Despierta bruscamente en medio de las luces rojizas de un camarote, el suave mecer de las olas no le otorga calma sino que le extraña y cae de frente mientras intenta incorporarse. Cuanto tiene que dejaron los barcos para internarse en la Nación de Fuego? Cuanto desde que todos los viajes los realiza en el lomo de Appa? Mientras se frota el brazo que recibió la parte mas fuerte del golpe empieza a preguntarse como es que volvío a un barco, lo último que recuerda es haber tomado té de todos los sabores en la tienda del tío de Zuko, acaso algún efecto secundario le había adormilado tanto que no había despertado sino hasta la noche de aquel mismo día (Pues era de noche, la escasa luz blanquecina que se filtraba por los maderos del barco le permitía saberlo.
Se incorpora sintiendo dolores que se le figuran fantasmas de batallas anteriores, busca agua para darse un masaje, y se encuentra debíl e incluso hambrienta, por un momento se pregunta donde esta el maestro aire que ha salvado al mundo, unos segundos después se encuentra llamando su nombre.
Las imagenes de la victoria en el Palacio de Fuego empiezan a volverse borrosas mientras camina, y pronto ha olvidado sus propias palabras en tal evento, el discurso de Zuko le recuerda cada vez mas al de la fundación de Omashu.
Y con la fuerza con la que sus recuerdos se vuelven borrosos otros antiguos empiezan a cobrar fuerza, y con ellos una desesperación profunda, cuyo motivo ignora.
-Aang!-Grita ya un poco cansada, sombras de soldados de la Nación de Fuego vienen a atenderle, descubre las formas familiares de Pipsqueak y Duke en los uniformes que tan escasamente les sentaban.
Un Dejàvu la invade, y un golpe de la marea la tira hacia atras, el rojo se vuelve negro en su mente, y pierde su conciencia de nuevo.
Sueña con eventos horribles, se ve a ella misma tratando en vano de despertar a Aang del ataque de Azula.
-El no esta durmiendo.-Le dice su hermano en un tono muy serio y con los ojos vidriosos por las lagrimas que evita derramar.
Katara despierta aterrada, gritando el nombre de su padre con todas sus fuerzas y quebrandose en llanto, en breve Hakkoda esta allí, frente a ella con un hermoso traje de General de la Nación de Fuego, lo mira tras mucho tiempo aunque recuerda que hace apenas unos días que se separo de él.
Su padre le abraza, su hermano observa en la puerta, mientras que las sombras del pasillo revelan a Toph recargada en una pared lejana.
Katara nota los vendajes en su torso por vez primera cuando los brazos de su padre los rozan abrazandola con firmeza pero sin lastimarla.
-Donde esta Aang Sokka?-Pregunta a su hermano sin soltarse del grato abrazo de su padre.
Sokka se quita el casco, la sonrisa eterna de su hermano no esta presente, una extraña marca en su mejilla le hace parecer mucho mayor que la última vez que lo vio, retando a la novia de Zuko a arrojar el Boomerang y tirar una serie de tazas de te y una tetera con un solo golpe mientras una joven mesera castaña de Iroh hacia señas con las manos nerviosa.
Los ojos de Sokka le recuerdan su sueño.
-El no sobrevivió Katara, Azula lo asesino en Ba Sing Sei.-Le contesta en un solo tono, triste como pocas veces, mientras deja escapar esas lagrimas que tanto llevaba reprimida.
La Maestra Agua no a credito a lo que escucha, y se siente perdida en un mundo de sueños que ya no esta bajo control. Se desvanece en sueños de nuevo, su familia abandona su cuarto.
Cuando despierta de nuevo siente la boca seca y logra levantarse e ir a cubierta, allí se queda contemplando el mar, insegura de donde esta, de como llego allí, juega un poco con el oceano, perdida en los movimientos de la marea; los pasos fuertes de Toph le hacen reaccionar del trance.
-Katara, estas despierta ya.-Le dice amigablemente pero sin esa emoción que solía haber en las expresiones de la "Bandida"
Katara voltea a verle clavandole la mirada, sabe que Toph no puede distinguir este gesto en particular.
Esta buscando en esos ojos extraños una respuesta, se siente tan ciega como su amiga, pero la tierra no le da una impresión de lo que pasa, así que esta en una oscuridad aun mayor.
Cuando tienes un sueño que parece tan real, y despiertas a un mundo pintado de gris tormenta y pesadilla es difícil entender que parte es el sueño y cual es la realidad.
La lluvia marina empieza a caer, Katara cierra los ojos y siente las gotas y sus impactos, percibe el mundo con ellas, luego vuelve a abrir sus ojos azules, Toph sigue de pie extrañada, temblando.
-Se ha ido no es cierto?-Dice al fin la Maestra Agua. La chica ciega se acerca y la abraza.
-Se ha ido.
Katara devuelve el abrazo mientras siente que la lluvia se la lleva entera, perdida en medio del mar.
Sokka y Hakkoda observan desde un piso superior, y bajan lentamente aunque saben que no conocen las palabras para aliviar esa angustia que a ellos mismos los invade.
-Soñe que estaba con nosotros.-Murmura de pronto Katara.
Toph no contesta. Y Katara se deja caer al piso en el abrazo, reconociendose incapaz de confesar sobre que persona hablaba en esa oración.
La lluvia sigue cayendo desde un cielo gris allá a lo lejos otro barco de la Nación de Fuego pasa, la neblina mantiene ocultos a los Guerreros de la Libertad.
