Bienvenidos a los nuevos, como aviso esta es la segunda parte de "Hielo" que es un fic que podrán encontrar en mi usuario.

No tengo derechos sobre ningún personaje de Bleach y Magi, solo sobre esta historia que fue un fruto de mi imaginación saturada.

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Noche 1: La llegada

Uraltugo Noi Nueph estaba dando la mejor mirada intimidante a estos invasores, como guardián tenía una misión con el templo sagrado… sin importar quienes fueran o las razones que respaldaban sus acciones, protegería el lugar tan importante para el mundo.

Aunque una voz pequeña de la consciencia del antiguo guardián le indico que estaba por dar el mismo trato que había recibido cuando se infiltro en ese mundo tan anticuado lleno de una jerarquía militar.

"quizás estén aquí por sus amigos" fue la razón susurrándole, pero su obligación lo hizo ponerse en guardia.

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El sol picaba en su piel provocándole un malestar, el sonido de agua chocando con las costas le alerto un poco, se removió en su lugar palpando sin querer la aspereza de ¿arena? Bajo su tacto… sus ojos celestes se abrieron con lentitud percibiendo sus cabellos anaranjados bloqueando su horizonte.

Rodo encima de su espalda viendo el amplio cielo azul de una mañana hermosa, no recordaba haberse dormido en la playa o haber cruzado el senkaimon al mundo de los vivos… se masajeo un poco sus ojos con un gemido de dolor.

Se sentó confundida, su atuendo estaba lleno de arena y podía ver alguna de las heridas ya secas a causa del clima… una mueca de total disgusto se dibujó en su rostro, Rangiku Matsumoto estaba totalmente desorientada pero sobre todo la urgencia comenzó a envolver sus sentidos adormilados en una advertencia que era más que una resaca.

Una paloma blanca sobrevoló delante de sus ojos llamando su atención, un aura mística que podía identificar como una muy grande partícula de reishi con campanas acompañando su vuelo a la cual siguió aturdida.

Había más de donde esa venían provocando que las espantara en un vano intento de alejarlas de su entorno, al parecer gustosas de aterrizar o rodearla en una extraña bienvenida -de donde salieron- acuso con la esperanza que hablaran.

Entrecerró sus ojos acusadores asimilando que quizás eran experimentos de la duodécima división, pero negó con un dolor fuerte de cabeza naciendo desde la parte baja en un castigo a su pensamiento.

Este era el mundo de los vivos como para que el capitán Mayuri estuviera realizando alguna de sus labores dudosas tan evidentes.

Trato de recordar como llego a esta posición un largo de tiempo, cruzando sus piernas y masajeando su cabeza con desesperación antes de que alguien la regañara por no realizar su trabajo entonces la solución vino en el recuerdo de su superior.

-Capitán…- abrió sus ojos totalmente lucidos, no estaban en el mundo de los vivos al que frecuentaban… habían tenido una misión de recuperación no aprobada por el seireitei y ahora pagaba las consecuencias.

Llegaron después de un largo periodo de pruebas por parte de Urahara Kisuke.

Busco en el entorno al reparar que no estaba sola en todo eso, pero no había más que arena o el mar y su percepción no registraba algún pico de reiatsu conocido -ahora no creo que hayan muerto- dijo tan natural como una broma de mal gusto.

Pero realizo una mueca ante la sola mención del más débil de su grupo, pero eran parientes por lo cual aseguraba no moriría solo por tener lazos con Kurosaki.

Puso su mano en la barbilla con el ardor de sus heridas recordándole que no solo lograron identificar al invasor de ese tiempo (que era una cabeza grande y azul)… pero habían luchado su camino -pero no recuerdo mucho- afirmo totalmente frustrada de no poder armar un reporte, no es como si lo fuera a realizar pero era ideal cuando encontrara a su capitán.

"No regresaran" fue una advertencia del guardián de ese lugar que sonaba tan real a su fortuna -nos preocuparemos de eso en el momento- desprecio con facilidad, la preocupación no era su especialidad cuando tenía otras prioridades.

Todavía sentía que había algo mas en esa amenaza.

Se puso de pie en un brinco, con su espada en su lugar para su alivio… se sacudió un poco la ropa y paso a acomodarse el cabello en su posición casi distante a pesar de la prisa de sus emociones para ubicarse en este mundo extraño.

Decidió caminar a donde podía sentir las presencias más cercanas, con cuidado de hundirse en la arena… los vivos no podrían verla, pero deseaba aunque sea orientarse y saber dónde comenzar a buscar a su capitán por lo cual se acercaría para investigar.

-Reiraku sería una buena técnica en estos momentos- se quejó airadamente ante la falta de este método para ubicar a sus principales intereses en toda esta misión.

Suspiro totalmente frustrada pero tomo el lado positivo del asunto, podía registrar todo lo que descubriera de este mundo y quizás mitigar el castigo del Seireitei si traía un informe completo al capitán de la primera división.

-Pero y los otros- se detuvo en seco mirando más allá del mar a sus espaldas reflexiva de sus siguientes prioridades, se encogió de hombros eran demasiado capaces para arreglárselas solos.

Con esta conclusión y quitada de la pena, continuo su camino a la civilización.

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Un olor a humedad golpeo sus sentidos provocando que poco a poco fuera consciente, un agarre fuerte de lo que pudo asumir eran cadenas sosteniendo sus muñecas y tobillos en una postura colgante.

Era extraño para el estar en esa posición, pero no podía sacar conclusiones precipitadas hasta abrir sus ojos de lo que podía asumir un estado de captura… fue costoso lograr que los parpados le obedecieran, su cuerpo era pesado pero después de una lucha obtuvo su objetivo.

Sus mechones de cabello oscuro caían sin su kenseikan sujetándolos en su lugar, provoco que su gesto aumentara unos matices de desprecio al ser retirado el símbolo de su noble sangre pero también lo que esto significaba para alguien que se suponía era invisible a los seres vivos.

Sus ojos azules escanearon su actual situación peculiar ignorando la presencia que lo acompañaba desde que fue perceptivo, era una celda oscura con el amanecer reflejándose en la pequeña ventana a la altura del suelo.

Byakuya Kuchiki podía percatarse que su haori maltratado seguía en su posición, su rostro no regalaba nada de su irritación o el seguimiento de esas palomas blancas que resonaban en su entorno en una cantidad que era imposible ignorarlas ahora que estaba por completo despierto.

Algunas de estas cosas aterrizaban en su cuerpo, con una actitud de consuelo.

-Ya despertaste- un hombre de grotesca apariencia cojeo a su altura, sus ropas eran viejas y sucias ajeno a los seres de luz invadiendo la localidad… el astuto capitán solo pudo sentirse frustrado porque al parecer él era el visible en ese lugar -una persona como tu… difícil de ver ¿una cruza de Kou?-

El idioma podía ser diferente a los oídos del Shinigami quien sabiamente ignoro las fallidas conclusiones de ubicarlo en alguna de las patrias de ese mundo, pero podía entenderlo por lo cual podía asumir que esas palomas tenían algo que ver con este milagro.

El capitán de la sexta división ya estaba razonando su situación a estas alturas, pasando largamente de las reflexiones de su captor.

-Color de cabello, forma de ojos y tu complexión… podía asegurar que eres un luchador muy bonito- el mortal se rio tan divertido de su descubrimiento, los ojos azules del capitán lo fulminaron con vehemencia.

El noble era tolerante a las incomodidades, pero este trato estaba tocando fibras sensibles de su orgullo…. Paciencia y quizás conseguiría respuestas por lo cual no desvió su atención del desagradable ser vivo.

El hombre se burló de su pregunta con total desdén, paso a examinarlo de pies a cabezas en una evaluación más profunda que la primera, no perturbo el rostro neutral del Shinigami -eres un producto de alta calidad, estoy seguro que Fatima encontrara un comprador para ti- señalo con una sonrisa codiciosa.

El jefe de la familia noble arqueo la ceja juicioso por tal comentario, no solo era visible para los vivos sino que termino en alguna situación con un comerciante sin escrúpulos quien asumía era una víctima manejable.

Tonto.

-Serás subastado pero primero tendremos que ver que tan "resistente" eres- una sugerencia con un oculto mensaje que le provoco un asco al Shinigami silencioso, viendo esos ojos enfermos del ser humano le ocasionaba que una vez más… acentuara su desprecio a los vivos.

Hasta aquí llegaba su tolerancia.

Empujo las cadenas doblándolas cual papel a su voluntad en una acción rápida, aterrizando en la tierra con gracia para alzarse encima del hombre sorprendido quien retrocedió en instinto -sugerir tales bajezas a un noble- su tono era mordaz con sus ojos mortales.

El hombre iba a gritar quizás por respaldo pero la mano de Kuchiki ya cubría su boca, con su fuerza superior era fácil doblegarlo a su voluntad… pero su código de honor impedía que lo asesinara por el insulto, solo por eso no reacciono como lo haría en un inicio.

Lo acerco para susurrarle con el decoro de su jerarquía -Ahora, creo que no serás de utilidad para información- su tono era tan calmado a los ojos horrorizados de su captor -por lo cual, desestimare tu presencia- espeto alzando al hombre con facilidad y lanzarlo al otro lado de la habitación cual muñeco, dejándolo inconsciente en el suelo.

Con la gracia el capitán de la sexta división se ajustó su haori con recato, se sacudió el polvo para mirar la mesa que estaba en esa celda… tomo su Kenseikan que pondría en su lugar en el cabello cuando lograra limpiarse de esta degradante incomodidad de suciedad.

Camino entre los pasillos ajeno a las celdas ya ocupadas, sus ojos fijos para el exterior con retazos de lo que fue su lucha, los que dejo atrás tan nítidos pero nada que sacara de su templanza por la falta de recuerdos.

Para el antiguo capitán era sin importancia, debía actuar a partir de su actual posición y localizar lo que en verdad era la prioridad en esta misión… Rukia.

Salió al exterior encogiendo sus ojos al cambio de luz, encontrar una fortaleza de piedra en su entorno no era sorpresa… adelante se abría una gran plaza donde carruajes estaban estacionados de manera desordenada sin ninguna vigilancia.

El viento removió su cabello oscuro y su haori, el calor era abrazador aun a esa hora de la mañana con arena removiéndose a sus pies insinuando quizás una zona inhóspita de algún desierto… las presencias se removían en el interior de la fortaleza, era cuestión de tiempo que más molestias se percataran de su libertad.

Cerro sus ojos unos momentos para abrirlos en activación del reiraku, los listones se hicieron visibles en su entorno con la intención de ubicar a su preciada hermana y tal vez al capitán de la décima división.

Su reiatsu resonó al compás de esas palomas afectando el control y dándole un aumento indeseado, desactivando la técnica con renuencia ante la interferencia-que pretenden- pregunto demandante al entorno iluminado de estas criaturas -es indeseado su obstrucción- acuso con molestia.

Pero aquellas palomas resonaron inocentes a sus demandas de su intrusión ilícita a los planes calculadores del poderoso Shinigami… Byakuya culpo esta irritación tonta a su constante convivio con personas en la calidad de Kurosaki Ichigo, culpar objetos inanimados.

-EY TU- una voz espeto acusador con armas apuntándolo, había algún tipo de aves sobrevolando que tenían poca importancia a los ojos milenarios que dieron un barrido a los mortales insensatos.

Ninguno de los comerciantes estaba muy seguro de cómo proceder con el escape de este "producto", pero para ellos era visible la irritación solo brillando en esos ojos tan pesados que los miraban como el gusano debajo de sus pies.

Para Byakuya no fue difícil ascender a la parte alta de esa fortaleza ante los gritos de sorpresa de los mortales… el shunpo no era de su agrado, pero no estaba de humor para soportar una situación donde era señalado con total falta de respeto por más mortales sin gusto.

Camino al borde de la fortaleza, el amplio panorama árido le daba la bienvenida con los matices de las presencias de las personas en un punto lejano de este lugar oculto… dio otro barrido ágil mientras extendía sus manos tratando de ajustar la técnica de reiraku de la manera adecuada.

Los listones se abrieron en su entorno casi removiéndose con los aleteos de esas palomas blancas, encontró lo deseado e ignorando las de sus propios compañeros solo pudo arquear la ceja juicioso a la toma de distancia.

El más cercano era el capitán Hitsugaya, luego el de su hermana al norte pero se sentía diferente denegó al desconocer las actuales situaciones en las que se encuentran sus conocidos… después de tanto tiempo sin contacto, suponía que en algo fueron afectado… quizás estas palomas influyeron en los cambios.

El caos a su espalda, movimientos con la intención de atraparlo… Byakuya miro por encima de su hombro con total orgullo noble, fue mera suerte que estuviera bajo su voluntad y no volvería a suceder.

Miro al horizonte más allá de la muralla de piedra o los hombres preparándose a su espalda al no ser de su importancia como tampoco era su prioridad velar por el bienestar de los otros sujetos que lo acompañaron en esta misión ilegal.

Salto con gracia para desaparecer de los ojos mortales.

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Uryu Ishida se despertó aturdido con la vista en el cielo, se ajustó sus anteojos para sentarse entre la arena con la playa tan presente a unos centímetros de sus pies… con el sabor de la sal en sus labios y la sensación de haberse secado bajo el sol.

No recordaba mucho pero si lo necesario para saber que al parecer fue arrastrado del mar a esta costa, miro por encima de su espalda y podía percatarse de un tropical bosque con el sonido de la naturaleza… el aire era limpio.

Busco en el entorno con un largo suspiro cuando en algo su mente se despejo -en que estaba pensando- se pidió a si mismo por involucrarse en esa misión cuando no había nadie de interés en este desconocido mundo.

Pero era mejor el que Ichigo aunque su padre no estaría feliz de su elección pero no tenía familia que lo amarrara y era mejor ahorrarle unos problemas maritales a su buen amigo cuando sus prioridades eran Rukia por encima de Orihime.

Examino sus heridas resultado de esa pelea en ese lugar de aspecto antiguo que se alargó innecesariamente y con sus números tan pocos, era un milagro que atravesaron esa puerta misteriosa que los lanzo a lo que suponía era el plano donde se encontraba las personas perdidas.

Palomas en su entorno se agrupaban provocándole un arqueo de ceja al sacarlo de su propia inspección -que son ustedes- pidió interesado al verlas más grandes que las mariposas infernales.

Alzo su dedo para que una se posara en este acercándolo curioso pero dejándola volar al aire… tenia prioridades de ubicación, tratamiento de heridas y asilo (ya estaba oscureciendo) antes de pensar en labrar un camino de búsqueda a sus objetivos.

El color abandono su rostro al recordar un pequeño pendiente, trago un nudo que se formó en su garganta -Dios me convertí en una niñera- se quejó deteniendo su camino, lamentando su compromiso con su buen amigo.

Aunque tampoco podía acusar a Kurosaki Karin de ser una niña.

Para el ultimo Quincy era cansado a su edad realizar eso, corrección… no era tan viejo, después de todo Chad también andaba por ahí en su fama y Kurosaki fue el único en instalarse en una vida familiar.

Espanto la idea, no iba a pensar en "eso" ahora, no era el lugar… no cuando una ciudad se divisó a la lejanía de ese paraíso tropical.

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Aladdin miro entre los pilares de una casa en construcción a las afueras de lo que era Magnostadt, con su túnica de la escuela y carente del sombrero su trenza azul se agitaba cuando volteo al horizonte.

-¿Sucede algo?- pidió Alibaba con la falta de luz de su personalidad acercándose para tratar de ver lo que su amigo había detectado.

Para el exiliado príncipe, era un peso enorme saber que Sinbad abandono el reino dejando a Yamuraiha atrás para el liderazgo del reino de los magos en ruinas, pero esto no era lo preocupante… era el motivo detrás de su ausencia del líder de los mares.

Su sobrino, Toshirou era de paradero desconocido… solo esperaba que con la llegada a Sindria del rey les comunicarían si tendrían alguna información.

Era el momento y aun no les confirmaban nada, la incertidumbre lo estaba matando.

Aladdin parecía lejos de contestarle, algunos ciudadanos también detuvieron su trabajo para observarlo con detenimiento… el pequeño rostro del cuarto magi se retorció en concentración ante la inquietud de la población.

Aun Dunya (quien hasta el momento todavía peleaba con Yamuraiha en una relación tensa casi hostil) se acercó con suma curiosidad -Nos perdimos de algo- trato de llamar la atención sin mucho éxito.

El cuarto magi solo soltó una ráfaga saliendo del suelo para volar en una dirección asustando a los incautos por tan repentina decisión de abandonar, dejando a un despeinado Alibaba en el suelo gritando de indignación.

No era el único, aun en su estado recién nacido… Titus Alexius pudo percibir presencias brotando de la nada en el mundo desde su ubicación en Reim -Muu organiza un escuadrón a las afueras de la ciudad- ordeno sin muchas explicaciones al fanali quien obedeció sin ninguna pizca de incertidumbre.

Judal volteo de manera repentina asustando un poco a Hakuryuu Ren quien caminaba a su lado, en algún punto en planes de conquista de su segunda celda -Oh algo ha salido al juego- miro divertido con la malicia goteando en su tono de voz.

Yunan se ajustó el sombrero mientras sobrevolaba las fronteras de la republica de Baldadd -han llegado singularidades- advirtió mientras apretaba el agarre en su báculo con la intención de interceptar a la más poderosa entre ellas, su rostro sin edad oscurecido mientras una figura se posicionaba delante.

Gyokuen cayó en su trono con el rostro desencajado, un grito de pura ira salvaje ante los obstáculos que crecían en el mundo a destruir -MALDITA SEAS SALOMON- rugió atronando en el silencio de la lujosa sala… tuvo la esperanza arruinada cuando una singularidad de la calidad del hijo de Sinbad se apagó, pero ahora… esto era la cumbre de lo absurdo cuando brotaban más de la nada.

Para los que no reaccionaron en el momento, ubicarlas sería difícil cuando el propio flujo del rukh los ocultaba.

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Cuando Karin tomo la oportunidad de demostrar su valía ante su familia y no dejarle el trabajo a Ishida fue un duro golpe en los rostros de sus hermanos… la voz de Yuzu rogándole que se mantuviera, la petición de Ichigo de dejar de ser terca.

¿Cómo lograr parecer ajena más tiempo? Era la más consciente espiritualmente, su hermano mayor velo por ellas durante toda la adolescencia como Shinigami sustituto… podía traerle tranquilidad salvando a la mejor amiga de su hermano.

Ahora sin embargo estas memorias se trozaban en la oscuridad, para ser remplazados por la luz de un lugar lleno de ruinas que le recordaban a los programas de expediciones a civilizaciones antiguas… había más en el lugar, Ichigo como siempre en guardia para protegerla.

¿Qué paso?

La pregunta se repitió en su mente tantas veces, el dolor en su cuerpo comenzó a ser tan presente como lo era el ruido en el entorno… detecto suaves masajes ubicados en ¿su pecho? Ahora esto lo estaba incomodando por lo cual abrió sus ojos.

Una sonrisa inocente le dio la bienvenida -Hola hermana- saludo con su voz inocente, sin la vergüenza de estarle masajeando sus pechos.

Karin miro al niño quien apretó sus manos todavía en el lugar incorrecto, sentía el calor subiendo por sus mejillas… no había dolor cuando reacciono por puro instinto -PERVERTIDO- grito a todo pulmón dando el mejor golpe a puño cerrado en toda su historia.

Aladdin quedo noqueado rápidamente, aun su borg fue doblado bajo la fuerza bruta de la mujer que había encontrado.

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Fin del capitulo.

Bueno el inicio de la secuela! como verán sera de un punto de vista diferente... o tratare de señalarlo desde ese punto de vista (dependiendo de la inspiración).