Disclaimer: Nada de Cars ni Cars 2 me pertenece. La portada tampoco~ y la canción en la que medio-se basa... menos uvu. Todo sigue siendo sin fines de lucro~.
Hey! Realmente no pensaba pasarme por aquí taaaaan rápido (?) pero... estoy ansiosa, y la ansiedad hace cosas raras en mí que me obligan a empezar cosas nuevas (aunque esto parezca un OneShot más que nada x'3) cuando, técnicamente, tengo casi prontas (o por la mitad) los demás capítulos que debo terminar :'D.
»Aclaración&Advertencia: AU!Colegial en donde la edad canon es de 16, y más que el posible y típico OoC —esta vez, excusado por lo jóvenes e inocentes que eran estos chicos a esa edad (?— no tengo ninguna cosa resaltante para la ocasión~ de momento 7v7, más adelante la cosa cambiará un poco, como debe ser uwo.
Sin nada más con que retrasarlos... ¡A leer!
~Candy~
«As you win, she'll be the Hollywood love…
And if you don't feel good,what are you doing it for?»
Con quince años se había creado una más-que-respetable reputación por lo que, al primer día de clases, para destacar aún más el resplandeciente regreso de su persona, entró a la institución tras abrir ambas puertas metalizadas de golpe y, como si quisiera compensar aquella ruda actitud, sonrió ladeadamente conforme acomodaba la correa de su roja mochila sobre el único hombro de donde ésta colgaba. Sí, su perfecta imagen debía de asombrar a más de uno... Debía porque, esperando algún chillido o que los comentarios acerca de él comenzasen a rondar, su propia e inocente mueca de asombro fue lo único que consiguió con tal presentación.
¿Qué sucedía? ¿Acaso estaba en una realidad diferente donde todos los que le conocían habían olvidado que era Lightning McQueen, el hijo de Steve McQueen?
Negó con la cabeza. Aunque lógico —en cierta medida— sabía que otra cosa ocurría cuando vio a un grupo de chicas rodear algo que se apoyaba, relajado, en los casilleros que tenía detrás.
Arrugó un poco su nariz a causa de la molesta, mas cuando su novia se acercó a saludarle casualmente, su primer impulso fue tomarla por la cintura y besarla exageradamente, como si eso ayudase a llamar la atención de los demás o reparase parte de su fragmentado ego.
Dio igual, no había sentido nada antes, durante o después de que ella se apartara primero por la falta de oxígeno, que estaba cercanamente ligada al entusiasta e inesperado beso.
—Whoa, Letritas —soltó ella, bastante divertida aunque la pena le invadiese—. No sabía que me habías extrañado tanto durante las vacaciones.
Sí, había extrañado su compañía, pero no a ella precisamente.
—Entre tantos flashes, las personas necesitan desacelerar y... darse cuenta de lo que tienen, Sally —dijo por superficialidad y, tanto fue su carisma, que su novia no quiso rebatir nada para no arruinar ni el momento ni el abrazo que le era dado—. Pero...
— ¿Pero? —Repitió con curiosidad, buscando a que apuntaba la celestina mirada del chico—. Oh... Quieres saber quién te opacará este año, ¿no es así?
— ¿Qué dices? Nadie puede opacar a este campeón —se jactó al señalarse con el pulgar de la mano libre, confiado y volviendo a sonreír para demostrarlo.
—Entonces, no creo que quieras saber ni su nombre.
Sin quererlo, la vio por encima del hombro y por el rabillo del ojo. Su nueva mueca tastabilló por más de que rodase los ojos, soberbio.
—No me interesa...
—Dice ser algo de la Fórmula 1.
Y mordió su labio, maldiciendo mentalmente aquel día. Sin embargo, no tardó en verse presumido de nuevo para no levantar más sospechas. Conocía demasiado bien el lado perspicaz de su novia.
—Si fuera tan famoso, al menos sabría su nombre. —Ese fue su intento por defenderse, manteniendo la misma postura de antes, y ella lo notó, divertida.
—No sales de ti mismo, Letritas, y él... no es de por aquí, ¿sabes?
— ¿Extranjero? —atinó a preguntar con cierta confusión, y Sally asintió—. Ah, eso explica por qué las hormonas alborotadas de tantas chicas fác-...
Un sutil codazo le calló.
Luciendo ofendida, su novia se apartó para dedicarle una mirada de reproche cuando bufaba ligeramente.
—No todos los días te enteras de que tu nuevo compañero de clase es famoso —comentó, con el mismo tono que usaba para defenderlo a la hora que era mandado a la oficina del director Hudson.
— ¿No fui yo el que pasó por eso… el año pasado? —inquirió con tono más arrogante del que acostumbraba, y Sally ni siquiera se molestó en recalcárselo—. Agh... ¿Qué pasa ahora? ¿Conoces a ese tipo? ¿Es tu hermano perdido o algo? ¿O acaso es tu ex?
De momento, tampoco respondió. Se había limitado a cruzar los brazos y darle la espalda —seguramente, para que no notase el nuevo color en sus mejillas—, empezando con uno de sus discursos acerca de la madurez y lo que conllevaba ya tener 16 años… además de más cosas que no escuchó por distraerse al alzar la vista y vislumbrar a aquel que le robaba su tan preciada atención.
Inmediatamente, frunció el ceño. Podría haber sido un momento fugaz pero, en esa fracción, comprobó que aquel castaño lo disfrutaba... y demasiado, tampoco se molestaba en disimularlo. ¿Sería adrede? Definitivamente debía serlo, no había otra forma de verlo. La nueva cuestión era: ¿se estaría vengando por envidia? Quizá, ya habría oído que el hijo de Steve McQueen estudiaba ahí y había decidido inscribirse para, únicamente, fastidiarle y robarle a las chicas.
Resopló y lo que le sacó de sus pensamientos no fue el timbre que anunciaba el inicio de clases, sino el tironeo en una de sus manos. Sally seguía siendo la encargada de arrastrarlo a su respectivo salón en hora antes de siquiera llegar al suyo, porque él era prioridad... y un problemático con tendencias a saltarse las clases al mínimo descuido.
En vez de hacer notar su apellido y su simpatía como el aura magnética que le rodeaba, provocó todo lo contrario durante la mitad de una clase de Historia, por lo que aquel sargento no dudó en castigarlo durante aquel primer día de clases y... a él tampoco le sorprendió. No obstante, cuando entró al aula de castigos, no creyó que su único compañero fuese el presumido que lo había apantallado en la mañana. No podía.
—Disfrutarán de su primer día de clases sentados aquí, hasta las 3 en punto —dictó el sheriff que le guió, y al que miró mal por inercia, resentido.
— ¿Por qué no me dices algo que no sepa? —pensó para sí mismo, siendo tan arrogante de hacerlo en voz alta al pasar por su lado y entrar a la habitación, que parecía otro salón más.
— ¿Dijiste algo, muchacho? —regañó el mayor, y Lightning rodó los ojos antes de dejarse caer en el pupitre ubicado más lejos del otro castaño, que le miraba entretenido a pesar de no decir nada.
—Que disfrutaré pasar desde las 12 hasta las 3 tomando una incómoda siesta en este salón que se cae a pedazos, en esto que esta peor —bromeó al apoyar la mochila sobre la superficie y amagar a rodearla con los brazos para usarla a modo de almohada—, ¿o no puedo hacerlo, Sheriff?
Por más de que el de bigotes trató de responder, la inseguridad le venció, y eso se vio reflejado después de que su mirada dejara de vacilar de un lado al otro.
—Iré a consultarle a Doc por las normas de este año —avisó antes de cerrar y trancar la puerta,
—Claro, "irá a consultarle" a Doc eso —siguió burlonamente el rubio al subir y bajar las cejas aunque, para cuando lo quiso notar, había terminado mirando al otro sujeto, que le devolvía la mirada con cierta curiosidad.
— ¿"Doc"? —preguntó éste, y el McQueen notó algún acento que no llegó a distinguir bien.
Acomodándose sobre el lugar, apoyó un codo sobre la mochila de antes para recostar su mentón en la mano; el hecho de que el castaño fuera nuevo —además de extranjero— lo hacía tan vulnerable…
Sonrió un poco, confiado.
—"El fabuloso director Hudson Hornet" antes era doctor así que… es Doc, no creo que necesite más explicación que eso —respondió con simpleza hasta que terminó esbozando una sonrisa maliciosa—, ¿o sí?
— ¿Con quién crees que estás tratando, McQueen? —respondió con una arrogancia que sobrepasaba a la del susodicho, causándole algo de impresión por ello y no por el acento italiano que logró distinguir en su voz.
De todas maneras, chasqueó la lengua y negó lívidamente la cabeza. Encontraba bastante entretenido que el castaño tuviese las agallas de responderle de esa forma, aún cuando sabía con quién trataba… Momento, ¿habían cambiado los papeles y no se había dado cuenta?
Afiló la vista sobre él, desconcentrado por notar el detalle.
—Creo que puedo preguntarte lo mismo —dijo, rezongándose un poco por no haber dejado que Sally le dijese el nombre completo del sujeto.
—Cosa voui sapere?
—Ahora estás en América, y no soy una chica a la que quieras conquistar como para que digas cosas inentendibles en tu idioma —regañó con la forzada sonrisa que mantenía—, ¿crees que puedas hablarme normal?
—Francesco puede hacer lo que quiera —resaltó el castaño al estirar un poco los brazos, demasiado burlón para el gusto del otro, que hacía su mejor esfuerzo para no verse exasperado tan pronto.
— ¿Y por eso estás en detención el primer día de clases?
—Credo que puedo preguntarte lo mismo —devolvió sagazmente, y Lightning notó el nuevo reto— o, veramente, ¿cómo te atraparon?
Suspirando, golpeteó sus mínimas uñas sobre la madera de la mesa; vaciló antes de contestar por lo que, como si pensase el cómo responder, miró de un lado al otro.
—Fumar en los pasillos, y sé que fue algo demasiado estúpido, así que no hace falta que digas más —soltó de pronto, adelantándose a lo que fuese a decir el italiano—. Ahora, ¿qué te pasó a ti?
—Sesso. —No supo si fue por la confianza, por la naturalidad con la que lo dijo o porque el rubio era más inocente de lo que quería dejar ver, pero al verlo reaccionar con un involuntario y automático sonrojo, empezó a carcajearse con fuerza—. Sólo era broma, McQueen.
Notando su ingenuidad, el nombrado no pudo hacer más que reír forzosamente en un intento de disimulo.
—Sí, una broma —repitió para convencerse, alzando un poco los hombros antes de terminar con encogerse un poco en su asiento, terriblemente incómodo por el desliz—. Entonces… ¿cómo o por qué te atraparon?
—Es mi primer día en este lugar, no sabía cómo funcionaban las cosas —se excusó, al contrario de Lightning, bastante cómodo al ver con algo de detenimiento la habitación—, así que Francesco hizo mal intencionadamente para saber "que sería lo peor" si lo atrapaban.
—Lo peor podría ser que te expulsaran —respondió con un «duh» antes de suspirar cansadamente—, aunque sigues sin decir qué hiciste.
—Scopare, sólo eso —dijo, volviendo a reír ante la expresión confundida del otro—… ma, fue el intento. La ragazza dijo que tenía novio antes de que pasara algo.
—No te ves muy triste por no haberlo logrado y, aún así, haber terminado castigado.
—È perché non importa.
— ¿La chica no te gustaba mucho o…?
—Era una más del montón —aclaró, queriendo desviar el tema y usando de excusa el reaccionar ante el pequeño cambio de actitud en el otro.
—Al menos, ¿recuerdas su nombre?
—Francesco aprendió muchos nombres hoy.
— ¿Y Francesco no recuerda el de nadie en particular? —curioseó de nuevo por presionar, haciéndole énfasis especial al nombre del italiano, fuese intencional o inconsciente.
—El tuyo es un buen ejemplo —apuntó, sonriendo de medio lado—. Il figlio di Steve McQueen? ¿Quién lo habría adivinado?
—Mi reputación me precede, ¿no es así? —se vanaglorió al reír presumidamente, aunque el momento no le duró tanto como habría deseado.
—Salvo por unas gemelas, hasta tu novia dijo que eras molto insopportabile.
— ¿Sally dijo que era insoportable? —Por alguna razón, no podía decidir si creerlo o no; la cuestión era que aquello era comprensible y que su orgullo no se lo permitiría aceptar—. ¿Sally?
—Sì, ese debía de ser il suo nome…
— ¿De la que te dijo que era insoportable o con la que casi tuviste sexo? —preguntó al notar el ligero aire pensativo que invadió al otro, no sólo por llevarse una mano al mentón cuando se recostaba en la silla.
Sin embargo, precisamente, mucho antes de que Francesco pudiese responder, la puerta del aula de detención volvió a abrirse, ésta vez dejando ver a la misma muchacha de la que hablaba, primeramente tímida y luego shockeada al ver a ambos… al lado del otro hombre del que habían hablado en un principio.
—Bernoulli, estás exento. Sally ya me explicó lo que sucedió —comentó el Hornet con autoridad y simpleza, aunque al notar la pequeña sonrisa que le dedicaba el otro estudiante, rodó los ojos con fastidio—. Niño… ¿de vuelta aquí?
— ¿Qué puedo decir, Doc? —Burló al guiñarle el ojo—. Soy todo un rebelde que… —De no haberse caído al apoyar los pies sobre la mesa y llevar las manos a su nuca (siempre, reclinándose hacia atrás) posiblemente habría seguido su frase.
—Bene, supongo que será todo por hoy, McQueen —comentó de inmediato el de ojos caobas, sin disimular ni un poco la arrogante risa que escapaba al verlo desde arriba.
— ¡Pero no es justo! —Obviamente, Lightning iba a luchar por los que creían que eran sus derechos como alumno. Cuando logró ponerse medianamente de pie, empezó con la lucha—. ¿Por qué él puede irse temprano cuando se supone que Sally es mi novia?
—Aquí no hay "tratos especiales", muchacho —le recordó— y si Bernoulli no pasará el resto de horas encerrado aquí es porque ella lo confesó todo —explicó al indicar a la muchacha con un pequeño gesto con la cabeza.
— ¿Así que?
—Bernoulli sale y entra Sally en su lugar, ¿quedó claro?
—No, sigue siendo injusto. Además de que no entiendo qué es lo que Sally podría haber hecho para que…
Y no continuó. La mirada culpable de su supuesta novia más la sonrisa petulante que le dedicaba el italiano cuando se recostaba en el umbral de la puerta le ayudaba a atar los cabos sueltos. Tan pesado se volvió el ambiente que, una vez notándolo, el mayor se apretó el puente de la nariz, acomodándose los lentes de paso.
— ¿Necesitas algo más, corredorcito? —Esa fue su forma, aparentemente imparcial, de asegurarse de que estaría bien.
—Que me exenten del castigo también.
Pasó los demás días de duelo escuchando música triste, con las revoluciones más bajas de lo normal —los profesores resaltaban ello cuando bebían café dentro de su aula especial— y apenas tomando y comiendo lo necesario para poder mantenerse en pie aunque, de todas maneras, no había derramado ni una sola lágrima por ella. Podría haber sido por orgullo, pero ni eso lo motivó a perder el tiempo con melodrama con el que no ganaría más que ojos hinchados.
También, le evitó por el resto de los días que le siguieron a ese; al igual que con el castigo —en donde ella insistía e insistía en contarle su versión de los hechos—, él había optado por poner a todo volumen del reproductor musical de su celular y así ignorar su parloteo mientras, poco a poco, terminó quedando dormido por las horas restantes. Afortunadamente, ello había provocado que Sally también se enojara por su inmadurez y terminara por aplicarle «la ley del hielo» hasta nuevo aviso.
«Qué ilusa…»
Pateando la parte baja de una expendedora de comida al recordarla, mantuvo las manos dentro de los bolsillos de su campera. Era más que obvio que él no se disculparía por no querer escucharla tras haber hecho algo… así. Pensar en algo así era realmente estúpido, y él —casi mejor que cualquiera que podría conocer— sabía sobre estupidez.
No lo querría admitir pero, muy remotamente, él también tenía la culpa por creer que Sally siempre estaría, casi como un adorno, ahí para cuando necesitase usarlo o presumirlo. Y se había equivocado.
Molesto, llevó la barra de dulce —que recién había comprado, aprovechándose del receso— hacia sus labios y mordió rápidamente. Comenzaba a entender el por qué era que el director nunca tuvo novia, aunque siempre pensase que era porque Doc era exclusivamente gay.
Recordándolo, rió un poco al tratar de mejorar su humor… y con quien se topó de golpe le borró la sonrisa del rostro al instante.
— ¿Sigues deprimido por lo de la tua ragazza?
—Si preguntas por Sally, es asunto olvidado. La chica "madura" me dejó en claro que prefiere estar con un chico mudo "pero sensible" en lugar de alguien como yo —comentó ácidamente, compensando su tono con el dulce del que comía— y… no sé si debería agradecerte o querer golpearte en estos momentos —agregó después, más despectivo que nada.
— ¿Alguien como tú sabe golpear?
Lightning sólo chasqueó la lengua y dio otro bocado, manteniendo la mirada fulminante y encaprichada con él.
— ¿Debo creer que tienes un problema sólo conmigo o que eres una molestia para todo el mundo? —inquirió, y al notar su sonrisa deseó haberse mordido la lengua.
—Anzi, la mia eccezione sei tu.
Y la mejor respuesta que pudo tener antes de siquiera preguntar a qué se refería con ello, fue un dulce beso aprisionado contra aquella máquina.
Lástima que McQueen no podía verse a sí mismo en ese momento… Más rojo que un tomate y con los ojos desmesuradamente abiertos, le costó más tiempo del necesario el sólo considerar vagamente el empujarlo para apartarlo.
Pero no lo hizo; la única reacción que había logrado tener mientras sentía algo en el estómago fue la de apretar los puños por pura inercia. No estaba acostumbrado a ningún tipo de imprevisto, y menos uno tan descarado como ese. Y tampoco podía decir si le gustaba o no.
De cualquier forma, siempre podría reflexionar sobre ello, siendo acompañado de algún fiel cigarrillo… y quizá, de alguien más.
— ¿Fumas?
—No.
— ¿Y lo harías por tu "eccezione"?
—Lo que quieres es que quedemos in detenzione di nuovo, certo, McQueen?
—No hagas que termine arrepintiéndome de incluirte en mis planes —advirtió, impulsivamente tomándole de la mano para llevarlo por el mejor camino de escape que daba para el jardín del lugar… antes de que volviera a decir cosas molestamente acertadas como esa última.
No obstante, cuando el italiano entrelazó los dedos con él, Lightning sólo frunció los labios y apuró el paso para que su bobo y creciente sonrojo no fuese otro motivo de burlas… mientras que, a su vez y con la mano libre, terminaba por comer el dulce indirectamente causante de parte de ese enredo.
Hey de nuevo, en caso de que alguien esté leyendo esto! Sí, sé que tiene todo para ser un típico drama adolescente (?), pero gracias a lo madura que soy y como creo poder seguirle sacando jugo a la trama, no lo dejaré como OneShot por las futuras situaciones que pasarán estos dos, ya sea en la escuela o fuera de ella 7v7 (cosas como esas no se pueden dejar pasar~).
Guest~, si estás leyendo esto, espero que te haya gustado x3 y aunque me gustaría comentarte lo feliz que me hacen tus reviews & cuanto fangirleo con ellos(L), me tengo que ir semi rápido esta vez porque... se supone que debía estar dormida hace horas por tener que levantarme... en casi nada, de hecho x/D, así que, de momento, sólo te puedo hacer saber eso(L).
Y sobre la actualización... Sep, sé que debo los episodios de los que hablé, así que volveré a molestar con ello en cuanto quede algo-conforme con lo que voy de varios 7v7 (en especial con Gay Chicken que... como era de esperar, va más hardcore (?) y no quiero arruinarlo x3).
Y sin nada más para decir... ¡Ciao-Ciao nvn7! ¡& Grazie sempre por leer~!
PD: Van a ser las 5 de la mañana y debo levantarme antes de las 9 :'D, ¿alguna sugerencia para ojeras de vampiro & estado zombie... mezclado x'D?
