andante, está en su punto más álgido. Le duele tanto ahí abajo, que cree que explotará si no se menea, si no se levanta y se tumba encima de ella, si no la aprieta contra ese cuero parcheado, si no mete su nariz en ese hueco del cuello, y aspira, hondo, porque sabe que desde no hace mucho, el olor de Hermione es lo único que puede recordar claro, lo único en lo que piensa cuando se acuesta, cuando come, cuando cena, cuando respira…. Porque sabe que desde no hace mucho, ella es lo único que ha respirado.
Ahora es cuando se da cuenta, por primera vez de su olor, y de lo que éste provoca en su cuerpo. De cómo provoca reacciones que apenas comprende. De cómo llega así, despacio, a desbordar ese pequeño momento de serenidad, y a convertirle en otro él, en alguien que jamás hubiera pensado.
El olor de Hermione llega simple, y verdadero. Se impregna en cada punta de los dedos de Ron, para ir haciendo estelas en el aire, y rodearle. Mientras, gota a gota, cada una de esas partículas de ella cobra vida en él, en sus narinas, y poco a poco la aspira y absorbe, en una especie de pequeño canibalismo…
"porque tengo hambre de ti".
Cuando su olor llega, él sabe que todo en su pequeño micromundo está bien, y que nada cambiará. El tiempo se hace eterno, y los segundos son tan largos que caben los dos en ellos estirados.Su olor le ancla a su cuerpo, Le obliga a no evadirse, a quedarse en ella, y ser parte de su respiración, rellenando cada uno de sus huecos.
Ron se re remueve inquieto en el sofá, esperando no sabe a qué, algo, quizás una llamada de ella, un nuevo gemido… pero si ella emite un nuevo gemido, Ron está seguro de que le da algo….
Y entonces es cuando se oye un "….onnn…" medio aspirado.
Ginny se gira sorprendida, medio asustada y confundida…
-¡eh, bruto! Qué me has pisado!!!!!-
1 WWN: Wizarding Gíreles Network. Glenda Chittock es la presentadora más famosa de la radio.
2 Alguf el Horroroso: duende asqueroso que desprende un gran hedor. Conocido en el mundo mágico por intentar vender frascos que contenían su sudor para fabricar bombas fétidas.
3 Morgana le Fay: Animaga Pájaro (Medieval, fechas desconocidas ).
Otras veces conocida como Morgana, hermanastra del rey Arturo. Bruja oscura, enemiga de Merlín.
