Cambiando el destino

Capítulo 1

Es un niño! Rey Vegeta es un niño! – Exclamó uno de los reales súbditos del rey. El heredero al trono había nacido.
No lo esperó con muchas ansias, la verdad, nunca estuvo en sus planes tener un hijo. Cuando se le obligó a contraer matrimonio con la hija del capitán de las tropas, para poder subir al trono, supo que su futuro como conquistador de planetas se había acabado. Permanecía en su trono dando órdenes la mayor parte del día.
Siempre soñó con un gran guerrero, el más sanguinario y fuerte del universo, que al escuchar su nombre todos temblaran de miedo.
Provenía de la familia más importante de Vegitasei, una dinastía de las más poderosas e imponentes.
Su padre, el Rey Tarble había sido uno de los más poderosos y muy respetado, a pesar de ser un gran guerrero de la elite más importante, era considerado el mejor rey que había tenido Vegitasei, por lo que el Rey Vegeta vivía bajo la sombra de su padre.

Cuál es su nivel de energía? – preguntó sin mostrar interés realmente
Es de 256 su majestad, es el niño más fuerte que ha nacido esta última década – contestó el joven
Ah, ahora retírate de mi vista – le protestó enfadado
No quiere ver a su hijo? La reina Keira tuvo un parto difícil por lo que esta….-
No me interesa lo que dices – interrumpió – ahora retirate te dije!

Aquel joven salió del gran salón bajo la atenta mirada amenazante del Rey, quien luego volvió a sentarse en su trono.

Nunca quiso a su padre, siempre pensó que su dedicación al pueblo de Vegitasei había sido la peor decisión de la historia. Su padre siempre le reprochó que su nivel de energía no era lo suficientemente alto como para ser digno de un rey, solamente subió al trono por ser el único hijo que engendró.
Al fallecer el Rey Tarble y Vegeta asumir el mandato, anunció rápidamente que las leyes serían diferentes.
Todo saiyajin que no cumpliera con su mandato sería ejecutado o sacrificado frente a toda la gente del planeta, como amenaza para que no cometieran crímenes o faltas a sus leyes y decretos.
Todo saiyajin que su nivel de energía fuera menor a 50 sería asesinado o enviado a algún planeta inútil para que lo conquistara, o en el caso contrario, fuera asesinado allí.
Todo saiyajin que no perteneciera a la elite, correspondiendo a reyes, nobles, guerreros y científicos no tendrían ningún tipo de derecho ni protección, por lo que los saiyajines que fueran soldados de reserva, artesanos, trabajadores, sirvientes y esclavos vivían en las partes más alejadas del reino, donde las cosechas escaseaban.
Cualquier tipo de revelación o malestar por su condición de vida, era sentenciada a muerte.
A excepción de los sirvientes del reino, quienes vivían bajo el castillo del Rey, en los subterráneos, donde les daban una roción de comida al día y el resto debían trabajar.
Y así el Rey Vegeta se convirtió en uno de los más sanguinarios y autócratas del reino, por habérsele frustrado su futuro y sueño de ser un guerrero importante, tomó resentimiento contra todo el pueblo.

El futuro soberano dormía tranquilamente, alejado del resto de los niños que habían nacido durante esos días, se le privilegiaba el ser el heredero aislándolo de las clases inferiores.

Y el Rey Vegeta no piensa en conocer a su hijo? – exclamó la reina con enfado.
Dijo que no tenía intenciones en conocerlo – le contestó el mismo joven que hace un instante había estado con el Rey.

Era un muchacho llamado Bardock, en su adolescencia había sido compañero del Rey Vegeta en el mismo escuadrón de batalla, sin embargo al fallecer el Rey y Vegeta tomar su lugar, se había tenido que retirar para subir al trono.
Bardock era un guerrero de una familia de gran trascendencia, luego de unos años se había convertido en el comandante en jefe de los guerreros saiyajin, su nivel de energía se acercaba mucho al del Rey Vegeta, por lo que él siempre lo había envidiado. Porque un saiyajin que no era de su elite se acercaba tanto a su fuerza y había conseguido el puesto que él siempre soñó?. Vegeta le tenía mucho rencor, sin embargo, era uno de los guerreros más fieles a la familia real.

Aún no logro entender cómo se me obligó a casar con ese imbécil – dijo la reina.

Keira era la hija del capitán de las tropas de los saiyajin, uno de los puestos más importantes siguiendo al Rey, pues estaba a cargo de todas las tropas de guerreros, y al ser una raza de peleadores, era muy reconocido.
El capitán Mork, padre de Keira, había sido muy cómplice del Rey Tarble, por lo que al momento del nacimiento de su hija, habría firmado un pacto donde la comprometían con el futuro rey.
Al cumplir sus 17 años, y anunciando el fallecimiento del Rey, Keira fue preparada para contraer nupcias con el futuro Rey Vegeta, ya que para subir al trono debía estar casado con una mujer de alto nivel y de buena clase social.
Keira era una luchadora, era una mujer fuerte con un orgullo increíble, por lo que fue una deshonra para sí misma el obligársele a ser esposa de un corrupto.
Luego de un par de años y acostumbrándose a la vida que llevaba, dio a luz al heredero al trono.
Jamás llegó a amar al rey y jamás lo hará, solo cumple las órdenes que se le exigieron para no deshonrar el honor de su familia.
Sin embargo, la llegada de su primer hijo le había devuelto la alegría que alguna vez perdió.

Ya eran altas horas de la noche, la reina se encontraba durmiendo en su habitación, la cama estaba vacía, el Rey no se encontraba a su lado.

Caminó por los enormes pasillos de su castillo, era realmente enorme, miles de habitaciones jamás habían sido utilizadas, toda la raza de los saiyajin podría habitar allí sin ningún problema de espacio, pero el rey nunca permitió que alguien no perteneciente a la elite pusiera un pie en su palacio.

Abrió una puerta, era enorme, y entró a una habitación oscura que solo era iluminada por una leve lámpara.

El príncipe dormía mientras el rey lo miraba con atención.

Que vergüenza me das… - le protestaba – un digno hijo del Rey debería haber nacido con un poder cercano a los 500, esto es culpa de la inútil de tu madre… pero no te preocupes, yo me encargaré de forjar tu carácter y te pondré a cargo de los mejores guerreros para que te entrenen y no parezcas el patético niño que eres ahora.

El rey miraba a su primogénito, en lo más profundo de él sentía un poco de enorgullecimiento por el nacimiento de su primer hijo, pero los saiyajin no demostraban sus sentimientos, esas cosas solo hacían mostrar débil a la gente.

El tiempo pasó rápido, ya se acercaba el cumpleaños número 4 del pequeño príncipe, y como era costumbre en los saiyajin, a los 4 años debía tener su primer combate para demostrar sus poderes.

Nappa, uno de los guerreros más cercanos al Rey Vegeta, había sido nombrado como el cuidador del pequeño príncipe, quien llevó el nombre de su padre por el honor que le daba.

Nappa también había pertenecido a la tropa en la que creció el rey y Bardock, sin embargo siempre aspiró llegar a ser parte de la familia real, por lo que nunca dejó de serle fiel al Rey convirtiendo en casi un súbdito de él.

Estás listo mocoso? Hoy pondrás en práctica todo lo que hemos entrenado – le dijo Nappa
Sí, voy a demostrarle a mi padre que su impresión hacia mí siempre ha sido equivocada y que no soy un inútil como él cree – dijo con convicción el pequeño príncipe.

El rey Vegeta siempre mostró desprecio frente a su hijo, menospreciándolo y humillándolo, pensaba que eso formaría el carácter fuerte que llevaba ahora el príncipe, pues con halagos solo lograría formar un príncipe arrogante y no orgulloso y perseverante como era.

Ya era hora, su nave estaba lista para partir, en ella iban los Reyes, Nappa, un par de súbditos y el príncipe Vegeta, su destino era el planeta Ocic, habitado por una raza completamente inferior, los sai-bai-man. Su poder era bastante bajo, pero eran el oponente adecuado para el primer enfrentamiento del príncipe.

A miles de kilómetros de distancia, en un planeta completamente desconocido para los saiyajin, se encontraba la Tierra, rica en nutrientes y minerales, perfecta para la explotación.

El hombre más inteligente del mundo, el gran científico, el Dr. Brief, cargaba por primera vez en sus brazos a su primogénita, nacida hace solo unas horas.
Era un gran orgullo para él tener una hija, con su esposa lo habían intentado muchas veces, pero no conseguía concebir. Hasta que un día, y luego de muchas investigaciones, logró embarazarse de su pequeña Bulma.

Querida hija, prometo cuidarte y protegerte para que seas una gran científica como tu padre – decía mirando a la pequeña e indefensa bebé.

Lamentablemente, la madre de la pequeña había fallecido en el trabajo de parto, luego de muchas intervenciones por conseguir su embarazo, su cuerpo no aguantó tal sobre exigencia.

Estamos ahora tu y yo hija, trataré de ser el mejor padre y el mejor ejemplo para ti – su corazón estaba hecho trizas, la única mujer que había amado lo había dejado, pero en su lugar una nueva esperanza había llegado para él.

El Dr. Brief había llegado al reconocimiento mundial por la inauguración de la Capsula Corp. La cual estaba relacionada con todo tipo de transportes, inventados exclusivamente por él.
Había dedicado toda su vida a convertirse en un científico importante y reconocido, y lo había logrado.

Ahora, y luego de años de dedicación a su trabajo, su principal objetivo era criar a su única hija, lo único que le quedó de su fallecida esposa, luego cuando creciera retomaría su trabajo integrando a su hija a ser parte de su equipo, pero primero debía enseñarle y convertirla en una gran científica como él.

Estás listo? – le preguntó Nappa a unos minutos de su aterrizaje.
Siempre estoy listo inútil – el príncipe tenía una personalidad fuerte y orgullosa, a sus recientes 4 años no tenía problemas en poner en su lugar a quien lo mereciera, y en sobreponerse ante otros.

La nave había tocado tierra. La compuerta se abrió con lentitud, y un pequeño príncipe bajaba con una mirada amenazadora. El resto de los asistentes permanecería en la nave siendo solo espectadores de la primera misión del príncipe.

Vegeta comenzó a caminar en busca de sus primeras víctimas, un grupo de sai-bai-man se había acercado a él comenzando el ataque, los reyes no mostraban preocupación, sabían que su hijo estaba listo para su enfrentamiento.
Comenzó con una gran expulsión de energía que dejó inconsciente a la mitad de sus atacantes, sin miedo los golpeó hasta convertirlos en cenizas.

Una hora y ya la gran población de sai-bai-man había desaparecido. El orgulloso príncipe se deleitaba con su masacre, por fin sería considerado como un guerrero digno.