Compromisos
Capituló 1 "La metamorfosis de Elisa"
Habían sido semanas extrañas, después de que su madre murió habían pasado años viviendo en la gran mansión de Chicago, sus primos Alister y Archivald eran sus compañeros, cómplices y mejores amigo. Pasaban largas temporadas con ellos, debido a los viajes de negocios de sus padres. Así que para los doce años de Anthony era difícil entender que su tía Janis y su esposo James se los hubieran llevado a pasar una temporada a Arabia Saudita. Después de eso la tía abuela la había visto tan aburrido que le había informado que los esperarían en Escocia la tierra de su antepasada, esos días fueron muy buenos, nadó en el lago, anduvo a caballo y conoció cada rincón de Edimburgo.
Estuvo muy feliz toda la primavera, hasta hace dos semanas, cuando una mañana acabando el desayuno descubrió con desagrado que sus primos Daniel y Elisa los habían alcanzado allá, desde ahí todo ha sido cumplir caprichos de los mimados y caprichosos hermanos. Tanta era su molestia que varios días prefirió irse a encerrar a la biblioteca en vez de disfrutar del soleado día en el lago. Para su desgracia las malditas vacaciones de verano de sus dos primitos Legan acababan de comenzar.
No es que le desagradaran del todo, cuando Elisa no estaba con Daniel era bastante tolerable y cuando Daniel no estaba con Elisa era un compañero aceptable, por desgracia ambos eran tan mimados que no soportaban que alguien más tuviera la misma atención que ellos. Elisa era muy bonita eso lo aceptaba, incluso para sus doce años, ver a esa niña de diez años comportarse como una señorita le atraía y mucho, sus bucles pelirrojos, recogidos en dos pequeñas colas de caballo y el resto cayendo en cascada sobre su espalda, le daban el hermoso aspecto de una muñeca de porcelana, le gustaba verla de lejos y con él pasar de los días descubrió que hasta tenían gustos en común y gracias a que el hermano de ella había caído al lago y pescado un fuerte resfriado en su intento de remar más rápido para presumir frente a un aristócrata que era su vecino o eso le habían contado, estaba pasando tiempo con ella. Nunca vieron al aristócrata, pero Elisa y Anthony paseaban juntos por el pueblo, nadaron juntos en el lago y Anthony hasta se ofreció para enseñarle a montar. Las siguientes dos semanas fueron inseparables, él aprendió a soportar sus caprichos y ella comenzó a coquetearle como le habían enseñado su madre, se mostraba servicial, atenta y refinada.
Una tarde ellos se fueron caminando por una vereda, el educado para ser un caballero le dio su brazo ella le pestañeo coquetamente y lo tomó. Se veían lindos juntos, tanto así que la señora Eloy quien los observaba por la ventana se mostró complacida y con una sonrisa, volteó y se dirigió a Sara Legan que se encontraba sentada en un sofá tomando té.
—Sara querida, estás haciendo un excelente trabajo con la pequeña Elisa, será una verdadera dama Andrey.
Sara que estiró mucho el cuello de forma orgullosa dijo. — Mi esposo Daniel y yo estamos orgullosos de ella, su educación es impecable, hasta estamos comenzando a recibir propuestas de compromiso.
—Eso mismo te quería comentar, Elisa pronto será una señorita, su cuerpo se está desarrollando rápido y aprovechando que estamos a solas sin la presencia de ningún caballero, quiero decirte que ella debe ser presentada en sociedad en cuanto pase por la menarquia y si mi sabiduría no me falla será más pronto de lo que imaginamos.
—¡oh Tía Abuela! No me diga eso, Elisa es mi pequeña, esperaba que sea en un año o un poco más, ni si quiera la he preparado.
—Debes hacerlo y darte prisa, pero eso no es mi objetivo en esta platica. Lo que realmente me interesa es que después de esa fiesta abran muchas propuestas y la verdad no creo que nos convenga. Elisa es el único miembro femenino de nuestro clan y claro tendremos las mejores propuestas, posiblemente hasta nobles.— a Sara hasta le brillaron los ojos de escuchar la palabra nobles, ya imaginaba a su hija casada con un Duque o un Márquez, justo en ese momento la tía abuela la desilusionó. — pero que te parecería si comprometiéramos a Anthony y a Elisa desde ahora, él será el sucesor del tío abuelo William, si el tío abuelo no llega a tener hijos barones y Elisa llegaría a ser la matriarca. Y dejaría de ser Legan para tomar su verdadero lugar como Andrey de la que todos estaremos muy orgullosos.
Sara se quedo callada pensando en la idea, le gustaba la propuesta, pero ella quería emparentar con un noble. Astutamente la tía abuela percibió la duda en sus ojos y le dijo.
—Aun tienes al pequeño Neal para emparentar con la nobleza y cuando sea el momento podemos traerlo a las presentaciones de las señoritas de la sociedad londinense y así asegurar nuestro futuro y nuestro linaje.
—En eso tiene razón tía abuela. Estoy de acuerdo con su propuesta.
—¡Perfecto! Le escribiré una carta a tu esposo esta noche y regresando a América aproximadamente en un mes organizaremos la fiesta de presentación de Elisa donde daremos a conocer qué Anthony es su prometido.
Las dos mujeres siguieron hablando sobre los planes de la fiesta, se preparó una cena especial, para celebrar el pacto acordado, Elisa, Anthony y Neal la pasaron muy bien, observados por un par de ojos encantados por el trato de los dos pequeños.
Al día siguiente como bien predijo la tía abuela sobre Elisa, la niña amaneció indispuesta, pensaron que había cenado mucho y en la hora del desayuno se enfermó del todo, la mandaron a recostarse y justo a medio día sus chillidos alborotaron toda la casa, hasta que su madre entró a su habitación y la calmó.
—¿y entonces esto va a pasar cada mes? — dijo la niña muy afligida.
—Si querida, todas las mujeres debemos pasar por esto, pero no te desanimes porque eso significa que ya podrás tener novio y en un futuro casarte y darle hijos. A los hombres les gusta que les demos hijos y que los consintamos. Además, desde hoy ya eres toda una señorita.
—¿mamá crees que le pueda contar a Anthony que soy una señorita? Es que quiero gustarle y pienso que me ve tan solo como una niñita.
Sara se quedó observando a su hija, en verdad estaba creciendo muy aprisa, tan rápido iba que temió porque la tía abuela quisiera casarla a los trece años como habían hecho con la anciana. Así que se dispuso a peinar sus caireles de otra forma, dado que ya no era una niña y le contestó, mientras le hacía media cola de caballo y lo demás de su cabello seguía callando sobre su espalda.
—No es necesario que le digas lo que está pasando, él lo notará en algunos aspectos que cambiaremos en tu vestir, así que ¿porque no bajas a estar con tu hermano y él en el jardín?
—Si mamá.
—Elisa una cosa más, si quieren ir a pasear, debes pedirle a una de las sirvientas que te acompañe, las señoritas no pueden quedarse solas en compañía de un barón o quedara en entredicho su virtud.
—¿Qué es mi virtud?
—Es un regalo que le darás a tu esposo el día de su boda.
La pelirroja sonrió y salió al jardín donde estaban los otros dos. Sara se quedó viendo a su hija que se veía más grande de un día a otro.
Los días siguieron pasando, Elisa estaba un poco aburrida no se le permitía nadar, ni andar a caballo, hasta que terminara su condición de "señorita". Anthony le preguntó varias veces porque solo podían estar en el jardín y dar paseos supervisados, ella solo contestaba que había crecido en esos días y era una señorita que debía comportarse como una. Además, que extrañamente Elisa estaba más encimosa con él y si hacía o decía algo que le molestara, se ponía a llorar. Para la buena suerte de Anthony a los dos días de esta nueva Elisa que le estaba cayendo muy mal como al principio, llegaron sus primos Stear y Archie, de inmediato se fueron al lago los cuatro muchachos, dejando a Elisa en casa muy enojada.
—pero mamá y ¿si prometo sólo estar en la orilla y no mojarme nada?
—Ya te dije que no, ademas hoy iremos de compras. Necesitas un nuevo guardarropa, uno de una señorita. Pronto regresaremos a América y querrás verte bien, ya que iniciaremos la temporada de tertulias y fiestas.
Elisa solo asintió con la cabeza y se fue a su recámara a jugar con unas muñecas. Después de un rato fueron al pueblo a visitar a varias modistas, una de ellas fue de ropa interior. A pesar de que era joven para usar corset le mandaron a hacer algunos, ya que pronto se vería como una mujer y no como una niña.
—¿Cómo le queda señora? — dijo la modista
—Se le ve muy bien, esos son muy lindos con encajes y listones.
—Es pequeña pero su cuerpo es el de una damita.
Ambas mujeres la veían enternecidas, justo cuando Elisa interrumpió
—Me aprieta mucho, hasta me cuesta trabajo respirar.
—Te acostumbrarás pequeña, ya lo verás ¿Qué a caso no quieres gustarle más a Antony? Con esta nueva ropa te ves más femenina y delicada.
Al escuchar eso Elisa dejo de protestar y acepto que le ajustaran más el corset.
Regresaron a la villa, ella luciendo un vestido nuevo y sintiéndose más adulta. Todos le dijeron que se veía muy linda y continuaron con sus actividades.
Un par de días después todo volvió a la normalidad, solo el peinado de Elisa dejó de ser el de antes, los niños pasaron el resto del verano divirtiéndose y cuando menos lo esperaban ya estaban en la cubierta del barco rumbo a América.
