D.o.t.E: ¡Hello minna-san! ¡Espero que hayan tenido todos una linda navidad! ¡Ya han pasado dos días, pero bueno…mejor tarde que nunca! He aquí el siguiente capitulo. ¡Espero que lo disfruten!
Parejas: HarunaXTakuto;
Rating: K+
Advertencia: Ninguna
Time Line: Inazuma Eleven Go
Disclaimed: Inazuma Eleven/Inazuma Eleven GO/Inazuma Eleven Ares no Tenbin o los demás spin off no me pertenecen…de lo contrario, esta idea si sería real y Alice junto a otras OCs sí existirían T-T
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Apellido
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-Tengo una pregunta…-dijo tímidamente Tenma. Era un día sumamente caluroso, tanto que hasta el entrenador Kidou decidió dejarles el día libre, no sería buena idea permitir que los jóvenes estuvieran expuestos a tanto calor, podrían sufrir de insolación…eso y Haruna pediría su sangre en un vaso si permitía que su sobrino sufriera de alguna manera.
-¿Qué paso?- pregunto Sangoku acostado en la sobra de un árbol. No había entrenamiento por lo cual todos decidieron pasar un tiempo entre amigos en el parque. Había tanto estrés de la revolución que la idea de relajarse bajo la sobra era demasiado tentadora.
-El capitán es hijo de Otonashi-sensei… ¿cierto?- pregunto Tenma en un susurro, mirando a Shindou con cierta preocupación, como si el tema fuera tabú o algo parecido.
-Si.- respondió el de tercer año.
-Entonces… ¿Por qué el apellido del capitán es Shindou y el de Otonashi-sensei es Otonashi?- pregunto Tenma. La pregunta había invadido su mente hace unos cuantos días atrás, le quiso preguntar a Aki-nee, pero estaba demasiado apenado por algún motivo. Pareciera que hablar de dicho tema fuera prohibido.
-Ahora que lo pienso…yo tampoco se eso…-dijo pensativo Kurumada al escuchar la pregunta. Fue sorpresa cuando Shindou, por accidente, llamo a Otonashi-sensei "Oka-sama", pero después de que se explicara que la maestra de cabellos azules es en verdad la madre del pianista, nadie pregunto acerca de dicho tema, nunca dándole tanta importancia.
-Yo tampoco…-apoyo Ichino. Shindou, junto a Kirino y Aoyama eran sus mejores amigos, por lo que no saber sobre dicho tema era sumamente extraño.
-¿De qué hablan?- pregunto de golpe Shindou quien regresaba con unas cuantas gaseosas. Tras darle una lata a Kirino y otra a Yuuka, este se sentó, un poco confundido ante las miradas penetrantes y analizadoras que le daban los demás.
-¿Ne, Shindou-kun…porque tu apellido es diferente al de Haruna-san?- pregunto Yuuka sin rodeos. Ella era alguien infantil y la mayoría de las veces, muy despistada, por lo que leer el tenso ambiente que había alrededor de los demás no era su fuerte.
-Yuuka…no debes de decir las cosas así.- dijo Kirino con una sonrisa nerviosa. Hay veces, contadas veces que Kirino comprendía él porque alguien tan dulce e inocente como Yuuka podría tener una fuerte amistad con alguien tan vil y manipuladora como Alice.
-¿Ah, eso?- pregunto Shindou como si nada. Era obvio que a él no le molestaba hablar de dichos temas. No tenía nada que ocultar y jamás en su vida le faltó algo gracias a su madre y tío, así que hablar de su familia no era problema. –Originalmente mi apellido era Otonashi, sin embargo Oka-sama y Yuuto Oji-sama decidieron que sería mejor para mí que llevara el apellido de ellos...Shindou.- explico como si nada.
-¿Shindou?- pregunto confundida Midori.
-Haruna-san y Kidou-san perdieron a sus padres cuando eran niños y fueron adoptados por familias diferentes. He ahí el apellido Kidou y Otonashi.- explico Alice un tanto aburrida.
-¿Pero por qué Otonashi-sensei decidió cambiar tú apellido?- pregunto Hayami. Ante esta pregunta, todos voltearon a ver a Shindou quien respondió con una gota en la cabeza al ver como todos se asomaban interesados en su historia.
Con un suspiro, el pianista miro el cielo y dijo.- Veamos por dónde empezar…-
-.-.-.-.-.-.-Flashback-.-.-.-.-.-
La noche había llegado, las estrellas hicieron su aparición en el cielo y el viento helado invadía el pequeño apartamento donde un niño de cuatro años juagaba con sus carritos de plástico. Pronto llegaría su tío Yuuto para jugar con él. Preferiría jugar al soccer, pero su oka-sama le dejo en claro que no podía ya que era muy tarde y se podría resfriar.
-¡Takuto, ven a ayudarme!- le pidió Haruna desde la pequeña cocina. En aquel entonces, Otonashi Takuto, camino sin dudarlo a ayudar a poner la mesa, siempre teniendo cuidado de no tropezar y romper los platos.
-¿Oka-sama, cuando llegara Yuuto Oji-sama?- pregunto impaciente el pequeño.
-Dijo que vendría a las 7…por lo que tú, jovencito, debes de estar bañado…-le dijo Haruna antes de abrazarlo y hacerle cosquillas, logrando que su pequeño ángel llenara el lugar con risas.
-¡Hace mucho tiempo que no nos visita Yuuto Oji-sama!- dijo Takuto pensativo una vez dejo de reír. -¡Tal vez me compre un juguete nuevo! ¡Mejor aún, un piano!- exclamo emocionado el pequeño, imaginando aquel majestuoso instrumento en su casa y sacándole una gota a la cabeza a su madre.
-Takuto…ya lo hablamos, aquí no hay espacio para un piano…-dijo Haruna con delicadeza. Su hijo era un prodigio en la música, siendo alagado por todos los maestros que alguna vez tuvo. Se le ofrecieron varias becas para estudiar música, pero este pequeño las negó todas. Le gustaba la música, la amaba tanto como amaba el soccer…pero ninguna de las dos se compara al amor que siente por su madre, y dejarla sola para irse a un internado estaba muy fuera de la pregunta.
-Lo se…pero no es malo soñar…-dijo con una sonrisa grande y ojos brillantes, sacándole un suspiro a su madre una vez más. -¿Crees que podremos ir a la casa de Yuuto Oji-sama? ¡Kidou-sama tiene un piano!-
-Le preguntaremos una vez llegue…ahora ve a bañarte.- ordeno suavemente Haruna. El pequeño niño rápidamente obedeció. Entre más rápido se bañe, más tiempo pasara con su tío. Escucho el momento exacto que su tío llego y fue recibido por su Oka-sama, pero lastimosamente él tenía champú en el cabello y los ojos, por lo que salir a abrazarlo no era opción. Con paso apresurado, elimino todo jabón de su cuerpo y se cambió rápidamente. ¡Quería sorprender a su tío! El tío Kogure le enseño un nuevo truco y tal vez podría usarlo en su tío. Lo uso con su Oka-sama, pero esta pego el grito al cielo y salió corriendo del apartamento en completo terror…era demás decir que recibió una tunda ese día.
-¿Qué planeas hacer?- escucho a su tío Yuuto preguntarle a su Oka-sama. Su voz sonaba seria y preocupada. Eso lo confundió, su tío suele ser tan genial y calmado.
-No lo sé…ante la ley, ellos tienen derecho a pedir custodia…él lleva su apellido después de todo…-dijo triste y preocupada Haruna, no sabiendo que su pequeño ángel estaba escondido escuchando todo. ¿Custodia? ¿Qué es eso?-Hay que pensar en algo y rápido…No puedo perderlo…- ¿Perderlo? ¿A quién?
-No te preocupes, pensaremos en algo…Nadie te quitara a Takuto.- aseguro Kidou con determinación. El infierno mismo se tendrá que levantar sobre esta tierra antes de que alguien le quite a su sobrino.
-¿Yo me iré lejos?- escucharon ambos adultos. Al voltear vieron a Takuto asustado y preocupado, sus grandes ojos cafés llenándose de lágrimas ante la idea de irse lejos. -¿Acaso hice algo malo? ¡Puedo cambiar, lo prometo! ¡Prometo no pedir nada y ser un buen niño!- grito desesperado el pequeño Takuto, no comprendiendo lo que pasaba.
Haruna, sin dudarlo, corrió hacia su hijo y lo abrazo fuertemente tratando a toda costa de no soltar las lágrimas que ella misma sentía en sus ojos. –No Takuto, no has hecho nada malo…eres el niño más perfecto en esta tierra…- dijo Haruna mientras acariciaba el cabello de su hijo y permitía que este se aferrara a ella como si la vida dependiera de ello. –Takuto…ocupo que entiendas que Oka-san no es perfecta…y ella cometió muchos errores en su vida…y uno de esos errores fue él no poder darte una mejor vida y hay personas muy malas que quieren aprovechar esos errores para llevarte lejos…-
- ¿Alguien quiere llevarme lejos de Oka-sama? ¡Yo no quiere estar lejos de Oka-sama! ¡No me pueden alejar de Oka-sama! –grito Takuto sus pequeños puños cerrándose con fuerza mientras más lágrimas salían. ¿Quién quiere alejarlo de Oka-sama?
-Y nadie lo hará.- hablo Kidou con un tono que jamás había escuchado antes. Era decidido, pero estaba lleno de ira y furia. Nadie podía hacer llorar a su hermana, y menos a su sobrino. Esa gente pagara por lo que han hecho.
-¿Pero…como pueden llevarme lejos de Oka-sama?- pregunto Takuto.
-Bueno…Takuto, ellos pueden pedir custodia de ti ya que llevas su apellido Otonashi…- explico Haruna con delicadeza. Jamás pensó que la visita de su hermano terminaría así. ¿Por qué no la pueden dejar vivir su vida? ¿Por qué insistían con querer destruirla? ¿Tan mala hija fue para que aquella familia que alguna vez le dio tanto amor ahora la miraran con tanto odio y desprecio? ¿Tan imperdonable es el hecho que se negó a abortar a su hijo?
-¡Entonces solo debo dejar de llamarme Otonashi!- dijo alegre el pequeño, pensando que era la idea más brillante de todas. Así nadie lo alejaría de su Oka-sama.
-Takuto…no son tan fáciles las cosas…-dijo Haruna con una sonrisa triste, pensando que tal vez…y solo tal vez, aquella horrible familia podría quitarle a su hijo y ella jamás lograría ver esa sonrisa tan llena de vida.
Tras unos minutos de silencio incomodo, el pequeño pregunto. -¿Entonces por qué no puedo llamarme como Oka-sama?-
-Takuto…tú ya te llamas como tu Oka-san…-trato de explicar Kidou con una sonrisa ante las ocurrencias de su sobrino.
-¡No hablo de eso!- regaño Takuto, su mirada fulminantemente tierna. –Oka-sama y Yuuto-Oji-sama tienen un nombre en común ¿cierto?- dijo el pequeño, recordando muy vagamente que su madre le explico él porque ambos tenían apellidos diferentes. -¡Me puedo llamar como Oka-sama antes de su adopción y así nadie me podrá llevar!-
Los dos adultos quedaron sorprendidos ante la capacidad de resolver problemas del pequeño Takuto. Ellos llevaban tres meses pensando en qué diablos hacer y la respuesta la tenía este pequeño niño de cuatro años. ¿Cómo diablos no pensaron en eso? ¡La idea era perfecta! –Takuto… ¿Comprendes lo que estás diciendo? ¿Realmente es esto lo que quieres?- pregunto Haruna preocupada.
-No comprendo mucho, pero quiero estar alado de Oka-sama…. Dijo apenado el pequeño, buscando los brazos de su madre para que le diera fuerzas. Por alguna razón, el decir eso lo hacía querer llorar otra vez, lo hacía sentir como si realmente él perderá a su oka-sama. -¿Cuál era el nombre de Oka-sama y Yuuto Oji-sama antes?- pregunto.
-Shindou…-respondieron los dos con una sonrisa.
-.-.-.-.-.-Fin de Flashback-.-.-.-.-
-Y eso fue lo que paso…-termino de relatar Shindou. Su gota en la cabeza se tornó más grande aun al ver como todos, o la mayoría al menos, de sus compañeros tenían lágrimas en los ojos, algunos lloraban sin vergüenza y otros se sonaban la nariz. -¿Q-Qué paso?-
-¡Han pasado por tanto ustedes dos!- dijo Nishiki llorando a mares.
-Todo para evitar alejar a Shin-sama de ella…- dijo Akane mientras le limpiaba las pequeñas lágrimas que amenazaban con salir. Era justo decir que hasta Alice y Tsurugi sentían un nudo en la garganta al escuchar tal historia. ¿Quién era tan cruel de alejar a un pequeño de su madre?
-¡Shindou-kun!- grito Yuuka mientras esta se le lanzaba encima y lloraba en su pecho, como si compartiera el mismo dolor que el pianista.
-¡No te preocupes Shindou, nosotros estamos aquí!- grito Kurumada mientras, al igual que la morena y muchos otros, se lanzaba encima de su capitán, todos abrazándolo y prometiendo siempre tener su espalda cubierta.
-¡Deténganse!- pidió Shindou al sentir como era aplastado por sus compañeros. -¡Por favor, paren esto!-
Shindou significa prodigio…que nombre más ideal para el pequeño que ha demostrado, a su corta edad, ser un genio en la música y el campo de juego. Ser Kami no Takuto.
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D.o.t.E: ¡Finalizado! ¡He de mencionar que hare unos cuantos arreglos a los drabbles y la historia, por lo que borrare algunos capítulos y los cambiare por otros! ¡Espero que les haya gustado! ¡Dejar su review o comentarios!
