01. Hogwarts

Jamás sus ojos habían contemplado tan hermosos paisajes, jamás sus corazones estuvieron tan desbocados. Jamás se habían sentido tan fuera de su mundo, tan cerca de un mundo que no conocían, pero que pronto lo harían.

Amigos de la infancia, dos amigos que hacía relativamente poco habían sabido que todos aquellos sucesos extraños que los rodeaban no tenían nada que ver con su poca cordura. No, es que eran magos.

Y junto a tres personas que habían conocido en el tren se dirigían al castillo donde las paredes no hablan, pero porque prefieren continuar guardando sus secretos. A la escuela donde todo es posible, donde pasar los próximos nueve meses. Hogwarts, donde los sueños se hacen realidad.

- ¿No te parece como un sueño, Bousted? – preguntó Dafne mientras bajaban del compartimento.

- Lo es – respondió él, con el rostro iluminado, observando el lugar donde a partir de aquel momento viviría, donde le esperarían miles de aventuras, la oportunidad de conocerse a sí mismo.

Nada era comparable a su grandeza, cada piedra que cubría la fachada contenía sabiduría, conocimiento. Cada parte insignificante de aquel hermoso castillo desprendía magia por los cuatro costados, los pasillos llenos de misterio, las escaleras cambiantes, el recibidor. Todo lo que alcanzaban a ver desde la entrada resultaba maravilloso, espeluznante y mágico.

Y, por supuesto, el Gran Comedor no se quedaba atrás. Todos los alumnos de primer año levantaron la vista al cielo y se quedaron maravillados. El cielo estrellado lucía hermoso aquella noche, a pesar de encontrarse en el interior del edificio, la lluvia caía en picado desde las más altas nubes y desaparecía justo antes de llegar a las cabezas de los alumnos.

- Pellízcame – ordenó Christian con la boca ligeramente abierta.

Dafne sonrió y obedeció con gusto a las peticiones de su amigo.

- ¡Ay!

- Ordenes tuyas, Bou – sonrió agarrándolo del brazo.

De pronto, apareció en el Gran Comedor el hombre al que tanto admiraba, del que tanto había oído hablar. Albus Dumbledore se dirigía a la palestra, dispuesto a pronunciar el discurso de todos los años, con el Sombrero Seleccionador entre las manos.

Era tal y como lo habían imaginado. Sereno, tranquilo, pausado, inteligente, sabio, lleno de esperanza y confianza. Dirigió sus ojos azules ocultos tras sus particulares gafas de media luna hacia los alumnos de primer año y sonrío.

- Bienvenidos al colegio Hogwarts de magia y hechicería.

Christian y Dafne se miraron y tuvieron que morderse el labio inferior para no comenzar a dar saltos de alegría y emoción.


Pequeña introducción al sueño de Our Hogwarts :)