Hola, hola! Pues bien… aquí estoy yo de nuevo, con una nueva y loca historia. Para quienes no me conozcan mi nombre artístico (como le digo a mi amigos xD) es Yiriz, y esta no es mi primera locura, pero si es diferente a las demás. Este es un long-fic dramione (mi pareja favorita n.n), pero es un AU, fuera del mundo mágico. Hermione es una fotógrafa profesional y Draco es un actor famoso.

Esta historia, al menos en un inicio, puede que este un poco confusa porque pondré partes de lo que pasa en el presente y flashbacks para explicar algunas de las cosas que llevaron a lo que esta pasando. Espero que aun así la entiendan.

Sin mas rollo les dejo el primer capitulo junto con un… pensamiento que me nació sin mas. Este primer capi esta algo corto pero los demás serán más largos, en serio. Bueno, espero que les guste y me digan que les parece, ¿si? n.n

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, la trama y uno que otro personaje son producto de mi loca imaginación.


¿Conoces aquella leyenda japonesa sobre un "hilo rojo"?

Un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

¿Te suena? Si es así ya sabes de que se trata, si nunca habías oído de ella es una historia simple, te la contaré. Espero no aburrirte…

"Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenia la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mando traer ante su presencia.

Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que seria su esposa; la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos.

Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se acercara y le dijo : "Aquí termina tu hilo" , pero al escuchar esto , el emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja , empujó a la campesina que aun llevaba a su pequeña bebé en los brazos y la hizo caer haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente , ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda y el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente.

Al levantarle el velo vio por primera vez que este hermoso rostro… tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."

Bien, ahora piensa si tú crees es eso. ¿Crees que todos tenemos un "hilo rojo" atado ha nuestro meñique y que en el extremo contrario se encuentra aquella persona especial? Eso significa que crees que el destino ya esta escrito. Según la leyenda este no puede romperse, ¿será cierto? Bueno eso ya lo dejo a tu consideración.

¿Por qué menciono esta leyenda? Fácil, porque yo si creo que existe algo como eso, yo si creo que de una u otra forma estamos conectados con los demás, incluyendo a ese alguien especial. Pero sobre que aquel hilo no puede romperse… tengo mis dudas.

El hilo se puede estirar o contraer…

Y eso, queridos lectores, podremos verlo en esta historia. Siempre existirán obstáculos que traten de impedirnos llegar a nuestras metas, uno es el que decide si saltarlos o chocar contra ellos. Y el amor puede ser tanto un obstáculo como una meta… ¿Qué es para ti?


Suena el despertador. Abre los ojos lentamente, la habitación aun se encuentra en penumbras. El despertador sigue sonando, saca su mano de entre las cobijas y lo apaga. Cierra los ojos de nuevo y se queda dormida de nuevo.

Su celular suena, despierta, lo toma de la mesita de noche. Mira el numero y nota que es de él, ignora la llamada y siente como sus ojos se humedecen, mira su teléfono de nuevo… 7:40 a.m. ¡7:40! Abre los ojos de golpe y se levanta rápidamente, corre al baño y se da una ducha rápida, regresa a su habitación y se pone lo primero que encuentra. Mira la hora en el reloj de pared de su sala, mientras cepillando su húmedo cabello se dirige a la cocina, 7:51 a.m. Llegará tarde, suelta una maldición. Sirve un vaso de leche y se lo toma mientras se dirige a su habitación de nuevo.

Toma su mochila y todas las fotografías que hay en su escritorio, junto con su cámara, las guarda en ella. Toma su celular y una liga de la mesita y deja el vaso ahí, se cuelga la mochila al hombro y sale de la habitación. 7:55 a.m. Abre la puerta de su departamento.

— Maldición —murmura al no ver sus llaves en la pequeña mesa junto a la puerta como siempre —. ¿Dónde están? —se pregunta buscando entre los sillones. Después se agacha a buscar debajo de estos y ahí están, estira su brazo todo lo que le es posible pero no las alcanza.

— Joder —dice levantándose. 7:59 a.m. Empuja el sofá, cuando esta lo suficientemente apartado toma las llaves. Se cuelga la mochila, sale de su departamento y lo cierra con llave. Baja corriendo las escaleras hasta el estacionamiento.

8:10 a.m. Se detiene en un semáforo, se peina el cabello en un chongo mientras cambia a verde. 8:40 a.m. Llega a la empresa…, 40 minutos tarde, nunca había llegado tan tarde, de hecho nunca había llegado tarde. Se estaciona en el sitio de siempre y corre hacia la puerta con su mochila al hombro.

Al entrar se encuentra con lo de siempre, una pequeña sala de espera, fotografías en todas las paredes y al fondo, frente al ascensor, la recepción y Lavander Brown, la recepcionista, mirándola como siempre, con ese aire de presumida.

Las enormes letras plateadas del nombre de la empresa de fotógrafos para la cual trabaja, junto con su eslogan, brillan en la pared detrás de la recepción:

"Potter's Gallery"

We capture the story

Se dirige directo al ascensor y presiona el botón desesperada.

— ¿Qué paso, Granger, se te pegaron las sabanas? —dice Brown desde su lugar — ¿o será que tu sexy novio ya se dio cuenta de que no eres lo suficiente para él y terminó contigo, por lo cual te desvelaste llorando toda la noche?

Hermione siente sus ojos humedecer de nuevo, más no dice nada, solo presiona el botón de ascensor de nuevo; este se abre justo en ese momento y mientras entre y presiona el botón del segundo piso escucha a Brown decir:

— Cuando eso ocurra no dudes en avisarme, que to puedo consolarlo con mucho gusto.

El ascensor se detiene en el segundo piso. La castaña sale al pasillo, hay dos puertas en la pared derecha y dos en las izquierda y, al igual que en la planta baja, se encuentran colgadas en las paredes varias fotografías tomadas por los que trabajan ahí.

Como siempre se dirige a la segunda puerta de la izquierda, la abre y se sorprende al ver a una pelirroja sentada en el sofá tomando una taza de café.

— ¿Ginny? —dice dejando su mochila en el suelo.

— ¡Hermione! —exclama la pelirroja levantándose y yendo a abrazarla.

— ¿Cómo estas? —pregunta la castaña sonriendo, al separarse.

— Muy, muy bien, ¿recuerdas que en la secundaria siempre decía que jamás me dedicaría a algo relacionado con la publicidad? Quien diría que terminaría adorando mi trabajo, ahora agradezco el hecho de que mis padres tengan una revista —platica Ginny.

— Me alegra que estés feliz con lo que haces… y ¿cómo esta Ronald? Tiene mucho que no lo veo —pregunta la castaña mientras se sientan.

— Pues él igual esta bien, ha hecho varios reportajes tanto para la revista como para otras, así que también esta feliz con su trabajo.

— Me alegra muchísimo.

— Pero bueno, vayamos a la razón del porque estoy aquí, porque supongo que te lo preguntaras —Hermione asiente sonriendo —. Bien, veras, estoy aquí porque te tengo un trabajo, se que eres una fotógrafa excelente y pues… necesito de tus servicios.

— ¿Mis servicios? No se supone que en la revista tienen fotógrafos dedicados a eso, yo tomo fotografías de otro tipo de cosas —responde la castaña tratando de no sonar grosera.

— Si, pero es que mañana tenemos una entrevista con un famoso actor y la chica que se encargaría de las sesión de fotos se negó al enterarse de quien era él y como sabia que tú eras fotógrafa pensé que podrías ayudarme con eso, aunque claro se te pagará y todo.

— No lo se, ya te dije que yo no trabajo en ese tipo de cosas y…

— Hermione, en serio necesito que aceptes, estuve buscando entre los fotógrafos de la revista y nadie quiso hacerlo, incluso los amenace con despedirlos pero aun así se negaron, de hecho si no fuera porque mis padres obligaron a Ron a que él hiciera la entrevista nadie mas la habría hecho.

— Pues… ¿quién es? —pregunta Hermione curiosa.

— Seguro lo conoces, pues es un actor del momento, se llama Draco Malfoy y…

Pero Hermione ya no la escuchaba, el nombre de aquel tipo era lo único que había alcanzado escuchar y su nombre resonaba en su cabeza. Draco Malfoy, si era "ese" Draco Malfoy, ella tendría más razones que cualquier otra persona de no querer verlo… de nuevo.

15 horas antes...
6:12 p.m.
Tocaron a la puerta.

¿Quien es? —gritó desde la habitación.

Yo, mi amor, Nathan —respondió el chico.

¡Pasa! ¡Esta abierto! —gritó la castaña, escuchó la puerta cerrarse —. Salgo enseguida —avisó.

¡Claro! —dijo el chico sentándose en el sofá. Es un joven de 25 años, no muy alto, cabello algo largo azabache, lindos ojos azules, sonrisa tierna, no muy fuerte pero si lo suficiente, muy guapo la verdad.

Pasan alrededor de cinco minutos y la castaña sale de su habitación después de darse un último vistazo en el espejo.

Hola —saludó sonriendo.

Herms, te ves hermosa…, como siempre —halagó él abrazándola por la cintura, ella sonrió y se besaron —. Bueno, lo mejor será irnos, la función empieza a las 7 y sabes que no me gusta llegar cuando la película ya comenzó —anunció Nathan al separarse.

Hermione tomó su bolsa y ambos salieron del departamento. Al salir del cine se dirigieron a un restaurante.

¡Por nuestro segundo aniversario! —brindó el joven alzando su copa.

Por nuestro segundo aniversario —repitió la castaña sonriendo y dio un sorbo a su copa —. No imagino cuando gastaras en esta salida.

No importa…, no si es por ti —aseguró él, justo en ese momento sonó su celular, lo sacó de su bolsillo, vio el número y abrió los ojos preocupado.

¿Qué pasa? —preguntó la castaña al notar la expresión de su novio.

Eh… nada, nada —respondió ignorando la llamada y guardando el celular —. Por cierto, aun hay otro lugar al que quiero llevarte.

Hermione lo miró extrañada, más no dijo nada al respecto. Al terminar de cenar se dirigieron a un parque, era muy lindo y tranquilo, se podían ver luciérnagas cerca de un pequeño lago, ellos se sentaron en una de las bancas frente al lago.

¿Sabes? Esta ha sido una de las mejores noches de mi vida —aseguró Hermione acurrucándose bajo el abrazo de su novio.

Hasta ahora —dijo Nathan sonriendo y besándola en los labios.

Ambos estaban callados, solo mirando el lago oscuro y cristalino, abrazados, felices, pero eso termino pronto; justo como cuando Hermione se sentía feliz en la universidad, estudiando la carrera que quería, con su gran amiga, junto a su novio y el estúpido de Malfoy aparecía con sus ácidos insultos para arruinarlo todo.

Sonó un celular, era el de él de nuevi, lo sacó de su bolsillo y se tensó al ver quien llamaba.

¿Quien es? —preguntó la castaña —. ¿Por que no contestas? —se separó y lo miró extrañada.

Eeeh... no es nadie... no es importante —dijo ignorando la llamada y guardando el celular.

¿Quien era? —insistió la chica.

Nadie —respondió nervioso.

Nathan... ¿quien era?

¡Que nadie! ¡No era nadie! —respondió exaltándose.

Quiero irme a casa —dijo Hermione levantándose.

Herms, lo siento, no quise exaltarme, ven, siéntate —él se levantó.

No, ya es tarde, lo mejor es que ya me lleves a mi casa.

Hermione —dijo insistente.

En serio, Nathan, llévame o tendré que irme en taxi.

¿Que? ¡No! Esta bien, vámonos —dijo rendido y se dirigieron a su auto. Después de un silencioso y tenso viaje llegaron al departamento de la castaña.

Bueno, te veo mañana —dijo Hermione al abrir la puerta.

Herms..., espera..., tengo que contarte algo —dijo Nathan deteniéndola.

¿Sobre quien te llamó?

Pues... si. Mira, yo no... Recuerdas que hace una semana hubo una reunión de mi clase, una fiesta, te invite pero tenias que viajar a EU por algo de tu trabajo, así que yo fui solo y pues... había una chica que desde siempre se me había insinuado, no se si la recuerdas, se llama Lary Volkova..., bueno... todos se pusieron muy ebrios, incluyéndome, así que... estuve a poco de... —bajó la mirada —hacerlo con ella... ¡pero no lo hice! ¡Me di cuenta justo a tiempo y nada paso! Me arrepiento tanto de eso porque desde entonces no para de llamarme... te juro que yo te amo a ti y ella no significa nada, Herms, lo siento, no pensaba decirte pero... no podía ocultarte algo como eso, no a ti —terminó alzando la mirada esperando la reacción de la castaña.

Hubiera esperado cualquier cosa, una bofetada, unos gritos, pero no eso, no esa mirada de decepción y tristeza, sabía que eso la decepcionaría, pero la mirada que le dedicó con esas lágrimas amenazando con salir en verdad lo afectó.

Hermione sintió como sus ojos se humedecían, no podía llorar, no dejaría que él la viera llorar; lo miró decepcionada y sin decir nada... cerró la puerta, para después correr a encerrarse a su habitación y soltar un sollozo junto con las primeras, de muchas, de las lágrimas que derramaría esa noche.

1:58 a.m.
Hermione se quedó dormida.


¿Y? ¿Que tal? ¿Se merece un review, tan siquiera para tomatazos? xD Bueno, solo quería decir que ¡tal vez! suba el segundo capitulo el próximo fin de semana, ya sea viernes, sábado o domingo. Eso es todo por ahora. ¡Chao! XO

*Yiriz