Titulo: Nubes de Tormenta

Autora: L.S.T.P

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Rating: R ( Nc- 17)

ADVERTENCIA.- Yaoi, Slash, Shonen-ai, h/h

Parejas: Harry/Draco, Harry/ Voldemort. Ron/Hermione, Ron/Luna. Fred/Draco/George. Harry/Cho, Harry/Seamus.

N/A.- Todos los personajes son propiedad de J.K.

Prologo.

Era raro.

No. Era mas que raro.

Y no es que él no estuviera acostumbrado a lo extraño, pero esto era...

Diferente.

Muy, muy diferente. Pero por alguna razón este diferente no parecía malo y ciertamente no se sentía nada mal. Entonces... ¿De donde venia esta sensación de incomodidad que recorre el cuerpo cuando uno sabe que esta haciendo lo prohibido?. Tonterías, no era nada. Solo su lado Gryffindor, si eso debía ser. Su antiguo yo. Él que permanecía detrás de un velo negro. Él que no deseaba venganza, al que no le hervía la sangre cada vez que oía el nombre de Voldemort y que no quería convertirse en asesino, ese... hace mucho que estaba muerto.

Él ya no era un cobarde envuelto en capa de héroe, ya no más. Esos días tan lejanos donde lo importante era el honor, la verdad, la necesidad de hacer lo correcto...

Basura, palabras huecas que por mucho tiempo le hicieron creer. Ahora todo era diferente, aun quería derrotar a Voldemort pero no por las mismas razones. No, si quería acabar con Voldemort era por razones más fuertes que esa porquería de pertenecer a la luz. Sus razones eran egoístas, él lo hacia por él, por él y nadie mas que él.

Y lo haría pronto.

Y si alguien intentaba meterse en su camino se llevaría una gran sorpresa. Y personalmente se encargaría de que le pesara. Nadie volvería a lastimarlo. No, no los dejaría. Aun si era necesario lastimar primero para no ser lastimado. Y lo extraño de todo esto era que no sentía ningún remordimiento por sus acciones, es mas ahora se sentía libre, libre del el peso que había sostenido tanto tiempo en sus hombros. Era como si este se hubiera desvanecido, al igual que todo remordimiento, todo estaba tras un velo negro como Sirius Black...

Todos habían tratado de hablar con él pensando que todavía estaba deprimido. No, la tristeza hace mucho que se había ido dejando a una ira ciega que a veces no lo dejaba respirar. Era por eso que había devuelto las cartas, sin siquiera leerlas, que había recibido este verano. Porque cada vez que intentaba abrir una la ira lo invadía, y esta misma ira lo hacia destrozar la carta, su casa.

No, la casa de sus tíos. Pensar en ellos ahora le traía una insana alegría, por fin había podido hacerlos pagar por tantos años de maltratos, de miradas frías, de asco... Y pensándolo bien el miedo era un mejor sentimiento que el asco.

Con una última sonrisa el joven de cabello azabache se encamino a la plataforma 9 3/4.

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Susurros y miradas a su alrededor, sabia que hablaban pestes de él, de su familia. Siempre lo habían hecho, pero nunca había estado solo. Ahora que lo estaba cada palabra parecía resonar en sus oídos hasta ensordecerlo, cada mirada llena de resentimiento hacia que su piel se erizara y que su corazón latiera tan fuerte. Dejo salir un suspiro derrotado de sus labios, este verano había sido difícil y este año parecía que se le iba parecer mucho.

Igual a esos días...

No, no debía de pensar en eso. Lo que menos necesitaba en estos momentos era hacer una escena frente a todos, se detuvo un momento mientras tomaba un profundo respiro en un desesperado intento de calmarse, lo que logro casi en su totalidad... claro si uno no notaba el temblor de sus manos.

Las cosas se estaban complicando, todo se estaba complicando. Ahora ni siquiera podía confiar en sí mismo, tenía los nervios de punta y la desagradable sensación de que alguien estaba respirando en su cuello. Pero esto era de esperarse, después de todo había pasado este verano en compañía del innombrable.

Y justamente ahora tenia que pasarle esto, como si no tuviera suficientes problemas. Ahora aparte de todo tenía que lidiar con las consecuencias de ser un Malfoy. Por que su familia no era como las demás. No, no su Familia estaba llena de secretos, mentiras y verdades y por supuesto repleta de magia negra. Y ahora gracias a la sangre que corría por sus venas estaba condenado. Él era el elegido, él seria su mensajero, su juez, él seria la profecía...

Pero para su mala suerte no contaría con nadie que lo guiara esta vez, esta vez tenia que hacerlo por si mismo. Y esto lo hacia sentir intranquilo e inseguro, pero había leído que esto era normal, y que esta fase de depresión e inseguridad se esfumaría una vez que tuviera control de sus nuevas habilidades. Pero esta inseguridad rápidamente se estaba convirtiendo en miedo, y este miedo en terror y este terror a pánico.

Paranoico, si estaba consciente de que sonaba paranoico, pero no le podía importar menos. Siempre supo que no era valiente, pero este ya rayaba en lo ridículo. ¡Por Dios Santo que él era un Malfoy!. Maldiciendo por lo bajo siguió caminando. Un grupo de Gryffindors pasaron y muy "discretamente" lo apuntaron y hablaron en lo que ellos creían que eran susurros. Estúpidos, pero los dejaría hablar, después de todo eran solo palabras. Ya se encargaría después de cobrar cada una de sus afrentas. Como siempre lo hacia.

Pero los uniformes con el emblema de los leones solo le hacían recordar la razón de su paranoia. Pronto tendría que dar la profecía, pronto sabría quien de los dos ganaría. ¿Seria Potter o El Señor Oscuro?...

Con paso fingidamente despreocupado siguió avanzando, con la mirada al frente. Sus ojos grises no titubeaban en encontrar a cualquier par de ojos atrevidos e indiscretos. Nunca bajando la mirada. Nunca débil. Ahora él era el único Malfoy, su padre estaba lamiéndole las botas a Voldemort, prófugo de la justicia. De su madre no podía decir nada, realmente era una completa extraña, una figura desconocida que brillaba escasamente en sus recuerdos. Estaba solo. Pero no los necesitaba, desde ahora viviría bajo sus propias reglas, no volvería seguir ciegamente a nadie. Ese error no lo repetiría, hace 1 año había creído cada una de las palabras de su padre. Hace tan poco, pero para él se sentían como años. Años en los que había cambiado, años en los que había crecido.

Él no seguiría ciegamente a Voldemort, no se arrodillaría ante nadie. Pero tampoco se vendería a Potter y a sus estúpidos amigos. No seria una marioneta, no seria como su padre. Nunca pondría a su familia en peligro, nunca destruiría todo lo que amaba, nunca le daría la espalda a sus seres queridos.. y si su padre quería hacerlo que le aprovechase, porque él no dudaría en pagarle con la misma moneda. Dejo de caminar, sintiendo el peso de una fuerte mirada en su cabeza. Volteo aunque sabia perfectamente quien era, solo dos personas eran capaces de mandarles esos escalofríos a su cuerpo, y a una le era imposible estar aquí. Volteo esperando enfrentar unos infantiles ojos verdes, pero no fue lo que encontró.

Piel canela, cubierta en un suéter marrón.

Alzo un poco más su cabeza claramente sorprendido. Y los ojos verdes todavía estaban ahí, pero el toque infantil había desaparecido. Y sin embargo se veían perturbadora mente familiares. Le recordaban a los propios. No, a los que solían ser sus ojos. Llenos de confianza, y creyendo poseer el mundo. Inconscientemente frunció el entrecejo, esto no estaba bien, nada bien. Si Harry Potter podía verse feliz a pesar de todas las cosas que habían ocurrido en los últimos años, él también. El por qué era muy simple, no se dejaría vencer por Harry Potter.

Sonriendo subió al tren, sin darse cuenta que con cada paso se alejaba de lo que pronto seria su destino.

(They say that I must learn to kill before I can feel safe but I rather kill myself than turn into their slave)

N/A: HOLA!, espero que les guste lo que seria lo primero de este fic. Porfa déjenme saber su opinión, mandenme un review o un mail a

HASTA PRONTO! (bueno eso seria su decisión jejejejeje)

atte.: L.S.T.P