Naruto se encontraba otra navidad solo, esperando algún milagro siempre le pasaba igual, se sentaba junto a un pequeño y no muy adornado arbolito esperando aunque fuese un felicitación, pero el sabía que eso no ocurriría, que como siempre nadie se acordaría de el.

Pasó unas horas junto al árbol viendo la tele, en ella no aparecían más que imágenes de familias felices cenando juntas o en sus casas cantando villancicos, aunque Naruto fingía entretenerse con eso lo único que conseguía era ponerse más triste.

Pensó en irse de su casa, ya que ¿A quién iba a importarle el imbécil de Naruto?, al menos si se iba podría saber que de verdad estaba solo y no vivir con falsas esperanzas, pero recapacitó al oír sonar la puerta, pero pasó de la llamada pensando que le gastarían bromas de mal gusto como ya había pasado otras veces.

Pasado un rato decidió irse a la cama y parar de torturarse esperando, pero justo en ese momento alguien volvió a pegar en su puerta, y esta vez si se levantó a abrir. Cuando abrió vio que había un paquete blanco, del mismo color que las nubes. Impaciente empezó a abrirlo.

Al abrir la caja encontró en ella una nota y una manta. En al nota ponía "Te regalo esta manta, para que aunque te veas solo sepas que yo siempre te querré y estaré ahí para cubrirte cuando lo necesites".

Naruto inmediatamente se echó la manta por encima, pues verdaderamente tenía frío y la necesitaba, se alegró mucho de haber recibido ese regalo. Ya al menos sabía que si había alguien que se acordaba de él en la villa de la hoja.

Nuevamente se dispuso a irse a dormir, y de nuevo sonó su puerta. Naruto, tras la sorpresa del paquete blanco estaba emocionado y pensó que a lo mejor más de uno se acordaba de el, que a lo mejor no estaba tan solo.

Esta vez el paquete era verde, dentro tenía otra nota y unos zapatos ninja nuevos, los cuales necesitaba porque los suyos estaban ya rotos. En la nota ponía: "Al igual que yo eres una persona que conoce el esfuerzo, ¡por eso mismo quiero que sigas así, entrenando duro!". Naruto muy contento se probó los zapatos y empezó a corretear por toda su casa.

Ya Naruto se encontraba muy feliz por sus regalos pero además llegó un tercero vió una sombra en su ventana y al acercarse ya no había nadie, solo un paquete. En este solo había una nota, pero para Naruto fue suficiente. La nota decía:

"Hoy, más que nunca me acuerdo de tí, por que somos iguales, nos falta el amor de una familia, hemos aprendido a sobrevivir por nosotros mismos, y eso nos hace más fuertes. Aunque vayamos de duros y rivales en el fondo nos necesitamos, porque somos contraste, somos mejores amigos, somos HERMANOS".

Esa nota hizo llorar a Naruto de la emoción, había alguien que no solo lo consideraba alguien importante, sino decía que era su hermano. De repente alguien abrió su puerta, Naruto aún llorando dio un bote del sobresalto. Para su sorpresa era Iruka, que también se había acordado de el. Venía con dos cuencos de Ramen enormes, que ambos devoraron en un abrir y cerrar de ojos.

Al terminar de comer comenzó a nevar y la villa de la hoja como todas las navidades salía a cantar al rededor del árbol que tenían en una plaza, pero esta vez Naruto también fue con ellos, porque gracias a sus amigos había recuperado algo que perdió y que nadie podría reparar, recuperó su espíritu navideño.

Espero que os haya gustado el relato, es una adaptación del original que escribí y perdí hace mucho tiempo.

Los regalos aunque es obvio por orden son de Hinata color blanco : Pureza en sus sentimientos

Rock Lee color verde: por la esperanza en el esfuerzo

Y Sasuke Azul asociado con la lealtad y la confianza (Obviamente esto no es de shippuden xD)

Gracias por su lectura.