- ¡Déjame vivir mi solteria en paz tan sólo por un momento! -
Desde el sofá donde tendría aproximadamente de tres a cuatro horas bebiendo vino , lanzó uno de sus zapatos de vestir negros que en una ocasión había comprado en compañía de quién hace algunas horas era su pareja al gato que tenía de mascota o algo así, ya que era muy extraño que estuviera en casa.
El gran gato, de pelaje café y manchas blancas nombrado " Puff~" se las había ingeniado para evitar la prenda de su amo y dirigirse hacia el pasillo de aquel apartamento perdiendose en la oscuridad del mismo.

Horas atrás, tras llegar relativamente "tarde" a la cita de aniversario , La albina y el habían tenido una charla muy poco agradable. Fue todo un expectaculo en medio de la calle , para después terminar con un hasta luego , todo se ha terminado.
- Boba. Eso eres. - Murmuro entre dientes , tomando otra copa de vino . Lo estaba superando a su estilo. Sin embargo , todo el encanto de ese ambiente con olor a alcohol y gato se perdió cuando oyó una voz de lo más perturbadora.
El francés se quedó callado, sólo eso faltaba. Había perdido a su querida chica de habla alemana y también ganado la visita de un inglés mero molesto.

- ¿Que diablos quieres? Ve a dormir.- asomo su mirada ojilila por un pequeño espacio al abrir la puerta, más apenas y al pestañar sentía una carga extra que se apoyaba sobre sus hombros. La mirada atonica no se hizo esperar, y rápidamente ese aroma dulzon volo hasta su nariz.
El británico se había colgado de su cuello, mientras emitia sonidos extraños. - ¡Siento todo lo que pasó! Debes estar acabado. - Lo estaba estrangulando , y con un gesto furioso alejó al pelirosado de el . - ¿Eh? ¿C-Como..?-
- Fue todo un expectaculo ¡Te aseguro que todos están enterados! , Pero no te preocupes. He venido a consolarte. - Todos los colores fluian en el rostro del británico, había traído consigo algunos pastelitos decorados con harta azúcar y pretendía darlos al francés gruñon que tenía en frente.- Toma uno. Te sentirás mej..-
- Déjate de tonterías. ¡Fuera.!- fruñio las cejas, tomando al pelirosado del cuello de su ropa superior para sacarlo de su apartamento y este último lloraba de dolor al ser rechazado. Sin embargo , cuando pasó la oportunidad, alcanzó la punta de la nariz francesa y la beso . Suave, risueña. Y dejando los pastelitos aún lado , salió por sí sólo de su apartamento.
Dejando aún francés desorientado, enojado y con un rubor invisible sobre sus mejillas .

Suspiro.

Diablos.

Tomo su abrigo , en color negro y sin recogerse sus cabellos cenizos Rafaelle salió del apartamento. Ahora, debía arreglar todo. Su orgullo era enorme pero la simple idea de dejarse llevar por acciones tontas y risueñas como minutos pasados era algo que no podía permitir, los chicos no eran lo suyo .
- Ja, apenas me dejas y los ingleses atacan. Tonta.- Sonrio, esa tonta tenía la culpa. Siempre era ella.

- Oliver Idiota.

- Merci. . .- Susurro.