¡Hola a todos!
Sé que a algunos no les agradará esto o tal vez hayan perdido el interés, ya que no he actualizado desde hace más de seis meses... pero he decidido reescribir ésta historia. ¿Por qué? La comencé hace ya más de dos años, y mi estilo de escritura ha cambiado, no era lo que es ahora, además no me encontraba satisfecha con ella, no tenía un argumento claro, solo era un puñado de ideas sin un punto al cual dirigirse, sobre todo el último capitulo.
Algunas cosas se quedarán, otras se reemplazarán.
El nuevo titulo podría decirse está inspirado en el treceavo opening de Bleach, Melody of the Wild Dance.
En fin, espero poder leer sus opiniones, aquí les dejo con el prólogo:
Disclaimer Applied. Atsushi Okubo © Soul Eater. & todo lo demás, bla bla, solo la idea del fic es mía.
Títle. The wild melody of the Soul
Rate | Genre. T | romance/humor/hurt/comnfort.
Pairing. Death the Kid | Maka Albarn | Soul Eater Evans / Insinuaciones de Black Star | Tsubaki Nakatsukasa
Summary. ― No recuerdo nada de esa noche... ― Es bueno volver al Shibusen después de un año, ¿no creen Liz y Kiddo-kun? ― Habría que tirar a Black Star de un acantilado ― ¡No me digas que prefieres a ese idiota con problemas mentales antes que a mí! ― ¡Deja de comportarte como un patán! ― Que ni se te ocurra ponerle un dedo encima o te mataré ―... Te quiero, Maka. / Semi-AU
By. Gabriela River
The wild melody of the Soul
Prólogo
La enorme construcción se extendía varios metros hacía el cielo, era de un tono gris y por su apariencia descuidada podría decirse que llevaba abandonada bastante tiempo. Las dos parejas tenían informado que tenía planeado que fuera un centro comercial, pero el proyecto fue abandonado antes de poder ser terminado.
Plantó su pie sobre la tierra, haciendo levantar un poco de ella.
― Entonces, éste es el lugar, ¿no es así?
La chica asintió.
― Bien, entonces hagamos lo planeado. Quien encuentre y venza primero al kishin escondido en éstas ruinas, se evitará la molestia de pagar las pizzas y golosinas de la siguiente reunión para ver películas.
― Sí, sobre eso estaba pensando...
― ¿Qué? No me digas que te retractas.
― Claro que no. Es solo que recordé que las hermanas Thompson y Kid-kun regresarán el próximo mes, la siguiente reunión a la que asistan, el perdedor también paga lo que consuman ellos tres.
― Me parece bien, quien no gane paga todo ―se detuvo, y mostró una sonrisa burlona ―. Aunque bueno, nosotros cuatro aquí sabemos que ese no seré yo. Así que ve ahorrando dinero para el siguiente mes ―terminó con vehemencia.
El chico salió corriendo a toda velocidad antes de que ella pudiera replicarle.
Suspiró.
― Olvida que yo tengo ventaja sobre esto ya que soy quien posee la habilidad de percibir almas ―volteó hacía la luna sonriente ―. Vaya, ese idiota nunca cambiará ―se quejó.
Y solo se escuchó una leve carcajada proveniente de su arma.
― Tengo un mal presentimiento sobre todo esto ―la rubia escuchó pronunciar a su compañero.
― ¿Por qué lo dices?
― No sé, solo lo tengo ― su imagen se mostró sobre la hoja de la guadaña, bajos sus ojos rojos, una de las comisuras de su boca fue decayendo, quedando en su rostro una mueca.
El eco de las pisadas resonaba con fuerza.
― Esto parece un maldito laberinto ―gruñó él ―. Qué molestia.
― Quejarte no ayudará en nada.
― Hmph.
Ella siguió desplazándose a gran velocidad por aquellos pasillos oscuros, contando solo con una lámpara para ver dónde ponía los pies. Y así siguió por un gran rato.
Después de unos minutos más, su vista fue capaz de divisar una tenue luz a unos metros que parecían provenir de lo que intuyó que serían las ranuras que se encontraban entre el marco y una puerta. La chica se detuvo y se mantuvo frente ella, dispuesta a abrirla.
― Maka –advirtió el arma―, creo que deberíamos irnos.
― ¿Qué dices? ―la rubia frunció el ceño.―. No hemos terminado la misión, el kishin debe de seguir por aquí. Por no mencionar que no quiero que Black Star encuentre esa cosa antes que yo y gane la apuesta.
― Olvida la apuesta, no importa. Larguémonos, en serio hay algo que no me agrada ―dijo con impaciencia rozando su voz cuando vio que su compañera ponía su mano sobre la plana superficie.
La chica intentó bromear― ¿Qué te sucede, Soul? ¿Acaso sufres de claustrofobia o algo por el estilo? No, yo sé que no, nos conocemos hace años, y sé que no esperarías tanto como para confesar algo así, además, hemos estado abajo del Shibusen con Asura, no sé por qué ahora te muestras ta―
― Deja de jugar ―le interrumpió bruscamente―. Maka, busquemos a Black Star y Tsubaki y vámonos ―pronunció con enojo―. Estoy siendo serio.
― Como yo, Soul ―bajó el brazo a su costado ―. No nos iremos hasta haber eliminado al kishin.
― ¡Maldita sea, Ma―y sin que Maka tuviera que mover algún músculo, la puerta se abrió por si sola.
Era una habitación bastante amplia, con muchos pilares hechos de cemento. La técnica de guadaña se adentró ignorando la voz enojada de su compañero.
Caminó hasta quedar justo en el medio de la habitación, viendo las extrañas letras rojas que abarcaban varias partes del piso y las paredes, hasta que su mirada se centró en un gran bulto que se encontraba en una de las esquinas. Sin pensarlo dos veces, se dirigió hacía aquella oscura figura.
Mientras más se acercaba fue reconociendo aquellas vestimentas, la complexión del cuerpo, las facciones de su rostro. Su corazón pareció comprimirse y sus pupilas se dilataron. Buttataki Joe.
Sus ropas se encontraban rasgadas, y tenía un enorme agujero en su pecho, la sangre estaba esparcida a su alrededor. Sin poder dejar de avanzar, Maka siguió caminando hacía aquel cuerpo inerte y notó algo extraño en sus ojos; eran de un color rojo opaco y estaban abiertos en su totalidad, brindándole al rostro una expresión solo mostraba puro terror.
La habitación pareció comprimirse sobre ellos.
― Mierda ―atinó a decir Soul, sin aliento.
Un temblor recorrió el cuerpo de Maka, una presencia había aparecido atrás de ella.
― Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ―escucharon una voz a manera de ronroneo, la sangre se les heló ―. Pero si son Maka Albarn y Soul Eater, qué agradable sorpresa.
La técnica de guadaña se volteó de golpe, encontrándose con aquellos ojos amarillos carentes de brillo ― ¿M-medusa? ―dijo Maka, sus ojos mostrando apenas una fina linea de verde por el shock. ― ¿Qué demonios le hiciste a Buttataki Joe? ―logró preguntar, el sonido de su voz temblante.
― Nada ―intentó sonar inocente ―. Solo jugaba con él; pero al parecer no aguantó la presión que conlleva mi juego.
― Maldita bruja…―siseó la guadaña.
― ¿Les gustaría intentarlo? Será divertido ―dijo cambiando de expresión, por una sonrisa estremecedora, y del suelo, una flecha negra se levantó y fue directamente hacía ellos.
― ¡Maka, cuidado!
Maka saltó, evitando el ataque, pero no vio venir otra flecha que venía por detrás, y ésta la envolvió por la cintura y le estrujó haciéndole gritar de dolor.
― ¡Maka!
Medusa estaba enfrente de ellos, tomó a Soul y le soltó una extraña onda haciéndole volver a su forma humana, y lo dejó caer.
― ¡Soul, no! ―sollozó Maka al ver caer a su compañero inconsciente. ― ¡¿Qué le has hecho?
― Shh ―la bruja puso un dedo sobre sus labios ―. No hagas tanto alboroto, sigue vivo. En cuanto a ti ―sonrió de lado ―, tú sí desearás no estarlo.
Y todo fue consumido por la oscuridad.
Bueno, he ahí el prólogo.
¿Qué les pareció?
Espero leerles; me gustaría poder enterarme de sus opiniones y saber si quieren que continúe la historia.
