La luna llena brillaba, iluminando de un brillo nostálgico el cielo nocturno.

No era nada fuera de lo común, pero para ella, era único.

Una luna como aquella brillaba la noche anterior a su décimo cumpleaños, hacía ya muchos siglos. Era el último recuerdo que tenía de su vida como humana. La luna.

Quizás por eso la fascinara tanto.

Daba igual los siglos que pasaran, cada noche, la luna, le seguía pareciendo tan bonita como la anterior.

Por que la fría luz azulada de la luna nunca cambiaba, y se mantenía imperturbable, fuera cual fuera el estado del astro.

Como ella.

Evangeline nunca cambiaba.

Su pálido rostro infantil nunca se tornaría más maduro. Su cuerpo de niña, no crecería ni un solo centímetro por muchos años que pasaran.

Y, aunque utilizara la magia para cambiar su aspecto, ella sabía que no era más que un efímero espejismo.

Una cínica sonrisa se dibujo en sus labios.

La luna tenía una belleza sin igual.

Era una luz en medio de la oscuridad de la noche.

Eso era algo en lo que Evangeline se diferenciaba de la luna.

Ella era preciosa, si, pero sus ojos verdes eran incapaces de reflejar luz. Solamente, eran capaces de mostrar dolor, y odio hacía el mundo.

Cualquier atisbo de sentimientos, se había perdido con su alma, cuando se apago el último de los latidos de su corazón.

Evangeline suspiro y miro por última vez aquella noche la luna, que poco a poco se desvanecía en la claridad que anunciaba la próxima llegada del sol.

Se aparto de la ventana y con su grácil manera de caminar, avanzo hacía las sombras, mientras los últimos rayos de luz lunar, iluminaban su largo cabello rubio.

Ella, solo era una linda muñequita que solamente desprendía oscuridad.


¡Hola!

Aqui con un nuevo fic. Es un drabble, y un tanto peculiar. Os recomiendo leerla mientras escuchais "Imaginary de Evanescence"

Esta basado en Evangeline-chan. La verdad es que me encanta este personaje, y tenía ganas de escribir algo sobre ella. (Creo que este es uno de los pocos fics que hay de Negima)

¡Espero que os guste!