Me Amo

Un muchacho de pelo rubio platinado se encontraba en se habitación. Se estaba terminando de preparar, puesto que tendría una salida a Hogsmeade y había arreglado una cita con una chica de su mismo curso y año. Se colocó un sweater color verde, unos pantalones negros y una capa de viaje negra con los vordes en verde y un bordado en el centro que decía "LM". No podía verse a un espejo, porque no lo necesitaba, sabía que era perfecto y bello, por lo tanto no había nada que pudiera reflejar su aspecto. Se cepilló su larga cabellera, se la ató en una coleta baja y salió a la sala común a esperar por su chica.

Me encanta mi aspecto

de hombre tan perfecto

yo soy lo más grande que hay.

Ni de sabios ni de viejos

acepto consejos

mi único rival es el espejo.

Mientras, una joven blonda se encontraba en su propia recámara terminando de darse los últimos toques a su aspecto. Se vistió con una pollera negra, una plera color azulino, unas botas altas y una capa de viaje color celeste, la cual hacía resaltar sus ojos. Se colocó perfume, los aros, tomó su bolso de mano y luego de echarse un vistazo en el espejo, sonriendo radiante por lo bella que era, bajó a su encuentro.

A la luna me gustaría ir

para ver como es el mundo sin mi.

Me amo, como la tierra la sol.

Me amo, como Narciso soy

Me amo, dibujé un corazón

que dice "yo y yo"

Me amo.

Se sentó tranquilamente en el sofá frente a la chimenea, ya que en las mazmorras hacía más frío que en cualquier otro lado del castillo. Las chicas de primero a séptimo le lanzaban miradas furtivas, pequeños besos, saludos con las manos y alagos. Él sólo respondía con una sonrisa de satisfacción y guiños al grupo femenino de Slytherin, sintiéndose único y merecedor de lo mejor de ahí.

Tengo tantas chicas

hermosas y ricas

pero ninguna es digna de mi.

Por eso no ando dejando corazones rotos,

me masturbo mirando mi foto.

La joven Slytherin bajó de su cuarto y lo vio allí sentado frente al fuego, inmerso en sus pensamientos. Se le veía tan guapo, era el más guapo de todo el castillo, la persona más popular y deseada. Obviamene, luego de ella. Todas las chicas envidiaban su cuerpo y su popularidad, todos los chicos celaban por ella, y la blonda, simplemente, caminaba con la frente en alto y gran elegancia mezclada con seducción. Le encataba como era, nunca cambiaría por nada en el mundo, ni por nadie, excepto, claro, por ella misma y para conseguir más cosas.

Y aunque yo no creo en ningún dios

rezo para que no haya reencarnación.

Me amo, como la tierra la sol.

Me amo, como Narciso soy

Me amo, dibujé un corazón que dice "yo y yo"

Me amo.

Lucius giró su cabeza y, al ver a su hermosa cita, se levató elegantemente, cruzó la sala común hasta llegar a la escalera que conducía a los cuartos de las chicas y le sedió su brazo para que lo tome. La ojiazul le tomó el brazo y terminó de bajar la escalera. Indudablemente todos los presentes giraron sus cabeza y fijaron su vista en la pareja al pie de la escalera.

Yo me llevo solo bien conmigo

Yo del mundo soy el ombligo

De mi vida yo hablo mucho

Y cuando me hablan yo nunca escucho.

Soy de mi propia secta

Soy mi pareja perfecta

Y si, yo soy así:

propongo un brindis por mí.

Ambos se amaban a sí mismo, ambos eran populares, conseguían lo que querían, eran bellos, audaces, inteligentes, irradiaban luz propia. Sin embargo, juntos irradiaban algo más. Pasión. Se amaban de manera tal ya que, al amarse a sí mismos, se fijaban en el otro y veían exactamente lo mismo. Hablaban sólo de ellos, de su vida, sus familias. Se dirigieron a las tres escobas, pidieron dos wiskhy de fuego y cuando se los entregaron alzaron las copas y brindaron por ellos. Eran la pareja perfecta. Lucius Malfoy y Narcisa Black.