Anime: Naruto.

Clasificación: M.

Romance/Universo Alterno.

Disclaimer: Naruto no me pertenece, tanto el nombre de la serie como de sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, sin embargo, la historia presentada a continuación es producto de mi ingenio e imaginación.

Advertencias: Se prohíbe estrictamente copiar mi historia total o parcialmente, incluso si se menciona mi nombre como autora. NADIE ESTÁ AUTORIZADO A PUBLICARLA EN OTRO SITIO.

I.

Pérdida. Cuando la terapeuta le preguntó acerca de su experiencia en Suna, esa fue única palabra que cruzó su mente. Todo se resumía a una inmensa pérdida, a un vacío que llenaba de amargura su pecho cada vez que respiraba. ¿Cómo se le explica eso a una persona que nunca estuvo allí? ¿Existe acaso una palabra que pueda describirlo? Después de tres semanas asistiendo a sesiones en grupo, se dio cuenta de que no recordaba su propia voz.

Antes de responder su pregunta, todo había sido silencio. Cuando estaba a solas en su departamento, ella misma se castigaba con él. Cualquier intento de romper con la tensión prendiendo el radio o la televisión, era interpretado como burla. La vida no podía seguir como antes. Ya no habría tardes de risas en la cocina mientras ambos preparaban la cena ni noches de películas en la habitación ni mañanas con música en el baño. Todo lo reemplazaría aquel silencio cruel que él le había impuesto. Lo extraño era que aquella situación no tenía por qué prolongarse fuera del lugar que compartían juntos, sin embargo, ella había decidido llevar consigo ese silencio a cuanto lugar iba. Por esa razón no reconoció su voz en aquella sala llena de gente.

La terapia había sido idea de Tsunade, la había sugerido primero de forma sutil dejando folletos en su oficina hasta que la llamó a su despacho para decirle que debía cumplir con ciertas horas de terapia grupal si deseaba seguir trabajando. Aquello le tomó por sorpresa, pero al ver su mirada de preocupación se dio cuenta de que desde su regreso se había limitado a ignorar los gestos de la gente que la rodeaba por miedo a ver lo que ahora veía en los ojos de su mentora: pena. Ese día firmó de mala gana una carta-compromiso donde aseguraba que pasaría seis meses asistiendo con el loquero y se fue a casa pronto.

Cuando llegó al departamento encontró un paquete sobre la barra de la cocina y una nota de Naruto que decía "Cena". Ni siquiera lo abrió. El hecho de que él llevara varios días evitando cenar con ella le llenaba la garganta con un grito ácido que no era capaz de liberar. Se tiró en el sofá y se quedó dormida esperándolo. Cuando despertó aún era oscuro y mientras se levantaba desorientada, notó que alguien la había cubierto con una manta. Sin poder soportar más la situación se dirigió a la habitación, dispuesta a levantar a su esposo de un grito; sin embargo, al verlo tirado en la cama a medio hacer con el traje de entrenamiento aún puesto y una botella de sake vacía a su lado, se tiró en el piso a sollozar.

Era increíble cómo el regreso de Sasuke los había trastornado a ambos de forma tan dolorosa sin importar todo lo que habían pasado juntos. ¡Ya no soportaba aquel silencio! Necesitaba a Naruto a su lado, con sus bromas y risas; necesitaba poder contarle aquello que había pasado para sentir como aquel peso de su garganta se desvanecía. El desprecio de aquella persona que tanto amaba era demasiado como para seguir soportándolo. Al día siguiente haría su maleta y se iría a otra parte. Ya no podía seguir viviendo bajo el mismo techo que él. Quería poder compartir el dolor que sentía pero tenía que reconocer aquel hombre ebrio, dormido boca abajo sobre el colchón, no era el mismo que su esposo.

Naruto se despertó a las tres de la tarde del día siguiente con dolor de cabeza. Mientras intentaba pararse, notó en su boca el sabor de la resaca–sake-, pensó. Anoche había salido con Sai a beber a un bar local, y después de pedir varios vasos de sake, ordenó una botella. A pesar de la mirada desaprobatoria de su amigo se bebió la mitad y después se levantó para ir a casa.

Sabía que Sai no entendía su comportamiento irresponsable, pero la verdad era que poco le importaba; hacía tiempo que el alcohol se había convertido en su mejor compañía. Mientras se quitaba el uniforme sucio, se dirigió al espejo para mirarse. Tenía los ojos hinchados y con ojeras, su mirada parecía desconcertada, como si le costara creer que aquel sujeto con labios resecos y marcas de saliva en la mejilla era él.

Se dirigió a la cocina por un vaso de agua y de pronto recordó que la noche anterior había encontrado a Sakura dormida en el sillón. ¿Habría estado esperándolo? Al verla en ese estado indefenso había querido tomarla entre sus brazos y llevarla a la recámara para hacerle el amor, pero sintiéndose incapaz de tocarla había optado por taparla y dejarla dormir allí.

¡Dios, la extrañaba tanto! Extrañaba su compañía, su cariño, extrañaba despertarse en las noches y saberla suya, allí, acostada a su lado; pero la tristeza que sentía opacaba fácilmente el amor que sentía por ella. Desde que había vuelto de Suna, había algo que que había cambiado en ella; el aspecto de Sakura era bastante lamentable, lo cual era notorio no sólo en el aspecto físico sino en su estado anímico. Lo primero que hizo al volver fue dirigirse al departamento que ambos compartían en el centro, según le dijo Tsunade -cuando Naruto fue a pedir informes sobre el regreso de esposa- Sakura había entregado su reporte sin dirigirle una sola palabra y se había marchado a casa, negándose a recibir ningún chequeo médico.

Cuando él llegó, escuchó la regadera abierta y se dispuso a hacer la cena. Prendió la televisión y perdió la noción del tiempo, cuando se dio cuenta había pasado una hora desde su regreso y ella seguía en la ducha. Un poco preocupado se había dirigido al baño de la recámara y le había preguntado si todo estaba bien a través de la puerta. Como de forma automática, oyó como Sakura cerraba la llave y abría el cancel. Salió del baño envuelta en una toalla y lo abrazó.

Esa noche, ambos cenaron en silencio –él lo hizo pensando en que su esposa necesitaba descansar- y fueron a acostarse temprano. En cuanto Sakura se acostó en la cama, se dio media vuelta, dándole la espalda y se quedó dormida, él trató de abrazarla por detrás una vez que se acomodó en la cama, pero la notó incómoda, así que prefirió dejar el asunto por la paz, ya lo hablarían más adelante, era comprensible que después de un operativo de tal magnitud, necesitara un poco de espacio para ella.

Sin embargo, después de un mes de aquel episodio Naruto no pudo evitar recordar también como al día siguiente del regreso de Sakura, Tsunade lo había recibido con la noticia de que Sasuke había vuelto de la Arena el mismo día que Sakura, pero que había preferido aparecer un día después.

La mirada avergonzada en la cara de Sasuke le sorprendió un poco, estaba claro que Naruto lamentaba que Sasuke no hubiera estado presente en su vida desde hacía tres años, pero lo cierto es que no lo consideraba la clase de persona que pide disculpas por su ausencia, sin embargo cuando Naruto lo encontró en el despacho de Tsunade, él lo saludó de forma fría, negándose a mirarlo a los ojos y se apresuró a salir. Aunque aquello lo había dejado desconcertado, no lo sorprendió tanto como las palabras que la vieja pronunció en cuanto éste salió de su despacho.

- ¿Cómo se encuentra Sakura, Naruto? Lo primero que Sasuke ha hecho en cuanto se ha presentado ha sido preguntarme si había asistido a su chequeo médico.

- ¿Por qué preguntaría eso?- había respondido él extrañado.

- ¿Sakura no te lo ha dicho? Sasuke participó en la misión de Suna por parte del gobierno de la Arena y colaboró con el grupo donde se encontraba ella. Es posible que por eso se interese. Al parecer aquella misión le trajo viejos recuerdos porque pidió su cambio para Konoha.

- Mencionó algo sobre su participación en la misión- mintió- Pero no me dijo nada sobre el cambio de Sasuke.

- Posiblemente no lo sepa- repuso con una sonrisa- Como sea, por favor encárgate de que se reporte conmigo para su chequeo, ¿ok?

-Sí claro, yo le diré que venga con usted Tsunade-sama.

¿Qué tenía que ver Sasuke con la salud de Sakura? ¿Desde cuándo se preocupaba él por su esposa? Si bien, después de renunciar al asedio de Konoha, los tres habían quedado en buenos términos, tampoco podía decirse que hubieran recuperado ni siquiera un poco de lo que tenían cuando eran gennins. Mucho menos ahora que Sasuke trabajaba en la Arena y que Sakura y él estaban casados; había conseguido esfumarse de sus vidas sin que ello representara una gran pérdida. ¿Por qué habría vuelto? La sola idea de que pretendiera irrumpir en sus vidas de nuevo le producía incomodidad.