¡Hola! ¿Como están? Espero que bien

NO MANCHEN LOS EXTRAÑO UN CHORRO!

Hace demasiado que no sabía nada de nadie por aquí, eso me entristece :'( y por desgracia hoy tampoco tengo tiempo de dar explicaciones o algo por el estilo (aunque son vacaciones tengo 2 trabajos y estoy más ocupada que en el semestre)

En fin, me han pasado demasiadas cosas. Demasiadas. Pero a pesar de todo aquí estamos echándole ganas :) o al menos tratando

Este pequeño fic esta basado en hechos reales


Aioria estaba a punto de enloquecer.

La única razón por la que había mantenido la cordura este tiempo era... ¿que era? ya ni lo recordaba, pero lo que sea que lo había ayudado hasta ahora, definitivamente no le serviría de nada.

Estaba histérico, no sabía como ayudar a su hermano ahora.

No sabía como se metió su hermano en ese problema en primer lugar.

Todo comenzó una mañana, donde en un viaje Aioros trajo algo desconocido en el santuario: un celular. Esos aparatos modernos estaban prohibidos, pero Athena dejo que Aioros lo conservara ¿por que? es una excelente pregunta. En fin, Aioros tuvo que salir esta vez a una misión en alguna parte de Grecia y regreso al día siguiente con una sonrisa extraña que preocupo a Aioria.

– ¿Estas bien? – le pregunto cuando su hermano paso por la quinta casa.

– Conocí a una chica – le revelo Aioros – ¡Mira, es linda!

Antes de que pudiera marcharse, Aioros le acerco demasiado el celular a la cara, por lo que Aioria tuvo que alejarlo para ver la imagen. En la foto se veía a Aioros sonriente de la vida y a lado una chica con una media sonrisa.

Aunque quería seguir viendo la imagen porque algo no encajaba, Aioros rápidamente la retiro el teléfono y se fue sonriente a la casa de Sagitario.

Desde entonces, Aioria no paraba de tener un sentimiento extraño sobre el tema, Marin le explico que se debía a que tal vez se sentía triste debido a que Aioros ya no estaría solamente para él, pero no era eso.

– ¿Alguien sabe por qué Aioros tiene cara de idiota desde hace rato? – pregunto discretamente Milo mientras entrenaba con otros caballeros dorados.

– Tiene novia – dijo Aioria sin darle importancia.

– ¡¿Qué?! – grito Milo – ¡¿Como que Aioros tiene novia?!

– Era algo obvio – comento Camus como si nada.

– ¿La has conocido, Aioria? ¿Como es? – cuestiono Mü.

– Me enseño una foto, pero no la he conocido.

Y agradecía a Athena que no la conocía, estaba seguro de que le gruñiría.

Aunque Aioros era realmente feliz, había días donde estaba estresado, incluso triste. Y agarraba a cualquier caballero de la orden dorada como diario. Y Aioria era la página principal de sus preocupaciones por ser su hermano.

Por lo que Aioros le contó, no quería toparse a esa mujer nunca. Era divorciada, mayor que Aioros y aunque poseía una fortuna y varios vehículos para viajar a donde quisiera, obligaba a su hermano a hacerse cargo de todo y ella no era para nada cooperativa o comprensiva; las cosas se hacían como ella quería en el momento que quería.

Incluso llego un punto donde Aioros estaba más deprimido que feliz, pero no quería dejarla ir.

Aioros dejo en una ocasión el celular en su casa, y como Marin estaba de visita Aioria decidió enseñarle la foto de la novia de su hermano. Ella era excelente cuando se trataba de identificar personas gracias a su sexto sentido de mujer.

Cuando Marin vio el rostro de la mujer, no tardó en expresar su opinión.

– Por todo lo que me has contado, tienes todo el derecho de estar preocupado. Tiene bonita cara y todo pero... creo que es lo único bonito que tiene. Aunque tiene un lindo rostro me da la impresión de que en cualquier momento va a escupirme en mi cara.

Pasaban los meses y Aioria estaba cada vez más preocupado. Aioros estaba demasiado desesperado para que su novia le pusiera atención, porque por lo que su hermano le contó, esta lo había estado prácticamente ignorando por semanas.

Sin saber que hacer, se trago su orgullo y busco a Saga.

– Desde el principio le dije que no le convenía, pero parece que estaba hablando con una pared – explico Saga, dando la espalda a Aioria –, es su decisión.

El límite de Aioria fue cuando Aioros llegó casi llorando en una ocasión por, en su opinión, exigencias ridículas de la novia de su hermano. Aunque estaba furioso y esa mujer realmente se ganó su odio, era malo para las palabras; no quería lastimar a su hermano más de lo que ya estaba, por lo que volvió a la casa de Géminis para intentar convencer a Saga de que hablara con él. Después de todo, el geminiano era muy bueno con las palabras y después de todo lo que vivió obtuvo una gran empatía hacia los demás.

Se decepcionó un poco cuando en Géminis solo encontró a Kanon.

– ¿Donde esta Saga?

– Salió una misión ¿para que lo buscabas?

– Solo para discutir un asunto privado con él.

– ¿La novia de Aioros?

Kanon dio en el blanco.

– ¿Tu la viste en una ocasion con Saga, cierto? Aioros me contó que ustedes lo acompañaron a visitarla después de una misión. ¿Que opinas de ella?

– Eh... ¿tu que opinas de ella?

– Me enfada que haga sufrir tanto a Aioros, estoy feliz de no tener que verla.

– Te entiendo, Saga la odia. La vi de lejos y puedo decirte que a veces tu hermano me preocupa.

– ¡Entonces debemos hacer algo!

– Mira, yo tampoco sé mucho de estos temas, pero hay que tener fe en que Aioros se dará cuenta. Es su vida después de todo.

No conforme con esto, Aioria ascendió a la cuarta casa. Cuando entró, pensó seriamente a quién iba a pedirle ayuda...

– Debes estar muy desesperado para pedirme ayuda – fue lo primero que dijo Death Mask.

– Demasiado ahora que lo pienso.

– Soy una mierda para estas cosas, pero por lo que tengo entendido no hay mucho que hacer al respecto. Obviamente esa mujer esta usando a tu hermano como trapeador pero ya cada quien se mata como quiere.

Aioria pensó, se le estaban acabando los recursos. Resignado, fue con Shura. Para su sorpresa, Afrodita también estaba de visita.

– ¿Como esta Aioros? – le pregunto Shura con su semblante serio de siempre.

– No lo sé – respondió Aioria con sinceridad.

– Uno ya nunca sabe. De repente esta feliz, luego frustrado, después feliz y al final termina triste. Esta peor que Saga – comento Afrodita en voz alta.

– Ya lo sé, todo el mundo lo sabe – gruño Aioria.

– Se dará cuenta, Aioros es muy listo. Aunque tratemos de advertirle a alguien que se hará daño a veces es mejor que experimente el dolor para que se de cuenta. Solo espero que Aioros no tenga que sufrir tanto...

Más tarde ese día, Aioros llego a la quinta casa, contando nuevamente una de sus citas con su novia. Para sorpresa de Aioria, esta vez Aioros estaba demasiado feliz.

Demasiado.

– ¿Sabes algo? – Aioros le dio una palmada a su hermano en la espalda – ¡Hasta puede que algún día sea tu cuñada!

– ¡¿Qué?!

Después de que dijo eso, Aioros salio de la casa.

Y así Aioria estaba como león enjaulado desde entonces.

Debía hablar lo antes posible con Aioros antes de que hiciera algo que se arrepintiera más tarde.

Definitivamente debía hacer algo.

Debía hablar.

Pero...

¿Que podía decirle?


¡Hora de que la orden dorada intervenga!

Bueno chicos, es todo por ahora, creo que puedo hacer un capitulo o dos más de estos pero no sé... Lo escribí porque la idea llevaba meses en mi cabeza. Además como acabe mi tercer libro estoy en una especie de crisis y negación por empezar otro dado que los libros anteriores fueron muy fáciles para mi y los que vienen son más complejos.

Oh y porque mi vida amorosa en estos momentos es un santo desastre y estoy tratando desesperadamente de no pensar :D Me sudan las manos, mi estomago esta revuelto, mi capacidad de razonamiento si tuviera que definirla con un meme sería cuando el cerebro de Bob Esponja los pequeños Bob Esponja entran en pánico y la oficina comienza a incendiarse :3 si no saben de mi en un mes entonces me morí

¡Muchísimas gracias por leer! Ya saben que cualquier comentario en verdad lo apreciaría muchísimo.

¡Los quiero y los extraño!

Espero que tengan una bonita mañana/tarde/noche

P.S. Una disculpa cualquier error ortográfico.