Naruto no me pertenece
- dialogo –
- Grito –
- Pensamiento –
El amor en cada puerta.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Una muchacha caminaba por los pasillos de la escuela llevando unos reportes que su maestro le había pedido, caminaba de forma elegante, un tanto tímida y siempre con un sonrojo en sus mejillas que hacían que se viera de una forma tierna. Su cabello negro azulado que le llegaba hasta la cintura se movía graciosamente con cada paso que ella daba, su falda una mano arriba de la rodilla bailaba con su andar, su blusa estaba correctamente abrochada con la corbata de la escuela además de agregar un chaleco de color azul marino que cubría la mitad de su mano dejando ver solo sus delgados y finos dedos blancos además cubría ¾ de su falda y sus ojos ¡cómo olvidar sus ojos! Si conocías a esta chica lo primero que quedaba grabado en tu mente eran esos particulares ojos que tenia de color perla, con unas pestañas negras rodeándolos, unos ojos color perla que tenían un brillo único, un brillo de alegría oculta un brillo que se tiene cuando se está pensando en la persona amada. Por cada persona que pasaba a su lado le quedaba viendo, algunos más disimulados que otros pero aun así le quedaban mirando, la muchacha a pesar de que su chaleco fuera un poco grande dejaba ver que ella poseía un cuerpo soñado, unas piernas largas y blancas como porcelana además de firmes, una cintura pequeña el sueño de cada escolar y un busto generoso que no pasaba desapercibido para los demás. Ella al parecer no era consciente de su belleza natural. Al llegar al despacho de profesores respiro hondamente y toco
- p-permiso – dijo en susurro – A-aquí están los reportes.
-¡Muchas Gracias Hyuga-san! – dijo una voz masculina –
Ella sonrió tímidamente al ver al dueño de esa voz, hizo una pequeña reverencia y salió del salón, caminaba por los pasillos con una sonrisa más que pegada en su rostro, al llegar al salón fue directo a su salón y ahí se quedó admirando por la ventana el paisaje que le entregaba su escuela, comenzaría a llover pronto.
- ¡Hinata! – gritaron –
Al voltear vio a sus amigos, un chico de cabellos castaños y moreno con unos tatuajes de triángulos rojos invertidos en sus mejillas que le hablaba animadamente, una rubia despampanante, su cabello era mucho más largo que el de ella, su flequillo cubría la mitad de su rostro y con unos ojos de color verdes maravillosos, una chica de cabello color rosa brillante que le llega a los hombros, además de unos ojos color jade que atraían a cualquiera además de ser presidenta del centro de alumnos y para terminar estaba el novio de la chica rubia, era un muchacho alto de cabello negro y particularmente blanco por lo cual siempre le preguntaban si estaba enfermo.
- h-hola – dijo un poco asustada –
- ¿fuiste a dejar los reportes? – Pregunto la de cabello rosa-
- Si Sakura-san – respondió –
- ¿y paso algo interesante? – Dijo la rubia-
-¿A qué te refieres Ino-san? –
- lo que sucede es que entraste sonriendo como una boba – exclamo el castaño jalando levemente la mejilla de la chica –
- ¡K-Kiba-kun! Eso duele – protesto tocando su mejilla –
- ¡Hyuga-san! – gritaron desde la puerta –
- ¡e-enseguida voy! – Respondió –con permiso – dijo sonriendo –
- vaya esta chica- suspiro Sakura – se le nota a kilómetros que está enamorada –
- no hay mucho que hacer –
- ¡oh! – Exclamo Sai viendo a Hinata volver con un sobre – otra carta de amor para Hyuga-san ¿Quién es el desafortunado que será rechazado?
- ¡Sai! – Exclamo su novia – bueno nosotros nos marchamos ya que es hora de ir a nuestros hogares-
- ¿te acompaño a casa? – Pregunto la peli rosa mirando a Hinata–
- n-no debo atender un asunto –
La muchacha camino hasta donde estaban aparcadas las bicicletas y ahí había un muchacho bien parecido esperándole un poco ansioso.
- d-disculpa ¿tú me mandaste es-? –
- ¡Me gustas Hyuga-san! – Grito interrumpiendo - ¡sal conmigo por favor! – Hizo una reverencia-
-lo siento – respondió ella con otra reverencia –
-pero ¿por qué? He oído que siempre rechazas a todos ¿Por qué?
- lo siento mucho, no puedo responder tus sentimientos pero… gracias por elegirme –
- ¿hay alguien más? –Susurro – está bien, de todos modos gracias por venir – y diciendo eso se marchó cabizbajo -
Era verdad, Hinata Hyuga estaba enamorada desde los 15 años de la misma persona, siendo que ahora tenía 17 años y estaba en su último curso de año escolar. Lo de ella había sido un amor a primera vista y al mismo tiempo su primer amor, ese amor que sientes que el corazón se te escapará del pecho tan solo con oír la voz de esa persona, un amor tan sincero y profundo que no importa si estas o no con esa persona, el simple hecho de verle sonreír te llena el alma de una forma inexplicable. Un amor inocente que hace que entregues cada partícula de tu ser a dicha persona sin importar nada, un amor que hace que digas su nombre antes de dormir y que digas su nombre al despertar esperando que haya tenido una buena noche así ama ella y mucho más, amaba tanto a esa persona que no se podía poner en palabras, pero sabía que le sería imposible alcanzarlo porque él…
- ¡Hyuga-san! – Grito una voz masculina- ¿Qué haces aún aquí? Comenzará a llover, no demores y ve a casa luego.
- ¡S-si! – respondió sonrojada y sonriendo -
Porque él era su maestro desde los 15 años, Uzumaki Naruto, un joven de cabello rubio alborotado, unas marcas en sus mejillas que le daban un aire de ser travieso y unos ojos color azul claro que hacían que la muchacha ojiperla se sintiese en el cielo con tan solo de mirarlos, siempre usaba una chaqueta de color naranja. Este hombre hacia que todo su ser temblara como una gelatina en pleno terremoto, hacía que su corazón se acelerara de una forma inexplicable, le hacía sentir cosas que nunca había sentido antes y él no sabía nada ¡Y no podía saber! Sería un problema y una vergüenza para ella ser descubierta, es decir él tenía 25 años y ella tenía 17, bueno cumpliría 18 en diciembre pero eso estaba muy lejano ¿Cómo le miraría a los ojos si se enteraba? Era mejor no pensar en eso de momento.
Suspiro levemente y comenzó a caminar a su departamento, su padre vivía fuera del país por negocios pero ella había decidido quedarse en un departamento para terminar la escuela, bueno eso fue lo que le había dicho a él ya que quería seguir viendo a su maestro, su padre acepto ya que bueno era su último año así que no habría mucho problema aparte de que ella demostraba ser una chica responsable, nunca hablaba con sus vecinos ya era un poco tímida por lo cual era conocida como la vecina del 32. Al llegar suspiro estaba empapada, que torpe de su parte el no ver el tiempo en la televisión en la mañana.
Puso el hervidor eléctrico y entro a la ducha para entrar un poco en calor, se puso unas calzas negras y un polerón grande. Se preparó una taza de té y se sentó a hacer sus deberes.
- uhm…- dijo mirando un problema- deberías resolverte solo… ah me siento un poco mareada - y estiro sus brazos hacia arriba – debería llamar a padre…
La muchacha saco su teléfono móvil y marco al móvil de su hermana que estaba con su padre.
- ¿Hinata-nee-sama? – dijo una voz del otro lado –
- Hola Hanabi-chan – sonrió y llenando su tazón nuevamente con agua para preparar té - ¿Cómo has estado?
- ¡bien! – Grito – ah… lo siento, me ha ido bien ¿y a ti? – pregunto –
- muy bien gracias ¿Cómo ha estado padre? –
- bien pero ocupado, ya sabes por la empresa ¿has comido bien? –
- ya veo, si he estado bien – suena el timbre – debo colgar, por favor dile a padre que se cuide –
- está bien, cuídate Hinata-nee-sama –
- tú también Hanabi-chan, bye bye – cuelga – Enseguida voy – dijo la chica caminando a la puerta –
- ¡Lo siento! Lo que sucede es que mi hervidor esta malo y no tengo una tetera –
La muchacha se detuvo mirando la puerta desde adentro, ella conocía esa voz, es más se le era tan familiar que su corazón comenzó a funcionar más rápido, sus mejillas se tornaron rosadas y un leve temblor de apodero de su cuerpo ¿Qué pasaba? Trago con dificultad y abrió lentamente la puerta.
- disculpa que te moleste tan tar- ¿Hyuga-san? – pregunto –
- U-Uzumaki-sensei – susurro ella –
-¿tú eres la vecina del 32? – pregunto él –
- e-eso parece, e-espere un momento – dijo entrando nuevamente y saliendo con un hervidor – a-aquí tiene –
- Vaya Hyuga, espero que no sea molestia – dijo sonriendo –
- n-no se preocupe y-yo tengo otro – dijo – así que por favor quédeselo -
- ¿estas segura? – pregunto él –
- s-si –sonrió-
- bueno, gracias – sonrió – nos vemos mañana ah y por cierto, lindo poleron –
- si – dijo cerrando la puerta –
Se apoyó en la puerta bajo lentamente hasta sentarse, el corazón le latía a mil por hora ¿Cómo era posible? ¿Había alguien que le amaba tanto para hacer eso? Suspiro y tapo su rostro con sus manos, esto era maravilloso y horrible ¡iba a vivir nerviosa el resto del año! Es decir el hombre que ella amaba estaba al lado… se supone o cerca, y todo se detuvo en ese momento, aparto violentamente sus manos de su rostro y corrió al baño "¿Lindo poleron?" se vio en el espejo y vio que llevaba el poleron con kurenais y cosas por el estilo de ninjas, se sonrojo a mas no poder de vergüenza y se lanzó a su cama, escucho ruidos al lado, coloco su oreja a la pared y escucho su voz hablando por lo que parecía por teléfono, se acostó mirando la pared pensando que él dormía mirando esa misma pared, sonrió por aquello y así quedó dormida.
Al día siguiente despertó un poco "agotada" al parecer la muchacha se estaba resfriando por la lluvia de ayer, se ducho rápidamente y se puso su uniforme sin desayunar salió del departamento ya que no tenía hambre, caminaba lentamente hacia el instituto ya los ruidos le parecían el doble de fuerte, iba ser un día muy largo para ella. Al llegar al salón vio que era primera en llegar, se sentó en su puesto y se quedó viendo por la ventana, saludaba a sus amigos a medida que iban llegando.
- ¿te sientes bien? – pregunto Sakura sentándose en el puesto de al lado – te ves pálida
- es solo un dolor de cabeza - dijo ella – nada más-
- ¿estas segura? –
- si – le sonrió –
Las clases comenzaron tranquilamente, ella intentaba prestar atención pero cada palabras que decía el maestro se escuchaba como un eco en su cabeza, el cuaderno se le movía levemente por lo cual decidió no tomar notas y solo intentar escuchar, Sakura le veía preocupada por sus gestos, suspiro levemente. Al momento del almuerzo la chica no quiso almorzar.
- ¡Hinata! – Grito Kiba- debes comer
- pero n-no tengo apetito – dijo ella-
- los enfermos deben comer – exclamo la rubia –
- ya sabes enfermo que come no muere –
- pero Sakura-san realmente no tengo apetito no podría comer ni un bocado –confeso –
- Hinata deberías irte a tu casa – dijo la peli rosa-
-¿eh? – Sintió la mano de su amiga en su frente-
- ¡Hinata tienes temperatura! vete ya – exclamo Sakura – nosotros le diremos a Naruto-sensei que te fuiste, tranquila -
-e-está bien – dijo rindiéndose y tomando su bolso –con su permiso –
Al salir del salón la chica iba sujetando su cabeza levemente y miraba el suelo cuando caminaba por lo cual choco con alguien.
- l-lo siento – dijo sin detenerse –
Naruto iba decirle algo pero se detuvo al escuchar la voz de su alumna Sakura que le llamaba.
- ¿porque Hyuga se está retirando? – le pregunto antes de entrar al salón –
- ¡ah! Se retira porque esta con temperatura muy alta –
- ¿y se fue sola? ¿Y su tutor? – Pregunto mirando a la chica-
- ¿tutor? ¿No sabes Naruto-sensei? Hinata vive sola, su padre se fue al extranjero con su hermana pequeña, vive en unos departamentos no muy lejos de aquí –
- ¿y su madre? –pregunto curioso –
- uhm… su madre murió un poco después que nació su hermana menor – respondió Sakura mirando por donde se había ido Hinata- siempre ha estado al tanto de Hanabi, pero es una chica muy organizada –
- ya veo, bueno será mejor que entremos que la clase se está retrasando – dijo el sonriéndole –
- sí, si –
La clase siguió su curso normal, el frio del día anterior estaba presente nuevamente ese día, las lluvias pronto aparecerían otra vez, por lo cual Naruto llevo un paraguas. Se despedía de sus alumnos mientras caminaba a la salida, el trayecto a casa era muy tranquilo paso a una tienda donde vendía de todo, debía devolverle ese hervidor a Hyuga-san, entro dispuesto a elegir y pagar pero se quedó viendo a una muchacha la cual era Hinata Hyuga, vestida con un abrigo hasta sus rodillas unas botas y una bufanda de color roja, cubría la mitad de su rostro, se podía ver el sonrojo de sus mejillas y su respiración era un poco agitada pero ¿Qué hacía ahí? Miro cuidadosamente y vio lo que ella elegía, un hervidor. La muchacha lo tomo entre sus manos y comenzó a caminar tranquilamente, vio como ella pagaba y caminaba al departamento. Decidió seguirla en la distancia, debía confesar que no era primera vez que hacia eso, no lo hacía intencional pero esa muchacha era completamente un misterio para él, era conocida por toda la escuela por ser bonita y por todos los maestros por ser buena alumna pero no destacaba mucho entre el resto, no se le veía gritando o rindo fuertemente como sus compañeros más cercanos. Recordaba que el primer día que se presentó ella tartamudeaba demasiado y chocaba sus dedos índices entre sí, provocando unas risas entre sus compañeros, le parecía una chica rara pero la gente así le gustaba. Siempre que le seguía había algo que le distraía y la perdía de vista excepto esta vez que vio como entro a su departamento. Suspiro, si no tenía otro hervidor de agua le hubiese pedido devuelta su hervidor era él el que debía comprarse uno. Entro a su departamento y dejo sus cosas ahí, dio unas cuantas vueltas ¿Por qué no podía sacarse a esta chica de la cabeza? ¡Con un demonio! Debía ser preocupación, si eso debía ser. Salió de su departamento para ir al de ella, toco el timbre y nadie le contesto, toco nuevamente y nada, toco la puerta y esta estaba mal cerrada
- con su permiso- dijo con un tono para que le escuchara –
Y la vio a mitad del camino en el suelo, jadeando debía ser por la fiebre. Corrió a ella y la volteo, quito la bufanda de su rostro y sus mejillas estaban sonrojadas y un leve sudor estaba presente también, toco su frente y estaba hirviendo, la tomo en brazos y la llevo a su habitación, que sorpresa se llevó al ver que la chica tenía la cama puesta a la pared donde él tenía la suya, le quito el abrigo y los zapatos recostándola en su cama, la muchacha jadeaba por la fiebre y se quejaba levemente, comenzó a buscar paños para mojarlos y ponerlos en su frente y entre eso la muchacha despierta.
- ¿Hyuga-san? – dijo él acercándose –
- U-Uzumaki-sensei ¿q-que hace a-aquí? – pregunto apenas-
- vine a dejarte los deberes y la puerta estaba mal cerrada y te encontré –dijo él poniendo un paño en su frente-
- ya veo, l-lamento ser u-una molestia – susurro – g-gracias.
Y diciendo eso la muchacha se quedó dormida, pudo ver el rostro de Hinata apacible mientras dormida, la despertó otra vez para darme un medicamento ella lo tomo sin preguntar lo que era, era muy confiada pensó, la dejo dormir en paz y admiro el departamento de ella, estaba todo ordenado y limpio lo único fuera de lugar eran los cuadernos con algunas materias, había estado estudiando a pesar de estar enferma, suspiro y sonrió.
Se quedó sentado un momento en una silla que había y miro los problemas en los cuadernos de la chica, y sin darse cuenta comenzó a resolverlos. El tiempo pasaba pero él seguía ahí sin saber porque, miro el reloj de pared que había y ya eran las 9 de la noche, fue a la habitación y vio a la chica dormir apaciblemente, se acercó a ella y quito unos mechones de su rostro, ella sonreía levemente ¿con quién estaría soñando? Se quedó ahí cuidándola y velándole el sueño hasta que tuvo que marchar, cuando vio por última vez el reloj de pared este decía que ya eran las 12 de la noche ¿Cómo había pasado tan rápido el tiempo? Sonrió para él y se fue a su departamento a descansar.
Espero que les haya Agradado el primer capitulo. Díganmelo para saber si voy bien encaminada. ¡Gracias por leer!
