Capítulo 1: Vuelta a Hogwarts

- Hoy volveremos a Hogwarts, y... la volveré a ver -

- James haz el favor de despertar a Sirius, vais a llegar tarde - dijo la madre de James desde el pasillo.

El apuesto joven se dirigió hacia la habitación de su mejor amigo dispuesto a despertarlo de la forma más sutil y maliciosa posible.

Abrió lentamente la puerta de la habitación, la cual era inmensa y notablemente hermosa, muy similar a la suya. En ella se podía divisar una enorme cama con dosel, en cuyo interior se encontraba un joven de cabellos negros semidesnudo. James se acercó lentamente a la cama para comprobar si su amigo seguía durmiendo. Acto seguido sacó su varita, murmuro varias palabras y salió corriendo.

- ¡Aaaaahhhhhhh¡¡Cornamenta como te coja te mato! -

- ¿Hijo que son esos gritos? - pregunto Julia Potter al ver entrar a su hijo en la cocina.

- Nada mamá, que Sirius tiene muy mal despertar -

- James, te voy a matar -

En el marco de la puerta se encontraba un joven chaval en calzoncillos totalmente empapado. Se oyó como un plato se rompía, haciendo que Julia volviera a la realidad, fue entonces cuando se dio cuenta de lo que había hecho su hijo.

- Sirius, cielo, que ha pasado -

- ¿Qué que ha pasado? Que el desgraciado de tu hijo me ha despertado echándome hielo en... bueno ahí - dijo Sirius señalando el mojado de sus calzoncillos.

Mientras tanto James estaba tendido en el suelo riéndose.

- No pasa nada, ya te vengaras de él más tarde, ahora ve a vestirte que llegáis tarde -

Sirius subió hacia su cuarto mientras que James le seguía hacia la habitación y le pedía perdón para que no tomara represalias. Cuando terminaron se fueron a la estación.

Ya en el tren, James estaba ansioso por encontrar a Remus y contarle su hazaña, sin embargo, choco con otra persona, cayendo al suelo.

- ¿Pero que puñetas ha... ? Ah, eres tu -

- Hola, Evans¿me has echado de menos? -

- No Potter, he estado haciendo cosas más importantes que pensar en ti, ahora, aparta tengo que reunirme con mi novio -

Por supuesto James no se aparto - ¿Novio¿Una tabla de planchar como tu tiene novio? -

- ¿Tabla de planchar¿Tu te as fijado bien? -

James la miro de arriba abajo y se dio cuenta de que la muchacha había cambiado mucho durante el verano, pero prefirió disimular y seguir haciéndole rabiar.

- Pues yo no veo la diferencia, a ver date la vuelta - dijo cogiéndola y haciendo que la muchacha se girara - yo te veo igual -

- Déjame en paz - dijo mientras lo empujaba y se largaba.

Se quedo allí, mirando como la pelirroja se perdía por el corredor, anonadado hasta que Remus lo saco de sus pensamientos.

- ¿Se puede saber que te pasa? Llevo llamándote cinco minutos¿qué miras? -

- Yo... nada... sólo... estaba recordando la broma que le he gastado a Canuto esta mañana - dijo intentando parecer convincente.

- Cuenta, cuenta -

- Pues veras... yo he... -

- ¿Qué contándole tu gran hazaña a Lunático? - preguntó Sirius fingiendo enojo.

- Si - le contesto Remus intentando aguantar la risa, pero al cabo de unos minutos - je je je -

- Reconócelo, Canuto, ha sido muy bueno - le dijo su amigo intentando que se le pasara el cabreo, aunque sabía perfectamente que ya se le había pasado y que estaba de broma.

- He de reconocer... que si no hubiera sido a mi... me hubiera reído mucho... estas aprendiendo mi joven padawan - dijo Sirius en todo solemne mientras buscaba un compartimiento libre, sus amigos le siguieron riéndose y haciendo bromas - Ya paren,... si no quieren que tome represalias - añadió levantando el puño y mirándolos de forma maliciosa.

- OK, mira... este compartimento esta libre - dijo Remus, que se estaba temiendo lo que su amigo pudiera hacerles ya que sabía que era muy bromista.

- No esta tan libre, Lupin, nosotras estamos aquí - respondió desde el interior del compartimento una chica morena que leía un libro muggle.

- Oh, no hay problema, a nosotros no nos importa que estéis aquí - dijo Sirius sentándose junto a la chica - además dos chicas tan bellas como vosotras - le sonrió - solas en este tren donde hay tantos... -

- Degenerados - dijo una chica rubia apartando la mirada de su libro y mirando a Sirius fijamente.

- Exacto - contestó Sirius sin darse por aludido e ignorando las miradas de los demás - necesitáis que unos chicos fuertes, valientes, guapos, inteligentes... etcétera... estén aquí para salvaros de esos depravados que sólo buscan vuestro cuerpo... Que es lo más lógico por que estáis... - terminó muy serio.

Todos se quedaron mirándolo con cara de asombro ante el razonamiento del chico.

Elísabeth, la morena, fue la primera en hablar, aunque aun seguía perpleja.

- Te faltó decir lo de egocéntricos, pedantes, maleducados, inoportunos... -

- Yo es que con depravado lo englobo todo - le contesto Sirius con una sonrisa encantadora.

- Me refería a vosotros - le contesto empezando a carearse.

- Además, nosotras sabemos defendernos solitas, gracias - contestó Ann, la rubia, comenzando también a cabrearse.

Las dos chicas eran muy temperamentales y con muy poca paciencia, cosa que los merodeadores ya sabían, pero les gustaba sacarlas de sus casillas, sobre todo a Sirius, le gustaba picarse con Elísabeth para decirle cuando estaba muy enojada y apunto de pegarle "te pones muy bonita cuando te enojas" lo que dejaba a la muchacha sin palabras y perpleja, aunque Sirius a veces no se lo decía y acababan airándose los trastos a la cabeza.

- Aun así, necesitáis a los príncipes azules, que somos nosotros, para que os rescaten, jóvenes damiselas - dijo James con su sonrisa más seductora mientras hacia una reverencia.

- ¿Tu príncipe azul¡No me hagas reír! - dijo la voz de Lily Evans que estaba apoyada en la puerta del compartimiento.

- Pues si, soy tu príncipe azul, que ha venido a rescatarte de las garras del cruel y sanguinario dragón - dijo haciendo como si sacara una espada y la levantara para luchar contra algo invisible - sólo falta que te des cuenta de que te mueres por mi -

- ¿Tu eres tonto o te lo haces? - fue lo único que le contesto la pelirroja antes de hacerle a un lado y sentarse junto a una de sus amiga, las cuales se estaban aguantando la risa - pásame una revista -

- ¿Qué lees? Parece muy interesante - pregunto Sirius a Elísabeth.

- Un libro muggle - le contestó.

- ¿Y de que es¿me lo dejas? Yo nunca he leído uno - le volvió a preguntar Sirius en un tono de voz infantil.

- Es un libro de Química y Biología - Sirius y James se le quedaron mirando sin comprender - asignaturas de los colegios muggle -

- ¿Y para que lo lees? Tu no vas a un colegio muggle - pereguntó Peter. Eli lo miro con cara de odio.

- El motivo por el cual yo hago las cosas no es de tu incumbencia, no eres quien para pedirme explicaciones - dicho esto, le dirigió una mirada de profundu odio a Peter y salió del compartimiento.

- Que borde, Peter sólo le había preguntado por curiosidad - dijo James intentando defender a su amigo.

Las chicas los miraron pensando que en verdad Eli se había pasado un poco, pero ella era así, cuando menos te lo esperas te soltaba una bordería. Al final decidieron dar a los chicos una explicación del comportamiento de su amiga.

- Aunque ella es de sangre limpia, su tío favorito se casó con una muggle y viven en el mundo muggle. Cuando Eli se enfada con sus padres, cosa que ocurre muy a menudo, se escapa y va a la casa de su tío y allí se comporta como una muggle, lo cual le encanta. Su tía se regalo el libro, pensando que podría servirle para la asignatura de pociones - Ann les contó todo para que no pensaran que su amiga era una borde, aunque a veces lo era.

- ¿Y para qué puede servirle un libro muggle en pociones? - preguntó James de lo más inocente ya que temía las chicas sacaran su peculiar carácter a relucir.

- Pues,... no sé si sabes que todo esta echo de átomos - James y Sirius miraron a Lily sin comprender - eeeehhhh... Ann explícaselo tu - la chica había desistido de intentar explicar el origen de la materia, ya que pensaba que posiblemente perdería el tiempo y la paciencia, y no tenía ganas de enfadarse.

- Pues... ¿Y como coño les explico yo a estos gárrulos que son los átomos? -

- Lo as dicho en voz alta - apuntó Peter y recibió una mirada de asco por parte de las dos chicas, Ann iba a contestarle algo grosero pero lo pensó mejor al mirar a Lupin.

- Veréis... cuando lleguemos le pedís el libro a Elísabeth y que ella os lo explique, que le gusta -

- Si claro para que me muerda - dijo Sirius.

- Si lo hacéis con buenos modales dudo que se niegue, le gusta mucho el mundo muggle y le encanta contarnos batallitas de sus vacaciones como muggle - le explicó Lily.

- Vale, pero como me muerda,... por que esta mujer no atiende a razones y... - empezó a decir Sirius.

- si te muerde, te jodes y te aguantas... y punto en boca - le contesto Ann sacando su carácter a pasear.

- Bueno,... a quien le apetece echar una partida de... Snap explosivo - propuso Remus intentando calmar el ambiente, ya que Sirius estaba dispuesto a responderle a la chica, lo que hubiera generado una discusión.

- Eso es fabuloso - se levanto Sirius.

- La mejor idea que as tenido - aclamó James.

- Esta bien - dijeron la chicas.

La puerta del compartimento se abrió dejando ver en el umbral a unos cuantos Slytherins. Snape y su pandilla habían llegado.

- Snivellus, que gusto verte - decía Sirius mientras se ponía en frente de el chico.

- Expelliarmus - contestó el pelo grasiento, lanzando al bello merodeador al otro lado del compartimento.

James y Remus se disponían a levantarse para ayudar a su amigo y responder a la ofensa cuando Lily les cogió por el brazo para que no lo hicieran, en ese momento alguien llegó.

- Aparta imbecil - dijo Elísabeth empujando a Snape y tirándolo al suelo.

Miró a Sirius, tumbado todavía en el suelo y se acercó a él para ayudarlo a levantarse.

Los merodeadores, James, Sirius y Remus, Peter era demasiado cobarde cómo para enfrentarse a alguien, apuntaron a Snape con la varita mientras sonreían por la humillación que debía sentir el pelo grasiento al saberse derrotado por una chica.

En ese momento, Elísabeth también saco su varita y apuntó a Snape directamente a la cara, entre ceja y ceja.

- Asquerosa traidora amante de los muggle -

- Prefiero ser una amante de los muggle a ser un pelo grasiento asqueroso como tú - contestó Eli mirándole con mucho asco.

- Te vas a enterar... -

- Mucho cuidado conmigo, por que se tu secreto, lo que haces a media noche -

El Slytherin se quedó pálido, al verse sin palabras se dio media vuelta y se fue.

Eli cerró la puerta y se giró con una sonrisa de triunfo. Todos la miraron con miedo, asombro y perplejidad.

- No quiero saber ni que Snivellus hace a media noche, ni como lo sabes tu - fue lo único que se atrevió a decir Sirius, el cual tenía un toque de desilusión en sus ojos.

- No te imagines cosas raras, yo no se su secreto -

Todos la miraron más sorprendidos.

- Entonces... -

- En las películas siempre funciona, todos guardamos secretos y al parecer los de pelo grasiento se llevan a cabo a media noche - aclaró la chica.

- Pero... - dijeron los chicos.

- Eres un genio - dijeron las chicas abrazándola.

- Je je je... gracias, gracias la verdad es que me merezco esta ovación - dijo la chica mientras fingía estar emocionada como si le hubieran dado un premio.

- No tienes abuela - le dijeron sus amigas.

- No - dijo riéndose - Ahora podéis utilizar eso contra él - dijo Eli a los chicos.

- Uh - contestaron los chicos que la miraban interrogativos.

- Sois cortitos¿eh?... pensará que os lo he dicho y que ahora todos vosotros sabéis su secreto... Mientras no lo utilicéis mucho,... De vez en cuando,... Como quien no quiere la cosa,... "sabemos tu secreto y se lo revelaremos al mundo" entonces él se callará y se ira. Pero no lo utilicéis cada dos por tres, quiero decir, no os pongáis chulitos con ese tema, por que se os notara que no tenéis ni puñetera idea y se dará cuenta, se notara que es un farol -

- ¿Pero por que cree que tu lo sabes? - pregunto Lupin sabiamente.

- Acabo de escuchar en el baño que hablaba con tu hermano pequeño - dijo mirando a Sirius, el cual puso cara de asco.

- No me recuerdes que ese es familia mía - le dijo Sirius poniendo cara de odio al recordar a su familia.

- La cuestión es que le decía que algo se llevaría a cabo a media noche como se había estado haciendo hasta ahora, que tuviera cuidado y que fuera discreto - la miraron con cara de admiración y ella sonrió.

- Menos mal... pensé que... - dijo Sirius mirando al suelo.

- ¿Tu pensando? - dijo Ann.

- A ver, para una vez que el chico piensa... ¿qué era? - dijo Eli sonriendo.

- Que... tu... y él... -

- Ya hemos llegado - grito alguien desde la puerta.

Los muchachos bajaron del tren, saludaron a Hagrid que estaba llamado a los de primero y se subieron a los carruajes, que los llevaban al colegio.

Una vez allí...