¡Hola! Cuánto tiempo sin pasarme por aquí... madre mía O.O Bueno, esta vez traigo un pequeño drabble, propuesto por mi querida Deikan a modo de reto, sobre la mejor pareja de Saint Seiya: The Lost Canvas: Kardia x Dégel. Estos dos caballeros son lo mejor de lo mejor :D

Deikan, espero que este drabble te guste y sea lo que esperas ^^

Al resto, ojalá os guste :P

Saint Seiya: The Lost Canvas y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masami Kurumada y Shiori Teshirohi.


Antes de partir

Los gemidos se podían escuchar por todo el templo y ellos lo sabían perfectamente, pero no había motivo alguno por el cual bajar el tono de voz. Al fondo de la octava casa, la de Escorpio, dos jóvenes se encontraban de pie, desnudos y abrazados, rodeados por los restos de sus respectivas armaduras.

- Kardia, mañana debemos estar a primera hora partiendo hacia Bluegaard. No podemos… -dijo el peliverde con un leve sonrojo.

- No decías eso cuando te estaba quitando la armadura antes –le cortó el otro con gesto desafiante.

Sin poder replicar, Dégel sintió que los fuertes brazos de su amante le empujaban hacia atrás y le dejaban tumbado y expuesto a las atenciones que seguro no tardarían en llegar. A los pocos segundos, tenía los suaves y traviesos labios de Kardia besándole el cuello, realizando un recorrido que poco a poco llegó hasta su apretada entrepierna.

- Esto, fuera –apuntó el joven.

Y de un tirón retiró la tela que tapaba la hombría de Dégel. En ese momento, y sin pensárselo dos veces, Kardia comenzó a lamer de arriba abajo el pene del peliverde al tiempo que estimulaba sus testículos. El ojiazul estaba encantado viendo cómo su chico se revolvía y gemía del puro placer que sentía. No había nada, aparte de las peleas a muerte, que le llenara más en el mundo. Por ello, y como tenía la intuición de que no volvería con vida de la misión en Bluegaard, se había propuesto hacer que esa noche fuera inolvidable tanto para su chico como para él mismo. Antes de que Dégel alcanzara el cielo, su amante paró en seco y subió hasta sus labios, besándole con una ferocidad fuera de lo normal. Quería disfrutar cada instante con ese cuatro ojos por el que tantos sentimientos albergaba en su enfermo corazón.

Antes de que el otro se pudiera quejar, le levantó las piernas lo suficiente como para dejar expuesta su entrada, se quitó su ropa interior y, sin prepararle previamente, le penetró de una estocada. El grito ahogado que Dégel dejó escapar en ese instante murió en la garganta de su novio, pues este había aprovechado para meter la lengua en su boca y saborear todo lo que el frío caballero de Acuario tenía para él reservado.

Con ganas, Kardia comenzó un vaivén sin descanso agarrándose en el cabecero de la cama y besando a Dégel, quien le rodeaba las caderas con sus piernas y se agarraba con fuerza a su cuello. A cada embestida, los gemidos eran cada vez más fuertes y en poco tiempo fue el peliverde el que terminó corriéndose el primero entre ellos. Con tres empujones más, Kardia llegó al orgasmo dentro de su chico.

Con la respiración entrecortada y los brazos temblándole, el ojiazul se soltó del cabecero y se dejó caer sobre el pecho desnudo de Dégel, que también se encontraba exhausto. Se volvieron a besar y a los pocos segundos, el peliverde cayó dormido sin pensar que esa noche sería la última en que podría disfrutar de Kardia, quien se quedó toda la noche en vela observándole hasta que el sol apareció en el templo, indicando que era la hora de partir a la que, seguramente, iba a ser su última misión.


¡Gracias por leer! :D