CAPITULO 1
Sudando. Lleva dos semanas enteras desvelándose por la noche, siempre el mismo sueño, una y otra vez, siempre el mismo. Mira el reloj, las tres y cuarto de la madrugada, intenta dormir el avión sale a las ocho y media de la mañana, vuelve a Japón, han trasladado a su padre y por tanto pasaría su último año de instituto en Japón, con sus antiguos amigos. Intento dormir pero viendo que no podía se levantó y se dirigió a la única cosa que había en su habitación a parte de la cama, su maleta, llevaba solo un poco ropa y su neceser, lo que necesitó en esa última semana, la abrió y allí estaba, la foto de su primera aventura en el mundo digital, cuánto tiempo ha pasado. Todos han crecido, Joe, Matt, Sora y Tai están en la universidad, y si todo va bien ella irá el año que viene. Vuelve a dejar la foto donde estaba y cierra la maleta, Vuelve a la cama, mañana será un gran día. Lo volverá a ver.
Da otra vuelta a la cama, es imposible dormir, mañana regresa, estará allí a menos de un metro de distancia. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que la vio? Poco tiempo, en el baile de graduación, pasó todo el verano que volviese para hablar con ella pero nunca vino, no dio señales de vida, solo hablo con Sora hace dos semanas pidiendo perdón y diciendo que estaba preparando la mudanza, volvía a casa, a su ciudad y él no es capaz de olvidarse de esa escena y todo por ser idiota, llegó tarde y no pudo hacer nada, el idiota del americano se le adelantó, nunca se olvidaría de ese momento, tenía que haber sido uno de los mejores días de su vida y fue el peor, con diferencia. Cerró los ojos, intentando dormir pero otra vez regresó el mismo sueño desde que supo que volvía y no era más que un recuerdo
Estaba bailando con una chica de su clase, rubia, delgada y guapa, le pidió ir al baile porque todo el mundo decía que eran la pareja perfecta, la pareja más popular, ella era la capitana de las animadoras y él era el capitán del equipo de fútbol. Pero no podía pensar ni podía mirar a otra cosa que en la muchacha que estaba cantando en el escenario, el cantant que había esa noche estaba cansado y tenía que descansar la voz y para que no parase ella se ofreció a cantar. Era el turno de una canción lenta, él no podía dejar de mirar y ella parecía que le miraba pero apartaba la vista cada vez que sus ojos se encontraban en el medio de tanta gente.
Dos canciones más el cantante volvió y ella pudo bailar con su cita, con Michael, ese chico rubio con el pelo rizado, no paraba de reírse, se veía contenta y a él le dominaba la furia, porque fue un estúpido, siempre pensó que amaba a Sora hasta que le animó esa noche de Navidad a declararse a Matt, estuvo deprimido mucho tiempo, pero solo falto que ella regresase para olvidarse de todo, solo estuvo una semana y cuando se fue, cuando la vió desaparecer en el aeropuerto, lo comprendió todo, se había enamorado de esa niña mimada y quejica, pero nunca se atrevió y ahora estaba bailando con… Volvió a mirar, estaba sentada en una mesa, sola, esa era su oportunidad, le dio una excusa a su cita y se acercó sin apartar la mirada de ella y de su traje rojo, que casualidad, el color favorito de él y además iba a conjunto con su corbata, había pasado cinco meses desde que la vió en Navidades y le parecía que estaba más guapa aún si podía, no llevaba mucho maquillaje, no le hacía falta. Cuando estaba a su lado, la vió, su cara reflejaba sorpresa y su corazón empezó a latir a mil por hora, la invitó a bailar, no sabía que hacer pero ella aceptó, no le importaba su cita ni nada, solo ella y él, en ese momento el cantante decidió que era el momento de otra lenta ella pusó sus manos en sus hombros y él las suyas en sus caderas no podía dejar de mirar esos ojos color miel, cuando la música paró ella se fue con Michael, seguro a explicárselo pero él no se molestó en buscar a su cita. Cuando Kari se chocó con él.
-¡Tai! ¿Qué estás haciendo aquí tu solo?- Iba cogida de la mano con Takeru, no le importaba, bueno ya no, al principio le molestó pero con el tiempo se acostumbró a verlos juntos.
-Quería tomar un descanso.
-Pues, sal fuera, aquí hay mucho ruido y el jardín está más tranquilo.- Asintió, su hermanita tenía mucha razón y además no estaba Mimi por allí seguro que también ha ido al jardín a escaparse.
-Está bien, luego nos vemos.
Salió el jardín era muy bonito, había un lago, y un banco en frente de el, pensó que sería muy romántico pero allí ya había una pareja se acercó un poco para ver de quien se trataba, solo eran Michael y Mimi… ¡Michael y Mimi! ¿Qué hacían los dos solos allí? Por su cabeza empezaron a correr mucho motivos, pero cuando aún no había terminado de pensar todas los vió, estaban besándose, se quedó parado viendo lo último que quería ver en su vida, no se diño cuenta que estaba llorando, tampoco le importó, sus ojos estaban expresando como se encontraba su corazón, roto.
El timbre le despierta de su sueño, más bien pesadilla, TK ha llegado a recoger a su hermana, iban al aeropuerto, él no quería ir, sabía que estaría allí con su noviecito americano y no podía ver eso, no quería sufrir más, necesitaba estar solo, necesitaba pensar que todo lo que pasó en su baile de graduación es mentira que no había pasado que todo era un sueño que acababa de soñar, pero es mentira y algún día se tendría que enfrentar a la realidad.
