Hola.
Harry Potter no me pertenece.
Aviso: Este fic participa en el minireto de Enero "Doce meses, una historia" del foro Amor de Tercera Generación.
Personaje: Dominique Weasley.
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Deseo de Año Nuevo
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Hogwarts, al ser un internado, permitía que los estudiantes decidieran qué hacer con el período de vacaciones que marcaban el inicio de un año. Por ejemplo, Tom Riddle y Harry Potter siempre las disfrutaban en el colegio. Pero, en general, la mayoría prefería vacacionar en la comodidad de sus casas.
Eso Dominiquie Weasley lo sabía bien.
—¡Señorita Weasley! —habló la Directora McGonagall a una muchacha pelirroja que deambulaba por los pasillos—. Le recuerdo que solo existe una hora para la cena en este colegio. No querrá perdérsela.
Dominique Weasley se giró con una sonrisa y escuchó las indicaciones de la Directora. No quería perderse la cena de Año Nuevo, pero desde que puso un pie en Hogwarts, debían avisarle que se presentara al Gran Comedor a la hora de las comidas, porque si fuera por ella, se la pasaría vagando todo el día… sin importar el hambre o el cansancio.
Además, que la profesora la llamara por su apellido y le hablara en tono reñido le hacía imaginar cómo sería su vida si hubiera asistido a Hogwarts, si hubiera sido una bruja.
Tenía doce años de escuchar sobre Hogwarts y sabía que antes de ella se habló de Hogwarts y que después de ella se seguiría hablando de Hogwarts. A ella le gustaba hablar del colegio de Magia y Hechicería al que asistía casi toda su familia, aunque no lo conociera… hasta ahora.
Que Dominique Weasley, siendo una squib, estuviera en Hogwarts se debía a la lucha, que solo podía venir de la cabeza de una nacida de padres muggles: Hermione Weasley, de lograr la participación de los familiares no mágicos en las actividades escolares de sus hijos con sangre mágica en Hogwarts.
Para Hermione era injusto que los padres magos o brujas fueran constantemente invitados a Hogwarts, para observar un partido, para cuidar de su hijo en la enfermería, para lo que fuere… Mientras que a sus propios padres ni se enteraron de su estado petrificado cuanto tenía doce años y tuvo que desmemorizarlos cuando la batalla. Por eso había dado una lucha feroz y, hoy, Dominique Weasley, squib, cuya hermana estudiaba en Hogwarts, podía disfrutar de un Año Nuevo en el famoso colegio.
.O.o.o.
—Anda, cariño. No te quedes ahí parada y dime la contraseña de una vez—dijo la Señora Gorda, con una sonrisa—. Pronto empezará la fiesta en el Retrato del Aquelarre y no quiero llegar tarde.
Dominique quería era estar en la Sala Común de Gryffindor, por una vez en su vida, aunque la encontrara vacía porque todos estaban en la Cena de Año Nuevo.
—Soy una Weasley, pero olvidé la contraseña—sonrió ella.
—Ah. ¡Por favor! —exclamó la mujer del retrato, con pereza—. Justo hoy tenías que olvidarla y a esta hora. Qué más da. Pasa, pasa.
En cuanto el orificio de entrada fue lo suficientemente amplio para que pasara, corrió hasta encontrarse en el centro de la Sala Común de Gryffindor y sintió que estaba en su hogar.
—¡Feliz Año, hermana! —gritó Victoire, bajando por las escaleras.
Y por primera vez desde que tenía conciencia, Dominique Weasley no deseó asistir a Hogwarts como meta de Año Nuevo.
Porque todos nos hemos fijado metas imposibles para Año Nuevo...
