Author/note: Esto es severamente AU, pura fantasía, definitivamente oscura a veces, pero también romántica y espero que satisfactoria.

Rating M por temas adultos y sexo en capítulos posteriores.

Advertencias: Mientras que no hay escenas erotizadas o gráficas de violación, la violación es discutida e implicada en algunas partes. Esto está hecho de una manera que espero que sea sensible y apropiada para la historia. Y no, esta no es uno de esos fics klaine de fantasía donde Blaine abusa sexualmente de Kurt. Blaine siempre es un alma caritativa en mis historias, porque es así como yo lo veo.

No soy dueño de Kurt o Blaine. No creo que alguien realmente posea a Kurt y Blaine. Pero son propiedad intelectual de Ryan Murphy y FOX.

Translater/Note: Ok, primero que todo, la autora ha dado recientemente la autorización para traducir la historia a cualquier persona que le pregunte. Su tumblr es .com

También esto es para la Jana y el Franco 3 para que no sean flojos y lo lean, ya que no lo quieren leer en ingles.

Y esta historia en particular tiene mucho fanarts y videos y esas cosas que pueden ver en este enlace http(:/) post/84186124715/klaine-sidhe-verse-masterpost

Espero que me den una oportunidad al leer esto. Si hay algún error ortográfico, por favor díganmelo y lo arreglaré. Gracias (:


The Shide: Capitulo 1


Blaine nunca se había preocupado especialmente de los mercados de esclavos.

Supuso que se debió haber vuelto insensible hacia ello por ahora, pero todavía parecía muy mal. Como un niño en N'auri, su abuela le había enseñado que los Sidhe eran personas nobles, poderosas quienes eran respetados y ligeramente temidos. Eran hermosos y mágicos, y ver a uno significaba buena suerte hasta la próxima luna llena.

Blaine siempre había sido cautivado por los Sidhe. La primera vez que en realidad vio uno fue a la edad de doce años, una preciosa, criatura esbelta saliendo del rio cerca de la casa de Blaine e internándose en el bosque, completamente desnudo y riéndose como la música.

También fue el momento mismo en el que Blaine se dio cuenta que le gustaban los chicos.

La segunda vez que fue a un Sidhe, estaba confundido. El estaba en el mercado con su madre y el vio lo que era sin lugar a dudas uno de los hermosos elfos. Era una mujer esta vez, y su belleza se había mitigado por un vestido suelto de arpillera, cabello lacio y ojos apagados. Ella seguía a una mujer que se veía arrogante, en silencio, usando un collar de hierro.

"Mama, qué... esa es una Sidhe, no es así?"

"Si" su madre dijo con una apretada, cortante voz. Blaine podía decir que la vista la molestaba.

"Qué… Por qué ella esta así? Qué pasa con ella?"

"Ella es una esclava" respondió suavemente.

Blaine la miró en un silencioso estado de shock. Él ni siquiera sabía dónde empezar.

En las siguientes semanas, Blaine logró extraer mas detalles desde su madre, quien parecía reacia de reconocer vocalmente esta fealdad a su hijo.

El aprendió que, aunque los Sidhe eran naturalmente muy poderosos, habían sido capturados y comercializados como esclavos por muchos, muchos años en Villalu. Sus poderes fueron suprimidos con collares de hierro o por inyecciones de tintura de verbena. Blaine nunca había visto un esclavo Sidhe antes porque la región donde vivía era muy pobre, y solo la gente muy rica podía permitirse tener un Sidhe. Los Sidhe eran raros de encontrar y difíciles de atrapar.

Había mucho que su madre no le dijo, sin embargo.

Ella nunca le dijo de los mercados de esclavos. Ella nunca le dijo para que exactamente era lo que esos cultos, hombres aristocráticos con fríos, duros ojos les gustaba usar a sus esclavos Sidhe.

No fue hasta que se ganó una beca para asistir la Academia en Villalu Proper que él empezó a oír susurros acerca de eso. Y lo que no escuchó lo dedujo cuando su propio despertar sexual empezó a revelar las previamente escondidas verdades sociales.

Las relaciones sexuales entre los hombres eran tan tabú en Villalu Proper como lo habían sido en N'auri, aunque aquí la postura oficial estaba acompañada por un asentimiento con la cabeza y un guiño. Blaine no tuvo problemas encontrando compañeros dispuestos en la Academia, y nunca tuvo ningún miedo verdadero de que lo descubrieran. Esos chicos que eran descubiertos eran generalmente reprendidos con ojos risueños, les decían que lo sacaran de sus sistemas ahora que todavía podían y que fueran más discretos en el futuro.

Era un asunto totalmente diferente con los Sidhe, sin embargo.

Entre los más ricos generalmente, y la realeza en particular, era común y aceptado que los hombres compraran a los Sidhe para uso sexual. El género del Sidhe era socialmente irrelevante. Los elfos no eran humanos, y por lo tanto nada hecho con ellos era de mucha importancia. La mitad de los hombres ricos casados en Villalu Proper parecía que poseían un Sidhe, un hombre usando su Sidhe por placer no era considerado más escandaloso que usara su caballo para transportarse.

Al principio, había enfermado a Blaine.

Todavía lo hacia enfermo, supuso, pero él había sido más o menos obligado a aceptarlo como una realidad social.

Muchos de los compañeros de clase de Blaine habían hecho uso de los Sidhe de sus padres en su cumpleaños 16, como un paso tradicional hacia la adultez. Algunos de los niños más ricos incluso les habían regalado un Sidhe para poseer. Y el propósito entero del trabajo de Blaine en la Academia era de ganar la posición de cortesano en una corte real, donde la presencia de los esclavos Sidhe estaba francamente en todas partes.

Blaine quizás se había convertido ligeramente insensible a esto. A veces lo golpeaba de nuevo, sin embargo, cuando él vio uno de los orgullosos elfos con ojos derrotados, cojeando, su piel luminosa desfigurada con moretones.

A veces él todavía lloraba silenciosamente en su cama en la noche, avergonzado por su propia incredulidad juvenil que el mundo podría ser tan cruel.

Por supuesto el mundo era cruel. Blaine lo había sabido por un tiempo muy largo. Él lo sabía cuando su abuela fue asesinada en su cama durante uno de los muchos asaltos en su villa que él se las había arreglado para sobrevivir.

Él lo sabía cuando su madre paso el día después de un violento asalto, cojeando y llorando y acostada en una posición fetal mientras Blaine le traía trapos limpios para que se recostara en intercambio de los empapados de sangre que el lavaría en el río después.

Él lo sabía cuando, nueve meses después, su madre dio a luz a un niño que no podría ser posiblemente de su padre, y cuando, un mes después de eso, su padre huyó con una camarera.

Su madre lo había hecho competir por una beca en la Academia menos porque ella vio la promesa en él, y más porque ella simplemente no podría alimentar a Blaine y su hermano por más tiempo.

En el momento que dejó su casa, los ojos de su madre le recordaban extrañamente los de esa primera esclava que había visto en el mercado hace tantos años.


Pero aun así, todo ese dolor no lo había endurecido en contra de esto.

El había sido el empleado del príncipe Dronyen por cerca de un año ahora, y ya había sido seleccionado para acompañarlo a los mercados de esclavos para seleccionar un nuevo "juguete".

Dronyen parecía aburrirse de sus "juguetes" bastante rápidamente.

Blaine lo odiaba.

Pero solo un poco más de lo que él se odiaba a sí mismo.

Dronyen bostezó ruidosamente como el próximo Sidhe fue apurada en la plataforma ante ellos, esta era una mujer.

"Este es honestamente el peor grupo que he visto" Dronyen pronuncio. "Si no encuentro algo nuevo hoy, voy a tener que ir y usar a Brissa esta noche, y eso sería demasiado deprimente"

Brissa era la esposa de Dronyen.

Blaine estaba tratando de no mirar a la plataforma. Él estaba tratando de no ver los destellos de ira enterrados en los ojos derrotados, como un magnifico ser tras otro fue ofrecido para el abuso y la degradación.

Pero entonces los ojos de Blaine captaron un destello de azul, y por instinto se dio la vuelta.

Y el mundo se detuvo.

Porque ante él en la plataforma estaba la criatura más impresionante que jamás había visto en toda su vida.

Él Sidhe era alto y delgado, como todos los Sidhe tendían a ser, con piel pálida que brillaba como la luz de la luna sobre tensos, apretados músculos. Como todos los otros, el estaba siendo subastado desnudo para que los compradores pudieran ver la entera extensión de lo que ellos estaban apostando.

Y él era extraordinario, de la cabeza a los pies.

Su pelo era de un castaño brillante, y caía justo debajo de sus oídos. Sus labios eran rosa y delicados, y sus ojos…

Sus ojos.

No eran solamente el color más increíble imaginable, un suave y brillante azul decorado con verde mar.

Y no era que eran grandes y de la forma de una almendra, rodeados con un puñado de pestañas de color castaño.

Era el hecho de que estaban llenos hasta el tope con vida.

Nunca antes había Blaine visto un esclavo Sidhe con unos ojos tan vivos y expresivos. No estaban apagados o derrotados en lo más mínimo. Cautelosos, sí, y completamente desconfiados, pero también brillantes.

Brillantes como los del Sidhe que había visto saliendo de la ribera del rio cuando tenía 12 años. El único Sidhe libre que Blaine había tenido la oportunidad de contemplar.

El elfo se paró en esa plataforma como si la poseyera, como si él estaba juzgando a todos, y no al revés.

Se metió un mechón de cabello detrás de un oído delicadamente puntiagudo, su barbilla sobresalía para revelar una masculina mandíbula que contrastaba magníficamente en contra de sus suaves rasgos.

Y aunque él sabía que era completamente loco, Blaine estaba bastante seguro que estaba enamorado.

Él también sabia, más allá de alguna sombra de duda, que Dronyen iba a comprar este duende.

Aun así, él no estaba preparado por cuan dolorosamente su corazón se contrajo cuando Dronyen salió disparado de su asiento, con los ojos ardiendo con ciega, descubierta hambre, para empezar la apuestas.

Las apuestas fueron altas, Blaine no estaba sorprendido, si él nunca había visto alguien tan hermoso, estaba seguro que ninguno de estos hombres tampoco lo había hecho.

Cuando las apuestas se redujeron a tres, como era tradicional, los hombres tenían permitido tocar antes de finalizar sus ofertas. Blaine sintió una rabia repentina de cómo sus manos carnosas tocaban la piel perfecta del Sidhe, inspeccionando el interior de su boca, las almohadillas de sus pies, las mejillas de su culo.

Y la mirada en los ojos del elfo cuando lo hicieron era desgarradora.

Debido a que fue la primera vez que Blaine vio el miedo. Era crudo y desenmascarado, y lo rompió por dentro y le daban ganas de correr a la plataforma y lanzarse a si mismo entre este ser perfecto y estos idiotas repulsivos quienes sentían que tenían derecho a tocarlo.

Blaine sintió que empezaba a morir por dentro cuando Dronyen colocó la apuesta ganadora.

Blaine viajó detrás del príncipe Dronyen en el viaje a casa, dividido entre una profunda pena e hirviente ira. El elfo viajó con Dronyen, apegado a su cuerpo. El Sidhe había sido equipado con simples pantalones, una chaqueta sin mangas, y sandalias de cuero, y Blaine estaba agradecido que él había sido concedido con la dignidad temporal de usar ropa.


Fue una de las peores noches en la vida de Blaine, junto con el asesinato de su abuela y la violación de su madre. El podía escuchar cuanto Dronyen estaba disfrutando su recientemente nueva adquisición, y Blaine estaba bastante seguro que el escucho más de un fuerte gemido de dolor viniendo de la habitación del príncipe también, y Blaine simplemente enterró su cara en sus manos y lloró.

Se dijo a si mismo que no iba a hacerlo. Juró que no lo haría. Pero incluso si su cerebro lo denegó, su cuerpo se movió silenciosamente a través del castillo, pasando sigilosamente a los guardias y deslizándose alrededor de las esquinas hasta que estaba en el pasillo que conducía a la celda del Sidhe.

No estaba vigilada. Por qué lo estaría? Las venas del elfo estaban sobrellenadas con Verbena, anulando efectivamente cualquier amenaza que pudo haber poseído en su estado natural.

Mucho menos en este estado.

Porque él estaba encorvado en una esquina en contra de las paredes de piedra, la luz de la luna infiltrándose a través de las barras de la ventana hacia su una vez pálida, brillante piel, ahora morada con moretones.

La cara de elfo estaba presionada en sus rodillas, y el estaba sollozando. Sollozando. Blaine nunca había oído un sonido de dolor tan puro, musical. De alguna forma se las arreglo para ser horrorosamente hermoso, y completamente desgarrador.

Fue solo a causa de su reacción a este sonido que Blaine se dio cuenta que quizás, a pesar de quien se había convertido y que cosas él se había permitido acostumbrarse, quizás no había perdido su alma todavía.

Y Dronyen? Dronyen no tenía alma. De eso Blaine estaba seguro. Dronyen era capaz de escuchar esos sollozos y seguir con su vida. Él era capaz de usar este ser etéreo como un pedazo de carne y tirarlo, desnudo y maltratado, en una celda de piedra fría cuando él había terminado. Él era capaz de tomar placer en tratar de romper algo hermoso.

Pero Blaine no dejaría que esta criatura, este Sidhe, este hermoso hombre romperse. No estaba seguro que iba a hacer exactamente, pero tenía que pasar pronto. Si hubiera alguna forma que Blaine pudiera rescatarlo esta noche, antes de que Dronyen pusiera sus manos en él de nuevo, lo haría, pero él sabía que no podría. No les haría ningún bien si Blaine fuera ejecutado por tratar de liberar al elfo, desde que estaba seguro que a nadie le importaba tanto para intentarlo.

Pero pronto. Porque si había incluso la oportunidad más pequeña que Dronyen se las arreglara para opacar la llama en esos ojos oceánicos, Blaine nunca se perdonaría a sí mismo.

Nunca.


Esa noche en su habitación, Blaine se daba vueltas y vueltas en su cama y susurraba febrilmente para sí mismo, esperanzado que de alguna forma el hermoso esclavo Sidhe que estaba tres pisos debajo de él pudiera escucharlo.

"Te amo" susurro.

Y, "Te salvaré"

Y, "Lo siento"

"Lo siento tanto"