PRÓLOGO:
Un suspiro salió de sus labios, mientras que una gota de sudor se resbalaba por su delicado cuello.
Una mano de aspecto áspero, y poco delicado iba recorriendo cada recoveco de piel que el vestido de la joven dejaba ver.
A simple vista podían parecer dos jóvenes que no tienen nada que ocultar, sin problemas ni preocupaciones, solitarios, incluso podrían ser dos amantes escondidos de una mujer celosa, un novio insoportable o tal vez podrían ser dos personas desconocidas que se habían encontrado por primera vez y como resultado habían acabado juntos. Podían parecer todo. Pero no lo eran.
Eran fuego y hielo, dos personas que no sabían como habían llegado a aquello…solo eran participes en ese mismo momento de la gran pasión que los unía. Pero eso sí, eran conscientes de algo… ellos jamás ellos serían como los demás. ¡Jamás!
Algo les unía, algo que nadie ni nada podría cambiar nunca. Algo que incluso ellos desconocían en ese delicado momento, tan lleno de pasión que esta les llegaba a cegar y les impulsaba a continuar con aquella danza.
Pero esta historia no comienza aquí, sino que se remota unos meses antes…
