Créditos: Shingeki no Kyojin y sus personajes no me pertenecen a mi, si no al mangaka Hajime Isayama.
Caminaba, no quería pensar mas en aquello, y es que se sentía devastador ver al hombre que ama con sus propios ojos morir a manos de un monstruo como ese...Arruinando con su accionar a la humanidad, destruyendo la única esperanza de un Titán que ayudara a restablecer la libertad, toda ilusión se había ido, pero a ella que le importaba el mundo y sus formas de salvarlo, solo lo quería a su lado y ahora ya no podía, un muerto nunca podría hablarle, nunca podría recordarle que le colocaría esa bufanda cuantas veces fuera necesario. Su vida un poquito junto con la suya le fue arrebataba. Estaba respirando porque debía hacerlo, porque era lo natural, más su alma se había retirado en la boca de un titan donde ahora yacía su cadáver objeto de probablemente futuras pesadillas.
Eren estaba muerto.
Aún lo recuerda, luego de ver como la titán Annie estaba devorando ante ella a su querido Eren, decidió tomar cartas en el asunto como lo haría siempre en una situación que lo implicará a él, impulsada por una ira incontenible y dolor insoportable que solo hacia aflorar más sus sentidos e institutos de matanza. Fue así y en ese estado como tomo sus dos espadas y empezó a proporcionarle crueles ataques para cumplir su objetivo. Toda vida en el planeta valía cero al lado de su hermano.
—¡Devuélveme a Eren! ¡No permitiré que te lo lleves!
Esas palabras marcaron aún más el trayecto de esas espadas decididas, guerreras, y logró derribar a la titán por un momento, dejándola en el suelo, intentando respirar y seguir corriendo con el humano que se había tragado. Mikasa decidida atacó directo a la nuca pero Annie se la tapó y endureció su mano asi protegiéndose. Cuando planeaba seguir atacando aún más enfadada y con la sangre hirviendo más que nunca, se sintió impulsada hacia otro lado tomada por la cintura y lo vió...Levi Rivaille, quien había faltado el respeto y había golpeado tantas veces a Eren. Recordó ese sentimiento y de aquel entonces, la rabia de ver lo último que le faltaba a esa escena para sentir que su suerte era nula, el inicio del mal presentimiento. Ser detenida no era la solución, su constante movimiento en contra de esa escoria tenía que dar con la solución en algún momento.
—¿Eren Está muerto?— Preguntó Rivaille, analizando las facciones de la bella oriental la cual estaba decidida a volver a atacar a la rubia titán.
—Está vivo, estoy segura, si lo hubiese querido muerto lo hubiera aplastado— Afirmó con ira, demostrando que no solo era pura espada y lucha, su cerebro podría funcionar en igual medida de no estar bulliendo con tanto odio.
—Pero debe estar en su estómago, en ese caso hay que asumir que el está muerto.
—¡El está vivo!— Profundizó cada silaba como si el fuera alguien incapaz de entender el mismo idioma, lo miró con algo de desprecio mientras avanzaban con sus equipos de maniobras. No quería perder el tiempo en resentimientos pasados, no cuando la prioridad era su propia vida materializada en persona corriendo peligro.
—No sé si debas de mantener tanta esperanza.
—¡Si solo hubieses protegido a Eren esto no hubiera ocurrido!
Ahí, como si nunca hubiese observado a su alrededor en toda la vida, él se dió cuenta de que ella era quien lo observaba con furia cuando pateó a Eren en aquel juicio y que también tambien la misma mujer a la que escuchó decir con lujo de detalle: "Ese enano estaba pensando demasiado, algún dia haré que la pague" al recién unirse al equipo de reconocimiento.
Así fue después de unos minutos en un acuerdo de corto plazo Levi y Mikasa unieron fuerzas, ella distrajo a la rubia y el atacó mas rápido que el viento, sagaz y con una habilidad que no escapo a los ojos de la nueva recluta de la Tropa de Reconocimiento, abriéndole la mandíbula y encontrándose sorprendentemente y contra su propia suposición, a un Eren inconsciente. Pero antes de poder tomar su cuerpo vió a la pelinegra empuñando sus espadas directo a la nuca de la titán, entonces en un impulso que el no supo porque sucedió corrió hacia ella y la salvó, en todo ese momento, tan rápido y vertiginoso, una ráfaga de comportamiento irracional impropio de él.
Pero a veces las elecciones podían ser las incorrectas, y todo en solo un accionar de segundos, podía convertirse en la destrucción. Con el transcurso del salvaje a Ackerman y su imprudencia, Annie se regeneró y puso el cuerpo del castaño entre sus dientes partiendo el frágil cuerpo por la mitad, como si fuese otro muñeco de juguete, haciendo que saltara sangre y vísceras en un improvisado festival de carne, tragándose el dorso junto con la cabeza, dejando sus piernas caer al pasto en un show pesadillezco ante los ojos aturdidos de Mikasa que se abrían cada vez mas con horror y sorpresa junto con los de Rivaille quien no quería mostrar emoción alguna. Cuando notó estar viendo demasiado tiempo esa cruel escena tomó a la mujer la cual no merecía ver eso y se la llevó lejos de lo que era para ella el peor día de su vida luego de la muerte de sus padres, ella ya no tenia nada ni nadie a lo cual proteger.
El revolotear de las aves cerca de sus oídos afilados, la hizo volver a la realidad. Esa realidad dolorosa, el puñal de saberse respirando en un mundo sin el, que había perdido todo mínimo rastro de color. Ahora todo se veía tan gris como sus ojos. Debía continuar, debía seguir transitando como una muerta viviente por aquel destino desolado y lleno de desgracias ¿y porque, para que?
—Si solo hubiera protegido a Eren antes que a mi... Él era mi única familia y la esperanza de la humanidad...Devuelvemelo— Susurró al viento como una plegaria a alguien Dios que quizá entre sus juegos y caprichos quiera escucharla, intentando no llorar al caminar cerca de los cuartos de hombres donde tantas veces había ido a buscar a Eren para cenar entre otras actividades que disfrutaba a su lado, aunque el la llamara pesada y recalcara que no tenían lazo sanguíneo alguno. Estaba absorta en sus pensamientos y en controlar unos ojos que querían romper en llanto como las cataratas infinitas del tiempo, hasta que su atención se fijó hacia atrás, pero no volteó a ver cuando oyó unos pasos acercarse hacia ella, ya que sabia de quien se trataba por lo decididos que estos sonaban en el cesped.
Rivaille se acercaba a paso firme, la vio allí, se notaba sola, pensativa y desolada a pesar de que no le veía el rostro, sabia muy bien el motivo de esto. Él también tenía impreso a fuego sobre la piel aquel momento. Él nunca olvidaba, y esa era su perdición más grande.
—Soldado Ackerman...Hace tres días no practica junto al nuevo escuadrón de reconocimiento, no puede retrasarse mas o será castigada— recordó como perdió a su equipo por un momento al mencionar "nuevo", pero quiso dejar de lado esos pensamientos y centrar su atención hacia ella. No era el momento, nunca era la hora indicada para recordar las miserias al ser un soldado. No era un derecho otorgado para aquellos que debían luchar para alguien más, la causa mayor: La humanidad.
Mikasa solo prosiguió a ignorarlo, de prestarle atención lo hubiese matado y aunque eso no eran sus planes a real consciencia, si era su deseo más profundos...Pero no quería causar baja tan grande como perder a la esperanza de la humanidad, el soldado mas fuerte, no aun. Ya bastante había perdido el mundo dentro de las murallas con su hermano como para sufrir una perdida ofensiva más
—...Mocosa, debes continuar ¿no lo notas?, vales por cien hombres, no puedes ser débil ahora, piensa...Piensa en el— Miraba la espalda de la pelinegra tratando de hacerla responder. Se sentía en ese deber, sentía que esa soledad devastadora en la que ella se hundía no serviría de nada con esa gran soldado.
Ella quedo sorprendida ¿la estaba consolando?, si era asi era una extraña manera de hacerlo o... ¿Acaso valoraba sus habilidades y por eso estaba allí tratando de no perder a tal soldado e intentar seguir salvando a la humanidad?, y si, era la opción mas segura que ella había asimilado. Y de no ser así, se sabía perfectamente perdida como para tener que desenredar dudas irrelevantes con alguien a quien detestaba.
—Heichou, iré ya mismo, no porque usted lo ordene, seguiré el sueño de Eren: destruir a cada titán, y cuando halla logrado ese objetivo tenga por seguro que...te mataré— sentenció directa y clavándole la mirada como miles de dagas. La sutileza no era su fuerte, ambos lo sabían, porque ambos estaban hechos de la misma manera.
Levi la miró darse vuelta ante él con unos ojos negros con gris, decididos, imperturbables y distantes que lo atrajeron como la aquella primera vez que la veía luchar contra un Titán, con una tenacidad surgida de una habilidad llamada el arte de la guerra.
—Y que esperas, ve ahora, la humanidad no tiene tiempo que perder en adolescentes, y matar cada Titán te va a suponer un largo rato— Cortó con todo pensamiento y recuerdos de aquella vez al decir esas palabras. —Obviamente, te tendrás que mantener viva y mucho más entrenada si querés matar a alguien como yo.
Y así ella se fue, ignorándolo. Su figura se marchaba, con los signos del enfado en sus movimientos pero aún así...tan noble y lejana. Y así se albergó el nacimiento de una extraña sensación dentro del comandante: quería conocerla más.
AUTORA: MigLi-Chan
