Bueno, voy a saltarme todas las chorradas del copyright y tal, todos sabemos que no es mi intención plagiar a nadie. Este capítulo es de apertura, por lo que no habrá demasiada acción en él. Tal vez los pros de Minecraft reconozcáis a youtubers famosos, si no es el caso, pues nada. Oh, y disculpad las novatadas que ecriba, sobre todo en cuanto al tema de las pociones.
CAPÍTULO 1
Exámenes
Arget se levantó de la cama sudando. Había vuelto a soñar con su madre. Rápidamente se despejó y se levantó de la cama, hoy era el día de los dos últimos exámenes que le permitirían convertirse en Capitán de Exploración. Los Capitanes debían dominar todos los ámbitos de conocimiento posible, y a Arget solo le restaban Magia y Alquimia.
Antes de vestirse se miró de en el espejo. Su piel negra como el carbón relucía por las gotas de sudor y sus profundos ojos morados brillaban en la oscuridad de la habitación. Se dirigió a la mesa y activó una palanca que encendió la lámpara del techo. La habitación era bastante grande, con paredes y techo de madera de roble y el suelo cubierto por una alfombra de lana roja. Al lado de la puerta estaba su ropa, que consistía en una camiseta blanca de tirantes que iba debajo de una chaqueta de cuero marrón. Los pantalones, hechos de tela, pero con rodilleras cosidas, quedaban por dentro de las altas botas de cuero también, con numerosas cintas destinadas a ajustar la bota a la pierna. Los guantes, también marrones, tenían cintas similares a las de las botas y llegaban hasta el antebrazo. Por último, Arget cogió su piel de creeper. El recuerdo de su caza le vino a la cabeza. Era el primer creeper que cazó, y lo hizo con una tosca espada tallada en piedra. Como recuerdo, Arget le despellejó y desde entonces siempre llevaba su piel enrollada a modo de capa.
Antes de salir, Arget le echó un último vistazo a su casa, orgulloso. Al obtener el título de constructor, uno podía construir su propia casa en lugar de comprarla, y Arget había hecho un buen trabajo. Cerró la puerta, se ajustó su piel de creeper alrededor del cuello para que le tapara la boca y cayera por su espalda como una capa y echó a andar por la calle adoquinada. Le quedaba algo de tiempo antes de su primer examen, Alquimia, así decidió parar en el pequeño bar de Adam para desayunar.
Adam le saludó nada más verle entrar por la puerta, pues era un cliente habitual y un gran amigo.
-¡Arget! ¿Qué tal van esos exámenes para Capitán?
Adam ya había completado los estudios obligatorios hace tiempo. Cualquiera en Mineville debía estar especializado en, al menos, una disciplina (aunque casi todo el mundo se especializaba en dos). Adam había elegido Corredor, debido a su naturaleza ágil y rápida. Los Corredores participaban en las misiones de exploración como avanzadilla pues, aunque no sabían luchar, eran muy rápidos, algo indispensable para reconocer el terreno.
-Hoy debería de hacer los dos últimos exámenes.
-Ya veo. ¡Bueno, cuando apruebes lo celebraremos por todo lo alto! ¿Te pongo lo de siempre?
-Si, por favor.
Adam se dio la vuelta para buscar en los cientos de cofres que había en las paredes del pequeño local. A Arget siempre le había caído bien este tipo, se habían hecho amigos desde el momento en el que llegó a la ciudad. Adam vestía ropa negra, con protecciones en codos y rodillas. Del cuello llevaba su inseparable amuleto de oro, colgando de una fina cadena de acero, y en su nariz descansaban sus inseparables gafas de sol, que no se quitaba ni en el interior.
-Toma, ¡Que aproveche! -Dijo soltando sobre la mesa una porción de pastel de calabaza.
-¡Gracias! -Dijo Arget, sacando una pequeña esmeralda de su bolsillo y dándosela a Adam. Las esmeraldas eran la moneda general.
Tras terminarse el pastel, Arget se despidió de Adam y se encaminó al enorme edificio dónde se llevaban a cabo los exámenes. Entró en la recepción y saludó a la encargada, una chica con un largo pelo anaranjado.
-Hola. Vengo por mi examen de Alquimia.
-¿Nombre? –Preguntó la recepcionista con tono amable.
-Arget.
-Ajá, aquí estás. Tienes que ir a la tercera sala del cuarto piso. ¡Suerte con el examen!
-Muchas gracias.
Arget se encaminó al lugar con una sonrisa en los labios. Ojala todo el mundo fuera igual de amable. Inmediatamente se le vino a la cabeza el asqueroso de su examinador de Magia y se le quitó todo el buen humor de un plumazo. Cuando llegó a la puerta correcta, llamó y oyó un amortiguado "adelante". Cuando pasó se quedó paralizado de la sorpresa. Su examinador tenía la piel gelatinosa y la continua expresión de ausente de los limos. Los mestizajes entre humanos y otras especies no eran ninguna noticia, él mismo era fruto de un humano y una enderwoman, pero era incapaz de imaginar a nadie amando a las viscosas y verdes bolas saltarinas que eran los limos… Vestía una sudadera blanca y unos pantalones negros.
-Hola, me llamo Jevin. ¿Eres Arget? –Preguntó su examinador.
-Estooo, sí, soy yo.
-De acuerdo, comencemos con el examen. En ese cofre tienes todo lo necesario, junto con un soporte de brebajes y un par de calderos con agua. Por favor, fabrica una poción de Curación potenciada, una poción de Veneno arrojable y una poción de Visión Nocturna de duración extendida.
Eran pociones difíciles de hacer, pero Arget llevaba días estudiando y practicando asique dejó que su mente vagara mientras trituraba la verruga abisal que era el ingrediente principal de toda poción. Arget acabó pensando en el sueño de esa noche.
"Estáis desterrados" rugió el enorme Enderdragon al enterarse del amor entre sus padres. Su padre, humano, se llamaba Arturo y era Capitán. En una de sus expediciones encontró a su madre malherida y, en contra de las órdenes del rey Notch, la ayudó y curó. Pronto el amor surgió entre ambos, lo cual culminó en Arget, uno de los primeros mestizos del mundo. Siete años escondiendo a su hijo fueron suficientes. Otro de los Enderman encontró a la familia en uno de sus encuentros clandestinos y los delató al Enderdragon, que mató a su padre y los desterró a su madre y a él a la tierra, campo de batalla de las enormes guerras que asolaban el mundo en ese momento, fruto de la enemistad entre las cuatro naciones. Madre e hijo se escondieron en una cueva durante la noche, cuando las batallas eran más intensas y numerosas. Pero olvidaron cubrir sus espaldas. Su madre solo tuvo tiempo de empujar a Arget a un lado cuando oyó el siseo del creeper. La montaña de carne que formaba su cuerpo estaba suspendida sobre cuatro pequeñas patas y se tambaleaba bajo el peso de la cabeza, que mantenía una macabra expresión de tristeza en sus ojos hundidos y su boca sin labios. El asqueroso ser se hinchó como un globo y se inmoló en una enorme explosión que mató a su madre al instante.
Años después de aquello, Arget había aprendido a vivir en la naturaleza, oculto de los ojos de cualquiera. Su golpe de suerte llegó cuando el rey Notch anunció que el bando de los humanos aceptaría a cualquier mestizo bajo sus muros, después de la supuesta tregua firmada entre las naciones (Que al parecer solo respetaban dos de ellas, Mineville y el End). Se graduó como Guerrero y luego comenzó a estudiar el resto de disciplinas existentes para convertirse en Capitán como su padre.
Arget se despabiló justo a tiempo para evitar que la última poción se pasara demasiado tiempo reposando. La sacó del soporte, la colocó un tapón y la agitó hasta que se tornó de un color azul marino. Acto seguido colocó el frasco junto con los otros dos, uno de color rojo brillante y el otro verde claro, con una forma de asa.
-He terminado –Le dijo a Jevin.
-Veamos que tal –Dijo acercándose a la mesa donde estaban las pociones.
Cogió la roja y le quitó el tapón. Olió el contenido y examinó el color. Finalmente se la bebió de un trago. Dejó el frasco vacío y repitió el proceso con la de color azul marino. Por último cogió la verde y, tras un examen del líquido, la lanzó contra el suelo. Al romperse, liberó una nube de color verdoso que se desvaneció tras unos segundos.
-Enhorabuena –Dijo –Ya eres un Alquimista –Y le entregó un medallón con un frasco grabado. –Pero la próxima vez pon menos zanahoria y más oro en la de Visión Nocturna. Por el sabor más que nada…
Fin del primer capítulo. Necesito comentarios que me digan que he hecho mal y por qué, asique ya sabéis, no seáis vagazos y a escribir. Recordad, cuanto más entusiasmo vea con la serie, más me engorilaré y más rápido escribiré los capítulos.
Un saludo.
