Cap 1

Tokio, Japon. 2003 – Hora Exacta 22:49Pm-

-No te permitiré que me la quites- exclamo exasperado, pero la mujer enfrente de el solo se limito a burlarse.

-Esta bien, mira, haremos un trato- arqueo una ceja estirando su mano esperando a ser estrechada, pues sabia que su esposo daría la ultima gota de su fortuna. El hombre de cabellos plateados le miro con asco accediendo a su petición.

-¿Que es lo que quieres?-

-Tu Bmw M3 2003 que tienes- sin rodeos contesto

-Por mi llévate lo que quieras, es increíble que prefieras esa chatarra antes que nuestra hija-

-Sesshomaru, es que no lo entiendes?, ella fue un error…- Sesshomaru tan pronto como escucho aquella declaración tan seca, le abofeteo, ella acaricio su mejilla sonrojada tomando las llaves.

-Quédatela!, No me interesa!, Sayonara!- Grito haciendo un ademan con su mano, pensando que tan agraciada se veía en aquel Auto de Lujo color Rojo. Sabiendo que era todo lo Contrario….

..

3 años después…

-Papi! Llegaremos Tarde!- acomodando su pequeña Mochila en su espalda sonrió orgullosa en el Espejo, seria su primer dia de clases en una escuela Publica. Conocería a personas nuevas y Gente interesante, soñaba con tener una Maestra de lo mas linda y Amorosa, como aquellas de las Películas Irreales. Puesto que las clases Privadas en su hogar eran de lo Peor, su maestra no estaba agraciada en ningún aspecto, siempre se burlaba de la verruga cercas de su barbilla. Algo realmente asqueroso.

-Papi prometiste que llegaríamos temprano! Ya no quiero ver a mi maestra de la verruga- Jalo a su padre delicadamente de su camisa, Este dio otro sorbo de la taza de café que tenia en mano leyendo la sección de Política. Todo un adulto sobrio y estoico. Miro por el rabillo de su ojo a la chiquilla de cabello plateado , Tez blanca y ojos ambarinos, rasgos muy singulares mas sin duda describían que si era su propia hija. Camino unos cuantos pasos a la mesa y dejo todo en su lugar encaminándose a la puerta seguido por la miniatura que le llegaba apenas mas arriba de sus rodillas, emocionada saltando como pulga de un lado a otro. Su padre la tomo de la mano cuidadosamente saliendo del departamento, ascendiendo al elevador bajando desde el ultimo piso donde era su "hogar". Las recepcionistas de aquel edificio sin contar a la madres solteronas echaban un vistazo aquel hombre varonil extremadamente atractivo solo con una niña, incluso utilizaban como excusa a la pequeña para acercase a el. Mas sin embargo todo era sin éxito. Pareciera que no hubiera mujer suficientemente buena para aquel Hombre. Que desperdicio. Llamo al Botones (No se si sea el) instruyéndolo de traer su Auto , Unos minutos mas y su hija llegaría Tarde, en el trayecto la pequeña Saori jugaba y rayoneaba los cristales con la humedad de adentro, El calor lograba atravesar las ventanas, el cielo totalmente despejado y el carácter de su padre no ayudaba mucho que digamos.

-Ya llegamos- afirmo su padre estacionándose no muy lejos de la entrada, Saori lo tomo de la mano asustada, los niños iban y corrían de muchos lados, Una mujer de cuerpo robusto y porte gracioso se acerco, Algo anciana para ser la directora del colegio.

-Buenos días Señor,¿ en que puedo servirle?-

-Traje a mi hija en su primer dia de clases, ya debería de saber quien es- contesto irritado.

-¿Su hija?- se interrogo la anciana mirando a la niña que se ocultaba temerosa detrás de su padre. – Pequeña no tengas miedo-

-Saori- hablo su padre fuerte, su hija se dejo ver por fin.

-Hola mi niña, soy Kaede, la directora de este lugar- estiro su mano por lo que ella asintió con confianza, sonrió feliz.

-Me tengo que ir, se hace tarde, mándeme llamar cuanto termine – frunció el ceño mirando su reloj dando la media vuelta sin siquiera ver a su hija o despedirse, gesto que impresiono a la anciana.

-Adios..papi- su padre no contesto, salió perdiéndose detrás de las puertas, La anciana la guio hasta un Salón de colores brillantes y chillantes, rosa, azul, verde, amarillo, rojo , naranja. Todos esos del arcoíris. Lo primero que observaron sus ojitos fueron los niños y niñas mirarla, se escondió de nuevo detrás de Kaede.

-Buenos días-

-Buenos días kaede-sama- aludió la maestra acercándose a la anciana, unas cuentas cosas murmuraron entre si y finalmente se fue, La educadora tomo con gentileza la mano de la pequeña asustada, a pesar de estar emocionada por dentro no podía evitar sentir temor.

-Hola pequeña, Soy Lin y ellos tus compañeros, Saluden-

-Hi!- hablaron todos al unísono.

-Hi…- respondió con reverencia.

-Ella es Saori Taisho, espero que la traten bien y la agrupen como todos nosotros- afirmo la maestra feliz, se inclino un poco a la pequeña y le dijo que tomara asiento.

El transcurso de su clase la miss se daba cuenta de algunas cosas en particular de esa hermosa chiquilla a pesar de tener un aspecto y rasgos extraños como el color de cabello y ojos , No hablaba, era callada y atenta, los niños se acercaban hacerle compañía pero pareciera nueva en las relaciones publicas, Muy inteligente, sabia dibujar de una forma extravagante sin contar la serie de problemas matemáticos que superaba con operaciones mas avanzadas para el de 2º grado.

Ya pasaba mas de medio dia, Una hora atrás que había terminado las clases, El colegio estaba prácticamente solo, y Saori esperaba en la entrada sentada en una banca abrazando a un muñeco. Sus ojitos estaban apagados y tristes, el viento revoloteaba su blanquecina cabellera.

-Hola- saludo Lin tomando asiento a lado de la pequeña quien no contesto. - Es muy bonito tu muñeco-

-Arigato…-

-¿Tus padres aun no vienen por ti?-

-Mmm no Lin-sama-

-¿Que te parece si me acompañas por un delicioso helado?- ofreció sonriendo aplaudiendo infantilmente.

-Papi…dice que no debo irme con extraños…-

-Pequeña, yo no soy un extraño, soy tu maestra- Al ver que su Educadora era como los cuentos infantiles sintió la confianza, Cabello largo, vestimenta Angelical y bella, dulce de carácter. Todos en su clase la abrazaban y le hacían dibujos como una princesa. sabia que era una mujer de edad adulta al igual que su padre, pero el cuerpo delgado y rostro de facciones finas le hacían ver mas joven, tierna.

Lin se puso de pie acompañada de Saori, Caminaron a unas cuentas calles adelante parando en una fuente de Soda que se encontraba a una distancia razonable y cuidar que sus progenitores se acercaran al colegio, ¿Quién dejaba a semejante criatura en esas condiciones?. Se imaginaba los aspectos mas retorcidos de sus padres como, Drogadictos, Maleantes, Gente mal viviente vaya!,

-Eres muy lista Saori-

-Arigato Lin-sama-

-Y tus padres, no mencionaron acerca de recogerte?- lamio su helado.

-Mmm no, papi es un hombre ocupado, el no quiere que lo distraiga con mis ridiculídeses- sonrió saboreando enérgicamente aquella delicia cremosa casi sin restricciones, su maestra la observaba como si de algo buscase, desde que llego no había nada que no fueran preguntas acerca de ella. Conforme mas pasaba tiempo su comunicación era mas abierta y menos escasa, sabia que lo que le faltaba a esa pequeña fuese atención. ¿Se la pasaría sola en su hogar? Tonterías! Debía tener una madre no? No?. Por que, que no vengan con cuentos infantiles , Estudio toda su maldita vida huérfana en Educación y Psicología para no saber que niño le faltaba atención o tenia problemas. ¡No se pasen de listos!. Ella también tuvo niñez, y muy dura en realidad.

Una Camioneta de reciente año color negro se estaciono enfrente del colegio, a Lin le extraño, se puso de pie y tomo la mano de la pequeña, seguro que venían por ella. Caminaron lo que restaba de camino llegando y topándose a un hombre de edad casi avanzada, unos 40 años para ser exactos, los mismos ojos ámbares y el cabello platinado. Pensó que era su padre si no fuera por que Saori lo grito por su nombre mas familiar…

-Abuelito Taisho- brinco abalanzándose sobre el, Inu No Taisho, Jefe de una compañía de armas mas pedidas en Japón, de nuevo a la maestra que estaba parada enfrente sin decir palabra alguna se le amontonaban las preguntas. ¿Qué hacia la nieta de ese señor en una escuela publica? ¿ Y sus padres? ¿Por qué ha esta hora?...una tras otra mas sin embargo ninguna respuesta. Tal vez era mejor quedarse callada.

-Lo siento tanto, le agradezco que cuidase de mi Nieta, su padre no pudo venir- agrego gentilmente.

-Abuelito ella es mi maestra Lin-sama-

-Mucho gusto Miss Lin, Soy Inu No Taisho-

-El gusto es mio- respondio.

-Bueno…Saori despídete de tu maestra- ordeno a los hombres detrás de el (guardaespaldas) subir a su nieta seguido por el. El vidrio polarizado bajo un poco dejando libre la manita de Saori despidiéndose de Lin, el gesto fue devuelto por su Maestra. Y haya a lo lejos del camino se perdieron.

-3:05 Pm-

Sesshomaru caminaba de un lado a otro, firmando cuanto papel se le juntaba de acciones indispensables. Ya no tenia cabida de hora en este momento, su cabeza solo estaba dirigida a un solo éxito. Progresar. Estiro su camisa blanca viendo el reloj, la hora no mentía! Hace tres horas que debió recoger a su hija! Sandeces!, dio un sorbo al café ajustando su corbata negra al mismo tiempo. Años de practica en la Labor de las finanzas le hiso experto en el arte de mover las manos ágilmente. Tomo las llaves de su escritorio, abrió la puerta bruscamente, para su sorpresa su hija estaba en brazos de su querido abuelo dormida con su pequeño muñeco colgando de sus manos. Los sentimientos encontrados de Angustia y Gusto estaban entre su padre y su hija.

-No tuviste por que recogerla- frunció el seño

-¿Y dejarla en la escuela? Mírate, Eres un hombre demasiado desértico como para atender a tu propia hija-

-Te he dicho que no te metas en mis asuntos…-

-Esto es mi "Asunto"- miro a su nieta. – Esta claro que no estas hecho todavía para tener una familia-

-¿Quien lo dice?, ¿Tu? – contesto con sarcasmo.

-Te recuerdo hijo mio que tenias a una Madre, Saori esta sola, y a decir verdad no eres de un carácter paternal-

-Aprendí del mejor-

-No te pases de listo con migo, Ya es hora que te responsabilices como es, si no lo haces me veré obligado a quitarte a Saori – Entrego a la niña a los brazos de su padre, Sesshomaru la sujeto delicadamente acomodando su cabeza cercas de su hombro, lo que menos quería es discutir con su padre en este momento y despertar a su hija en medio de una pelea. Experimento el sentimiento de culpa y angustia, aquel que solo su propia hija le hacia sentir. Nunca nadie mas lo hiso. Saori era todo su mundo, todo lo que conocía. Se lamentaba cada noche acariciando su mejilla de no poder ser el padre ni la familia que su hija se merecía. Odiaba que todos aquellos que osaban decir quitarle a su propia sangre. Una semilla de el, un pedazo de si mismo. La impotencia de prometerse que será mejor cada dia, y que esas promesas queden como un recuerdo trágicamente espontaneo.

Llego a su departamento subiendo y abriendo la puerta, el frio aire de su pequeña morada le devolvió las energías que tenia robadas por el inmenso calor de afuera, arrumbo las llaves en el sofá dirigiéndose al refrigerador y tomar un vaso de agua fresca.

Medio unos momentos su vida, tenia el trabajo soñado, un salario bien pagado, hacia lo que le gustaba, convivir con niños, floreció ella misma por sus esfuerzos…mas sin embargo. Como era desdichada en el amor. Fracaso tras Fracaso la llevo a una condena y pensamiento de : "Todos los hombres son idiotas". Si alguien se oponía que mejor se callara, ya no estaba para soportar mas irrealismos en ese aspecto. No señor. Ya no. Pese a eso no era el único problema, su trabajo le quedaba mas de una hora, necesitaba mudarse a un lugar mas…cercano, claro, viaje en taxi no era de los mas económico. Así que opto por tener nuevos planes. Tomo directorio y marco algunos teléfonos, probando suerte de encontrar algo bueno que no estuviera retirado. Ojala la suerte este de su lado.

Ya empezaba ajustar bien su corbata negra y quitar los desperfectos de su traje, la noche mas perfecta con un clima fuera de lo extremo caluroso, Tenia una cita con una mujer con la que ha estado salido desde algún tiempo. Aprovecho que su hija estuviese dormida, toda la Tarde se lo dedico solo a ella, la única mujer, hablando hipotéticamente que estaba solo en su corazón ya que nada estaba por enzima de ella, claro, su trabajo de alguna forma. Acomodo su largo cabello detrás de su oreja y se dirigió asía la habitación de su hija, entro sin hacer ningún ruido, ahí estaba, abrazada de aquel muñeco que tenia y cuidaba desde que tenia memoria, algo sucio y roto, pero su favorito. Tomo cuidadosamente las llaves que Saori escondió debajo de su almohada, recordó que toda la tarde suplico que no se fuera de su lado, odiaba que tuviera citas y la dejase con las niñeras. ¿Qué podía hacer? Debía admitir que estaba desesperado por conseguir una mujer que fuera madre, el departamento de un solterón con la cocina y baño hecho un asco no era nada acogedor. Ustedes saben a lo que me refiero. Pero ya estaba cansado, al igual que su fracaso como Padre lo eran sus citas igual, resultaban ser locas maniáticas, mujeres sin oficio ni beneficio, fumadoras en exceso, Despreocupadas de la vida, Dolidas, Extrañas…Bueno, un sinfín de cosas y una lista muy largo. Suspiro y removió los cabellos de su pequeña plantando un beso. La niñera ya no tardaba en llegar.