Era un día normal y corriente en Konoha, un pueblo apartado de Tokio, con no mas de 100 habitantes, en el vive una peculiar chica de 16 años, delgada, un buen cuerpo y un extraño color de pelo rosa claro, con unos hermosos ojos color jade.
Sakura Prov
Hoy me había levantado con un mal presentimiento, pero no le hice mucho caso y me vestí tranquilamente para ir a desayunar, cuando llegue a la cocina me encontré con mi madre sirviendo el desayuno, me acerque y le di un beso en la mejilla.
Buenos días dije mientras me sentaba y empezaba a tomar mi desayuno.
Buenos días-. Dijo mientras ella también se sentaba y bebía su leche.- Que tal has dormido?
Bien-. Conteste, no tenia en mente decirle a mi madre lo de mi presentimiento.- Aunque esta noche hizo mucho calor.
Es verdad, deberías dejar de dormir con esas mantas que tienes-. Me dijo riéndose.
Mama, sabes perfectamente que no soy capaz de dormir sin ellas, es una manía que tengo desde pequeña.- Le dije mientras me levantaba y ponía los platos en el fregadero y me despedía de ella para irme al instituto.
Lo se cariño, que tengas un buen día. Y estudia mucho!-. Me grito mientras yo salía por la puerta.
Seguro-. Dije es un susurro.
En Tokio, en un piso de lujo, vive un chico que hace suspirar a muchas chicas, de pelo azabache, alto, fuerte y poseedor de unos ojos hipnotizantes color negro.
Sasuke Prov
Hoy me he levantado de muy mal humor, no es que sea nada nuevo ya que siempre me levanto igual, pero hoy al dobe de Naruto se le ocurrió levantarme tirandome un cubo de agua encima, y el muy baka ni se disculpo. Después de darle su merecida paliza a
Naruto, bajo las escaleras para ir a desayunar.
Buenos días Sasuke-chan-. Dice mi madre cuando me ve entrar en la cocina-. Pero Naruto, no te dije que no le levantaras bruscamente?-. Vuelve a decir al ver a Naruto entrar todo golpeado.
Es que el teme no se levantaba y le tuve que tirar un cubo de agua.
Entre risas de mi madre y los chistes malos de Naruto terminamos de desayunar y despedirnos de mi madre nos fuimos al instituto.
