El más reciente caso había involucrado a un peligroso asesino serial, tenía a todo el equipo ocupado durante casi dos semanas, la investigación acerca del material encontrado en la escena del crimen trajo consigo un gran progreso para por fin poder atrapar a aquel homicida Sweets menciono probablemente la persona que buscaban presentaría un problema obsesivo-compulsivo por lo que el patrón de los asesinatos no cambiaría fácilmente. La tarde había llegado, Booth y Brennan no habían descansado en dos días. En su oficina dentro del Jeffersonian, montones de papeles descansaban alrededor de la mesa y los sillones. Booth comenzó a desesperarse.

-Bones no confío en Sweets, estos no son más que un montón de papeles que un hombre perturbado escribió, se que la respuesta la encontraríamos afuera, interrogando testigos.

-A mi tampoco me gusta esa parte psicológica pero Sweets nos ha ayudado antes y si dice que la respuesta esta las cartas que el homicida escribió a su madre en los últimos años debemos revisarlas.

-Como sea, pero antes tenemos que comer, ¡vamos tengo hambre!

-Booth no podemos salir, tenemos que acabar y no progresaremos si salimos cada dos horas

-Esta bien, pero que tal si mando a uno de tus internos a traernos comida

-¡No!, sabes que ese no es su trabajo, ¿como te sentirías si en vez de atrapar asesinos te mandaran a comprar café?

-Yo siempre te compro café

-Ese no es el punto, pídeselo a alguien más.

-Mejor voy yo

Booth regresó con bolsas traídas de un restaurante japonés, trató de hacer espacio entre el escritorio para poner la comida en él.

-Bones ¡es suficiente!, no te dejaré trabajar más si no comes algo.

-Ya casi termino con los primeros 6 meses de cartas, tú empieza, no me tardaré.

Booth sacó la comida y poco después Brennan se sentó junto a él, cuando miraron el reloj ya pasaban de las 12 y el laboratorio estaba desierto. Ambos tenían dificultad para continuar con la comida pues el cansancio había alcanzado su límite.

La mañana llegó y tan pronto como dieron las ocho Angela entró al laboratorio con dos vasos de café en las manos, no se veía nadie en la plataforma por lo que pensó que Brennan estaría en su oficina, tan pronto como entró vio el desorden de los papeles en los que habían estado trabajando, pero la sorpresa apareció cuando volteo a mirar el sillón en la otra parte de la oficina. Booth aún seguía dormido, sus brazos descansaban alrededor de Brennan, como en una actitud protectiva, su cabeza reposaba y respiraba sobre su pelo, Brennan por su parte mostraba una expresión de tranquilidad que Angela jamás notó en ella cuando estaba conciente, ambos tenía las piernas entrelazadas y casi cubiertas por una cobija azul.

Analizando la situación Angela se movió haciendo el menor ruido posible y salió de la oficina sonriendo como pocas veces lo hacía. Booth despertó con los pasos de Angela y se dio cuenta de la inusual posición en la que se encontraban, después de un rato de haber disfrutando aquella sensación que la cercanía de Brennan le producía, trato lentamente de levantarse para salir de ahí sin molestarla, por lo menos parecía no despertarse. Booth salió de la oficina, después de un rato Brennan despertó extrañada por haberse encontrado en su oficina, escucho una voz en la puerta que la tranquilizó.

-Buenos días Bones, te traje el desayuno.

Y sin más ambos se sentaron y disfrutaron el café y hot cakes. Aunque algo en la mente de Booth le decía que debía confesar lo que sentía y besar a Brennan, supo que aún les quedaba tiempo y las cosas pasarían en el momento indicado.

Se que después de la cena me salte a la mañana siguiente, no me odien pero no supe como hacer que llegaran ahí, lo dejo a su imaginación.