Ese último momento: primera parte.

CONTIENE SPOILERS DEL SEXTO LIBRO.

NI LOS PERSONAJES NI LOS LUGARES ME PERTENECEN Y CON ESTE FF NO PRETENDO LUCRAR.

Observo a través de la ventana de mi cuarto. El paisaje es inestable, al igual que mi vida los últimos días. Llueve sin parar y aparentemente no parará por un largo tiempo. Las copas de los árboles se mecen con fuerza a causa del viento caliente de verano que no para de soplar.

Es casi medianoche y no logro conciliar el sueño. Miles de pensamientos dan vueltas por mi cabeza y no paro de pensar que cada día podría ser el último y que no estoy aprovechando mi vida como debiera. Me paso el día encerrada en mi casa, ayudando a mi madre con todos los preparativos de la boda. Me tienen casi prohibido salir, me siento prisionera dentro de mi propia vida. Dicen que es peligroso, que me pueden atacar. Estoy harta de que todo el mundo me diga lo que tengo que hacer, o mejor dicho lo que no tengo que hacer.

Sé que todos lo hacen por mi bien, para protegerme, porque soy menor de edad y, según ellos, no puedo defenderme. Creo que mis padres están tan pendientes de mí porque en esta casa, antes llena de gente yendo y viniendo, ya no queda casi nadie. Percy hace tiempo que no está, los gemelos viven en el departamento que se encuentra arriba de su tienda, Charlie está en Rumania y llegará un par de días antes de la boda, ni siquiera Bill y Fleur se encuentran aquí, ya que están visitando a la familia de ella en Francia. Y lo peor de todo es que Ron tampoco está con nosotros. Yo sospechaba que este verano él no regresaría pero mis padres no tenían la más mínima idea. Así que sólo estamos mi madre y yo todo el día, solas, ni siquiera se encuentra papá porque está siempre en su trabajo.

Y mamá está muy triste y preocupada. Yo la entiendo, estamos en el medio de una guerra y todos estamos en peligro constante. La muerte de Dumbledore y el ataque a Hogwarts aún están muy recientes en las mentes y en los corazones de los más cercanos. Bill ha mejorado mucho desde ese momento, aún no ha mostrado ningún signo demasiado visible del ataque de Greyback pero las marcas y cicatrices de su cara no terminarán de borrarse nunca. Pero tenemos que dar gracias, ya que podría haber sido peor. Siempre las cosas pueden ser peores... aunque muchas veces no nos damos cuenta de eso y nos hundimos en la nostalgia...

Hoy a la mañana me llegó una carta de Hermione, diciéndome que ella, Ron... y Harry llegarían el día 1° de Agosto, para pasar unos días juntos y asistir a la boda.

Su carta fue muy corta y en clave, por la situación en la que vivimos. No revelaba demasiada información pero es bastante obvio lo que tienen pensado hacer.

La última vez que la vi fue el día del funeral de Dumbledore, momentos antes de partir. No dijo demasiado y yo tampoco intenté preguntar. Durante el trayecto de vuelta a casa, el tren iba sumido en el más profundo silencio. Todos estábamos demasiado tristes y asustados como para armar el bullicio habitual.

Ellos tres se sentaron juntos, solos y creo que nadie se atrevió a entrar en su compartimento. Yo me senté con Luna y Neville y cuando pasé para regresar del baño los vi a través de la ventana. Estaban muy serios, Harry era el único que hablaba y tanto mi hermano como Hermione asentían de vez en cuando.

Cuando llegamos a la Estación, yo me alejé junto con los gemelos mientras Ron les decía a mis padres que acompañaría a Harry a la casa de sus tíos y que Hermione también iría con ellos. Mi madre aguantó las lágrimas y los comentarios hasta llegar a casa, donde no soportó más y lloró durante largo tiempo, mientras mi papá la consolaba. Ella también intuía lo que estaba sucediendo y no le gustaba para nada. Lo que fuera que Harry tuviera que hacer persiguiendo a Voldemort lo haría acompañado de Ron y Hermione, y ni ella ni nadie podrían hacer algo por evitarlo...

A la mañana siguiente me levanté sobresaltada y sintiendo una tremenda sensación de ahogo. Una bola gigante de pelo me estaba impidiendo respirar. Intenté por todos los medios alejar lo que fuera que me estuviera ahogando pero me resultó imposible. Escuché el ruido de la puerta de mi cuarto y a alguien que entraba apresuradamente.

-Crookshanks, ven aquí lindo gatito, ¿cómo hiciste para entrar?-llamó una voz conocida a la bola de pelo que me ahogaba. Al escucharla, la bola de pelo, mejor conocido como Crookshanks saltó de mi cama y fue a parar a los brazos de su ama, quien me observaba desde la puerta.

-Hermione, ¿qué estás haciendo aquí?, pensé que llegarías el 1°... -le dije a mi mejor amiga, mientras me levantaba para saludarla.

Me abrazó fuerte y dejando al gato en piso, nos sentamos a charlar.

-¿Cómo has estado Ginny?, decidí venir antes porque pensé que estarías aburrida y querrías un poco de compañía-me contestó ella, acariciando a su gato.

Yo asentí y en ese momento me di cuenta de que si ella estaba aquí, también estarían mi hermano y.. Harry. Hermione probablemente adivinó mis pensamientos y la expresión de mi cara, puesto que dijo:

-Vine yo sola. Harry y Ron llegarán el 1°, están esperando que Harry cumpla los 17 y luego vendrán...

Yo volví a asentir, pero no dije nada por un buen rato. Dentro de un par de días tendría que volverlo a ver y no sabía si estaba preparada.

Hermione se removía nerviosa en su lugar y yo sabía que estaba luchando consigo misma, tratando de decidir si preguntarme o no cómo estaba.

Quise ahorrarle el inconveniente, así que le dije:

-Herms, no te preocupes, estoy bien. No estoy de acuerdo con su decisión, pero tengo que respetarla, otra cosa no puedo hacer, ¿o sí?.

Hermione me tomó la mano y me la apretó en señal de apoyo.

-Ginny, yo hablé con él y me di cuenta lo mucho que le costó tomar esa decisión. No lo hizo porque no te quiera sino para...

-Para protegerme y para no sentirse culpable si alguna vez me llega a pasar algo-completé la frase de Hermione, sintiéndome un poco molesta por la situación.

-Ginny, tienes que entenderlo, él...

-Yo lo entiendo Hermione, no creas que no lo hago, pero no me pidas que lo acepte porque jamás podré hacerlo-la interrumpí, tratando de mantener la compostura.

Hermione asintió y nos quedamos calladas por unos momentos hasta que ella me dijo:

-Habla con él cuando venga, les va a hacer muy bien a ambos. Y no pierdas las esperanzas, él te quiere y te necesita más que nunca, aunque quiera alejarte para protegerte.

-No sé si podré hablar con él. Me costó bastante mantener la compostura aquel día y no sé si esta vez lo lograré. Pero no me gustaría que se fuera sin poder despedirme de él. Quién sabe si alguna vez lo vuelva a ver... -le respondí y ella sólo se limitó a bajar la mirada. Creo que temía que le preguntara a dónde irían o qué harían, así que no lo hice. Ya me enteraría luego, si es que me atrevía a hablarle a la principal persona implicada en todo aquel asunto.

-Bueno Herms, ahora que está resuelto el asunto por el que creo que viniste antes... -continué y ella asintió, con una leve sonrisa-... creo que podemos ir a desayunar y quizás me puedas ayudar a convencer a mamá para que me deje salir un rato. Estoy aquí encerrada todo el tiempo. ¡Qué bueno que viniste a salvarme!

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Hermione, mi madre y yo estábamos cenando. Era la noche del 31 de Julio. El día del cumpleaños de Harry. Ninguna de nosotras hablaba demasiado, creo que estábamos demasiado sumidas en nuestros pensamientos como para decir algo.

Mamá había recuperado un poco su felicidad con la llegada de Hermione. Sentía que la casa estaba más llena y ya no nos sentíamos tan solas. Además faltaba tan poco para la boda de Fleur y Bill que estábamos de un lado para el otro con los preparativos. Ésta se llevaría a cabo en el jardín de La Madriguera y la familia y amigos habían comenzado a llegar para ayudar con todo. Fleur se había quedado un par de días más en París para ultimar los detalles de su vestido de novia y Bill llegaría mañana.

Yo estaba muy nerviosa, pero no por la boda ni nada de eso. En unas horas lo volvería a ver. ¿Cómo lo saludaría?, ¿qué le diría?, ¿alguna palabra saldría de mi boca o volvería a comportarme como años antes, cuando no podía ni moverme frente a él?, miles de preguntas de este estilo daban vueltas por mi cabeza y no podía probar bocado. Para empeorar las cosas, sentía las miradas de Hermione y de mi madre fijas en mí. Estaba segura de que ellas sabían bien en lo que yo estaba pensando, pero no tenía ganas de hablar.

-Ginny, ¿estás bien, hija?-me preguntó mi madre, mirándome un poco preocupada.-No estás comiendo nada...

-Mamá, me tratas como si fuera Ron, ¿qué tiene de raro que no coma?, hoy no tengo mucha hambre-le respondí, tratando de disimular mi nerviosismo.

-Es raro Ginny, lamento decírtelo pero tienes el mismo apetito que tu hermano-declaró mi madre, tratando de mantenerse seria.

Hermione rió levemente y el ambiente se distendió un poco, pero las preguntas continuaron. Y esta vez Molly Weasley dio en el clavo.

-Hija, estás así por la llegada de Harry, ¿verdad?-me preguntó, comprensiva.

Yo, que estaba bebiendo un vaso de jugo de calabaza, me atraganté y por poco escupo todo el líquido.

Hermione desvió la mirada pero mi madre no me quitaba los ojos de encima, esperando mi respuesta.

-Mamá, ¿cómo...

Pero ella no me dejó terminar de hablar, ya que me respondió antes.

-Ginny, soy tu madre, hay ciertas cosas de las que uno se da cuenta. Noté como él te miraba el día que volvieron del colegio. Mientras Ron hablaba con nosotros, él no te quitaba la vista de encima. Nunca lo había visto dirigirle una mirada así a nadie, hija. No te miraba como la hermana de Ron y mucho menos como una amiga, sino como...

-Mamá, ya entendí lo que quieres decirme... -la interrumpí, pero luego no supe más que decir. No me molestaba para nada hablarle de esos temas a mi madre, pero se trataba de Harry, aquel al que ella consideraba como un hijo más y era bastante incómoda la situación.

Mi madre me miró comprensiva y me tomó la mano.

-Hija, sé que estamos viviendo tiempos difíciles y que a veces no hay tiempo para disfrutar la vida como uno quisiera y para dedicarle más tiempo a las cosas más normales y básicas, pero trata de tener esperanza, los buenos momentos llegarán. Sólo hay que tener fe.

Yo asentí y mi madre se dio cuenta de que no quería hablar más del tema, así que decidió desistir y en su lugar se puso a levantar la mesa. Hermione y yo comenzamos a ayudarla en silencio. Sin embargo mamá ese día tenía ganas de hablar de romance así que continuó, pero otra persona fue su víctima.

-Por cierto Hermione, ¿cuándo se darán cuenta Ron y tú que son el uno para el otro?-preguntó ella, con una sonrisa en su rostro.

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Había pasado la medianoche y el sueño finalmente me había ganado. Pero alrededor de las tres de la mañana, algo me despertó. No fue ningún ruido ni nada por el estilo. Era, más bien, una sensación o presentimiento. El corazón me latía aceleradamente en el pecho y la garganta se me secó por completo. Alrededor de mí todo era quietud. Hermione dormía tranquilamente en la cama de al lado, con Crookshanks a sus pies. No se escuchaba ni un ruido en la casa.

Intenté volver a dormirme pero no lo conseguí, daba vueltas y vueltas en la cama hasta que decidí levantarme a tomar un vaso de agua.

Me puse mis pantuflas y mi bata y salí del cuarto. Tratando de no despertar a nadie, bajé las escaleras, de puntillas. Llegué a la cocina y me serví un vaso de agua, sentándome a continuación en una silla.

Mi respiración se fue calmando y poco a poco me calmé, pero aún no lograba entender esa sensación que sentía. ¿Qué podría ser?. Me quedé ahí sentada, por un par de minutos hasta que el sueño me invadió nuevamente y decidí volver a mi cuarto.

Mientras caminaba me pareció oír algo detrás de mí, pero intenté convencerme de que todo era producto de mi imaginación.

Lo que en ese momento no sabía era que alguien me estaba observando al pasar, y que ese alguien era el dueño de la mirada más hermosa y transparente que yo había visto jamás.

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A la mañana siguiente me desperté tarde. La desvelada de la noche me había dejado agotada y no lograba despertarme. Me resistía a bajar. Sabía que cuando lo hiciera, mi madre me retaría por haberme levantado a esa hora. Tomé fuerza y bajé, después de todo no era tan tarde, pero es que mi madre era fanática de despertarse temprano y quería que todos lo hiciéramos.

Iba bajando las escaleras y ya estaba llegando a la cocina cuando lo que vi me dejó helada. El corazón comenzó a bombearme con toda su fuerza y mi estómago dio un vuelco. Allí estaba Harry, sentado a la mesa, desayunando y yo sentí como si hubiera vuelto cinco años en el tiempo, como si fuera la primera vez que él llegara a La Madriguera. Me sentí exactamente como en ese momento, una niña de once años, cuyo héroe estaba desayunando en el comedor de su casa. Un maravilloso sueño hecho realidad. Con la diferencia de que ahora no era un sueño sino una pesadilla. La pesadilla de una joven de 16 años, que tiene que enfrentarse por primera vez con su ex luego de su ruptura. Respiré profundo y por un momento creí que mi cordura me traicionaría y saldría corriendo, como aquel día. Pero no, seguí bajando la escalera, sonriendo levemente para no demostrar mis nervios.

Apenas entré en la cocina, cuatro miradas se clavaron en mí. Hermione me sonreía, como dándome fuerza al igual que ¿mi madre?. Ron, al parecer, no se daba cuenta de nada y sólo pretendía saludarme.

Y Harry... él estaba tan nervioso como yo, podía notarlo. Me miró fijamente por unos momentos y luego clavó su vista en el plato de cereal.

-Buenos días familia. Ron, Harry, ya llegaron-saludé, tomando asiento al lado de Hermione y enfrente de Ron.

-Buenos días hermanita, ¿me extrañaste estos días?-me preguntó Ron, en tono de broma.

Le agradecí internamente por esto y me dediqué a hablar con él, evitando mirar a Harry por todos los medios.

-Por supuesto Ronnie, pero seguro que tú me extrañaste más-bromeé.

Comencé a desayunar, tratando de parecer calmada, algo que me estaba costando dado que tenía la vista de Harry fija en mí.

Tenía que hacer algo, o al menos decir algo, para cortar el hielo.

-Por cierto Harry, feliz cumpleaños atrasado-le dije, tratando de sonar lo más natural posible, aunque no sé si lo habré logrado.

Él me miró asombrado. Me parece que no creía que yo le fuera a hablar tan directamente.

-Gracias-me respondió, con voz más ronca de lo normal.

Seguimos desayunando como si nada hasta que a Ron se le ocurrió jugar al Quidditch.

-Podemos jugar al Quidditch, ¿qué les parece?.

-Claro-respondió Harry rápidamente.

Hermione me miró antes de responder y como yo sólo me encogí de hombros, ella contestó.

-Yo paso chicos, creo que me quedaré leyendo bajo un árbol. ¿Vienes, Ginny?.

-Hermione vamos, ¿qué dices si jugamos un poco?, no nos vendrá mal algo de ejercicio-dije yo, pero sentí como si otra persona hubiera hablado por mí. ¿Estaba loca, acaso?, ¿qué quería demostrar?, ¿qué podía pasar tiempo con Harry sin hacer un escándalo?, al parecer sí, esa era mi intención.

Hermione me miró tratando de ocultar su sorpresa y juntos salimos al jardín. Caminábamos en silencio, observando las nubes negras que amenazaban con llover en cualquier momento.

-Ron, vayan a jugar ahora pero después necesito que me ayudes a desgnomizar el jardín para la boda-le gritó mi madre a Ron, mientras nos íbamos.

-Sí, mamá, por supuesto.

Me sorprendió que Ron aceptara sin chistar. En general siempre se queja cuando tiene que hacer alguna tarea pero esta vez, no. Se debe sentir culpable por su "posible futura partida".

Mientras nos subíamos a las escobas y comenzábamos a volar, observe a Harry. Tenía los ojos cerrados y la expresión serena. Siempre me gustó verlo volar, porque sabía que era una de las cosas que más feliz lo hacía. Una vez, él me contó lo bien que se sentía cuando volaba, cómo sentía que todos sus problemas desaparecían con sólo montar en su escoba. En ese momento abrió sus ojos y me miró. Yo, sintiéndome descubierta, le sonreí. Y él me sonrió de vuelta, con una sonrisa nerviosa pero sincera.

Comenzamos a jugar. Hermione era pésima y no había mejorado en lo absoluto. Por momentos Ron intentaba enseñarle pero luego desistía, derrotado. Harry, como siempre, se lucía volando y jugando como nadie. Jugamos por dos horas, hasta que, muy cansados, decidimos bajar.

-Buen juego-dijo Ron, cargando su escoba.-Creo que hacemos un muy buen equipo, hermanita.

-Claro Ron, las duplas Weasley siempre son buenas. Pero hubiéramos jugado mejor si no te hubieras detenido cada dos minutos para explicarle a Hermione cómo mejorar su juego. Además, es del equipo contrario-bromeé y tanto mi hermano como Hermione se sonrojaron levemente. Harry se rió con ganas, como no lo había hecho en todo el día. De hecho, había estado bastante callado y su mirada sólo reflejaba tristeza. Y era comprensible, dado todo lo que estaba viviendo.

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Luego del almorzar, estuvimos toda la tarde desgnomizando el jardín. Al hacerlo todos juntos era muy entretenido. Pero al llegar la noche todos estábamos exhaustos. Nos sentamos los cuatro juntos en el living, mientras escuchábamos música.

Una rara mezcla de sentimientos me embargaba por completo. Me sentía feliz por lo bien que la había pasado con ellos, pero a la vez triste porque veía todo eso como una despedida. Tenía bien claro que aquella podría haber sido la última tarde que pasáramos juntos, vivos.

Miré a Hermione y a Ron, que compartían un mismo sillón. Charlaban de cualquier cosa, pero estaban felices. Se veían tan bien juntos. Cualquiera se daría cuenta de lo que sentían el uno por el otro, cualquier menos ellos dos. Era hora de que se dejaran de juegos y se confesaran de una vez lo que sentían. Pero, ¿cómo hacerles entender eso?.

Harry también los miraba, con felicidad y con ¿nostalgia?. Luego me miró a mí, y nuestras miradas se juntaron. No sé como explicarlo, pero me desarmó. Las piernas me comenzaron a temblar y los ojos se me llenaron de lágrimas al darme cuenta que nunca más volveríamos a estar juntos.

Murmurando alguna estúpida excusa, me retiré a mi cuarto y allí me encerré, tratando de calmarme. Los recuerdos invadieron mi mente como una película que se repetía una y otra vez, una película muy corta que recopilaba los pocos pero hermosos momentos que habíamos pasado juntos.

No sé cuanto tiempo pasé así, tirada en la cama y recordando, pero sólo sé que reaccioné cuando escuché que golpeaban mi puerta. Automáticamente me levanté e intenté arreglarme un poco en el espejo.

Abrieron la puerta y entró Hermione, pero se escuchaba que Harry y Ron estaban afuera.

-Ginny, ¿estás bien?-me preguntó ella, preocupada.-Subimos porque Ron insistió en que no podías tardar tanto en buscar una revista-dijo en voz alta para luego convertir su voz en un susurro.-¿Qué te sucedió?, tienes mala cara.

-No me siento bien, pero luego hablaremos, ahora me iré a dormir, ¿de acuerdo?.

Hermione asintió y luego de darme un ligero abrazo, salió del cuarto.

Al poco rato, ella subió a acostarse y yo fingí estar dormida. No tenía muchas ganas de hablar y realmente estaba intentando dormir, pero me costaba mucho sabiendo que él se encontraba a escasos metros de donde yo estaba.

Luego de dar vueltas y vueltas en la cama, decidí bajar al patio a tomar un poco de aire. Bajé sigilosamente y me extraño ver que la puerta que daba al patio estaba entreabierta. Me asomé a través de ella y allí lo vi, de espaldas a mí. No se había percatado de mi presencia y pensé que lo mejor sería volver a mi cuarto. Aún no estaba preparada para hablar con él, a solas. Cuando me disponía a salir huyendo, la puerta chirrió y él giró.

-Ginny-me dijo suavemente y yo no sabía que hacer.

-No sabía que estabas aquí, volveré a dormir-le respondí sin mirarlo. Ya estaba dándome vuelta para irme cuando sentí que me tomaba del brazo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al notar su contacto.

-No tienes que irte. Quédate...

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Hola!!!

Aquí estoy nuevamente, pero esta vez con una historia corta. Esta idea me venía dando vueltas en la cabeza desde que terminé de leer el sexto libro, a mediados de 2005, pero recién el primer día del año 2007 pude comenzar a darle forma y aquí está el resultado. Inicialmente iba a ser un one-shot, pero decidí dividirlo en dos capítulos porque pensé que así sería más liviano de leer.

Prometo que la segunda parte será más interesante, así les pido por favor que intenten leerla.

Espero que les haya gustado y me dejen cualquier tipo de opinión, ya sea buena o mala, a través de los rr´s.

Saludos a todos!!

LunitaBlack

07.01.07

01.57 AM