Bueno, ay saben ke los personajes no me pertenecen, bla bla bla…
Espero ke les guste:
Las
lluvias que molestaron todo el mes habían cesado: el verano se
hacía presente. Pasaron 7 años desde la
¨segunda muerte¨ de Kikyou... Inuyasha se encuentra
visitando su tumba, en compañía de Kagome. ¨Kikyou...
cuánto tiempo ha pasado... a veces pienso que aún
sigues vagando por el bosque en busca de almas... y me ilusiono con
la idea de verte... pero al instante, la realidad me lastima con su
golpe más letal... y comprendo que... es imposible que vuelva
a ver tu rostro de nuevo... Una mano se apoya sobre
el hombro del hanyou, provocando que, a pesar de estar pensándola
y no diciéndola en voz alta, no pueda terminar la frase.
Guiado por la mano, y luego de recorrer con la mirada el brazo que le
sucedía a ésta, descubre el rostro de Kagome
regalándole una tierna sonrisa. Ante este gesto, Inuyasha
vuelve a mirar la tumba y, con los ojos cerrados, vuelve a pensar:
¨Kikyou, siempre voy a... quererte. Descansa en paz.¨
Levantándose, se sacude un poco la tierra del suelo
que había quedado en su ropa. Ya está listo para
volver. Es hora de regresar con los demás... y ambos
emprenden viaje. Como siempre, caminaban separados,
fríamente, como desconocidos. Pero dentro de Inuyasha había
una guerra de sentimientos, en donde estaban combatiendo el orgullo,
las ganas de abrazar a Kagome, el miedo... en fin, la cuestión
es que su interior se debatía en un simple, pero no por eso
fácil de resolver, conflicto, equivalente a frases del estilo:
¨abrázala ya mismo!¨ vs ¨ni te le acerques! No
seas cursi!¨. Finalmente, ¨abrázala ya mismo¨
dejó KO a ¨ni te le acerques...¨, por lo que el
hanyou, decidido, estaba a punto de darle un tierno abrazo a Kagome.
Pero un sonido lo interrumpió cuando se disponía a
hacerlo... A lo lejos, se pudo escuchar un grito de mujer...
a juzgar por su magnitud, parecía que estaba en peligro.
Inmediatamente, Inuyasha cargó sobre sus espaldas a
Kagome y ambos se dirigieron hacia el lugar, guiados por el pedido de
auxilio de la mujer (ya que, por alguna razón, el hanyou no
podía percibir su olor). Llegaron a una especie de
mansión, cuya puerta de entrada estaba abierta. Estando seguro
de que la mujer que pedía auxilio se encontraba allí,
Inuyasha le pidió a Kagome que esperara afuera, para no
ponerla en riesgo. Al entrar, notó en el aire un leve
aroma a incienso... y comprendió por que no podía
seguirla con el olfato. Los gritos habían cesado, por lo que
tardó en encontrarla. Ella, una jovencita que tenía
el rostro tapado por una larguísima cabellera negra, estaba
maniatada. Parecía desmayada. El hanyou supuso que fue aquel
incienso el que provocó la somnolencia involuntaria de la
joven. En seguida, Inuyasha la desató y trató
de reanimarla. Pero cuando retiró el cabello de su cara, se
llevó una extraña sorpresa: era... ¡¡¡era
igual a Kagome! Su cara era más pálida, y su cabello
mucho más largo, pero... ¡¡¡¡era
idéntica! Mientras el hanyou (que seguía
sentado, sosteniéndola) estaba congelado del asombro, la joven
abrió los ojos. Y él se congeló aún más,
ya que hasta el color de ojos y la mirada inocente eran iguales.
¨¿q-quien eres?¨ :alejándose hacia
atrás, sin pararse, ayudado con sus brazos: ¨¿por
qué... (al ver el rostro asombrado del hanyou) por qué
siento que te conozco..?¨ ¨esa voz (aún más
asombrado, y sin dejar de mirarla, piensa un
momento)...¡¡¡¡¡¡Kikyou!¨
¨¿mh? (la joven parece muy tranquila, a pesar de
haber estado aparentemente secuestrada) ¿Kikyou? (sonrisa que
recuerda a Kagome –y sí, idiota, si es igual a Kagome!-
regaño a la narradora) Mi nombre es Ami... eh... (viendo sus
manos desatadas)¡muchas gracias por haber venido a ayudarme!
Pero... ¿cómo supiste que me encontraba aquí y
que necesitaba ayuda? ¨ ¨Idiota, tus gritos se
escucharon en todo Japón (este exceso de confianza por parte
de Inuyasha se debe a que creyó estar hablándole a
Kagome, a pesar de que la joven tenía una voz muy similar a la
de Kikyou)...¨ El hanyou se da cuenta de su desubicado
comentario, pero su orgullo ¨anti-disculpas¨ no le permite
hacérselo notar a la joven. Aunque eso parece no importarle a
ella. Afuera, Kagome sigue esperando. Pero está un
poco inquieta debido a que Inuyasha ya se estaba tardando... un tanto
preocupada, alcanzó a dar unos pasos en dirección a la
mansión, pero... una sombra que apareció de golpe la
cubrió y desapareció junto con ella. En la
mansión, Inuyasha no se percató de la desaparición
de Kagome. No puede dejar de mirar a esa chica, parece hipnotizado
(aunque no lo está.
Al principio estaba convencido de no haberla visto nunca, pero, al
parecer, la insistencia por parte de la joven, hizo que se
convenciera cada vez más de que se concocían. Las
súplicas de Ami captaban de inmediato la atención del
hanyou. ¨Inuyasha (él no tuvo más remedio
que decirle su nombre)... no vuelvas a dejarme sola... (acercándosele
lentamente) no tienes idea de lo que sufrí cuando nos
separamos (lo abraza, pero Inu se queda inmóvil: no
corresponde el abrazo)¨ ¨(pensamiento) ¿de-dejarla
sola? ¿qué está diciendo esta mujer?¨
Él
habla con Kikyou para sí mismo... una especie de rezo
espontáneo: sin más que estar arrodillado, mira la
lápida y concentrándose en la imagen de la
sacerdotisa... en sus pensamientos, le habla:
es cierto... mis sentimientos hacia
ti no han sido los mismos desde que apareció... (se refiere a
Kagome, pero no se atreve a decirlo, aunque sólo esté
pensando) pero no puedo evitar extrañarte... Kikyou... tú
fuiste la primera persona que llegó a importarme más
que mi propia vida... y nunca va a cambiar eso... (pausa) a pesar de
todo, Kikyou... siempre te a... ¨
