Disclaimer: Los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto, la historia es mía.


¡Hola, lectores!

Ésta es una historia que tenía algo avanzada hace algún tiempo pero no me animaba a subirla, después de pensarlo me decidí y aquí estoy (: Es una historia algo fuerte, no quiero decir la trama porque eso se irá descubriendo poco a poco o tal vez muchas lo deducirán al instante, jajaja. Espero que realmente les llame la atención este primer capítulo y si tienen alguna duda, comentario, sugerencia, tomatazo, lo que sea pueden decírmelo, realmente me encantaría saber lo que piensan.

¡Nos leemos!

Girl of Dark.


Destinos.

by. Girl of Dark.

En ésta aldea hay reglas, las más importantes:

1- Cumplir.

2- Respetar.

3- Concebir.

4- Volver.

1

Abrí sus ojos con pesadez y caminé hacia la ventana vieja. El día se veía gris. El cielo me comprendía, y más en este día. De tan sólo pensar que mañana toda mi vida cambiaría por completo un escalofrío se hizo presente en mi cuerpo. Tenía ganas de llorar. Demasiadas. Sin embargo, aprendí a llorar sin que una sola lágrima se asomara de mis ojos jade. Tenía una belleza resplandeciente según varios muchachos de la aldea que me invitaban a salir desde los 12 años, sabiendo que era imposible tener tales vínculos. Los rechazaba, pero no sólo porque era prohibido, sino porque ya había regalado mi más preciado e intocable órgano: mi corazón. Cada día recordaba que era prohibido, y él también se sumaba a las incontables lágrimas de esas noches negras. Recordé que me había quedado de ver con él, como siempre. Hacíamos eso cada atardecer, claro, lo más sigilosos posibles. Así era cada encuentro de nosotros y a la misma hora ya que los hombres iban a cenar al centro de reunión privada.

Me ajusté las botas ya preparada para salir y salí del cuarto a paso rápido. Detuve mi andar apresurado y esperé unos segundos. Escuché unos sollozos de mi pobre madre, quería ir ahí y brindarle todo el apoyo y cariño posible, pero recibiría un horrible rechazo de nuevo que nunca le reclamaba. Sabía el infierno que ella había tenido que pasar, a fin de cuentas, eso era lo que el destino nos deparaba a todas. Apreté la mandíbula lo más fuerte que pude, descargando mi rabia, mis dientes rechinaron. Inconscientemente, apreté los puños con fuerza. Odiaba verla así, odiaba oírla así. Chasquee la lengua y salí de ahí sin dar explicaciones, al cabo a mi madre no le importarían.

Salí con esa capa de fingida despreocupación, como si fuera a la tienda a comprar fruta, ya que tomé la canastilla que mi madre dejó afuera de la puerta. La señora Chiyo me mira y me sonríe gentilmente seguido de un "buenas tardes, Sakura". Le correspondí el saludo con una sonrisa forzada. No porque me cayera mal o algo similar, la señora Chiyo ayudó a mi madre en sus momentos de recuerdos -por más que la corriese y gritara que se largara-. Mi sonrisa era un ejemplo de espejismo, era triste. Siempre he podido identificar a las personas, sé leerlas bien, excepto a él.

Después de pasar los límites de la aldea, fui directo hacia el bosque, aquél lugar específico que conocía muy bien, a la perfección. A los pocos minutos reconocí su figura, estaba recargado de espaldas, mirando el atardecer. Él se dio cuenta de mi presencia y volteó a verme con esos ojos increíblemente misteriosos. Sonreí, pero ahora sinceramente. Era inevitable sonreírle. Era la luz en mi camino, no, más que eso.

−No deberías estar sonriendo. −dijo girándose de nuevo el pelinegro. Centró su vista en el cielo anaranjado y frunció el ceño.

−No puedo evitarlo. −dije después de un bufido. Caminé hacia él y me situé a su lado. Podía sentir ese aroma de Sasuke, haciendo que mis sentidos se pusieran nerviosos y se estremecieran. Nos quedamos un rato en silencio, disfrutándolo, hasta que oscureció un poco. Sasuke se volteó y se sentó enfrente del árbol mirando hacia la nada.

−No sé... no sé cómo... −sabía lo que diría, pero el no podía pronunciarlo. ¿Quién podría soportarlo? En mi caso secreto, ¿qué haría sin él? La pregunta llegó a mi mente con la tristeza de la mano, tenía tantas ganas de llorar junto a él, desquitar el dolor... pero no podía. Sasuke frunció el ceño, se dio cuenta de mi facción que cambió ante tal horrible pensamiento.

−Preferiría... preferiría verte muerta. −soltó de repente. Eso captó mi atención por completo, más no me dolió. No me dolían sus palabras, puesto a que preferiría estar muerta, pero él me lo impide de cierta manera.

− ¿Sabes cuantas veces he pensado en el suicidio? −él me miró con una ceja alzada. −Perdí la cuenta, Sasuke.

−Esto es demasiado… −eso lo dijo más bien para sí mismo. Sasuke estaba en un mar de confusiones, decisiones precipitadas y sentimientos encontrados. Quería tenerla a salvo, sólo a salvo... ¿era mucho pedir? ¿Por qué tenía que ser así?

−Vámonos, Sakura. −lo miré un poco sorprendida. Sasuke me lo había pedido más de una vez. Miré su rostro perfecto. Lucía serio, con determinación. Lo estaba proponiendo demasiado en serio.

−Contigo iría a donde fuera, Sasuke, pero... tengo... tengo miedo. −no quería realmente pronunciar aquella palabra, no quería aceptarlo, pero tenía miedo. Mucho miedo. Sasuke se mordió el labio con enojo.

− ¡Vamos a mandar a la mierda todo! ¡De una vez! ¡Prefiero que nos maten en el intento! –Mis ojos miraron a Sasuke perplejos... ¿Morir? ¿Él era capaz de morir por ella? ¿En serio? Sasuke apartó su fuerte mirada de Sakura, al saber que había dicho más de lo que debía, pero... ¿y qué? No quería perderla, y ella necesitaba recapacitar. Saber que podían escapar juntos. Él trataría de sacarla adelante, cuando todo estuviera tranquilo, formarían una familia lejos, muy lejos de aquí. Parecía un plan tan estúpido años atrás, pero ahora lo tomaba como una verdadera meta.

−Sasuke −lo llamé tratando de captar su atención. Sus profundos ojos negros me miraron al instante. −, no quisiera que resultaras... sólo por mi culpa. −no podía ni pronunciar la palabra.

Después de unos segundos silenciosos, el último Uchiha se puso de pie y tocó su cinturón, fue hasta él y sacó un cuchillo. Pero no cualquier cuchillo.

−Sasuke, yo no...−Me sorprendí al ver ese cuchillo siendo regalado para mí. Sabía cuánto ese cuchillo significaba para Sasuke. ¿Tanto le importaba...?

−Sakura, tómalo. Yo sé que me lo devolverás. Eres más fuerte de lo que piensas. −aseguró confiado. Lo miré una vez más, dudosa. Él lo acercó más y lo tomé. Ahí supe que debía escapar con él... pero no ahora.