Marinette se preparaba para ir a clases, como todos los días se había quedado dormida y ahora tenía que ir corriendo a su colegio, para intentar no llegar tarde.
—No entiendo como es que no te despiertas ni siquiera con la alarma —decía Tikki mientras la azabache tomaba su mochila —. Suena bastante fuerte.
—Mi sueño es aún más profundo —respondió la azabache estando ya lista —. Tikki, escóndete. Tenemos que irnos ahora mismo.
La pequeña criatura rojiza se escondió en su habitual bolso, y ambas partieron al colegio.
Marinette se despidió rápidamente de su madre. En la calle corrió teniendo cuidado de ser atropellada. Y mientras subía las escaleras, casi se cae de bruces. Se salvó solo por sus rápidos reflejos (una de las ventajas de ser Ladybug por un largo tiempo).
Al ingresar a su salón, tuvo suerte de que la maestra no estuviese ahí todavía. Se sentó junto a Alya rápidamente.
—¡Niña! Tú siempre llegando tarde —de ese modo la recibió su mejor amiga. Marinette sonrió con timidez, ya no se le ocurrían buenas excusas.
De hecho, el día anterior había sido bastante agitado. El guardaespaldas de Adrien había sido convertido en un gigantesco Gorila y... casi mata a Adrien al soltarlo de aquél edificio. Si no la hubiese soltado, no imaginaba que pudo haber sucedido.
Tuvo pesadillas durante gran parte de la noche, aquél suceso no lo olvidaría fácilmente. A pesar de que las cosas hayan terminado bien, siempre quedaría en su mente la posibilidad de el quizás. El miedo, la angustia.
—¿Para qué mentí? Me quedé dormida —decidió ser sincera y desviar esos horribles pensamientos que habían llegado a su mente. Alya empezó a reír.
—¡Eres un desastre! Yo no...
Alya hablaba, pero Marinette no pudo evitar dirigir su mirada hacia otro lado del salón. Sus ojos se encontraron con los de Chloé y la rubia comenzó a reír. Sabrina la siguió.
Marinette parecía desconcertada. Que Chloé fuese odiosa con ella no era nada nuevo, pero que se riera de ella abiertamente en el salón, jamás le gustaría.
—¿De qué se supone que te ríes ahora? —preguntó Marinette cruzada de brazos.
Chloé sonrió y sacó su teléfono celular.
—De que los medios de comunicación hacen cualquier cosa con tal de tener más visitas. Incluso postear cosas ¡ridículas! —respondió la rubia. Levantó su teléfono y mostró una foto de ella y Adrien en la fuente, en donde se podía leer en mayúsculas la palabra "Novia". El rostro de Marinette enrojeció de inmediato, avergonzada.
—¿Cómo es que alguien podría creer que tú y Adrien son novios? —Chloé comenzó a reír aún más, seguida por Sabrina. Marinette estaba dispuesta a defenderse, pero alguien habló antes que ella:
—Lo más penoso de todo es que está en pijama —gracias a lo que dijo Kim, más de sus compañeros se rieron. Ella se quedó pálida —. Agreste, ¿qué estaban haciendo antes para que ella estuviera solo en pijama? Porque pienso en muchas cosas. Sobretodo porque te tienen en vídeo viendo...
—¡Basta! —Marinette saltó antes de que alguien más pudiera decir algo. Una cosa era que la molestarán a ella. Pero otra muy distinta era que involucraran a Adrien en el asunto —. Adrien y yo solo...
—A mí me pareció tierno. Marinette es una buena amiga de Adrien, y si quieren estar juntos pueden hacerlo —dijo Juleka. Marinette le agradeció con una sonrisa.
—Yo digo que lo más ridículo de todo fue ver lo que usaban en el cine —y gracias a Iván todo el salón explotó en carcajadas.
Cuando la profesora llegó, Marinette pensó que todo ese teatro iba a terminar. Pero no fue de ese modo. Le entregaron papeles en los que se reían de ella.
"¿Saliste en pijama solo para llamar la atención? Porque eso es ridiculo"
"Tú ropa del cine fue muy exagerada. Si quieres llamar la atención, existen otros métodos"
"Jamás estarás con Adrien"
*
En el recreo Marinette pensó que podría estar con sus amigas, pero las cosas se pusieron más incómodas todavía. Porque las chicas de otros cursos decidieron acercarse a ella para decirle que no estaba a la altura de Adrien.
Otros chicos le decían que se veía ridícula y se reían de ella. Incluso algunos tenían dibujos nada agradables al respecto.
Marinette intentaba defenderse, pero eran demasiados. Sus amigas no podían hacer nada, porque era imposible entrar en ese gran círculo de personas.
En la clase antes del almuerzo, Alya finalmente pudo hablar con su mejor amiga.
—No les hagas caso, son solo un montón de tontos.
—Tranquila, estoy bien.
A pesar de decir que se encontraba bien, no se sentía de ese modo. Toda esta situación la tomó por sorpresa, y no creía que llegaría tan lejos. Las personas pueden ser muy crueles.
Y gracias a todo ese bullying, sentía miedo de ver a Adrien. Si todos pensaban que ella jamás estaría a la altura del rubio, ¿qué tan avergonzado podría sentirse él?
Solo quería ir a su casa, meterse a la cama y no salir de ahí en días. Hasta que la noticia haya pasado, hasta que nadie recordará todo eso.
Una lágrima cayó, y ella se concentró en la clase de Matemáticas.
*
Adrien había escuchado todos los comentarios de sus compañeros y sintió una inmensa rabia. Puede que Marinette haya estado en pijama, pero no por eso se veía ridícula. De hecho, ese pijama le quedaba muy bien. Ella se veía adorable, como siempre.
Y reírse de ella por estar disfrazada en el cine era una tontería. Él también se había disfrazado, y solo se burlaban de ella.
Pero lo que realmente lo hizo enojar fue que dijeran que ella no era suficiente para él. ¿Cómo podían juzgarla así de fácil? Marinette es una chica estupenda, cualquiera tendría suerte de tenerla.
*
Cuando la hora del almuerzo llegó, Adrien se separó de Nino, le dijo que tendría que ir al baño. En eso, hizo lo que realmente quería: buscó a Marinette.
La encontró sentada en su asiento, en el salón de clases.
—Hola —la saludó con una sonrisa. Se sorprendió al ver como ella escondía su mirada, no quería verlo. Eso lo hizo sentir aún más preocupado —. ¿Estás bien? —ella solo asintió, sin mirarlo.
Al ver su rostro se notaba que estaba triste, tenía una sonrisa nada convincente y su labio tiritaba, como intentando no llorar. Con eso bastó para que Adrien tuviese un plan, solo que Marinette ya había sufrido suficiente. Tendría que sacarla de ahí durante un rato.
—¿Podrías venir conmigo, por favor?
Ella levantó la mirada. Sus ojos demostraban angustia y algo de sorpresa.
—Te prometo que no pasará nada malo, yo te defenderé —aseguró. Aparentemente, sus palabras le dieron algo de seguridad a la azabache, ella se levantó y lo siguió.
Ambos fueron al salón de química. Marinette se sentó, Adrien le dio su manzana (porque era lo único que tenía de almuerzo) y le sonrió.
—Sé que probablemente no entenderás esto ahora, pero necesito que te quedes aquí, por favor —él tomó una silla y salió. Cerró la puerta con ella. Podía sentir como Marinette golpeaba la puerta —. Todo estará bien.
Él sabía que ella no era de las chicas que se escondían, ella era muy fuerte y capaz de soportar todo con valentía. Aunque por dentro podría llorar. Por eso, necesitaba esconderla para ayudarla.
—Ella estará bien, arreglarré todo esto y ya dejarán de molestarla —se dijo a sí mismo mientras corría hacia el casino del colegio.
Llegando ahí, vio a todos sus compañeros tal y como lo esperaba. Ahora podría aclarar todo.
—¡Hola! —habló fuerte, casi un grito. Lo que inmediatamente llamó la atención de todos, ya que él es Adrien Agreste —. Quiero hablar con todos ustedes, para decirles que estoy muy molesto por el modo en el que han estado hablando sobre Marinette. Ella...
—¡Los medios de comunicación mienten! —Chloé lo interrumpió —. ¡Es imposible que tú y ella sean novios! —parecía estar resentida.
—¡Déjame terminar! —gritó él, frustrado. Chloé se cruzó de brazos y lo observó con una ceja alzada —. Ella y yo somos muy buenos amigos, y no puedo soportar que hablen mal de ella. Ella siempre está pendiente de todos y nos ayuda con lo necesario, es una chica muy buena.
Silencio. Adrien sonrió. Vio arrepentimiento en el rostro de Iván, él estaba reflexionando.
—Puede que haya salido en pijama, pero, ¿qué tiene eso de malo? Todos sabemos lo torpe que ella puede ser. ¿Y qué? Aquí nadie es perfecto, ni siquiera yo —rascó su cabeza y con nerviosismo agregó: —. A veces disfrutó probarme disfraces. Y si pudiera, saldría con ellos a la calle. ¿Acaso eso me hace ser alguien ridículo?
Nuevamente silencio.
Juleka se levantó de su silla y dijo: —. Mi hermano Luka sueña con ser un rockero, y a veces pinta sus uñas con mi esmalte negro. Eso no lo hace ridículo —Adrien le sonrió.
Rosita se levantó también. —. Yo amo la música de Rock y me encanta cantarla a todo volumen, era mi secreto —admitió avergonzada.
Sabrina se levantó, a pesar de la mirada enfurecida de Chloé. —. En ocasiones me gusta pensar que puedo volar, y comienzo a saltar por la calle intentándolo.
Adrien le sonrió a las tres chicas. Sus demás compañeros permanecían en silencio.
—Y si Marinette se disfrazó, fue porque yo estaba en problemas. Muchas personas me estaban persiguiendo debido al comercial de mi nuevo perfume —confesó —. Yo quería ver una película, y ella me ayudó. De hecho, esos disfraces eran ropa olvidada en el metro —admitió y los demás rieron —. Sí, puede que nos hayamos visto ridículos, pero es el precio a pagar por ser conocido.
Los demás rieron un poco más al recordar los disfraces que llevaban puestos. Alya observaba con orgullo al rubio. Y su sonrisa se ensanchó al ver como Marinette estaba escondida detrás de la pared, ella observaba a Adrien con admiración.
—Y no digan que es imposible que ella y yo seamos novios algún día. Sinceramente, creo que ella es una chica maravillosa y cualquier chico tendría suerte de poder salir con ella. Ella merece estar con alguien bueno, con alguien que la sepa valorar —Chloé estaba roja de la rabia, con su mano consiguió aplastar toda una manzana. Sabrina intentaba calmarla, pero era imposible —. Ella es una persona muy buena, nadie debería hacerla menos nunca.
—¿Qué piensas tú al respecto, Marinette?
La azabache saltó sorprendida. Adrien la vio y se acercó a ella rápidamente.
—¿Por qué saliste del escondite? Quería ayudarte.
—Porque no soy de las chicas que se esconden —admitió con el rostro rojo, nunca imaginó que Adrien diría cosas tan buenas sobre ella.
—¿Estás mejor? —preguntó preocupado.
Ella no respondió su pregunta, en cambio realizó otra: —. ¿En serio piensas todo eso de mí?
—Claro que sí. Eres grandiosa —respondió sin cavilar —. No pensé que nuestra salida te daría tantos problemas, de verdad lo siento. Pondré algo en mis redes sociales para que no digan con todo esto —prometió.
Ella sonrió de modo tímido. —No te preocupes, con todo lo que dijiste me siento muy bien, en serio —bajó un poco la mirada. Ambos sonrieron.
Adrien aún sentía que le debía algo, y una idea cruzó su mente.
—¿Te parece si después de clases vamos por un helado? —ofreció.
—Se... sería ge... genial —y volvió el tartamudeo de la azabache.
*
Todo esto se me ocurrió después de ver de nuevo el capítulo Gorizilla. Adrien tiene muchas fans, y pensé que tendría algo de sentido que le hicieran bullying a Marinette debido a los celos, por verla con él.
Esto forma parte de un reto en Tumblr, llamado "30 días Adrinette". Y como el Adrinette es mi ship favorito, decidí participar ^^
