La mayoría de los personajes en esta novela pertenecen a Rumiko Tahakashi, la historia es completamente mía por lo cual apreciaría no copias ni adaptaciones.
Esta historia ocurre en un universo alterno en el cual ni Inuyasha, ni Kagome, ni Kikyo, ni Naraku existen. El comandante bestia se sacrificó para salvar a Izayoi, mas esta no estaba embarazada.
Prólogo.
"La maldición"
Es una fría mañana en la época feudal, el cielo está tintado de un pacífico color gris, las nubes se han escondido hasta desaparecer, no hay rastro del sol, casi todo está obscuro.
Una de las pocas cosas que brilla entre el mar de colores opacos es el hermoso y largo cabello color plata del demonio que se encuentra caminando de manera apacible por el bosque, siendo acompañado por un curioso hombrecillo de color verde, de nombre "Jaken".
Este canta una canción para su amo, canción que está comenzando a irritar a Sesshomaru.
—Si tu amo es el mejor hay que aplaudir.— Aplauso. —Si tu amo es el más fuerte hay que aplaudir.— Aplauso. —Si su...—
—Si su sirviente no se calla, su amo le arrancará el cuello.— Interrumpió Sesshomaru, harto de su sirviente, aunque conservando su fría y serena expresión.
El hombrecillo trago fuerte y no volvió a hacer el más mínimo ruido durante el camino. Pero claro, no todo lo bueno es para siempre, esto acabo cuando Jaken sintió la presencia de un par de demonios acercándose.
—A-Amo bonito...—
Habló temeroso Jaken, rezando por que su amo no lo asesinara. Sesshomaru detuvo sus pasos, mas no habló.
—Estoy sientiendo la presencia de dos demonios, y parecen tener claras intenciones de encontrarnos.—
Su amo siguió sin hablar, aveces desesperaba un poco a su sirviente el hecho de que casi nunca hablase, aún así, le era totalmente leal. Después de unos segundos esperando, el hombrecillo por fin pudo comprender que su amo estaba esperando a que esos demonios se presentarán para no perder aún más tiempo del ya perdido.
Fue después de un minuto exacto que una mujer de cabellos castaños atados en una coleta y piel morena apareció junto a una pequeña infante de aparentemente seis años de edad, fulminando al demonio con la mirada, quien ni se imutó, devolviéndole una mirada aún más fría.
—Lord Sesshomaru, primogénito del comandante bestia. He venido a cobrar venganza por la muerte de mi marido, quien fue asesinado por tu padre hace ya seis años.—
—Si mi padre ha acabado con la vida de tu esposo o no, no es mi problema, por otro lado, asesinarte no me será de utilidad debido a tu insignificante poder, por lo cual, te daré la oportunidad de desaparecer de mi vista y así salvar tu vida, a menos que quieras correr con la misma suerte de ese infeliz al que llamas esposo.—
Le resultó imposible a la mujer no acobardarse ante tan imponente demonio, mas sin embargo, le había jurado a su difunto esposo, vengaría su muerte. No se rendiría tan fácilmente.
La mujer permaneció callada, intentando despistar al demonio frente a ella, corrió en su dirección, desenvainando una espada, cuando creyó que su espada atravesaría el estómago del Yokai, este sujetó la espada con un dedo y desenvaino su propia espada, enterrandola justamente en el corazón de la bruja, atravesandola por completo.
Esta antes de morir, susurro a su hija una últimas palabras. —Kyo, venga a tu madre.—
El imponente demonio sacó su espada del cuerpo de la bruja, para después guardarla nuevamente en su vaina, haciendo uso de un sólo brazo. Después de esto, dirigió la mirada hacia la anonadada infante, sus cabellos castaños cubrían parte de su rostro, sus ojos estaban abiertos a más no poder, grandes y gruesas lágrimas se derramaban por sus mejillas, para después caer al suelo. ¿Su kimono?, Estaba manchado con la sangre de su propia madre.
—Vengaré tu muerte, madre, vengaré tu muerte, padre.—
Susurró la pequeña al recobrar un poco de cordura, susurro que llegó a los oídos del Yokai, quien le de dedicó una última mirada fría, que al mismo tiempo decía "Pobre ilusa", sin necesidad de utilizar palabras.
El demonio dió media vuelta y se fue, la infante hecho a correr en dirección al bosque, donde se prepararía hasta el día de su venganza.
—Amo bonito, sé que usted hace todo por una razón puesto que es el demonio más inteligente que existe. Pero... ¿Por qué ha dejado vivir a esa mocosa?—
—Si es lo suficientemente imbécil para intentar buscar venganza, acabaré con su vida en unos cuantos años, de no ser así, le perdonaré la vida. Después de todo, no me serviría de nada, es más débil que un insecto.—
Pasarían doce años antes de que el demonio y la bruja se volvieran a ver.
Durante esos doce años la bruja estuvo entrenando, intentando fortalecerse, mejorando sus hechizos, todo en un vago intento de venganza. Al mismo tiempo, cada tres días salía observar al Yokai para intentar encontrar una debilidad que le ayudase a decidir la maldición que está le pondría.
No era imbécil, estaba consciente de que las posibilidades de asesinar al demonio más fuerte de todos eran nulas. Por lo cual le haría pagar eternamente con una maldición, tal como haría su madre.
Al paso de los años, la bruja tuvo bien claro que sí algo destestaba el demonio, eran los humanos. Por lo cual, el día de su décimo octavo cumpleaños estaba lista para su venganza, con la maldición "perfecta".
La joven de cabellos castaños caminaba en medio del bosque teniendo claro su objetivo. A su paso cualquier animal que se encontrase ahí salía huyendo despavorido, Kyo desprendía un aura maligna algo sofocante e intimidante, claramente, nada impactante para el frío Yokai de nombre Sesshomaru.
Después de varios minutos caminando, pudo sentir la poderosa presencia de quien había arrebatado la vida de su madre frente a sus ojos hacía ya doce años. La ira la invadió, mas se obligó a clamarse a sí misma. Después de un muy corto tiempo caminando, logro divisar al demonio, quien caminaba dándole la espalda, aún siendo consciente de su presencia.
—Lord Sesshomaru, primogénito del comandante bestia.—
—Otra loca...— Murmuró el hombrecillo verde, dando media vuelta y dirigiendo su mirada a la bruja.
—Has asesinado a mi madre hace ya doce años, y ahora vengo a cobrar venganza, no sólo por ella, sino también por mi padre que el tuyo ha asesinado.—
—¡Pero mira que chamaca más irrespetuosa!, Ni en tus más locos sueños podrías tocarle un sólo pelo a mi amo bonito, ya verás como te pongo para que aprendas a respe...—
—Callate, Jaken.—
Ordenó Sesshomaru con la misma fría voz de siempre. Este dirigió su mirada hacia la joven bruja y habló.
—Te había perdonado la vida hace ya doce años, pero veo que fuiste lo suficientemente imbécil para volver a buscarme.—
—Me las pagarás por haber asesinado a mi madre.—
—¡Que miedo nos da!, ¿Qué le vas a hacer, mocosa?, ¿Una cola de caballo tan horrible como la tuya?, Porque esa sí que es una buena vengan..—
Golpe, golpe y golpe.
Así es, el amo bonito había alcanzado su límite de paciencia al imaginarse a sí mismo con una cola de caballo.
—Cierra la boca, Jaken.—
Hablo con tono amenazador el yokai.
—No, haré algo mejor.— La joven bruja hizo una pausa dramática. —Sesshomaru, tu odio hacia los humanos es especialmente fuerte, por lo cual te condenó a la peor desdicha posible. En no mucho tiempo, tu corazón le pertenecerá a una mujer humana, así es, te enamorarás de una despreciable y débil humana.—
Habló la bruja al mismo tiempo que sus ojos se tornan de un color rojo sangre y esbozaba una sonrisa.
—Ridículo.—
Habló con voz fría Sesshomaru y sin más, con una de sus garras descuartizo a la joven bruja. Menos mal que no era imbécil, porque si no...
Sesshomaru se quedó consternado no sólo por el hecho de que le resultará imposible el pensar en un yo futuro enamorado de un ente, sino más que nada por el hecho de ser una humana.
{—Estúpido y ridículo.—}
Concluyó mentalmente Sesshomaru.
—Pero que humana tan tonta, mire que venir a decirle que alguien tan grandioso como usted no sólo se enamorará, si no que también será de una humana.—
Habló Jaken, para después darse cuenta de que su amo había emprendido camino sin él.
—¡Espéreme, amo bonito!—
Sesshomaru no le prestó atención a la maldición de la bruja Kyo, sin saber que en una aldea estaba naciendo la mujer que no sólo lo enamoraría, si no que también le robaría el corazón. Recibiendo el nombre de "Rin", una pequeña y hermosa castaña acababa de nacer.
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Hola, espero poder sacarte almenos una sonrisa con mi fanfic sobre mi pareja favorita del anime. De ser así, apreciaría mucho tus reviews. 3
Hago este fanfic con el fin de compartirles un pedacito de las ideas que atormentan mi mente, y al mismo tiempo para satisfacer un poco mi propio lado fangirl. :3
Cualquier duda o sugerencia, puden decirmela en los comentarios.
Intentaré ser continua en la escritura de esta historia.
